Los partidos dinásticos

El sistema canovista y su funcionamiento

Los partidos políticos

Cánovas admiraba el sistema parlamentario inglés y concibió el régimen de la Restauración basado en dos Partidos políticos que aceptaran la legalidad constitucional y la monarquía: el Liberal Conservador liderado Por el propio Cánovas, apoyado en las clases superiores, y el Liberal Fusionista dirigido por Sagasta, Sostenido por la burguésía industrial y las clases medias urbanas. Ambas formaciones practicaron el Bipartidismo, es decir, la alternancia periódica en el gobierno.
De este modo en la Restauración el poder quedó en manos de las élites políticas, sociales y Económicas, imposibilitando prácticamente la participación en los asuntos públicos al resto de la Ciudadanía. Y ello fue posible por la debilidad de las fuerzas de la oposición que, situadas a la izquierda y Derecha de los dos partidos dinásticos, carecieron de capacidad de gobierno:
• Los carlistas o tradicionalistas, seguidores del pretendiente Carlos VII, y los integristas de Ramón Nocedal (escindidos del carlismo).
 • Los republicanos, muy divididos tras el fracaso de la Primera República. 
• Los nacionalismos catalán y vasco, que estaban en proceso de formación.
• El movimiento obrero, muy perseguido, que actuará a través del anarquismo y el socialismo.

La alternancia pacífica de partidos

 La dinámica de la alternancia de los partidos funciónó “de arriba abajo”: los partidos conservador Y liberal se cedían el poder, con lo que el partido encargado de formar nuevo gobierno convocaba elecciones Que siempre ganaba. Los medios para ello consistían, de acuerdo con los gobernadores civiles y caciques Locales, en el “encasillado” (decidir los diputados que serían elegidos en cada circunscripción electoral) o Incluso en el “pucherazo” (alteración del resultado de las votaciones), que daban origen a un fraude Electoral. Desde 1876 a 1881, Cánovas del Castillo presidíó los sucesivos gobiernos de la monarquía, y a Partir de esta última fecha hasta 1897 se mantuvo de manera ininterrumpida el sistema de la alternancia Pacífica de los dos partidos preponderantes. Bajo los gobiernos de Cánovas se consiguió finalizar la tercera guerra carlista, obligando al pretendiente Carlos VII a huir a Francia (1876) y se finalizó también la guerra De Cuba mediante el Convenio de Zanjón (1878). 4 En 1885 fallecíó inesperadamente Alfonso XII, pero por el Pacto de El Pardo liberales y Conservadores se comprometieron a mantener el turno de ambos partidos en el gobierno (turnismo) y apoyar A la regente María Cristina durante la minoría de edad de Alfonso XIII. En el periodo 1885-1890, los liberales de Sagasta impulsaron una importante obra legislativa y Reformadora con diversas medidas para modernizar el Estado: la Ley de Asociaciones, que favorecíó la Actividad sindical, la abolición de la esclavitud, un nuevo Código Civil, ampliación de la libertad de prensa, Establecimiento sufragio universal masculino…

El fenómeno del caciquismo

 
Generalmente se entiende por caciquismo la práctica política adulterada por los grupos oligárquicos y Personalidades locales en beneficio de intereses partidistas o particulares. La oligarquía, formada por Dirigentes políticos de los dos partidos dinásticos, en estrecha uníón con la burguésía adinerada y los Terratenientes, controló los procesos electorales, provocando un desfase entre la “España oficial” de los Partidos y las Cortes, y la “España real” de la calle. Este hecho, aunque fue denunciado por intelectuales y Regeneracionistas como Joaquín Costa, tanto Canovas como Sagasta lo permitieron para mantener la Estabilidad política y evitar la difusión de ideas contrarias a la Restauración. El caciquismo se dio en toda España, pero especialmente en las áreas rurales y en Andalucía. Ejemplo de Esta práctica fue Romero Robledo, ministro de Gobernación con Cánovas, que manipuló los procesos Electorales de acuerdo con los caciques territoriales. Se trataba, en definitiva, del control de los resultados Electorales por parte de personas influyentes (caciques) a cambio de favores. Prácticas como el “encasillado” O el “pucherazo” dieron lugar a una farsa electoral, y a un sistema de poder que propiciaba la arbitrariedad, El nepotismo y la corrupción, que acabó afectando a todos los ámbitos de la sociedad española.  

