La nueva democracia española a través de sus gobiernos

Los gobiernos democráticos

  1. El primer gobierno constitucional. El estado de las autonomías

Las elecciones del 1 de Marzo de 1979 ofrecieron ligeras modificaciones respecto de los resultados de Junio de 1977. Nuevamente la UCD se azaba con el triunfo electoral.
Ese triunfo permitía a su líder, Adolfo Suárez afrontar su tercer mandato como presidente del gobierno.
El PSOE liderado por Felipe González y Alfonso Guerra se consolidaba como una futura alternativa de gobierno.

La Allianza Popular de Fraga, perdía casi la mitad de los 16 diputados obtenidos en 1977, mientras que el Partido Comunista de Santiago Carrillo no se hacía con el voto de la izquierda.

Los nacionalistas catalanes con Jordi Pujol, y el PNV manténían su electorado. La mayor novedad llegó de la mano del PSA- Partido Socialista de Andalucía- que conseguía 5 diputados.

Suárez afrontaba el reto de gobernar bajo una Constitución que daba cobertura a las iniciativas legislativas de las Cortes, aunque obligaba a poner ene marcha algunos de los mecanismos establecidos en el texto constitucional. El mas importante de ellos era perfilar y vertebrar el denominado Estado de las Autnomías.

De acuerdo con el texto constitucional, al establecer distinciones entre nacionalidades y regiones para el acceso a la autonomía, quedaban establecidas dos vías claramente diferenciadas. La primera supónía la existencia de un gobierno autónomo con competencia en amterias tan importantes como sanidad, educación o infraestructuras, mientras que la segunda significaba una mera descentralización administrativa.

La llamada vía del artículo 151 quedaba reservada para las denominadas nacionalidades históricas, fue otorgada a Cataluña, País Vasco y Galicia. La presencia del PSA en el Congreso de Diputados hizo aflorar con fuerza la disconformidad de los andalucistas con dicho planteamiento( herederos de Blas Infante)

 2 La crisis de la UCD y dimisión de Suárez.

Las divergencias en torno a la construcción del Estado de las Autonomías abrieron un profundo debate en el seno de la coalición gobernante. El ministro de Administración Territorial, Clavero Arévalo, dimitíó ante la negativa del gobierno de Suárez a convocar un referéndum en Andalucía.

Sometido a fuertes presiones, Suárez acabó por convocar el referéndum, donde preguntaba a los andaluces acerca de sus preferencias para acceder a la autnomía. La convocatoria del referéndum y el desarrollo de la campaña agrandaron las divergencias en UCD, sobre todo a partir de los inesperados resultados. La inequívoca voluntad de los andaluces de conducir su proceso autonómico por la misma vía que catalanes, vascos y gallegos.


La crisis económica arrastrada desde 1973 y las elevadas tasas de paro eran otro de los factores de malestar entre los llamados barones de UCD, como Fernández Ordóñez, Óscar Alzaga, Garrigues Walker o Calvo Sotelo, algunos de los cuales cuestionaban el liderazgo de Suárez.

A ello, se sumaba el malestar existente en sectores de ejército disconfrmes con las medidas políticas adoptadas por Suárez, que había sido Secretario General del Movimiento, y lo tachaban de traidor a aquellos principios (sin considerar el esfuerzo del presidente para transformar la dictadura franquista en un régimen parlamentario).

Acosado desde fuera y cuestionado en el seno de su propio partido, el 27 de Enero Suárez dimitíó y se convocó un congreso extraordinario de la UCD, donde se eligió a Calvo Sotelo como candidato a la presidencia.

La dimisión de Suárez no fue la causa de la crisis de UCD, sin embargo su marcha aceleró el declive de la coalición centrista. La descomposición era cada vez más evidente, y ante lo insostenible de la situación Calvo Sotelo deicidió adelantar las elecciones a Octubre de 1982.

