Bienio conservador y frente popular

5-. Reformas sociales y educativas


Largo Caballero desde el Ministerio de Trabajo propuso una serie de reformas destinadas a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. Se aprobó la Ley de contratos de Trabajo, para mejorar las condiciones laborales. Se establecíó la semana laboral de 40 horas y se estimularon los aumentos de salarios. También se promovíó la creación de seguros sociales y se redujo la semana laboral de los trabajadores. Todas estas medidas provocaron la irritación de la patronal, que se opusieron a su promulgación.
Otra reforma importante fue la de la enseñanza. El centro de su actividad fue la enseñanza primaria y el presupuesto de educación aumentó en un 50%.
Las reformas polarizaron la vida política española y el régimen republicano topó con la resistencia y la oposición de los sectores más directamente afectados (Iglesia, Ejército, terratenientes, organizaciones patronales…). Por otro lado, la impaciencia de los trabajadores frente a las reformas y el desencanto a la lentitud de algunas de ellas promovieron una oleada de conflictividad sobre todo en el campo.
A finales de 1932 se creó la CEDA (Confederación Española de Derechos Autonómicos), un partido de la derecha católica y autoritaria, dirigida por José María Gil Robles. Al año siguiente los alfonsinos fundaron Renovación Española, partido liderado por José Calvo Sotelo, que defendía abiertamente la necesidad de un Golpe de Estado contra la república.
Pequeños grupos de ideas nacionalistas y fascistas crearon, en 1931, la JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), unidas más adelante con Falange Española, partido fundado en 1933 y dirigido por José Antonio Primo de Rivera, el hijo del dictador. Falange destacaba por su ideología antidemocrática, su defensa del nacionalismo español y presentaba u programa inspirado en el fascismo italiano.
Algunos sectores del ejército pretendieron recoger el descontento generado entre los grupos más conservadores de la sociedad, haciéndose eco de este malestar en algunos sectores sociales, el general Sanjurjo protagonizó un Golpe de Estado con la pretensión de forzar el cambio de la República a la derecha (Agosto 1932), pero al final la sanjurjada fracasó.
Por lo que se refiere al problema político de la izquierda, nos encontramos la siguiente situación:
La CNT contaba con un millón de afiliados y se dividieron en dos corrientes:
A. La tendencia moderada (los llamados tretistas) encabezada por Ángel Pestaña y Juan Peiró; defendía una orientación netamente sindicalista y mostraba un cierto apoyo a la República.
B. La radical estaba formado por un sector más revolucionario articulado alrededor de la FAI (Federación Anarquista Ibérica) y liderada por hombres como Juan García Oliver y Durruti. La dirección de la CNT se vio desbordada por el sector radical que fue progresivamente imponiendo sus criterios.
A su vez, la poderosa organización socialista del campo, la Federación de Trabajadores de la Tierra, vinculada a la UGT, que tenía más de 450.000 miembros, se desplazó también hacia posiciones más radicales. El Partido Comunista en aquel año aumentó su afiliación.
Las huelgas, los levantamientos campesinos y las ocupaciones de tierra fueron en aumento progresivo. Estas revueltas campesinas consistían en tomar el Ayuntamiento del pueblo, quemar el registro de la propiedad, repartir la propiedad y finalizaban con la llegada de las tropas de las Guardia Civil o de la Guardia de Asalto. La posterior represión por parte de la Guardia solía ser muy cruenta y en algunas ocasiones provocaban la muerte de algunos campesinos, como en el caso de Casa Viejas, donde las fuerzas del orden dieron muerte a doce personas. Por estos motivos, a lo largo de 1933 se fue haciendo cada vez más evidente la crisis del gobierno republicano-socialista y el desgaste del gobierno, que fue perdiendo la confianza de una parte de las clases medias. En estas condiciones, Azaña dimitíó, el presidente de la República, Alcalá Zamora, disolvíó las Cortes y convocó elecciones para Noviembre de 1933.

antes va la b :bienio reformista!
C-. El Frente Popular:

El triunfo del frente popular no fue aceptado por los sectores más reaccionarios contra la República. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República, con la oposición de la derecha y de una buena parte de los militares. Casares fue nombrado presidente del gobierno. El gobierno estaba formado por ministros republicanos de izquierda pero apoyados por los socialistas. Se decretó una amnistía de los presos de Asturias y se obligó a las empresas a readmitir a muchos obreros despedidos a raíz de las huelgas de 1934. El gobierno de la Generalitat volvíó de nuevo al poder y se restablecíó el Estatuto de autonomía de Cataluña.
El nuevo gobierno reanudó el proceso reformista interrumpido durante el bienio derechista. El triunfo de las izquierdas creó un gran clima de tensión social. Muchos propietarios de tierras se opusieron a las nuevas medidas. Algunos empresarios industriales cerraron fábricas y expatriaron capitales. Por otro lado, los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una movilización popular. Los jornaleros se adelantaban a la legislación y ocupaban las tierras.
Falange Española asumíó un fuerte protagonismo y fomentó un clima de enfrentamiento civil. Fue el partido que recurríó de manera más decisiva a la violencia callejera, utilizando la “dialéctica de los puños y las pistolas”. Los enfrentamientos entre militares de derecha e izquierda se propagaron hasta Julio de 1936.
En los primeros momentos, la conspiración militar tuvo escasa fuerza y mala organización hasta que el asunto fue tomado en sus manos por el general Emilio Mola. Su plan consistía en la organización de un pronunciamiento simultáneo en todas las guarniciones militares posibles. Mola entendía que el jefe supremo de la sublevación sería el general José Sanjurjo.
La conspiración contaba con el apoyo de las fuerzas políticas más derechistas.
El General Mola pretendía establecer una Dictadura militar, que él llamó “Dictadura Republicana”. Para volver tras un tiempo a otra situación que no estaba claro si sería República o la Monarquía.
El asesinato del dirigente monárquico José Calvo Sotelo el día 14 de Julio, como respuesta al asesinato anterior del teniente Castillo. La sublevación que se inició en Marruecos el día 17 de Julio y al día siguiente en toda la península. El fracaso del golpe militar en buena parte de España desencadenó el inicio de la Guerra Civil que se prolongaría durante tres años.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *