La 2º república

T 10. La evolución demográfica

La transición demográfica fue un fenómeno común a todos los países que experimentaron un proceso de industrialización. Este cambio demográfico se caracterizó por el descenso de la tasa de mortalidad y de la natalidad. El resultado fue una fase inicial de intenso crecimiento de la población, debido a que el retroceso de la mortalidad se produjo anteriormente. La segunda fase estuvo caracterizada por el descenso de los nacimientos. La tasa de mortalidad descendíó como resultado de la mejora de la alimentación y de las infraestructuras urbanas sanitarias. La mortalidad infantil conocíó un retroceso y la esperanza de vida media aumentó. El descenso de la natalidad se inició lentamente, pasó de una tasa del 33,8% al 30,3%. La población española crecíó considerablemente, sin embargo, la modernización de la demografía española tuvo un retraso en comparación con la de otros países europeos. La movilidad de la población española fue reducida hasta que se inició una importante emigración a ultramar. La emigración española alcanzó un máximo que descendíó debido a la primera guerra mundial. Las causas de esta emigración son, por un lado, una economía en la que el empleo crecía menos que la población como resultado de la escasez de transformaciones económicas y, por otro lado, en la mejora de la navegación. La mayoría de emigrantes eran hombres destinados a América Latina. Una vez ralentizada la emigración se produjo una expansión de las migraciones interiores. Madrid y Barcelona, los principales centros industriales en expansión y, en menor medida, Bilbao y Sevilla se convirtieron en polos de atracción de emigrantes. Las migraciones comportaron la intensificación de la urbanización y la pérdida de peso de los núcleos rurales. El período de crecimiento urbano fue entre el final de la Primera Guerra Mundial y el crac de 1929. Las grandes ciudades como Madrid y Barcelona incrementaron su población y superaron el millón de habitantes. Otras ciudades también aumentaron su población al convertirse en centros industriales o mineros. La mayoría de la población provénía del éxodo rural.


Atraso agrario y conflictividad campesina

La agricultura española hizo frente a las consecuencias de la crisis agraria que se extendíó por Europa. Con la agricultura orientada hacia los cereales, el olivo y la vid, y con una ganadería ovina, España acusó la crisis cerealista más fuerte que otros países. La causa de la crisis fue la llegada a Europa de productos de países con una agricultura extensiva competitiva, con precios más bajos que los europeos. EL descenso de los precios fue acusado en las regiones donde el abastecimiento exterior era mayor, pero en España los precios también cayeron al disminuir la demanda sobre la producción. En algunas regiones productoras, la reducción de los ingresos condujo a la caída de los beneficios, lo que comportó protestas coordinadas por la Liga Agraria. De la disminución de los beneficios se derivó el descenso de los salarios, con lo que se inició un período de agitaciones campesinas. La crisis cerealista fue acompañada de una crisis de la viticultura, debido al descenso de la producción de vid a causa de la filoxera, que atacaba las viñas. De este modo, las exportaciones de vino experimentaron un alza, pasando a ser la primera partida de ventas exteriores. La filoxera se difundíó por España, poniendo fin a la edad de oro de las exportaciones vinícolas y destruyó cientos de miles de hectáreas de viña. Para hacer frente a la crisis, de replantaron todos los viñedos con una nueva cepa americana. La crisis agraria se súperó gracias al crecimiento de la producción, y esto fue debido a las nuevas roturaciones y a la intensificación, diversificación y especialización de los cultivos. Se introdujeron nuevos cultivos para mejorar la producción ganadera, lo que incrementó las existencias de carne y leche para el mercado. Por último, hubo cultivos (olivo, vid) destinados a la exportación. Como resultado de este proceso, el producto agrario y el ganadero crecieron, pero los rendimientos por hectárea continuaban entre los más bajos de Europa. La producción de cereales se consolidó como el principal cultivo del campo español y formaban el sector menos dinámico y baja productividad. Estos escasos rendimientos comportaban precios elevados (como el precio del trigo) y la creciente población se vio obligada a consumir alimentos a precios mayores. Los cultivos más dinámicos eran la viña, el olivo y los cítricos, frutales y hortalizas. En la zona mediterránea, el desarrollo agrícola generó beneficios que estimularon las actividades industriales. La situación del campo seguía marcada por la desigualdad en la estructura de la propiedad de la tierra. Las diferencias entre propietarios y campesinos provocaron una conflictividad social.
Con el avance de los campesinos, fue vinculándose a la necesidad de una reforma agraria que permitiese el acceso de campesinos a la propiedad de tierras. La existencia de minifundios sólo permitíó aumentar la productividad de cultivos para la subsistencia, pero impidió generar beneficios y esto empujó a la emigración. Los gobiernos fueron conscientes del atraso del campo español, de los conflictos sociales y de la situación de pobreza que afectaba a parte del campesinado. El aumento de regadío se veía como un elemento imprescindible para superar las condiciones climáticas. El principal problema era la cantidad de campesinos sin tierra.


Los progresos de la industria

Una de las causas que provocó cambios en la economía era la utilización de nuevas fuentes de energía, don la difusión de la electricidad y del petróleo. Esta revolución permitíó vencer la carencia de fuentes de energía competitivas debido a la escasa calidad del carbón. Por un lado, el uso comercial abríó la posibilidad de mecanizar la práctica de producción industrial. El avance de la  electrificación se produjo en dos etapas: el uso de la electricidad estuvo restringido a la iluminación pública y se generalizó su uso industrial. Por otro lado, el avance en el petróleo y en el automóvil. También se avanzó en la mejora de la transmisión de la información y se produjo la expansión del telégrafo, del teléfono y de la radio. El producto industrial aumentó al mismo tiempo que la estructura industrial aumentó una importante transformación con la aparición de nuevas industrias. Entre los sectores tradicionales, el textil continuó su expansión. Las industrias alimentarias retrocedieron a pesar de la expansión de la industria del pescado. La industria química se consolidó gracias a la fabricación de productos como fertilizantes, medicamentos y explosivos. La industria siderúrgica crecíó y se creó la sociedad Altos Hornos de Vizcaya. Entre las nuevas industrias sobresale el rápido crecimiento de la industria eléctrica y su primera empresa fue la Compañía Sevillana de Electricidad. También crecíó la industria metalúrgica, con el automóvil y electrodomésticos. La construcción experimentó un empuje a partir de la consolidación de la industria del cemento. La industrialización se difundíó y Madrid se convirtió en la tercera regíón industrial. Otras zonas que representan el avance industrial fueron Galicia, Zaragoza y Sevilla. También alcanzó importancia la industria del mueble y del juguete, en Valencia y Alicante. La mayor difusión territorial de la industria no puso fin a los profundos desequilibrios en la distribución de renta. Una de las carácterísticas de la economía española fue la restricción de la competencia entre empresas y la constante intervención del Estado en la economía. Las empresas establecían acuerdos para fijar precios y repartieron cuotas, lo cual supuso precios de ventas mayores. El intervencionismo del Estado se manifestó en dos direcciones: la concesión de ayudas y el aumento del proteccionismo. El caso de protección más explícito fue el del carbón. Estas medidas protectoras tuvieron efectos negativos, ya que ayudaron a mantener una industria con una productividad baja y poco competitiva. También tuvo efectos positivos, puesto que fomentaron el avance tecnológico, mejoró el transporte y aparecieron sectores industriales. También mejoraron los caminos y las carreteras, los ferrocarriles, la red telegráfica y la telefonía.


La evolución de la economía

El Siglo XX se inició con las consecuencias del desastre del 98. La desaparición de los mercados coloniales perjudicó a las exportaciones del textil catalán, la pequeña maquinaria y otros productos. La crisis se súperó con rapidez. Las estadísticas de la época mostraron que hubo una inflación baja, una reducción de la deuda pública y la repatriación de muchos capitales, que estimularon la creación de nuevos bancos y empresas. La crisis fue favorable para la economía española que estimuló el crecimiento de la producción industrial y la electricidad. La neutralidad española durante la Primera Guerra Mundial propició una expansión económica y España se convirtió el crecimiento de la producción. Como consecuencia del aumento de las exportaciones, la balanza de pagos española tuvo un saldo positivo. La Guerra Mundial brindó grandes oportunidades de negocios y enriquecimiento. Las clases populares experimentaron un enorme crecimiento de su nivel de vida. Se calcula que el nivel de vida subíó un 15%, lo que provocó huelgas y reivindicaciones obreras y desencadenó una enorme crisis. El mercado interno no fue capaz de sustituir a las exportaciones y muchas empresas tuvieron que cerrar. Las clases trabajadoras tuvieron que hacer frente al aumento del desempleo y el descontento social se exprésó en huelgas. No todos los sectores se vieron afectados. En 1929 se inició una depresión económica mundial como consecuencia del crac de la Bolsa de Nueva York. La crisis internacional tuvo sus repercusiones en España. La influencia  de Gran Depresión se dejó sentir en los sectores económicos más dinámicos, que orientaban su producción al comercio exterior. La caída de la demanda internacional comportó el retroceso de las exportaciones españolas. La crisis internacional repercutíó en España gracias a la depreciación de la peseta, puesto que mejoró la competitividad de las exportaciones.


Los cambios sociales

A pesar de la modernización de la economía, consideraban el patrimonio rústico como una fuente de riqueza. Entre los propietarios agrarios distinguimos: la vieja aristocracia, la burguésía financiera y la burguésía agraria. La burguésía financiera adquiríó importantes patrimonios rurales para diversificar sus inversiones y rentas. La burguésía agraria residía en el medio rural y provénía de antiguos propietarios que habían incrementado su patrimonio. En La Mancha, Andalucía y Extremadura existía una poderosa oligarquía agraria que controlaba las extensiones de tierra. En Castilla y León predominaba la pequeña y mediana propiedad, al igual que en Aragón, Cataluña y Levante. El campesinado había sufrido una disminución. Dentro de este grupo social había diferencias notables, unos eran propietarios, otros arrendatarios y otros jornaleros. Su situación dependía de las formas de propiedad. En Galicia eran frecuentes los subarriendos, en Cataluña los campesinos disfrutaban de una propiedad, en Extremadura tenían gran peso los pequeños arrendatarios de yuntas y en Andalucía comportaba la presencia de jornaleros. El aumento de clases urbanas significó la irrupción de la sociedad de masas. La burguésía industrial era escasa comparada con otros países y la integraban los industriales textiles catalanes y los siderúrgicos vascos. La burguésía financiera aumentó su peso con los nuevos negocios. El desarrollo comercial, financiero y administrativo comportó el desarrollo de las clases medias, formadas por los ‘cuellos blancos’, que era un grupo heterogéneo, fragmentado con diferencias según las regiones. Los obreros industriales formaban las capas populares urbanas. La mayoría de los asalariados se concentraba en determinadas zonas, como Cataluña, País Vasco… Sus condiciones de vida eran mejores que la de los jornaleros, pero soportaban sueldos insuficientes y largas jornadas laborales. El desarrollo de las ciudades comportó la imposición de nuevos valores sociales y nuevas formas de sociabilidad y ocio. A la creación de estas nuevas formas de vida contribuyó la extensión de nuevos medios de transporte (ferrocarril, metro, bus…) y el crecimiento de medios de comunicación (prensa, radio…). Una de las transformaciones más relevantes fue la mejora en la cualificación educativa, cuyo objetivo era alfabetizar a la población, lo cual originó una mayor demanda de ocio cultural. Se desarrolló el hábito de la lectura, que se evidenció en el aumento del número de libros y en la aparición de colecciones de novela. Surgíó la prensa de masas y se favorecía la formación de una opinión pública independiente. Este período conocíó también la costumbre de dedicar horas de ocio a la realización de actividades al aire libre, y se extendíó el excursionismo y el deporte. Lo más importante de las zonas de entretenimiento fue el cine.


T 11. El reformismo dinástico

La reina María Cristina otorgó su confianza a un nuevo líder conservador, Francisco Silvela, quien convocó elecciones. Se inició una política reformista, pero también se impulsó una política presupuestaria que aumentaba los tributos sobre los productos de primera necesidad y creaba nuevos impuestos para hacer frente a las deudas contraídas durante la Guerra de Cuba. Las nuevas cargas fiscales impulsaron un boicot a la recaudación de tributos. El sistema de la Restauración había sobrevivido al desastre del 98. En 1902 subíó al trono Alfonso XIII y ese momento coincidíó con una renovación del liderazgo de la dinastía. En 1903 alcanzó la jefatura del Partido Conservador Antonio Maura, mientras que el Partido Liberal se afianzaba de José Canalejas. Esta generación de políticos impulsó los más importantes proyectos de reforma. Antonio Maura se convirtió en jefe de gobierno, tenía un espíritu renovador y reformista y su proyecto político se recogíó en la consigna de revolución ‘desde arriba’. Intentó la regeneración del sistema a partir de la formación de una nueva base social, las llamadas ‘masas neutras’. Se llevó a cabo una reforma electoral (Ley Electoral, 1907) que no consiguió ni acabar con la corrupción ni democratizar el sistema político, pero que hizo más difícil el fraude electoral. Maura procuró atraer hacia el régimen el nacionalismo moderado no republicano.
El gobierno de Maura adoptó medidas económicas para reactivar la industria y promulgó la Ley de Colonización Interior. Aprobó algunas leyes y creó el Instituto Nacional de Previsión, dedicado a los seguros de obreros. La brutal represión que siguió a la revuelta fue la causa de la caída del gobierno conservador. En 1910, José Canalejas formó un gobierno liberal, su programa propónía la modernización política e intentaba atraer sectores a partir de un reformismo social y de limitar el poder a la iglesia. Abordó la reforma de financiación de la Iglesia y profundizó en la separación de la Iglesia y del Estado. La negativa de la Santa Sede comportó la promulgación de la Ley del Candado. Unos de los elementos de la política social fue la sustitución del impuesto de consumo por uno progresivo sobre la renta. También se reformó la Ley del Reclutamiento y se promulgaron leyes encaminadas a mejorar las condiciones laborales. Canalejas fue sensible al problema de las autonomías regionales, convencido de que su incorporación al sistema ayudaría a estabilizarlos. En consecuencia, el gobierno liberal elaboró la Ley de Mancomunidades.


