En el Antiguo Régimen, gran parte de las tierras eran inalienables, debido a que las propiedades de la Iglesia y las de los municipios estaban en “manos muertas”, ya que los clérigos no tenían capacidad legal para venderlas. La eliminación de las tra

Mendizábal

Tipología


Texto político e ideológico. Fuente primariaCronología:
1836Temática:
Política y económica Autor:
Mendizábal, presidente del gobierno de EspañaDestinatario:
María Cristina de Borbón, reina regente de EspañaFinalidad:
Justificar el Decreto de Desamortización de los bienes del clero regular
Durante los años de la Regencia de María Cristina (1833-43) tuvo lugar en España el proceso de liquidación del Antiguo Régimen y el tránsito hacia un Estado liberal. El Estado liberal se caracteriza por ser constitucional y parlamentario. Los ciudadanos, ya no súbditos, tienen en él sus derechos garantizados por la consti-tución y los poderes aparecen separados y limitados en su ejercicio. Para lograr estos objetivos los partidos liberales y, con mayor protagonismo, el partido progresista reali-zaron un importante esfuerzo, especialmente durante los años 1836 y 1837. Sin embar-go, en el funcionamiento coherente de una sociedad liberal las instituciones políticas deben tener un marco económico que se corresponda con ellas, lo que se denomina una organización capitalista de la economía. Así, y para contrarrestar el inmovilismo de la economía del Antiguo Régimen y adecuarla al liberalismo político, los progresistas comenzaron la tarea de modernizar también la economía española sobre la siguiente base teórica: todos los bienes capaces de crear riqueza en un país deben entrar en un sistema de mercado en el que la iniciativa personal y la propiedad privada guiadas por el afán de lucro, la competencia, la especialización, y la no injerencia del Estado, sean las leyes que lo rijan.
La agricultura era en estas fechas la más importante de las actividades económicas de España, pues generaba más de la mitad de la renta nacional. Su productividad se hallaba completamente estancada. Su sistema de propiedad, heredado de la Edad Media, presentaba el contraste de unos pocos propietarios, aristocracia y entidades religiosas, que poseían grandes latifundios en oposición a grandes masas de campesinos que trabajaban las tierras y que, sin embargo, vivían en la miseria. Este desigual reparto no sólo signifi-caba un desequilibrio social sino que, económicamente, supónía la eternización de la deficiente productividad agrícola por cuanto los propietarios no estaban interesados en invertir en cambios tecnológicos o nuevos cultivos. Era necesario pasar a un nuevo sistema de propiedad privada de la tierra y poner con ello las bases de la organización capitalista de la economía tal como había tenido lugar en otros países europeos.
En 1836 se inició en España el proceso de liberalización de la agricultura a base de tres medidas del gobierno progresista: la disolución del régimen señorial, la desvincu-lación y supresión de los mayorazgos y la desamortización. Otras circunstancias menos teóricas explican también las medidas del gobierno, la necesidad de recaudar fondos para financiar la guerra carlistay, por otra, sanear la considerable deuda nacional.
El presidente Mendizábal decretó la disolución de las órdenes religiosas, excepto las dedicadas a la enseñanza y la asistencia hospitalaria y, a continuación, pro-cedíó a realizar la incautación de sus propiedades. Estos bienes incautados fueron luego tasados y vendidos en subasta pública al mejor postor. El dinero obtenido pasó al presu-puesto de la nacíón. Con ello se pensaba debilitar también la influencia de la Iglesia, inclinada hacia el carlismo, y crear una capa de nuevos propietarios rurales, que acti-varían la producción agrícola y se convertirían en fieles defensores de la causa liberal.

Deuda nacional


: conjunto de deudas que tiene un Estado tanto con otros países como con entidades o ciudadanos propios. Esta deuda se genera normalmente a través de la emisión de títulos de renta fija emitidos por el Estado con la finalidad de equilibrar su déficit presupuestario. La deuda se incrementó con los gastos militares de la guerra americana y enseguida con los de la Guerra Carlista. La defi-ciente gestión recaudatoria de impuestos y mantenimiento de algunos de los privi-legios fiscales, son otras razones para explicar el desequilibrio presupuestario.
Mendizábal expone y razona los motivos que justifican la venta en pública subasta de los bienes recién confiscados a las órdenes religiosas regulares. Las razones que aduce son económicas y políticas. Señala en primer lugar la necesidad de sanear la deuda na-cional, de acabar con el inmovilismo de los antiguos propietarios y facilitar la industrialización
pretende la creación de una nueva masa de propietarios afines al liberalismo que se identifiquen con los principios del mismo.

Cuando entre 1836 y 1837 los progresistas lle-garon al poder recogieron todos los proyectos anteriores. Sin embargo, la confianza en que la desamortización crearía una gran masa de nuevos propietarios no se cumplíó ya que en ese momento quienes compraron realmente las tierras eran quienes ya las tenían o quienes dispónían de posibilidades para ello como funcionarios, militares o grandes comerciantes. No se creó esa clase nueva de propietarios que explotaran profesional-mente la tierra sino que, básicamente, la propiedad tan sólo cambió de manos, y tam-poco cambiaron las actitudes de los nuevos propietarios, que se convirtieron en una nue-va burguésía rentista agraria. Esta burguésía agraria, paradójicamente, daría su apoyo al partido moderado durante el resto del reinado de Isabel II.
Si bien no se reformó en profundidad el sistema de propiedad de la tierra, la desa-mortización de Mendizábal sí que sirvió para financiar la Guerra Carlista y sanear en parte la Hacienda Pública. Por otra parte, las medidas anticlericales de Mendizábal, no sólo la desamortización sino también la supresión del cobro del diezmo, modificaron, y en una concesión a los moderados, la redacción de la Constitución de 1837 en el sentido de declarar ésta su compromiso de financiar el culto católico.
La culminación del proceso desamortizador se produjo en 1855, durante el denomi-nado Bienio Progresista cuando se subastaron entre otras propiedades, las tierras de los municipios.


La Desamortización significó el mantenimiento de la misma estructura latifundista de la propiedad agraria española. Sus víctimas fueron, aparte de la Iglesia y los muñí-cipios, grandes masas de campesinos proletarizados porque ya no dispónían de contra-tos de arrendamiento, del aprovechamiento de las tierras de los municipios o de la posibilidad de beneficiarse de la propiedad eclesiástica. En ello se ha visto parte del origen de las rebeliones campesinas, de su acercamiento al carlismo, en unas zonas, y al anarquismo, en otras.
La Desamortización, ha sido juzgada a veces como la gran ocasión perdida para la modernización de España. Sus objetivos serán retomados en 1932 cuando el gobierno de Azaña impulse el proyecto de Reforma Agraria.

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