  1. Una intentona involucionista. El Golpe de Estado de 1981.

Las tensiones propias de una situación de crisis económica, así como los problemas generados or una intensa actividad terrorista desatada por ETA y el GRAPO, alimentaban los deseos involucionistas de los grupos de la derecha radical- Fuerza Nueva, Guerrilleros de Cristo Rey o Falange Española- y de los sectores mas conservadores del ejército. Todo ello alimentaba actitudes golpistas.

En los entierros de las numerosas víctimas del terrorismo se vivían momentos de tensión. Los mas exaltados gritaban contra el gobierno y la democracia, a la par que alentaban al ejército a intervenir. Se cuestionaba no sólo al gobierno, sino a la propia jefatura del estado, representaba por el rey Juan Carlos I.

El 23 de Febrero de 1981, un mes después de que Suárez anunciase su dimisión, mientras se procedía a votación de investidura de Calvo Sotelo, un grupo de guardias civiles, a las órdenes del teniente coronel Tejero Molina,


irrumpíó  en el hemiciclo, interrumpiendo la votación. La representación de la soberanía quedaba secuestrada.

En el Congreso de los Diputados se vivieron momentos de fuerte tensión que pudieron ser vistos en directo al quedar en funcionamiento una cámara, que emitíó los graves hechos que allí tenían lugar. Las horas siguientes fueron de incertidumbre al controlar los golpistas algunos puntos estratégicos. El teniente general Milans del Bosch declaró el estado de guerra y sacó los tanques a la calle.

Al filo de la media noche, Juan Carlos I desautorizó el golpe y conminó a los militares golpistas a deponer su actitud. El general Milans del Bosch ordenó el regreso a los cuarteles de las tropas que patrullaban las calles de Valencia y al día siguiente el teniente coronel Tejero se entregaba y los guardias civiles que habían asaltado el palacio de la Carrera de San Jerónimo el Congreso de los Diputados.

Los días siguientes, grandes manifestaciones recorrieron las calles de las principales ciudades del país, invocando a la Constitución y proclamando su voluntad de continuar por la senda de la democracia.

4.El gobierno de Calvo Sotelo.

El gobierno de Calvo Sotelo no logró frenar los graves enfrenamientos internos de la UCD, que se sumíó en un grave proceso de descomposición interna. Con dificultades trató de hacer frente a la crisis económica y las graves secuelas sociales derivadas de la misma. Otra de sus principales preocupaciones fue afrontar las consecuencias derivadas del fallido Golpe de Estado. Se abríó un juicio contra los implicados y se dictaron diversas condenas.

Una de las prioridades del gobierno fue impulsar una política exterior de acercamiento a Europa y sus instituciones. Calvo Sotelo llevó a cabo la adhesión de España a la OTAN, la alianza militar de los países occidentales, considerada como paso previo e imprescindible para la entrada de España en la Comunidad Europea. Esto significaba un reforzamiento del flanco Medierráneo poco después de que se produjera la salida de Francia de la estructura miitar de la organización.


 El tratado firmado el 5 de Junio de 1982, significaba también una ampliación del uso de las bases norteamericanas instaladas en suelo español desde 1953, como consecuencia de los acuerdos de Madrid firmados por el presidente de los Estados Unidos Eisenhower y el general Franco.

Felipe González rechazaba los planteamientos del gobierno, defendiendo una posición de neutralidad, como la mantenida por España en las dos guerras mundiales. Afirmó entonces que, si llegaba al poder, sacaría a España de la OTAN.

Ante la grave crisis de UCD, Adolfo Suárez fundó su propio partido, el CDS- Centro Democrático y Social- con la clara vocación de recoger el legado de la UCD.

La debilidad del gobierno obligó a Calvo Sotelo a adelantar las elecciones para el 28 de Octubre de 1982.

5. El triunfo del Partido Socialista.

La UCD llegó a las elecciones en pésimas condiciones.  Los esfuerzos de Landelino Lavilla, anterior presidente de las Cortes, por  abanderar los restos del naufragio centrista resultaron inútiles. El apoyo electoral obtenido por la UCD fue testimonial, alcanzando apenas una docena de diputados.