Transformaciones económicas y cambios sociales en el s.XIX y primer tercio del s.XX.

Contexto histórico del 10


El primer tercio del Siglo XX estuvo marcado por el traslado de la hegemonía económica de Gran Bretaña a EEUU. Esta sustitución del país estuvo vinculada a una profunda transformación energética y tecnológica, que se expandíó por todas las economías industrializadas. La economía española se caracterizó por una tendencia general al crecimiento económico. España acortó distancias con respecto a las economías más desarrolladas de nuestro entorno e inició una lenta transformación económica y social. Este crecimiento quedó interrumpido por la Guerra Civil y el primer franquismo. A pesar del crecimiento, España continuaba teniendo una economía predominantemente agraria, poco competitiva y dominada por desigualdades. El resultado era una España dual: junto a zonas más industriales y modernas, persistían territorios cuya economía se basaba en una agricultura desarrollada.

Crisis del estado liberal, la segunda república y la Guerra Civil.

Contexto histórico del 11


El desastre del 98 produjo una conmoción general en el país. Como consecuencia el régimen de la Restauración entró en una nueva fase, que vino marcada por la subido al trono de Alfonso XIII y que finalizó con la proclamación de la Segunda República. Una nueva generación de políticos y movimientos sociales irrumpieron la vida española. El régimen de la Restauración fue incapaz de ensanchar su base social hacia esas nuevas fuerzas, que dieron lugar a un aumento de los conflictos sociales y políticos. Los partidos dinásticos, con Antonio Maura y José Canalejas, intentaron modernizar el sistema. La continua decadencia del régimen, dio lugar al fortalecimiento de la oposición republicana, obrerista y nacionalista. El problema colonial en Marruecos y el impacto de la Gran guerra agudizaron los conflictos. La incapacidad del sistema para renovarse acabó propiciando la solución militar y el Golpe de Estado de Primo de Rivera dio origen a una dictadura.

Contexto histórico t.12


El resultado de las elecciones de 1931 dio la victoria a las fuerzas republicanas y adquirió un carácter de plebiscito contra la monarquía. El rey Alfonso XIII renuncio a la corona, abandono España y el 14 de Abril se proclamo la república. El nuevo régimen se mostraba como una oportunidad para democratizar y modernizar el Estado mediante un programa de reformas económicas y sociales. Sin embargo, la República nació en circunstancias difíciles, el mundo debía hacer frente a la crisis mas grave del capitalismo, ademas el fascismo había comenzado su escalada y ponía en peligro los sistemas democráticos. En españa, el régimen republicano fue recibido con entusiasmo por las clases medias y populares, pero era percibido con temor por las élites sociales y económicas. La falta de tradición democrática en españa, la conflictividad social, la lentitud de las reformas y la oposición de los grupos conservadores condujeron a la inestabilidad política. Tanto el primer gobierno republicano, una coalición de fuerzas progresistas, como el siguiente gobierno de derechas tuvieron que adelantar las elecciones.
El triunfo del frente popular de izquierdas fue el pretexto para que los enemigos de la república decidieran alzarse en armas contra ella.


T 12. La proclamación de la república y el periodo constituyente


El 12 de Abril de 1931 se celebraron elecciones municipales en España, mediante sufragio universal masculino, la participación fue muy alta y las candidaturas republicano-socialistas triunfaron, se hizo evidente que una buena parte del electorado había apostado por un cambio de signo. El 14 de Abril los concejales de Eibar proclamaron la república, el rey Alfonso XIII decidió renunciar a la potestad real y ese mismo dia abandono el país. Los representantes de los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián constituyeron un gobierno provisional y proclamo oficialmente la Segunda República española. Los miembros de ese gobierno representaban las fuerzas de la conjunción republicano-socialista. Al margen de la coalición quedaban la derecha monárquica, los nacionalistas vascos y el obrerismo mas radical. El gobierno provisional convoco elecciones a Cortes constituyentes. El gobierno decreto una serie de medidas de extrema urgencia, una amnistía general para los presos políticos, la proclamación de las libertades políticas y sindicales y la designación de altos cargos de la administración. Las promesas de cambio de la nueva República contaron con un gran apoyo popular. La victoria fue republicano-socialista.

Las nuevas cortes republicanas ratifico en sus cargos al jefe del gobierno, Niceto Alcalá Zamora. Las cortes elaboraron un proyecto de constitución aprobada en 1931. La constitución de 1931 fue muy avanzada para su tiempo , tenia un marcado carácter progresista, establece que todos los poderes emanan del pueblo. El estado se configuraba de forma integral, se acepta la posibilidad de formar gobiernos autónomos en algunas regiones. El poder legislativo residía en las cortes, el poder ejecutivo recaía en el gobierno y el poder juducual en los jueces. Se reconocía una amplia declaración de derechos y libertades, se garantizaba la igualdad absoluta y la no discriminación, se reconocía la facultad del gobierno para expropiar bienes de utilidad social y se definía el trabajo como una obligación social, se concedía el voto a las mujeres. Existían discrepancias entre la derecha y la izquierda sobretodo en lo referente a cuestiones religiosa y autonómica, la aprobación de los artículos religiosos provoco la dimisión de los sectores católicos del gobierno por lo cual Manuel Azaña sustituyo en la jefatura del gobierno a Niceto Alcalá Zamora.

 El parlamento paso a ser el centro de la vida política del país. En la izquierda política destacaron dos partidos republicanos de ámbito estatal, los radical-socialistas y acción republicana, que contaba con Manuel Azaña. En el ámbito regional, lo mismo sucedió con la organización republicana de catalunya, todos estos grupos fueron partidos de grandes reformas pero no mantuvieron posturas revolucionarias. El partido mas solido en la izquierda era el PSOE, liderado por Largo Caballero, secretario general de la UGT. La CNT es el sindicato anarquista en el que se enfrentaron dos corrientes, los trentistas que defendían una orientación mas modernas y sindicalista, y por otra parte, un sector revolucionario alrededor de la FAI que defendían la vía insurreccional y armada.


