*la dimension internacional de la guerra civil. la guerra civil española en sus origenes fue un conflicto interno derivado de las graves tensiones sociales y de la polarizacion politica.


Tema 14.3 (segunda parte).

La guerra civil

La dimensión política e internacional del conflicto.
Las consecuencias de la guerra.La guerra civil española se inicia tras un golpe de Estado contra la II República el 17 de julio de 1936. Europa vivía entonces momentos de gran tensión internacional, previos al estallido de la II Guerra Mundial. Mussolini en Italia y Hitler en Alemania habían alcanzado ya el poder. Ambos negaban la validez de la democracia, el sistema parlamentario, los derechos humanos y el liberalismo económico. La Alemania nazi había iniciado su expansión territorial por Europa, ante la política de apaciguamiento seguida por Francia y Gran Bretaña. Por otro lado, la URSS, bajo Stalin, había dado la consigna de crear en Europa frentes populares en los que los comunistas colaborarían con los socialistas y otros partidos de izquierda para frenar el avance del fascismo y el nazismo en Europa. El Frente Popular era la coalición que gobernaba la República en España cuando estalla la guerra.Al poco de iniciarse el conflicto, éste adquirió una dimensión internacional. Pronto, los insurrectos (afines ideológicamente al fascismo y al nazismo) comenzaron a recibir ayuda militar alemana e italiana. La ayuda aérea alemana fue crucial para el traslado del ejército comandado por Franco desde Marruecos a la Península. En cambio, el gobierno republicano (aunque gozaba de pleno reconocimiento internacional) tropezó pronto con dificultades para adquirir armas en otros países. El gobierno francés de León Blum, tras titubeos, optó por prohibir el suministro de armas a España en agosto de 1936. El gobierno conservador británico era contrario a apoyar a la izquierda en España, y no quería incomodar a Hitler, por lo que se mantuvo neutral.Las potencias europeas decidieron hacer todo lo posible para evitar que el estallido de la guerra civil española supusiese el inicio de la II Guerra Mundial. El 1 de agosto de 1936 el gobierno francés emitió la propuesta a la comunidad internacional para la adopción de un «Acuerdo de No Intervención en España», que fue firmado por los países europeos más importantes. En septiembre de 1936 se creó en Londres el Comité de No Intervención, que vigilaba que se cumpliese el acuerdo. En realidad, el Comité tuvo limitados efectos, ya que no se preveían medidas de sanción para los contraventores, y ambos bandos recibieron ayuda militar y logística de otras naciones.Stalin vendió armas a la República española hasta agosto de 1937, y esta ayuda fue fundamental para la defensa de Madrid frente a las tropas de Franco. Para efectuar el pago, la República utilizó las reservas de oro del Banco de España (el llamado oro de Moscú). Con el fin de contrarrestar la ayuda soviética, Hitler decide el envío de la Legión Cóndor (una unidad aérea de combate) que bombardeó en abril de 1937 la villa vasca de Guernica, provocando un gran número de víctimas civiles y un gran impacto en la opinión pública internacional.Italia envió importantes efectivos de tropa (unos 50.000 italianos) que combatieron al lado de los nacionales. Su intervención fue decisiva en la conquista de Málaga, en los ataques al Noreste de Madrid y en la toma de Santander. Por su parte, empresas norteamericanas vendieron petróleo y vehículos a los sublevados. Portugal permitió el libre paso de armas para el ejército de Franco por la frontera, y esa ayuda contribuyó al avance de Franco por Extremadura.La política francesa de no intervención a favor de la República fue un factor fundamental en su derrota. Sin embargo, sí colaboró para que las armas procedentes de la URSS entrasen en Cataluña a través de la frontera.Las Brigadas Internacionales estuvieron constituidas por grupos de voluntarios antifascistas que combatieron al lado de la República. No todos eran comunistas, pero eran reclutados por la Internacional Comunista en muchos países del mundo (franceses, alemanes, austriacos, italianos, británicos y estadounidenses fueron los más numerosos). Fueron unos cuarenta mil y tuvieron un papel importante en la defensa de Madrid y en las batallas del Jarama y Teruel. Abandonaron España en septiembre de 1938.El 1 de abril de 1939 termina la guerra civil española, con la victoria de los sublevados. Se iniciaba la dictadura franquista. El general Franco reunió en su persona todos los poderes.La guerra civil española había provocado centenares de miles de muertos (los cálculos se estiman en 500.000 personas) y miles de exiliados políticos (una cifra similar, entre ellos muchos de los intelectuales de más prestigio) Ya durante el conflicto, los «niños de la guerra» fueron evacuados a países extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar en enero y febrero de 1939, como consecuencia de la conquista de Cataluña. A todo ello hay que añadir una profunda fractura de la sociedad española entre vencedores y vencidos. Varias fueron las generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión posterior.Los vencedores iniciaron una violenta represión que tenía por objeto la venganza y la eliminación de quienes consideraban enemigos de España: aquéllos que directa o indirectamente habían apoyado a la República. A tal fin, al poco de terminar la guerra, el régimen de Franco promulgó una serie de leyes como la Ley de la Represión de la Masonería y el Comunismo, la de Seguridad del Estado y la de Responsabilidades Políticas. Sin embargo, los juicios distaban mucho de ser justos. Las ejecuciones, las largas condenas de cárcel y las torturas policiales constituyeron la parte más brutal de la represión de la primera etapa del franquismo.La guerra fue una verdadera catástrofe económica. La renta per cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950. Quedó destruido el tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una economía básicamente agraria. Se destruyeron cientos de miles de viviendas. Aumentó la deuda externa. Las perdidas fueron especialmente importantes en las grandes infraestructuras y en los transportes. Era habitual la carestía de alimentos y de artículos de primera necesidad.Tras terminar la guerra, la República Española en el exilio continuó considerándose el gobierno legítimo de España, y así fue reconocido por algunas naciones, como México. Mantuvieron la continuidad de esa representación entre 1939 y 1977. La sede el gobierno en el exilio se ubicó primero en Ciudad de México para trasladarse el 8 de febrero de 1946 a París, Francia.

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