L catástrofe electoral del centrismo hizo que sus votos se dividiesen entre la derecha, representada por Fraga Iribarne y su Alianza Popular, que consiguió 106 diputados, y el PSOE que, apoyado por 10 millone de votos, alcanzaba 202 diputados, lo que supónía una holgada mayoría parlamentaría para gobernar en solitario.

La concentración del voto de izquierda en torno al PSOE llevó a que el Partido Comunista perdiese la mayor parte de su representación parlamentaria, quedando reducido a cuatro diputados; también el PSA sufría las consecuencias del aluvión socialista y desaparecía del mapa electoral. Los únicos que manténían sus posiciones eran los  nacionalistas vascos y catalanes.

El arrollador triunfo del PSOE llevó a considerar que la Transición había terminado. Felipe González se convertiría en el nuevo presidente del Gobierno.


 Tendría que afrontar importantes retos; hacer frente a la crisis económica, buscar el ingreso de España en la Comunidad Europea y hacer frente a su compromiso electoral de sacar a España de la OTAN.

      5.1 Los gobiernos de Felipe González

Felipe González gobernaría España a lo largo de casi década y media, entre 1982 y 1996, al alcanzar cuatro victorias electorales consecutivas, tres de ellas por mayoría absoluta.

En el terreno político, la democracia parlamentaria se consolidó como forma de gobierno, alejando definitivamente los fantasmas del golpismo. La entrada en la Comunidad Europea, firmada el 12 de Junio de 1985, significó el comienzo de un profundo cambio económico y social que modernizó al país.

Esas trasformaciones necesitaron ajustes muy importantes que provocaron una importante contestación social, pero la mayoría parlamentaria de que gozaron los gobiernos presididiso por Felipe González durante la década de los ochenta le permitíó hacer frente a los cambios que demandaba la nueva situación.

En aquellos años la oposición política vivíó sumida en una crisis. El CDS de Adolfo Suárez no acabó de cuajar y terminaría por desaparecer. Tanto la derecha liderada por Manuel Fraga como la izquierda de Santiago Carrillo se vieron en la necesidad de transformarse para hacer frente a la poderosa maquinaria electoral del PSOE.

     5.1.1 El primer gobierno socialista (1982-1986)

El primer gobierno de Felipe Gonzales, dado el fuerte respaldo parlamentario con uqe contaba, fue un gobierno monocolor que no necesitaba de acuerdo con otras fuerzas políticas. Entre sus figuras mas importantes se encontraban el vicesecretario general de PSOE Alfonso Guerra, que ejercíó como vicepresidente; Miguel Boyer como ministro de Economía; Narcís Serrá en Defensa, o Fernando Morán en Asuntos Exteriores.

Era el gobierno del cambio prometido en la campaña electoral. Ese cambio significaba la modernización de las estructuras de España para homologarla con lo países del Occidente europeo.



Para ello era necesario afrontar la cuestión económica, donde el principal problema era la elevada tasa de desempleo. La creación de 800.000 puestos de trabajo había sido una de sus principales promesas electorales, junto al rechazo del PSOE a la entrada en la OTAN.


Pese a que ya había pasado lo peor de la crisis iniciada en 1973, consecuencia de la fuerte subida del petróleo, la estructura de la economía española era incapaz de dar respuesta al problema del desempleo, que alcanzó cuotas mas elevadas.


La estructura del Estado de las Autonomías previsto en la Constitución y cuya articulación tantos problemas había provocado a los gobiernos de la UCD tomaba cuerpo a la par que una fuerte actividad legislativa marcaba la modernización de la sociedad española. Las elecciones municipales de 1983 proporcionaron un aplastante éxito electoral de las candidaturas socialistas. La mayoría de las capitales de provincia quedaban en sus manos.


En política exterior dos cuestiones marcaron este primer gobierno de Felipe González. Su cambio de postura ante el ingreso de España en la OTAN, lo llevó a convocar un referéndum en el que el PSOE hizo campaña a favor de la permanencia en la Alianza Atlántica. Señaló que a mayoría de los españoles consideraba positiva la permanencia en la OTAN.