Existían algunas formaciones republicanas de centro-derecha que contribuyeron al advenimiento de la república como partido radical o la derecha republicana. Los partidos conservadores y católicos se desmoronaron tras la proclamación de la república. Algunos manifestaron una oposición radical a la república, otros aceptaron al nuevo régimen republicano pero con planteamientos muy conservadores. Entre estos grupos destacan el partido agrario, el liberal demócrata y acción española, cuya misión era armar ideologicamente a la derecha y presentar a la monarquía católica y tradicional como la única defensa frente a la revolución social. El gran partido de la derecha católica y conservadora fue la confederación española de derechas autónomas dirigida por José María Gil Robles, defendía la propiedad agraria, el tradicional peso de la iglesia y del ejercito. En cataluña los grupos conservadores estaban representados por la Lliga regionalista y en el País Vasco por el partido nacionalista vasco.

Con una actitid hostil hacia la república existían grupos monárquicos como Renovación española liderado por José Calvo Sotelo, que defendía la necesidad de un Golpe de Estado y que llego a acuerdos electorales con los carlistas agrupados en la Comunión tradicionalista. Por ultimo, pequeños grupos de corte nacionalista y fascista crearon las juntas de ofensiva nacional sindicalista unidas mas adelante a Falange española dirigida por José Antonio Primo de Rivera, el hijo del dictador, presentaba una ideología antidemocratica, una defensa del nacionalismo español y se organizaron en grupos paramilitares de acción directa, dispuestos a enfrentarse con los militantes de la izquierda.


Las reformas del bienio de izquierdas(1931-1933)


Uno de los objetivos de la república fue limitar la influencia de la iglesia y secularizar la sociedad española, se permitieron el divorcio y el matrimonio civil y se secularizaro  los cementerios. El proceso se completo con la ley de congregaciones que limito la posesión de bienes a las ordenes religiosas y previo la posibilidad de su disolución en caso de peligro para el estado. El enfrentamiento mas grave se produjo con los jesuitas debido a un cuarto voto de obediencia al papa profesado por esta orden. Una buena parte del sector católico percibió la nueva legislación como una agresión al catolicismo, los movimientos anticlericales entre el 11 y 12 de Mayo de 1931 incendiaron conventos y edificios religiosos. La jerarquía eclesiástica no dudo en manifestar su antagonismo hacia la república y en movilizar a los católicos en su contra. La actitud hostil del cardenal Segura provoco que el gobierno optase por una medida de fuerza y dictase su expulsión del territorio español. El gobierno republicano estaba convencido de que el ejercito necesitaba una profunda transformación, Manuel Azaña impulso una reforma que pretendía crear un ejercito profesional y democrático, para ello se creyó necesario reducir los efectivos militares, acabar con la macrocefalia y terminar con la intervención del ejercito en la vida política. Se promulgo la ley de Retiro de la Oficialidad que establecía que todos los oficiales en activo debían prometer su adhesión a la república. Se clausuraron las capitanías generales y desaparecieron los tribunales de honor  y el consejo supremo de justicia militar, se creo la guardia de asalto, una fuerza de orden publico fiel a la república.

La reforma tuvo resultados limitados, se consiguió la disminución de los gastos del ejercito, pero dificulto la modernización del material, del armamento y de los equipamientos, ademas las reformas fue recibida por los llamados africanistas, como una agresión a la tradición militar y al poder del ejercito. La reforma de la agricultura fue el proyecto de mayor envergadura iniciado por la república, se pretendía poner fin al predominio del latifundismo y mejorar las condiciones de vida de los campesinos, esta reforma era esencial teniendo en cuenta el papel de la agricultura en la economía española. Una serie de primeros decretos establecieron la prohibición de rescindir los contratos de arrendamiento. También fijaron la jornada laboral de 8h en el campo, salarios mínimos y la obligación de poner en cultivo las tierras aptas para ello. La verdadera reforma consistía en la elaboración de una ley de Reforma Agraria aprobada por las cortes, el objetivo era la modernización de la agricultura, la ley permitía la expropiación sin indemnización de las tierras de una parte de la nobleza. La aplicación de esta ley se encomendó al instituto de la reforma agraria, los resultados fueron escasos y se asentaron muchos menos campesinos de los previstos. Las razones de este fracaso estarían en la complejidad de la propia ley, la lentitud y las dificultades para su aplicación, la falta de presupuesto y la resistencia de los propietarios. La aplicación de la ley de reforma agraria originio un considerable aumento de la tensión social, los grandes propietarios se opusieron a la reforma y se aliaron con los enemigos de la república. Los campesinos quedaron decepcionados con los resultados y se orientaron hacia posturas mas revolucionarias.


En cataluña el presidente de esquerra republicana de catalunya había proclamado la república catalana, esta proclamación creaba un grave problema, la negociación entre el gobierno provisional de la República y los dirigentes políticos catalanes permitió la anulación de esta decisión. Una comisión quedo encargada de redactar el estatuto que fue aprobado y presentado en las cortes. La constitución ofreció un marco legal al estatuto de autonomía de cataluña pero estableció recortes , la aprobación del estatuto contó con la virulenta oposición de la derecha y de algunos sectores republicanos, pero gracias a Manuel Azaña fue aprobada en sep de 1932. El régimen autonomio catalán contaba con un gobierno y un parlamento propios con competencias en materia económica, social, educativa y cultural, y Francesc macia fue elegido presidente de la generalitat. En el País Vasco aprobaron un proyecto de estatuto pero su aprobación se retraso debido a la oposición del republicanismo de izquierdas y de los socialistas. Ya iniciada la guerra, se aprobó un estatuto fruto de un consenso político entre nacionalistas, republicanos y socialista. José Antonio Aguirre fue elegido primer lendakari. En Galicia la conciencia nacionalista era menos acusada y el nacionalismo gallego distaba mucho de ser una fuerza hegemónica, en consecuencia, el proceso estatuario fue mucho mas lento.

Otra reforma importante fue la de la enseñanza, el obejtivo era promover una educación liberal y laica y hacer del estado el derecho a la educación a toda la población. El centro de su actividad fue la enseñanza primaria y se adopto un modelo de escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita. Por otro lado los dirigentes estaban convencidos de la necesidad de mejorar el nivel cultural y hacer de la cultura un derecho para la mayoría. Las llamadas Misiones Pedagógicas, formadas por grupos ambulantes de estudiantes, profesores, llevaban a las zonas rurales bibliotecas, coros, cines y teatros organizados por Federico García Lorca. El socialista Francisco Largo Caballero inicio una serie de reformas para mejorar las condiciones laborales, se aprobó la ley de contratos de trabajo y la ley de jurados mixtos. Se estableció la semana laboral de 40h y se estimulo el aumento de los salarios, se promovió la creación de seguros sociales, se redujo la jornada laboral y se reforzó el papel de los sindicatos agrícolas. Estas medidas provocaron la irritación de las organizaciones patronales que se opusieron y consiguieron frenar algunos proyectos como el de la intervención obrera en las empresas.


