El régimen se caracterizo desde sus orígenes por una rotunda concentración del poder de la figura de Franco

INTRODUCCIÓN:


Una vez acabada la guerra, España era una nacíón arrasada material, demográfica y emocionalmente. Sobre estas ruinas se construirá un Estado caracterizado por: la centralización absoluta del poder en la figura del General Franco; el establecimiento de una economía de autarquía, que prolongó las consecuencias de la guerra durante dos décadas.

La dictadura se prolongará por un período de casi cuarenta años y marcó profundamente a dos generaciones de españoles. Dentro de una aparente inmovilismo, el régimen franquista fue adaptándose a las diferentes coyunturas internacionales: desde el alineamiento con el fascismo durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, a un tibio neutralismo al final del conflicto. Luego vino el aislamiento de la postguerra, hasta que la guerra fría entre las potencias occidentales y el bloque soviético permitíó a la dictadura salir a flote, ser reconocida y apoyada, sobre todo, por EE.UU. La expansión económica de los años sesenta hizo posible la prosperidad económica y la penetración de los movimientos culturales e ideológicos europeos, surgiendo en los años finales del régimen una movilización creciente de oposición a la Dictadura.

FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS Y SOCIALES DEL RÉGIMEN FRANQUISTA


La dictadura del General Franco ha suscitado un debate entre los historiadores sobre su naturaleza y sus caracteres específicos. Algunos niegan su naturaleza fascista, alegando que no se  corresponde con el  modelo  italiano o alemán. Otros historiadores piensan que el fascismo fue una reacción de las clases dominantes europeas de la época contra el ascenso del movimiento obrero y de los partidos socialistas y comunistas. Desde ese punto de vista, la dictadura de Franco respondería a la tipología de régimen fascista.

Carácterísticas ideológicas:


Desde sus orígenes, se produce una rotunda concentración de todos los poderes en la figura de Franco.
Todas las instituciones le estaban completamente subordinadas y sus miembros dependían de la voluntad del Caudillo. La fidelidad hacia su figura era determinante para hacer carrera política. Su figura se fue rodeando de una serie de símbolos y lemas encaminados a resaltar su liderazgo, desde el “Francisco Franco, Caudillo e España por la gracia de Dios”, que aparecía en las monedas, hasta la afirmación de que “el Jefe sólo responde ante Dios y ante la Historia”.

Ideológicamente el régimen se cimentó sobre los siguientes supuestos:

En primer lugar el anticomunismo extendido a todos los llamados rojos, y que abarcaba desde la extrema izquierda revolucionaria hasta la burguésía democrática.

Identificación de la Dictadura con el Catolicismo, hasta el punto que se ha generalizado el término nacionalcatolicismo para etiquetar al régimen. Desde el inicio de la guerra, la jerarquía eclesiástica se identificó con la sublevación de Franco bautizando la causa nacionalista como cruzada.
A cambio la Iglesia ejercíó un gran dominio sobre la sociedad, educación, censura, imposición de una moral católica regulada por el Código Penal….)

Tradicionalismo, arraigado en valores militares que ponían la unidad de la Patria como valor sacrosanto, y que buscaban en el pasado las justificaciones de esa unidad (referencias al Imperio, los Reyes Católicos, Carlos V, los conquistadores).Se identificaron como antiespañoles la democracia, el liberalismo y la autonomía de las regiones.

Los símbolos militares y la organización castrense impregnaron muchas manifestaciones de la vida cotidiana.

A partir de los años sesenta, la modernización del país y la introducción de ideas y costumbres extranjeras, harían pasar a un segundo plano este tipo de valores.

Fundamentos sociales


La dictadura devolvíó a la oligarquía terrateniente y financiera su hegemonía social y económica. No sólo recuperaron sus negocios y propiedades, sino sobre todo su dominio de la vida social, con la incorporación ahora de elementos procedentes del Ejército, la Falange o los grupos enriquecidos durante la guerra y la postguerra. Fueron los principales beneficiarios de la economía intervencionista de las primeras décadas del franquismo.

Además, el franquismo contó con el apoyo de las clases medias rurales, así como de grupos urbanos beneficiados por las depuraciones masivas entre funcionarios de la Administración, maestros universitarios y militares republicanos.

Entre los jornaleros y  el proletariado industrial su respaldo era escaso o nulo, lo mismo que entre las clases medias urbanas.

La represión sistemática, el hambre y el hundimiento moral de la derrota, imposibilitaron una reacción hacia la Dictadura. Después de 1946, la propaganda, el aumento del bienestar a partir de los años cincuenta y el relevo generacional, hicieron que parte de estos sectores se “acomodaron y aceptaron el régimen”.

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