El resultado del referéndum eliminó los últimos obstáculos para el ingreso de España en la Comunidad Europea



     5.1.2 El segundo gobierno socialista (1986-1989)


La modernización de España significó la entrada en la Comunidad Europea, que influyó en el resultado electoral de 1986. El partido liderado por Felipe González volvía a contar con un respaldo mayoritario y manténía cerca de 9 millones de votos. El Partido Popular no lograba capitalizar el desgaste del gobierno y prácticamente repetía resultados al obtener 105 diputados. El principal beneficiario de ese desgaste fue el CDS de Adolfo Suárez, que pasaba del resultado testimonial obtenido en las elecciones anteriores- 2 diputados- a los 19 que conseguía ahora.



 Tampoco el Partido Comunista se beneficiaba del desgaste ubernamental, al pasar de 4 a 7 diputados. Los nacionalistas manténían sus posiciones.



El optimismo con se que acogíó la entrada en la Comunidad Europea, se transformó en los año siguientes en una creciente decepción. No se percibían los beneficios y las dificultades de la libre competencia económica eran cada vez mayores. Las elecciones municipales de 1987, marcaron un cambio en la tendencia electoral. El partido socialista sufría, por primera vez, una importante pérdida de votos.


La incorporación a Europa hizo necesaria una reconversión industrial, que significó el cierre de industrias obsoletas, incapaces de competir en el mercado europeo. Era una necesidad modernizar las estructuras industriales del país, pero el rechazo de los sindicatos a lo que se denominaba desmantelamiento industrial y política liberal de los ministros Boyer y Solchaga condujo a una huelga general el 14 de Diciembre de 1988. El seguimiento fue masivo y el país quedó paralizado. El enfrentamiento entre Felipe González y el ldirigente de la UGt Nícolás Redondo se hizo patente.


Alianza Popular se convirtió en el Partido Popular- PP- que presentaba una imagen mas centrista y Manuel Fraga daba paso a una nueva generación, encabezada por José María Aznar; se empezaba a hablar del centro-derecha. El Partido Comunista se organizó bajo la denominación de Izquierda Unida-IU-.


     5.1.3 El tercer gobierno socialista (1989-1993)



Felipe González decidíó adelantar las elecciones a 1989 y consiguió su tercer triunfo electoral y su tercera mayoría absoluta con el mínimo margen que supónóan los 176 diputados.


El PP encabezado por José María Aznar, se manténía anclado en 106 diputados. El mensaje centrista no había calado en la opinión publica. Por su Parte, IU, a cuyo frente se había situado Julio Anguita, mejoraba sus resultados anteriores, al obtener 17 diputados.


Los efectos beneficiosos de la entrada en Europa empezaban a ser patentes. El crecimiento económico alcanzaba cotas importantes y el paro, .



pese a sus elevadas cifras, descendíó de forma imporante, la modernización de las grandes infraestructuras- autovías, aeropuertos, trenes de alta velocidad, equipamientos urbanos- empezaban a convertirse en una realidad. La imagen de España en 1992, donde se dieron cita dos grandes eventos- la exposición universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona- proyectaron al mundo la imagen de un país moderno.


Sin embargo la crisis económica estaba en el horizonte, a lo que se uníó la salida a la luz publica de escándalos financieros y casos de corrupción en los que estaban involucrados importantes dirigentes del PSOE o personalidades próximas a su entrono. En el partido socialista surgieron divergencias y aparecieron dos corrientes enfrentadas,: los llamados guerrristas ( partidarios de Alfonso Guerra, y los renovadores vinculados a Felipe González). Alfonso Guerra bandonó la vicepresidencia del gobierno en 1991.


Las elecciones munnicpales de 1991 supusieron el primer éxito para el PP, que se hacía con la alcaldía de Madrid y con las de algunas ciudades importantes. En un ambiente de crisis económica y acosado por los escándalos de corrupción, Felipe Gonzaez convocó las elecciones de 1993.


    5.1.4 El cuarto gobierno socialista( 1993-1996)



La principal promesa de Felipe González fue acabar con la corrupción. Su principal aval era la incorporación a las listas del PSOE de dos jueces que habían destacado en su lucha contra ella: Baltasar Garzón y Ventura Pérez Mariño.  La contienda electoral fue muy dura y los sondeos de opinión apuntaban a la victoria del PP.