Los problemas de la coalición republicano-socialista


El cambio de régimen coincidió con la fase mas grave de la depresión económica mundial, esta crisis incidió de manera mas débil en la economía española debido a la reducida relación de nuestra economía con el mercado internacional, la crisis mundial paralizo la emigración a América, agravo los problemas internos de la economía española, paro agrícola, escasa competitividad internacional, etc. A estos problemas se sumaron los derivados de la política económica, aumento de salarios, no se correspondió con un crecimiento de la productividade hizo descender los beneficios empresariales. Esto dio a un aumento de descontento y la desconfianza del empresariado y de los propietarios, como consecuencia la inversión privada tuvo un hundimiento espectacular. Por ultimo el gobierno opto por una política orientada a disminuir el gasto publico y conseguir el equilibrio presupuestario. Pero la disminución tuvo repercusiones desastrosas sobre los sectores de bienes de inversión al reducirse la inversión publica y privada. La lentitud de las reformas provoco el desencanto y la impaciencia de los trabajadores teniendo en cuenta que el paro era muy alto, donde había predominio de latifundios, la reforma agraria representaba la única esperanza de mejorar su nivel de vida. La voluntad revolucionaria agudizo los enfrentamientos, la CNT vio la ocasión idónea para su proyecto revolucionario y fomento la conflictividad laboral. La conflictividad social alcanzo su punto álgido cuando a los intentos revolucionarios de la CNT se sumaron los sectores mas radicales del socialismo encabezados por Largo Caballero a través de la organización socialista, la federación de trabajadores de la tierra. El partido comunista aumento su afiliación. Las huelgas, insurrecciones y las ocupaciones de tierras fueron un progresivo aumento, los anarquistas propiciaron una sublevación de mineros en cataluña y de campesinos en Andalucía. Esta revuelta consistía en tomar el ayuntamiento, quemar el registro de la propiedad y declarar el comunismo libertario y finalizaban con la llegada de las tropas de la guardia civil, los socialistas alentaron revueltas campesinas como la de Castilblanco en Extremadura. Estos hechos produjeron un enorme desgaste del gobierno que se vio desacreditado como consecuencia de las duras medidas policiales adoptadas para establecer el orden publico, la crisis fue aprovechada para intentar acabar con la coalición republicano-socialista. Las reformas republicanas y la conflictividad social disgustaron a las élites ideológicas, económicas y sociales, todos estos grupos fueron organizados para oponerse al gobierno. El centro-derecha se reestructuro al rededor del partido radical que atrajo a grupos no tan opuestos a la república como a su carácter de izquierda, la derecha monárquica consiguió progresos e impulso grandes campañas como la oposición a la reforma religiosa, agraria y al estatuto de cataluña. La CEDA con un buen numero de afiliados. Asimismo, renovación española, la comunión tradicionalista y las JONS y de Falange, realizaron una actividad de agitación contra lo que ellos consideraban el avance del marxismo y el peligro de una revolución bolchevique. Algunos sectores del ejercito pretendieron aprovechar el descontento generado entre los grupos mas conservadores de la sociedad. El general Sanjurjo protagonizo un Golpe de Estado pero fracaso estrepitosamente, se creo la unión militar española como una organización clandestina de militares que tendría una activa participación en el Golpe de Estado.


El triunfo del frente popular


Para presentarse a las elecciones, los partidos de izquierda se agruparon en el frente popular, que defendía la concesión de una amnistía para los encarcelados por la revolución de Octubre de 1934, la reintegración en cargos y puestos de trabajo para los represaliados por razones políticas. La CNT no participo en el pacto, pero no pidió la abstención, los partidos de derecha formaron distintas coaliciones, constituidas por la CEDA, los monárquicos y los tradicionalistas (Bloque Nacional) pero las derechas no lograron confeccionar una candidatura única ni redactar un programa electoral consensuado. En las elecciones, el frente popular obtuvo el 48% de los votos y se convirtió en la fuerza ganadora, la derecha tuvo buenos resultados y aumento su fuerza en las dos Castillas, León, Navarra y parte de Aragón. De acuerdo con lo firmado en el programa del Frente Popular, el nuevo gobierno quedo formado exclusivamente por republicanos, Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República, con gran oposición de la derecha y de buena parte del ejército, y Casares Quiroga, jefe del gobierno.

El nuevo gobierno puso rápidamente en marcha el programa pactado en la coalición electoral, se decretó una amnistía y se obligó a las empresas a readmitir a los obreros despedidos a raíz de la huelga. El gobierno de la Generalitat volvíó de nuevo al poder y se restablecíó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, el nuevo gobierno reanudo el proceso reformista y presento un proyecto para la devolución de los bienes comunales a los municipios y la reanudación de los asentamientos de campesinos. Esperanzados con las nuevas perspectivas de cambio, los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una nueva movilización popular, los anarquistas defendían la necesidad de acciones revolucionarias y un sector del socialismo se orientaba hacia soluciones radicales cercanas a las del PCE, se convocaron huelgas para pedir la mejora de las condiciones laborales. La nueva situación fue recibida por las derechas con absoluto rechazo, utilizando la “dialéctica de los puños y las pistolas”, grupos de falangistas formaron patrullas armadas que iniciaron acciones violentas contra los líderes izquierdistas.

La creación de un clima de violencia era una estrategia que favorecía a los sectores decididos a organizar un Golpe de Estado militar contra la República. La misma noche de las elecciones de Febrero, Franco intento declarar el estado de guerra, en los primeros momentos, la conspiración militar tuvo escasa fuerza y mala organización hasta que se puso al frente el general Emilio Mola, su plan consistía en organizar un pronunciamiento militar simultaneo en todas las guarniciones posibles, con protagonismo especial del ejercito de África, al mando del general Franco. Para frenar los rumores golpistas, el gobierno traslado de destino a los generales más implicados en los complots pero no se atrevíó a destituirlos. La conspiración militar contaba con el apoyo de las fuerzas políticas de la derecha, se establecieron contactos con la Italia fascista y la Alemania nazi. El dia 14 de Julio se produjo en Madrid el asesinato de José Calvo Sotelo que colaboraba con las milicias de izquierda, su muerte acelero los planes golpistas.


