Madrid durante la guerra civil


Sublevación militar


Las causas de la guerra civil se pueden clasificar en estructurales, coyunturales e inmediatas. Las causas estructurales eran de tipo social (Deferencia del clases entre pobre y ricos que se había acentuado con la reforma agraria), regional (Los nacionalismos se oponen a la idea patriótica) y religiosa (La reforma laicista del estado genera conflicto). La causas coyunturales son las crisis de las democracias Europeas frente al auge de los totalitarismos (Fascismo y Comunismo). Las causas inmediatas son los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo junto con la sublevación de los Africanistas. Tras la radicalización de la derecha por la victoria del Frente popular, la Falange Española asume gran protagonismo y se lleva a cabo una conspiración con el general Mola a la cabeza. Consistía en un levantamiento simultáneo en todos los cuarteles posibles y de las tropas africanistas. Esta conspiración estaba apoyada por sectores de la derecha pero fallaron al no tener apoyos en Madrid y Barcelona. El gobierno no tuvo el valor de destituir a los generales y los dispersa enviando a Mola a Navarra y a Franco a Canarias. El objetivo del golpe era retomar el orden público y establecer un gobierno con directorio militar. Los asesinatos del teniente Castillo (Socialista) y la venganza en Calvo Sotelo (Derechista) acelera el levantamiento en Melilla de los Africanistas bajo el mando del general Yagüe. Este levantamiento pronto se extiende por el protectorado Marroquí y a el se unen la mayoría de las guarniciones así como los sectores civiles falangistas y carlistas. Franco asegura las Canarias y va a Marruecos a ponerse al mando de los Africanistas. El gobierno reacciona sustituyendo a Casares Quiroga por José Quiral que entrega armas a las milicias de los sindicatos y del frente popular. Además parte del ejército sigue fiel al gobierno por lo que se logra sofocar gran parte del levantamiento. El fracaso del golpe vino dado por la escasez de ciudades controladas y por la muerte de Sanjurgo en un accidente aéreo. Divide a España en 2 bandos. Por un lado los sublevados o la “España Nacional” que controlaba 29 capitales de provincia, Marruecos, Sevilla y Zaragoza y la agricultura y ganadería. A este grupo pertenecían conservadores, monárquicos, católicos, falangistas, carlistas y antirrepublicanos. El bando de la república controlaba 21 capitales de provincia entre las que estaban Bilbao, Barcelona, Madrid, Valencia, etc. Que era los focos industriales y mineros más importantes. Estaba formado por clases populares, clases medias y burgueses. En un principio tenían las de ganar, pero su confianza y lenta reacción decantaron la victoria al otro bando, que contó con apoyo internacional. La primera fase del conflicto (1936-1937) está marcada por la batalla de Madrid. Franco se hizo con el control de los Africanistas, que era el ejército mejor preparado y cruzó el Estrecho avanzando hacia el Norte por Andalucía. Encontró resistencia en Badajoz, pero esta fue duramente reprimida. Mola a su vez avanzó desde el Norte y se unión en Madrid con Franco. La resistencia de Madrid se convirtió en un símbolo y batallones mixtos de soldados, guardias y voluntario la defendieron, a pesar de estar mal organizados y abastecidos. En la retaguardia de ambos bandos hubo grandes represiones con muchos fusilamientos, aunque la República los hacía de forma selectiva mientras que los franquistas de forma indiscriminada. La segunda fase (1937-1938) es la fase en la que la moral de los republicanos acaba por los suelos. Los Franquistas, mejor preparados y abastecidos, logran dominar todo el Norte en 1937 ganando muchos recursos económicos e industriales. Además hacen bombardeos civiles en Guernica (Legión Cóndor), Barcelona, Valencia y Madrid. Por su parte los republicanos intentan una serie de ofensivas que fracasan en Brunete (Madrid), Belchite (Zaragoza) y Teruel, que generan grandes pérdidas humanas y materiales y dejan la moral por los suelos. La fase final de la guerra (1938-1939) está marcada por la derrota final en la Batalla del Ebro. Los republicanos bajo el mando del general Vicente Rojo comienzan esta batalla con el fin de logar la retirada de los franquistas de esa zona. La batalla duró 6 meses y en ella murieron 20.000 republicanos y 6.500 franquistas. La derrota provocó la división interna entre partidarios de la lucha y partidarios de la rendición (Aunque Franco la negase). Franco por su parte ocupó Aragón y Castellón aislando Cataluña. Y Madrid se rindió una vez cayó agotada Barcelona. El desarrollo interior de la república estuvo marcado por la dimisión de Quiroga al no querer entregar armas a la población civil  y al nombramiento de Martínez Barrio que seria sustituido por José Quiral, perteneciente al gobierno republicano moderado y que si que accede a darle las armas a los civiles. Durante la guerra hubo varios cambios de poder y conflictos internos, finalmente Azaña le concedió el poder a Largo Caballero, que era líder del PSOE y que permitió una amplia participación de nacionalistas, republicanos, comunistas y anarquistas .Además aprobó el estatuto de autonomía de Euskadi. En 1936 el gobierno se traslada a Valencia y Madrid se pone bajo el control de una Juanta de defensa y se generan más conflictos internos republicanos. Gana popularidad el Partido Comunista gracias a su número de afiliados, a su disciplina interna y a que controla los suministros rusos. En Mayo de 1937 hay un conflicto entre comunistas y anarquistas y Juan Negrín sube al poder y apoya a los comunistas. Las reformas llevadas a cabo en este momento son el descenso del precio de las viviendas, la nacionalización de Euskadi, la reforma agraria, la estabilización de los bancos y la colectivización de empresas y explotaciones con ayuda de los sindicatos campesinos. El gobierno se trasladó finalmente a Barcelona para controlar las industrias bélicas catalanas y sufrió las derrotas del frente norte y la batalla del Ebro. Negrín buscó la negociación con un programa de 13 puntos que incluía el cese de la lucha armada, la permanencia de la república y unas elecciones democráticas. Franco solo buscaba la rendición sin condiciones. Madrid se rindió entre conflictos internos tras la caída de Barcelona. En el bando de los Franquistas tras la muerte de Sanjurjo en un accidente aéreo y la posterior muerte de Mola en 1937, Franco queda como líder del bando sublevado y sus generales le conceden el título de generalísimo. EL bando franquista contó con el apoyo de monárquicos y de la falange española, así como de los carlistas, haciéndose con su liderazgo. Cualquier resistencia interna a esta unificación era duramente reprimida. Uniformó a todo su ejército con camisa azul y boina roja, así como con el saludo fascista. Franco creó la “Falange española tradicionalista y de las JONS” como único partido. En 1938 estableció su nuevo estado con miembros civiles y militares del que el era caudillo y sus medidas fueron el fuero de trabajo, el servicio nacional de reforma económica (Que devolvía las tierras expropiadas), una nueva ley de prensa y la reconstrucción de la compañía de Jesús. La Iglesia le defendía por sus medidas apostólicas romanas y se abolió la legislación republicana generando gran censura y represión cultural.

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