Los resultados otorgaron el cuarto triunfo consecutivo a los socialistas, pero por primera vez perdían la mayoría absoluta, al obtener 159 diputados. El Partido Popular alcanzaba 141, muy por encima de los resultados de 1993. IU manténía sus resultados, al conseguir 18 escaños y la CDS de Suárez desaparecía de la escena política, que había llevado a una segunda retirada de Adolfo Suárez de la vida política.


Felipe González tuvo que buscar e apoyo de otras  fuerzas  políticas, encontrándolo en los nacionalistas catalanes de Jordi Pujol. Sin embargo, las promesas de lucha contra la corrución no se materializaron



y a los escándalos anteriores se sumaron otros nuevos, continuaba la llucha interna entre los partidarios de Felipe González y los de Alfonso Guerra. Uno de los asuntos mas complicados de estos años fue la llamada trama de los GAL- Grupos Armados de Liberalización- cuyo objetivo era la lucha contra el terrorismo de ETA.


En ese ambiente se convocaron las elecciones municipales de 1995 que significaron una severa de rrota del PSOE. La mayor parte de las alcaldías de  las principales ciudades quedaron en manos del PP.


6. El triunfo del Partido Popular


Felipe González convocó las elecciones generales para el 13 de Febrero de 1996. Algunnos sondeos vaticinaban un desastre electoral para el PSOE, pero los resultados no confiraron esos pronósticos. Los socialistas perdían las elecciones, que ganaba el PP, pero no se producía una catástrofe electoral. El PP conseguía 156 diputados por 141 del PSOE.


José María Aznar, depsues de unas difíciles  negociaciones, que se prolongaron durante dos meses e hicieron planear la sombra de unas nuevas elecciones, logró la investidura. Tuvo necesidad de buscar apoyos parlamentarios para sustentar su gobierno y encontró  grave dificultades. Al final consiguió el apoyo de los nacionalistas catalanes, vascos y canarios.


El nuevo gobierno fue asentándose poco a poco ayudado por la bonanza económica que llegó tras la crisis y por las medidas gubernamentales que permitieron afrontar con éxito el problema del paro, que pasó del 24% al 16% a lo largo de los 4 años de legislatura. El PP mejoró su imagen y súperó los mensajes electorales utilizados por el PSOE basados en el retorno de la derecha al poder, anunciado como un apocalipsis político.


Los resultados de las elecciones municipales de 1999 refrendaron el éxito de los populares que mantuvieron la mayor parte de sus alcaldías. Cuando en el año 2000 José María Aznar convocó las elecciones generales, el PSOE se debatía en una grave crisis, agudizada con la dimisión de Felipe González como secretario general del partido.



6.1 El segundo gobierno de Aznar


Las elecciones del año 2000 volvieron a dar el triufo al PP, que alcanzaba la mayoría absoluta con 183 escaños frente a 125 del PSOE.


La economía continuó por la senda del crecimiento, lo que llevó a nuevas reducciones del paro y espectaculares aumentos de los cotizantes a la Seguridad Social. España conocíó una situación insólita, al convertirse en país receptor de inmigrantes, que llegaban en busca de un puesto de trabajo.


El 1 de Enero de 2002 comenzó la utilización del euro que hasta esa fecha había sido una moneda de cuenta. La mejora de las infraestructuras y la modernización del país, inciada en las décadas anteriores, continuaba a buen ritmo.


En el sector de la construcción, que había alcanzado cotas de desarrollo importantes desde la salida de la ultima crisis, vivíó una escalada de precios, vinculada a movimientos especulativos, que convirtieron la vivienda en un bien costos. Muchas familias se endeudaron para adquirir un bien tan básico.


La invasión de Irak de Sadam Hussein, acusado de fabricar y almacenar armas de destrucción masiva por Estados Unidos, tras el grave atentado terrorista perpetrado por radicales islámicos en Nueva York el 11 de Septiembre del 2001, contó con el apoyo de gobierno español, pese a la fuerte contestación social que dicha intervención desató. En muchas ciudades españolas se celebraron manifestaciones contra la guerra de Irak y la política del presidente estadounidense George W. Bush.