El bienio conservador (1933-1935)


Las elecciones generales se celebraron el 18 de Noviembre. Fueron las primeras en las que votaron las mujeres. La izquierda se presentó a los comicios desnuda: los republicanos y los socialistas presentaron candidaturas separadas. Por el contrario, la derecha se presentó unida y organizada. El resultado fue la victoria de los partidos centro-derecha, lo cual inauguró el gobierno conservador, conocido como Bienio Negro. Dos fuerzas políticas obtuvieron los mejores resultados: el Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles. El nuevo gobierno, presidido por Lerroux, inició su mandato paralizando parte del proyecto reformista anterior. En el campo se frenó la reforma agraria, los propietarios mostraron su voluntad de desquitarse de las reformas agrarias y los campesinos respondieron con huelgas. La cuestión agrícola enfrentó al gobierno central con la Generalitat de Cataluña a raíz de la promulgación de la Ley de Contratos de Cultivo, la cual permitía a los arrendatarios de las viñas acceder a la propiedad de las tierras que trabajaban pagando unos precios tasados. Los propietarios catalanes buscaron el apoyo en las Cortes. El gobierno de la Generalitat no aceptó la anulación y aprobó una ley dejando el conflicto en una situación crítica. El gobierno también intentó contrarrestar la reforma religiosa aprobando un presupuesto de culto y clero e iniciando negociaciones con la Santa Sede. En cuanto al ejército, no se anuló la reforma pero se aprobó una amnistía para los colaboradores con la dictadura de Primo de Rivera. Las reformas impulsadas en el bienio de izquierdas tuvieron como consecuencia una radicalización del PSOE y la UGT. El sector radical del PSOE y los anarquistas declararon una guerra contra el nuevo gobierno, que se materializó en huelgas y conflictos. La CEDA endurecíó su posición exigiendo participar en el gobierno bajo la amenaza de retirar su apoyo parlamentario. Lerroux accedíó a estas peticiones y otorgó tres carteras ministeriales a la CEDA. Al día siguiente de la formación del nuevo gobierno se produjeron huelgas y manifestaciones para defender las reformas sociales. En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social, fruto del acuerdo previo entre anarquistas, socialistas y comunistas. Columnas de mineros armadas ocuparon el pueblo y partes de los cuarteles de la Guardia Civil. La represión fue durísima. En Cataluña, la revuelta tuvo carácter político. Contó con el respaldo de Lluís Companys, sucesor de Francesc Macià. Proclamó el 6 de Octubre la República catalana dentro de la República Federal española, al mismo tiempo que una alianza de partidos y sindicatos de izquierda organizaba una huelga general. Se declaró el estado de guerra y el ejército, al mando del general Batet, ocupó el palacio de la Generalitat. Se suspendíó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, se anuló la Ley de Contratos de Cultivo y los campesinos fueron obligados a pagar la totalidad de las rentas, incluidos los atrasos. Se devolvieron las propiedades a los jesuitas y se nombró a Gil Robles ministro de Guerra y a Franco jefe de Estado Mayor. La CEDA presentó un anteproyecto para modificar la Constitución, que recogía una revisión muy restrictiva de la autonomía, la abolición del divorcio y la negación de la posibilidad de expropiación de tierras. Una fuerte crisis de gobierno estalló en el otoño de 1935. El Partido Radical se vio afectado por una serie de escándalos de corrupción, como el caso de estraperlo.


Las fuerzas de oposición

El republicanismo fue la principal fuerza de oposición y constituyó la minoría más numerosa, pero tuvo el problema de su fragmentación en diversos grupos. Con la finalidad de dar homogeneidad al republicanismo nacíó la Uníón Republicana liderada por Nícolás Salmerón y por Alejandro Lerroux. La Uníón Republicana consiguió éxitos electorales y se acercó a los nacionalismos regionalistas. Esta orientación del partido fue rechazada por un sector que se escindíó y fundó el Partido Radical de carácter anticatalanista. Con un discurso logró influir en sectores de las clases populares catalanas. La colaboración del republicanismo con el PSOE llevó a la creación de la Conjunción republicano-socialista, que tuvo éxito en las elecciones de 1910. Aparecíó un nuevo grupo político de carácter republicano, el Partido Reformista, y éste partido nunca llegó a ser una formación numerosa. En Cataluña destacó e predominio político de la conservadora Liga Regionalista, que tuvo éxitos en las elecciones y gobernó la Mancomunidad de Cataluña. Se creó el Centre Nacionalista Republicà y la Uníó Federal Nacionalista Republicana. Como reacción a la política anticatalinasta del gobierno liberal, se constituyó la coalición electoral Solidaridad Catalana, que tuvo éxito en las elecciones de 1907. Se creó el Partit Republicà Català y surgieron Acció Català y Estat Català. Pero el catalanismo republicano fue derrotado cuando su uníón en un nuevo partido, Esquerra Republicana de Catalunya, lograría el triunfo en las elecciones. El nacionalismo vasco estuvo marcado por las disputas sobre los aspectos que debían predominar en el PNV, el cual pasó a llamarse Comunión Nacionalista Vasco. A pesar de la fragmentación política, el gran auge económico del País Vasco favorecíó el crecimiento del nacionalismo. El PNV creó su propio sindicato de confesionalidad católica, Solidaridad de Obreros Vascos para atraer a los obreros. En los inicios del Siglo XX el carlismo mantuvo su presencia y sus bases. En 1909 fallecíó Carlos de Borbón siendo sucedido por su hijo Jaime de Borbón. La disputa más importante se produjo a raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando un sector del partido se manifestó y uno de los principales hombres abandonó la militancia y fundó el Partido Tradicionalista. Asimismo, el Partido Católico Nacional se manifestaba ajeno a las formas de gobierno. Las bases militares del integrismo se concentraban en Navarra, el País Vasco, Cataluña y Andalucía y otras regiones. Con la llegada de la República en 1931, los tres grupos consiguieron reunificarse en un solo partido que se llamaría Comunión Tradicionalista. Entre las fuerzas sociales que el régimen fue incapaz de incorporar figuraron las del movimiento obrero: el PSOE, la UGT y la CNT. El PSOE era todavía una fuerza pequeña, pero con sólidas bases que le permitieron un progresivo crecimiento. El partido se organizó a través de las Agrupaciones Socialistas Locales, reunidas en las Agrupaciones Provinciales. La dirección la ejercía un Comité Nacional que presidíó Pablo Iglesias. El partido seguía unas directrices que marcaron su actuación: la preservación de la organización, la diferenciación con respecto a los partidos burgueses y la convicción de que el socialismo debía aprovechar las oportunidades que daba el sistema parlamentario.

