Cambios en la estructura

DOBLE DESAMORTIZACIÓN: ECLESIÁSTICA Y CIVIL. 
En la España del XIX la agricultura siguió siendo el sector productivo más importante y la tierra el principal valor económico. Por eso, las reformas más significativas emprendidas por los liberales fueron las referidas
al campo. De todas estas medidas la desamortización se reveló como la más revolucionaria.Los gobiernos liberales emprendieron un proceso de reforma de las estructuras de la propiedad agraria destinadas a modificar profundamente las formas de propiedad y explotación de la tierra. Tales medidas enlazaban directamente con el programa de reformas agrarias pensado y no aplicado, por los ilustrados, influidos por las ideas fisiocráticas y del liberalismo económico. Para crear este nuevo tipo de propiedad de la tierra, los gobiernos liberales modificaron la estructura agraria mediante un serie de leyes: Abolición de los privilegios de la Mesta. Supresión de los Señoríos Jurisdiccionales. 
Desvinculación de los Mayorazgos. 

Desamortización

De hecho, los primeros antecedentes de reforma agraria los encontramos bajo el reinado de Carlos III (Proyecto de Reforma de Ley Agraria, que no logra salir a la luz), y Carlos IV (Desamortización de Godoy). Pero es a partir de la Guerra de la Independencia , cuando el proceso se generaliza impulsado tanto por la administración bonapartista como por las Cortes de Cádiz. También durante el Trienio Liberal, se produce un avance desamortizador, pero es con la conocida Desamortización de Mendizábal de 1836, Espartero en 1841 y la Desamortización de Madoz de 1855 cuando definitivamente, desde el punto de vista de la propiedad de la tierra, se desplazan las estructuras del Antiguo Régimen y se reemplaza éste por un nuevo modelo destinado a modificar profundamente las formas de propiedad y explotación de la tierra, acordes con las de una sociedad liberal, y encuadrado en la llamada Revolución Liberal Burguesa

La desamortización de Mendizábal.
La llegada de Mendizábal al poder se realiza en un momento político difícil. Por un lado, hay una división interna dentro de los liberales, una guerra civil (Guerra Carlista) cruenta y que pone en peligro el reinado de
Isabel II, y un problema hacendístico grave. La preocupación de Mendizábal era por lo tanto más financiera, que económica.
– Necesidad de obtener dinero para financiar la guerra.
– Disminuir la Deuda Pública, engrandecido a causa de los enormes gastos producidos por la propia guerra carlista.
– Crear una masa de propietarios que fuesen adeptos al sistema y al nuevo régimen liberal.
– Reducir el problema que significaba la infrautilización de numerosos latifundios.
– Asestar un golpe a la Iglesia por su apoyo a los carlistas y conseguir que dejara de subvencionarlos.
En 1836 se decreta la disolución de las órdenes religiosas (excepto las dedicadas a la enseñanza y a la asistencia hospitalaria) y la incautación por parte del Estado se sus bienes. Los decretos de Febrero y Marzo de 1836 ponen en venta los bienes de las comunidades religiosas extinguidas. Es lo que se conoce como desamortización eclesiástica, que afectó al clero regular. Esta medida esta acompañada de otras como la supresión del diezmo en 1837. Los bienes fueron vendidos en pública subasta pudiendo hacerse el pago en efectivo o con títulos de Deuda, y de inmediato a plazos. La desamortización de Mendizábal, que dura hasta 1844, va a provocar, que debido al sistema de venta, no se pueda formar una clase de medianos y pequeños propietarios, sino todo lo contrario. Se produce una mera transferencia de los bienes de la Iglesia a las clases económicamente fuertes (grandes propietarios, aristócratas y burgueses) que dará lugar a un grupo de terratenientes, que además de no invertir en las tierras, va a seguir arrendándolas, no produciendo ningún cambio en las relaciones sociales de producción.
Lo que provoca la Desamortización de Mendizábal va a ser la consolidación de una clase de grandes propietarios. La desamortización no es por lo tanto una revolución agraria y si bien se cierto, que en el XIX
se produce un aumento de la producción también es cierto que se va a dar un descenso de la productividad debido a que las inversiones en la tierra, fueron casi nulas.
Pero al menos la desamortización de Mendizábal, permite hacer frente a los crecientes gastos de la Primera Guerra Carlista y pagar las armas que suministraba Inglaterra. Pero de hecho, estos gastos eran tan abultados, que la Deuda Pública, aumentó antes de terminar la guerra. La venta de tierras fue suspendida por el gobierno de 1844, y en 1845 se devolvieron a la Iglesia los bienes que no habían sido vendidos. Más tarde, la cuestión volvíó a plantearse en el Bienio Liberal. Posteriormente, durante la Regencia de Espartero, en 1841, los progresistas, hicieron una ley por la que se ponía a la venta los bienes del clero secular.

