Crisis de España en 1808


1. La crisis de 1808

A) El motín de Aranjuez y la caída de Godoy

Victorioso Napoleón en el continente (triunfo sobre Austria y Prusia), éste decidíó quitarse la espina inglesa a través del decreto de bloqueo continental (Noviembre de 1806) por el que se prohibía todo comercio del continente europeo con Inglaterra para cerrar todas las costas europeas al comercio inglés y provocar la ruina de la industria inglesa y con ello llevar la miseria al país. Para hacer efectivo el bloqueo en Portugal, aliado de Inglaterra, Napoleón firmó con España el tratado de Fontainebleau (Octubre de 1807), por el que se autorizaba al ejército francés a atravesar España camino de Portugal. A su vez, se incorporaba un tratado secreto de partición de Portugal, una parte sería para Francia, otra para España y una tercera sería un principado personal para Godoy. En pocos días, las tropas francesas acabaron con la resistencia portuguesa. Mientras, otras fuerzas se apoderaban de Barcelona, Pamplona y otras plazas bajo el pretexto de defender a España de un desembarco inglés. La situación interior de España era favorable a los planes de Napoleón. En efecto, la oposición a Godoy, a cuya cabeza estaba el mismo príncipe de Asturias, Fernando, integrada
por importantes miembros de la nobleza y del clero, preparó un golpe palaciego, el motín de Aranjuez, entre el 17 y el 19 de Marzo 1808, que provocó la caída de Godoy mientras Carlos IV abdicaba en su hijo Fernando.

B) Las abdicaciones de Bayona


La caída de Godoy y de Carlos IV y la elevación al trono de Fernando VII agravaron la crisis de la monarquía española. Esto favorecíó los planes de Napoleón que logró atraer a la familia real a la localidad francesa de Bayona, entre los días 21 de Abril y 10 de Mayo de 1808. Allí, Napoleón obtuvo las abdicaciones de los monarcas, Carlos IV y Fernando VII, renunciando a sus derechos a la corona española. Napoleón decidíó entonces entregar el reino de España a su hermano José I, lo que desembocaría en la oposición del pueblo español y en el inicio de la Guerra de la Independencia (1808–1813) iniciada con el levantamiento del pueblo de Madrid el 2 de Mayo de 1808, secundado por el resto del país.

C) El levantamiento contra los franceses


El 2 de Mayo de 1808, el pueblo de Madrid, irritado por la conducta de los francesesestalló en cólera y surgíó el choque con el ejército francés. La lucha tuvo carácter popular.
En efecto, las guarniciones militares en Madrid tenían la orden de no intervenir contra los franceses; solo algunos oficiales, como los capitanes Luis Daoiz y Pedro Velarde desobedecieron las órdenes y se unieron a la rebelión. El ejército francés, al mando del general Murat, lugarteniente de Napoleón en España, con un ejército de 30.000 hombres reprimíó duramente el levantamiento popular, con un saldo de cientos de muertos: en la noche del 2 al 3 de Mayo un centenar de prisioneros eran fusilados, inmortalizados por Goya, en la montaña de Príncipe Pío y en la Moncloa. Frente a la actitud de la Junta de Gobierno, que dejó Fernando VII antes de dirigirse a
Bayona, que abogaba por colaborar con las tropas francesas, la reacción popular fue muy distinta. La renuncia de Fernando VII, a quien el pueblo llamó “el Deseado”, se interpretó
como impuesta por la fuerza. La rebelión se extendía por todas las ciudades del país.

D) Poder oficial y poder popular. La monarquía de José I Bonaparte


Mientras, la Junta de Gobierno y el Consejo de Castilla venían acatando las órdenes que provénían de Francia y recibieron al nuevo rey José I Bonaparte. Napoleón quiso presentarse como el regenerador del pueblo español. Para dar más fuerza a su proyecto convocó en Bayona a un centenar de eclesiásticos, nobles, militares y otras personalidades con la intención de elaborar una constitución, que nunca estuvo vigente, y que desembocó en la aprobación del Estatuto de Bayona, en realidad una carta otorgada, puesto que no fue realizada libremente por los representantes de la nacíón. El rey llegó a Madrid en Julio de 1808. Fue un monarca impopular, cuya personalidad se alejaba de la imagen que sobre él dieron los patriotas españoles, denominándole “Pepe botella” o “el rey de copas”. Contó con el apoyo de los viejos ilustrados que creían sinceramente en las reformas pero que fueron tachados de afrancesados por las clases populares opuestas al rey. La mayoría del país no reconocíó a las autoridades oficiales y sólo vieron como rey a Fernando VII, pero como estaba ausente, en su nombre surgirán juntas Juntas Locales y luego Provinciales. Más tarde, para organizar la resistencia y dar un gobierno central al país, constituyeron, mediante el envío de dos representantes de cada una, una Junta Suprema Central. Primero residíó en Aranjuez, luego, ante el avance francés, se retiró a Sevilla y, por último, a Cádiz, donde terminó disolvíéndose (Enero de 1810) pasando el poder a un Consejo de Regencia.

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