El PSOE obtuvo concejales de Madrid y Pablo Iglesias consiguió un acta de diputado. Con respecto a la UGT, su crecimiento fue todavía mayor. Se mostró partidario de la acción política para conseguir reformas sociales y laborales y defendíó la participación de representantes obreros en los organismos estatales. Destacó Francisco Largo Caballero, que llegaría al cargo se secretario general de la UGT. La organización del sindicato se basaba en la federación, a escala local y provincial. Pese al fracaso de la huelga general y de la represión, el sindicalismo socialista empezó a crecer. Crearon la Solidaridad Obrera, una federación de asociaciones de trabajadores de carácter apolítico, reivindicativo y favorable a la lucha revolucionaria. Solidaridad Obrera impulsó la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo. La CNT se definía como revolucionaria y tenía una ideología basada en la independencia del proletariado con respecto a la burguésía y a sus instituciones, por lo que se declaraba apolítica; la necesidad de la unidad sindical de los trabajadores; y la voluntad de derribar al capitalismo. La acción revolucionaria se llevó a cabo mediante la huelga general revolucionaria. En los años posteriores a la guerra, la CNT pasó de 15000 afiliados a 700000. En este crecimiento resultaron fundamentales el Congreso de Sants y el Congreso de la Comedia. En ambas reuniones se tomaron acuerdos, como la creación de los Sindicatos Únicos de Industria y se reafirmó el apoliticismo y la necesidad de la negociación directa entre obreros y patronos.

De la semana trágica a la huelga revolucionaria (1909-1917)


España consolidó su penetración en el norte de África. La conferencia de Algeciras y el Tratado hispanofrancés establecieron un protectorado francoespañol en la zona de Marruecos. A España le correspondíó el territorio de EL Rif con la obligación de pacificarlo y organizarlo. El interés español por esta gestión venía estimulado por los beneficios y el deseo de restaurar el prestigio del ejército. La presencia española en esta área estuvo contestada por los ataques de rifeños, organizados en cabilas, lo cuales infligieron una derrota en el Barranco del Lobo. Se decidíó aumentar el número de soldados en el Rif y se dispuso que partieran desde Barcelona, lo que provocó un movimiento de protesta popular. La movilización contra la guerra se inició en el puerto de Barcelona durante el embarque de tropas hacia Marruecos. Se constituyó un comité de huelga de lerrouxistas, socialistas y anarquistas, pero derivó en una revuelta popular que acabó siendo un estallido de las tensiones sociales acumuladas. Los incidentes en la calle se multiplicaron, se produjeron enfrentamientos y explotó un sentimiento anticlerical que desembocó en el ataque e incendio de centros religiosos. Las autoridades respondieron declarando el Estado de guerra y enviando refuerzos para reprimir las manifestaciones. La falta de dirección y coordinación políticas derivó hacia la acción incontrolada de grupos. La represión posterior fue muy dura por parte del gobierno de Maura. Los procesos penales se encomendaron a Tribunales Militares.


La represión de la Sema Trágica levantó una oleada de protestas. El gobierno conservador de Maura tuvo que enfrentarse a duras críticas y los liberales y los republicanos se unieron para exigir su dimisión. La oposición a Maura, bajo la fórmula ‘¡Maura no!’, consiguió que Alfonso XIII disolviera las Cortes y traspasara el gobierno a los liberales. Estando al frente del gobierno el conservador Eduardo Dato, se produjo el estallido de la Primera Guerra Mundial que enfrentó a los imperios centrales con las potencias aliadas. Dato declaró la neutralidad española, manteniendo al país fuera del conflicto y evitando el grave desastre que hubiera significado para la población. Esta situación supuso una oportunidad para la economía del país. La guerra permitíó exportar productos industriales y agrarios, y los industriales hicieron grandes negocios. Al dedicarse a la exportación, los precios interiores experimentaron alzas desorbitadas que no fueron acompañadas de subidas de sueldo.

 El conflicto social fue creciendo y las organizaciones obreras encabezaron una protesta que terminó en huelga. En 1917 se produjeron conflictos sociales y políticos en Europa y en Octubre se producía la revolución bolchevique. La coincidencia entre las dificultades del sistema político de la Restauración, el descontento militar y la conflictividad social provocaron una protesta generalizara antigubernamental. El hecho de que los ascensos se obtuvieran por méritos de guerra, agravaba la situación. Además, la inflación había disminuido el valor real de los bajos salarios militares. El fuerte descontentos entre oficiales provocaron la formación de las Juntas de Defensa, las cuales reclamaban un aumento salarial y se opónían a los ascensos por méritos de guerra. El manifiesto de Junio de 1917 culpaba al gobierno de los males y hacia un llamamiento a la renovación política, e hizo creer en sectores las esperanzas de que el ejército podría sumarse a un movimiento que exige la renovación. El gobierno conservador había sustituido por un gabinete presidio por el conde de Romanones, que continuó las prácticas de corrupción política y cerró las Cortes, pero Dato volvíó a asumir el poder y volvíó a abrir las Cortes. Como reacción se organizó una Asamblea de Parlamentarios que exigíó la reforma de un gobierno que convocase Cortes para reformar el sistema político, pero el gobierno lo prohibíó. El movimiento parlamentario desaparecíó sin conseguir la reforma. Las centrales sindicales CNT y UGT acordaron firmar un manifiesto en el que se instaba al gobierno a intervenir para contener los precios bajo la amenaza de convocar una huelga general. La tensión estalló a raíz de un conflicto ferroviario en Valencia, y la UGT decidíó llamar a la huelga general. La huelga tuvo una incidencia muy desigual, se produjeron incidentes importantes en muchos puntos del país. La reacción del gobierno fue represiva: se declaró la Ley Marcial y se envió al ejército a aplacar el movimiento. La huelga general fracasó y no consiguió contar con el apoyo de amplios sectores, pero tuvo enormes consecuencias: debilitó aún más al régimen, que demostró su brutalidad, y radicalizó a la oposición.


La descomposición del sistema (1917-1923)