La desamortización de Madoz.
Con Madoz, finaliza el proceso desamortizador. Con él se da la Ley General de Desamortización en 1855, paralizándose entre 1856 y 1858 para continuar hasta inicios del XX. Esta fase es la más importante tanto por el volumen de bienes puestos a la venta como por el valor de éstos. Así, el valor de los bienes subastados a partir de 1855 fue de unos 8.200 millones de reales, superior con mucho a lo realizado por Mendizábal. Otra diferencia es que ahora no se permitía comprar los bienes con títulos de Deuda, sino que la única posibilidad era hacerlo en metálico. Con Madoz, se ponen a la venta todos los bienes que estaban en manos muertas así como los bienes del clero secular que no se hubiesen desamortizado anteriormente. Pero la actuación principal se centró en los bienes civiles, es decir, aquellos que poseían los ayuntamientos (bienes de propios y los baldíos o comunales). También se actuó sobre algunas propiedades del Estado, las Órdenes Militares y las instituciones de beneficencia y enseñanza. Los grupos sociales que se beneficiaron de esta desamortización fueron la burguésía de negocios, aunque ahora también se produce una mayor participación del campesinado.

Repercusiones de las desamortizaciones.
Fueron muy variadas y existieron grandes diferencias regionales y locales. Son las siguientes:
– Económicas:
Implantación de la propiedad privada y la libertad de mercado. El Estado consiguió disminuir la Deuda
Pública pero no eliminarla. Se consolida la estructura de la propiedad existente aumentando el latifundismo
en el sur y centro de la península. Se aumentó la superficie cultivada, pero a costa de la deforestación de los
montes (que daba sin apenas inversión grandes ganancias a los propietarios). En general, la falta de
inversiones, provocó un descenso de la productividad.
– Sociales:
Los grupos sociales mas beneficiados fueron la burguésía urbana y la nobleza. El resultado es el surgimiento
de una clase terrateniente. Los campesinos se vieron perjudicados pues muy pocos pudieron acceder a una
propiedad y todos se vieron privados de los bienes comunales y en muchos casos de la asistencia de
beneficencia que prestaba el clero.
Hay que decir que los moderados hicieron cuanto pudieron para detener el proceso desamortizador aunque
fue la burguésía la gran beneficiada.
– Políticas:
Los beneficiados de la desamortización apoyarán al régimen liberal. Desde el punto de vista de la Iglesia,
basta decir que las relaciones con el Vaticano se rompieron hasta el año 1851 en el que a través de la firma
del Concordato, el Estado se comprometíó a sufragar los gastos del clero a cambio de que la Iglesia
reconociera las ventas de bienes desamortizados.
– Culturales:
La desamortización hizo un daño incalculable al patrimonio artístico español, pues se perdieron muchas
obras de arte de los monasterios y muchos edificios se perdieron porque los nuevos propietarios no se
molestaron en cuidarlos.
Sin embargo si es positivo que el Estado se encontrase con un buen patrimonio de edificios públicos que
supo emplear con fines sociales (hospitales, institutos de secundaria, cuarteles, etc.).

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