Aznar agotó esa segunda legislatura y no se presentó a la reelección. El candidato del PP fue Mariano Rajoy, que había ocupado diferentes carteras ministeriales en los gobiernos de Aznar.


El 11 de Marzo de 2004, en víspera de las elecciones señaladas para el dia 14, un atentado terroista en la madrileña estación de Atocha, produjo 2 centenares de muertos y miles de heridos. Una prmera información del gobierno atribuyó el atentado a la banda terrorista ETA, pero en las horas siguientes se abríó paso la hipótesis, luego confirmada, de que habían sido islamistas radicales los autores de la masacre.



Los electores acudieron masivamente a las urnas y el resultado significó un vuelco electoral respecto a los pronósticos de los sondeos, que apuntaban a un triunfo de PP. El PSOE se alzó con la victoria, con 164 escaños frente a 151 del PP.


7. Los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.




El inesperado triunfo socialista en las elecciones generales de 2004 aupó a la presidencia del Gobierno a José Luis Rodríguez Zapatero, que logró la investidura con el apoyo de IU y de varios partidos nacionaistas: Esquerra Republicana de Cataluña, Coalición Canaria, el Bloque Nacionalista Gallegog y la Chunta Aragonesista. Una de las primeras medidas del nuevo  gobierno fue la retirada de las tropas españolas de Irak, acción que influiría en las relaciones del gobierno español con la administración Bush.


La expansión económica se mantuvo durante el primer gobierno de Rodríguez Zapatero, las cifras de paro cayeron hasta el 8% de la población activa y continuó la llegada de inmigrantes en busca de un nuevo puesto de trabajo. La modernización de la economía española la ha llevado a situarse en nivele similares a los de Italia o Francia. Ya en el tramo final de este mandato aparecieron los primeros síntomas del comienzo de una crisis económica, tras un largo periodo de crecimiento.


La revisión de los Estatutos de autonomía de diferentes comunidades ha planteado momentos de tensión entre el gobierno central y el de algunas autonomías, principalmente con los nacionalistas vascos


Las lecciones generales de 2008 volvieron a dar la victoria al PSOE con 169 escaños frente a 153 del PP



En la nueva legislatura, el gobierno de Zapatero ha encontrado mayores dificultades para ejercer sus funciones. La crisis se ha convertido en el principal problema. El paro ha aumentado en pocos meses de forma espectacular situándose en el 13% de la población activa. La crisis castigaba duramente al sector de la construcción y el numero de empresas con dificultades era cada vez mayor.


8 La España del Euro


La crisis de la primera mitad de los años noventa, ocultada tras los fastos de 1992- Exposición universal de Sevilla y olimpiadas de Barcelona- supuso un frenazo al crecimiento.


Por el tratado de Maastricht, la Comunidad Europea se convirtió en la Uníón Europea a partir del 1 de Noviembre de 1993. Significando na profunda transformación de las relaciones de los países que la integraban. En el terreno económico significo la creación de un Banco Central Europeo, cuya fecha se fijó para 1999 y el establecimiento de una moneda única a la que se le bautizó con el nombre de euro. Para acceder a los nuevos planteamientos que significaban la uníón monetaria y económica se establecieron los llamados criterios de convergencia- tasa de interés, valor de la moneda, inflación o déficit publico- debiendo de ser cumplidos por los países. La situación de España hacia complicado el cumplimiento de algunos de esos criterio, que deberían alcanzarse al finalizar el 1998. La política de liberalización diseñada por el ministro Rodrigo Rato en el primer gobierno de José María Aznar permitió cumolir dichos objetivos y España entró en la llamada zona euro.


Durante algunos años el euro fue una unidad de cuenta, hasta que el 1 de Enero del 2002 entró en circulación en aquellos países de la Unión Europea que habían cumplido los criterios de convergencia y aceptaban la nueva moneda.

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