El régimen de la Restauración entró en descomposición a causa de los nulos deseos de renovación política y de la fuerte heterogeneidad y debilidad de la oposición. Los partidos dinásticos se fragmentaron en grupos encabezados por diferentes políticos, con lo cual no era posible reunir parlamentarias suficientes para constituir gobiernos estables. Se recurríó a la solución de los gobiernos de concentración, y el más relevante fue el Gobierno Nacional. Fracasados estos gobiernos, se volvíó al turno dinástico: el país conocíó diez cambios de gobierno y ninguno alcanzó un año de vida. A pesar de recurrir al fraude electoral ningún partido reuníó la mayoría parlamentaria para gobernar y fue constante el recurso a la suspensión de las garantías constitucionales. Los años posteriores a la 1ª Guerra Mundial fueron de gran conflictividad y el establecimiento del Estado soviético dio esperanzas a los revolucionarios. El final del conflicto propició un cambio de las condiciones económicas, lo cual provocó la movilización obrera y un crecimiento del sindicalismo. Se inició una huelga en La Canadiense que paralizó al 70% de la industria local. La huelga duró mes y medio y finalizó con un acuerdo por el cual la patronal aceptaba la readmisión de los despedidos, aumentos salariales y la jornada de ocho horas, pero el incumplimiento de la promesa provocó una represión contra los sindicatos. En Andalucía, la situación de miseria dio paso al trienio bolchevique. Los anarquistas y los socialistas impulsaron revueltas campesinas motivadas por el hambre de tierras y de las condiciones de vida. Córdoba se convirtió en la punta de lanza de un movimiento campesino. La declaración del Estado de guerra, la ilegalización de las organizaciones obreras y la detención de sus líderes pusieron fin a la rebelión. La conflictividad laboral degeneró en una radicalización. Para detener la fuerza sindical, los patronos instituyeron la Federación Patronal, contrataron a pistoleros a sueldo y recurrieron al lockout. Fundaron el Sindicato Libre fomentando las acciones violentas contra el sindicalismo anarquista. Algunos grupos de la CNT respondieron practicando un activismo violento, entre los cuales cabe citar a Los Solidarios. La federación patronal exigía medidas de fuerza y el gobernador protagonizó una política de protección de los pistoleros de la patronal; ejercíó una dura represión contra los sindicalistas y puso en práctica la Ley de Fugas. Todo ello originó la época conocida como el pistolerismo, durante la cual tuvieron lugar atentados entre los que murieron Dato, conocidos empresarios y Francesc Layret. En la zona oriental del protectorado de Marruecos, las tribus rifeñas hostigaban al ejército español de forma permanente. Se intentaron controlar a los rebeldes y para dirigir el ejército de la zona se nombró al general Silvestre, el cual inició una inofensiva que acabó en un desastre. El ejército fue derrotado en Annual y se iban a pedir responsabilidades que podrían implicar al propio monarca, movilizó al ejército y los de la derecha.


La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)


Primo de Rivera y los sectores que le dieron apoyo defendieron su acción como una solución para poner fin a la crisis política y a la conflictividad social del país. Entre las razones que justificaban la necesidad de cambiar la situación destaca: la inestabilidad y el bloqueo del sistema político, el miedo de las clases acomodadas a una revolución social ante el auge de la conflictividad obrera y campesina, el aumento de la influencia del republicanismo y de nacionalismos, y el descontento del ejército tras el desastre de Annual. En la decisión de Primo influyó el deseo de evitar que las Cortes exigieran responsabilidades por la guerra de Marruecos. Primo de Rivera justificó el golpe militar a través de un discurso que se centraba en la crítica de la vieja política. En su manifiesto inaugural, anunció su voluntad de limpiar el país de caciques y acabar con el bandidaje político. Apuntan que Primo pretendía evitar que el régimen político acabara por democratizarse. El último gobierno de concentración de García Prieto pretendía una reforma de la Constitución, de la Ley electoral, del sistema de turnos de partidos y de las relaciones laborales. La dictadura fue una solución constitucional para frenar la posible reforma del sistema. La dictadura de Pirmo de Rivera atravesó dos fases sucesivas. Hasta 1925 gobernó el Directorio Militar, pero a partir de ese año, el gobierno dictatorial incluyó a Calvo Sotelo en Hacienda y a Aunós en el Ministerio de Trabajo, por lo que pasó al Directorio Civil. Las primeras medidas del Directorio Militar mostraron: suspensión del régimen constitucional, disolución de las cámaras legislativas y la prohibición de las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos. Como una de las intenciones de Primo era eliminar el caciquismo, se elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial. Se disolvieron ayuntamientos y fueron sustituidos por juntos de vocales. La regeneración prometido quedó en una gran farsa. Durante la primera etapa de la dictadura, el conflicto de Marruecos centró el interés de Primo de Rivera y se organizó el desembarco de Alhucemas, que se saldó con éxito. Tras varias derrotas, Abd el-Krim se rindió. Primo intentó institucionalizar su régimen para darle continuidad y permanencia. El modelo e influencia del fascismo italiano fue muy clara. El camino hacia un régimen autoritario comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva. Para promover la adhesión al nuevo sistema se creó un partido único, la Uníón Patriótica, cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura y seguir las directrices del poder. Se reactivó la antigua institución del Somatén para colaborar en el mantenimiento de orden público. La dictadura se benefició de la buena coyuntura económica internacional tras la 1ª Guerra Mundial. La idea rectora fue la nacionalización de sectores de la economía y el aumento de la intervención estatal.


El Estado tuvo un protagonismo notable gracias al fomento de las obras públicas. Se concedieron grandes monopolios, como el de telefonía, y la exclusividad en la importación y venta de petróleo a Campsa. Todo ello fue financiado mediante los Presupuestos Extraordinarios, pero se iba acumulando una gran deuda. El mundo agrario siguió en manos de grandes propietarios sin que se emprendiera alguna reforma. Se creó la Organización Corporativa Nacional que regulaba los conflictos laborales a través de los Comités Paritarios, formados por patronos y obreros, cuya misión era la reglamentación de los salarios y de las condiciones de trabajo. La oposición a la dictadura estuvo integrada por partidos dinásticos, republicanos, nacionalistas, comunistas, anarquistas, sectores del ejército e intelectuales. Los antiguos partidos participaban en conspiraciones militares como el complot de la sanjuanada. Con respecto a los intelectuales y el mundo universitario, la dictadura pretendíó controlarlos mediante la censura y limitando su libertad. El conflicto derivó protestas y fue el origen de la Federación Universitaria Española. El enfrentamiento de los intelectuales estuvo protagonizado por Ortega y Gasset, Unamuno… El conflicto político más persistente se produjo con el republicanismo y los nacionalismos. La oposición de republicanos fue permanente y organizaron la Alianza Republicana. En Cataluña, las medidas de Primo, como la liquidación de la Mancomunidad, provocaron un notable distanciamiento entre sectores que habían acogido la dictadura con simpatía. La CNT se mostró contraria al régimen y fue perseguida, lo que agravó el enfrentamiento entre los partidarios de posturas violentas y los que defendían posiciones más posibilistas. Los primeros crearon la Federación Anarquista Ibérica. La creciente oposición a Primo de Rivera se intensificó cuando el rey y su camarilla se convencieron de que la dictadura era un peligro para la permanencia de la monarquía, por lo que el rey optó por retirar su confianza a Primo, el cual dimitíó. El general Berenguer lo sustituyó con la misión de celebrar unas elecciones que permitieran retornar a la normalidad constitucional. Los republicanos, catalanistas de izquierda y el PSO acordaron la firma conjunta del Pacto de San Sebastián, un comité revolucionario que debería convertirse en el gobierno de la República. Berenguer fue sustituido por Aznar, que puso en marcha tres niveles: municipales, provinciales y legislativos. El gobierno decidíó convocar elecciones municipales. Se intentaba volver a la normalidad, pero Alfonso XIII se había comprometido con la dictadura y las elecciones de presentaron con plebiscito a favor o en contra de la monarquía.

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