Guerra Civil


El desencadenante que precipitará la sublevación fue el asesinato de Calvo Sotelo, con gran prestigio entre los militares y conservadores. El 17 de Julio de 1936, el general Yagüe, jefe militar de la Legión inició la rebelión militar en Melilla, y se extiende a todo el protectorado de Marruecos. Los golpistas triunfaron en la España interior, mientras que las más industrializadas y desrrolladas permanecieron fieles a la República. 
Las fuerzas de uno y otro bando estaban bastante equilibradas. Del lado de la República habían quedado la mayor parte de las zonas mineras e industriales, con mayor población que alimentar. 
La organización de las dos zonas era radicalmente distinta. La zona republicana mantuvo las intrucciones políticas funconando, pero contaba con un gobierno débil. La debilidad del gobierno venía dada por dos cuestiones:

#La división interna

La división de la República hay que analizarla a dos niveles.
#Por una parte, al estallar la guerra se crearon de forma espontánea miles de comités obreros que eran los que verdaderamente detentaban el poder y tomaban las decisiones. Ponerlos de acuerdo a todos era una tarea imposible.
#Por otra parte, en las altas esferas políticas, ante la guerra se enfrentaron dos modelos de actuación: loos que pensaban que había que repartir esfuerzos entre la revolución social y la guerra y los que por el contrario, pensaban que se hacía necesario aparcar las reformas y volcarse en el conflicto bélico. 
El ejército fue reemplazado por milicias populares. Giral tomó la decisión de entregar armas a las milicias de los partidos y sindicatos. 
En el Bando Republicano emergíó un poder popular, vertebrado de sindicatos y partidos políticos. El elemento más significativo fue la colectivización de gran parte de la propiedad industrial y agraria. Los comités formados por partidos y sindicatos se hicieron con el control de los transportes, servicios urbanos, suministros militares y las fábricas. Los empresarios fueron detenidos y huyeron porque muchas fábricas fueron explotadas en régimen de autogestión. Hubo decretos que dieron cobertura legal a las incautaciones. Hubo una persecución que se escapó del control de la República y tuvieron lugar persecuciones. 

La Zona «Nacional», así se le llaman a los sublevados


Experimenta la desaparición de los cargos políticos y de los sindicatos. En Burgos se crea una Junta de Defensa Nacional formada por Mola, Sanjurjo, Franco y Queipo de Llamo, y se decide estableces un mando único para dirigirla. Así, el 1 de Octubre de 1936 proclaman a Franco, Jede del Estado y Generalísimo del Ejército. De este modo, el bando nacional consigue algo sumamente importante en el desarrollo de una guerra: al contrario que el republicano, tiene orden y mandos únicos. Franco desplegó una estrategia de alargamiento de la guerra para imponer su liderazgo y mediante el Decreto de unificación creó un partido único Falange Española.  La resistencia de algunos falangistas como Hedilla fue acallada con el destierro o la prisión. También realizaron una represión sistematizada para imponer un régimen de terror, ejecutando y enterrando en fosas comunes. Los dos bandos buscaron desde el principio el apoyo exterior y recibieron ayuda, en forma de armamento y soldados, pero de forma desigual. 

En este sentido fue clave la conyuntura europea. El miedo será el gran protagonista: el miedo a los potentes estados fascistas y a que el conflicto se internacionalizase; el miedo a la revoluciçón social que se pretendía desde el gobierno republicano y que pudiera contagiar as sus respectivos países. Esta política de neutralidad perjudicó gravemente a la República, porque ni Alemania ni Italia acataron su propuesta y ambos países ayudaron al bando nacional: La Alemania de Hitler envía material de guerra y efectivos humanos y la Italia de Mussolini hizo lo propio. También recibieron la ayuda de las Brigadas Internacionales, unos setenta mil jóvenes antifascistas, voluntarios de Europa y América que llegaban a la guerra con la intención de detener el avance del fascismo en Europa. Fueron distribuidas en 6 brigadas que estaban formadas por batallones que solían agrupar a los soldados de cada país. Su intervención ayudó a detener al ejército rebelde a las puertas de Madrid en el otoño de 1936. Fueron retirados de España a finales de 1938 y unos 18.000 de ellos quedaron enterrados aquí. Sin la ayuda extranjera, la guerra España no hubiese durado más de medio año por la escasez de material militar y de repuestos en los dos bandos. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *