Política exterior del Imperio español

¡



2.4. INVASIONES BÁRBARAS. EL REINO  VISIGODO  En el siglo V( 409 a.C.) la Península Ibérica fue invadida por pueblos bárbaros, los suevos, vándalos y alanos, venidos del norte de Europa, que terminaron con la dominación romana. Los suevos ocuparon Galicia, los vándalos Andalucía y los alanos Portugal y Cartago Nova. ººº  El reino visigodo de Tolosa, situado al sur de la Galia, ( pueblo bárbaro también) llegó a su fin en el 507 cuando los francos derrotaron a los visigodos en territorio francés (batalla de Vouillé). Como consecuencia los visigodos se asentaron en  España y crearon el reino visigodo de Toledo, al que puso fin la invasión musulmana en el año 711. En un principio los visigodos aún siendo minoría dominaron a la población hispano-romana, pero muy pronto llevaron a cabo la unificación de ambos pueblos. ºº Unificación territorial: Leovigildo tras derrotar a suevos y bizantinos. Unificación religiosa Recaredo (Concilio de Toledo (589) , declarando el catolicismo religión oficial Unificación legislativa: : Recesvinto al promulgar el Fuero Juzgo, único código para ambos pueblos ºº La institución visigoda más importante fue la Asamblea de Hombres Libres, donde residía el poder del reino, que se entregaba a un rey elegido por ellos. ººº Otra institución era el Aula Regia o Consejo Real, asamblea de carácter consultivo integrada por magnates que asesoran al rey en cuestiones políticas y militares y en la elaboración de leyes. ººº Formaban parte del Aula Regia el Officium Palatinum,  magnates de mayor confianza del rey le ayudan en las tareas de gobierno y en cuestiones domésticas de palacio y los Concilios de Toledo, asambleas mixtas de obispos y nobles para tratar asuntos civiles y religiosos que se reunían cuando era necesario.La Administración territorial estaba compuesta por el  Duque   y el Comes. Los gardingos  eran jefes militares. ººº Los visigodos adoptaron una sociedad ruralizada ya que la vida en las ciudades desaparecíó.La inestabilidad política fue una constante en la monarquía visigodo convirtiéndose en la causa del fin del estado visigodo. 

7.2. CONQUISTA Y COLONIZACIÓN En las dos primeras décadas los españoles consolidaron su dominio sobre las Antillas. Entre los descubridores destacaron: Yánez Pinzón llegó a la costa brasileña, Juan Díaz de Solís exploró la desembocadura del Río de la Plata, Juan Ponce de León ocupó la Florida. En 1513 Vasco Núñez de Balboa atravesó el istmo de Panamá descubriendo el Pacífico y confirmando la existencia de un nuevo continente llamado América por Américo Vespucio;   finalmente entre 1519 y 1522 la expedición de Magallanes y Juan Sebastián Elcano culminó la primera vuelta al mundo. El proceso de conquista fue realizado mediante capitulaciones entre la Corona y los conquistadores. Hernán Cortés desde 1519 doblegó al Imperio Azteca (Moctezuma) y dominó la meseta central mexicana. Entre 1527 y 1533 Francisco Pizarro tras ejecutar a Atahualpa ocupó los actuales territorios de Ecuador, Perú y parte de Bolivia (Imperio Inca).La Casa de Contratación de Sevilla (1503) y más tarde el Consejo de Indias fueron las instituciones  encargadas de dirigirlo. Se extraían fundamentalmente materias primas (cacao, tabaco o patata) y metales preciosos oro y plata en Potosí (Perú) y Zacatecas (México). Se utilizaron los repartimientos y las encomiendas sistemas creados por las Leyes de Burgos en 1512. Ante lo que se convirtió en una esclavitud encubierta (denunciado por Bartolomé de las Casas) se dictaron, durante el reinado de Carlos V, las Leyes Nuevas en 1542, que prohibieron estas formas de explotación;


9.1 gobierno de validos Los monarcas que reinaron en la EL Siglo XVII. GOBIERNO DE VALIDOS Y CONFLICTOS INTERNOS. España del Siglo XVII tuvieron como carácterística común el empleo de validos o privados en el gobierno de la Monarquía. El Duque de Lerma y de Uceda con Felipe III, el Conde Duque de Olivares y don Luis de Haro con Felipe IV , el padre Nithard y Fernando Valenzuela, durante la regencia de Mariana de Austria y don Juan José de Austria , el Duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa con Carlos II, son prueba evidente de ello. El valido era un primer ministro con plenitud que gobernaba en nombre del Rey por dejadez, incompetencia o falta de voluntad de éste. Normalmente eran personas pertenecientes a la alta nobleza o al clero que vivían en la corte donde forjaban su amistad con el soberano, quien depositaba en ellos toda su confianza, su utilización tenía una gran ventaja, el Rey nunca era responsable de una decisión errónea, de forma que las  críticas caían sobre el valido, que además era fácilmente sacrificable y sustituido por otro. Este sistema trajo consigo un aumento de la corrupción puesto que los validos aprovecharon su poder para conseguir prebendas, beneficios, cargos, títulos y demás mercedes, tanto para él, como para sus familiares y amigos. La institución del valimiento no es exclusiva de España en otras monarquías europeas del Siglo XVII, el duque de Buckinham en Inglaterra y los cardenales Mazarino y Richelieu en Francia, son prueba de ello.

 Los conflictos internos están directamente relacionados con la crisis económica y demográfica, el empobrecimiento social y la decadencia política e institucional que manifiesta la monarquía española durante el Siglo XVII. Felipe III  continuó la política de intolerancia religiosa y en 1609 decretó la expulsión de los moriscos en Valencia, Aragón y Castilla debido al rechazo social que ocasionaban; esto produjo un despoblamiento y falta de mano de obra para la agricultura. El otro gran problema interior se relaciona con las medidas centralizadoras y reformistas del valido de Felipe IV, el Conde Duque de Olivares. Propuso en primer lugar la unificación jurídica e institucional de la monarquía expuesta en el Gran Memorial de 1624; La Uníón de Armas 1625 que pretendía la formación de un ejército permanente y que fracasó pues las Cortes de Aragón y Valencia no aportaron hombres sino dinero y Cataluña no aportó nada; en tercer lugar el Proyecto de Banco estatal a través de erarios que también fracasa, así como el impuesto sobre la sal de 1631. Durante su reinado se produjo la rebelión catalana de 1640 y la rebelión e independencia de Portugal (1640-1668) . Con Carlos II los problemas se suceden al comprobarse su incapacidad intelectual y la corte comienza a luchar por el poder. La regente Mariana de Austria se hizo aconsejar por el Padre Nithard, Don Juan José de Austria, Valenzuela, el Conde de Oropesa y la “camarilla” de la reina. Al final se produjo la guerra de Sucesión Española cuyos pretendientes al trono fueron Felipe de Anjou (Borbón) y Carlos de Austria (Habsburgo).

9.2. LA CRISIS DE 1640.
La crisis de 1640 se debe entender en el contexto europeo de la Guerra de los Treinta Años, los proyectos centralizadores y reformistas del Conde Duque de Olivares y las necesidades financieras de la Monarquía. Para el valido de Felipe IV

era necesario restaurar la tradición imperial de prestigio y el protagonismo exterior. Para ello primero intentó medidas fiscales y financieras que liberasen a la corona de su dependencia extranjera, al tiempo que pretendía la unificación de la monarquía bajo unas mismas leyes e instituciones, siguiendo el modelo de Castilla para facilitar el gobierno de todos los territorios y la solidaridad entre todos los habitantes (Gran Memorial de 1624 dirigido a Felipe IV). La Uníón de Armas pretendía un ejército permanente de unos 140.000 hombres, reclutados en todos los reinos en proporción a su población y riqueza, para descargar a Castilla de un peso que llevaba en solitario y establecer lazos de solidaridad  entre los súbditos. Las Cortes de los reinos periféricos (Aragón, Valencia, Cataluña y Portugal) rechazaron estas pretensiones unitarias y centralistas, la alta nobleza se quejaba de su marginación del poder y las clases populares de la crisis y presión fiscal que sufrían. Esta situación desencadenó levantamientos en los años 30, y llegó a su momento más crítico en 1640, cuando estallaron las rebeliones independentistas en Cataluña y Portugal. En Cataluña se levantaron los campesinos y las principales ciudades  y se dio muerte al Virrey (Corpus de Sangre). Convertida en revuelta anticentralista los catalanes se entregaron al rey de Francia Luis XIII y no finalizó hasta la conquista de Barcelona por las tropas de Don Juan José de Austria en 1652. La rebelión portuguesa tuvo desde el principio un carácter nobiliario y anticastellano, la nueva monarquía de Juan IV (Duque de Braganza) se consolidó con la ayuda francesa e inglesa y España tuvo que reconocer su independencia en 1668. Otras conspiraciones nobiliarias en Aragón 1641 y Andalucía 1648 pretendieron crear reinos independientes pero fueron descubiertas y sofocadas rápidamente. La impopularidad de Olivares motivó que Felipe IV le apartara de la política en 1643, muriendo dos años después tras el fracaso de todos sus proyectos. Pero la paz social tardaría en llegar y la monarquía española, demostraba con esta grave crisis, su debilidad y decadencia.


9.3. EL OCASO DEL Imperio ESPAÑOL EN Europa. Durante el Siglo XVII tendrá lugar el declive del Imperio español en gran medida a causa de la desatención protagonizada por los monarcas. Felipe III (1598-1621) consiguió mediante la Paz de Londres con Inglaterra (1604) y la Tregua de los Doce Años con Holanda  (1609) un reinado pacifista que permitíó la recuperación de la Hacienda Real. Con Felipe IV (1621-1665), y su valido el Conde Duque de Olivares, España volvíó a implicarse en los grandes conflictos europeos; la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) enfrentó a los Habsburgos Austriacos y Españoles con los protestantes alemanes y holandeses en un primer lugar y con Francia, Dinamarca y Suecia después. Este conflicto finalizó con la Paz de Westfalia (1648) que supuso la independencia de las Provincias Unidas, la pérdida de la hegemonía española en Europa, el inicio de la hegemonía francesa y la libertad religiosa de los príncipes del Imperio. Por la Paz de los Pirineos (1659) Felipe IV cedía el Rosellón y la Cerdaña y otras pequeñas plazas a la Francia de Luis XIV y se producía el enlace con la infanta española María Teresa de Austria, matrimonio que posibilitaría la entrada de los Borbones en el trono español. Con Carlos II (1665-1700) continuaron los enfrentamientos con Francia que se saldaron con pérdidas de algunas plazas en los Países Bajos y del Franco Condado por las paces de Nimega, Aquisgrán, Ratisbona y Rijswijk. Tras la independencia de Portugal en el 1668, conservamos Ceuta ( Tratado de Lisboa ) los últimos problemas de la monarquía serían el problema sucesorio con Carlos II que daría lugar a la Guerra de Sucesión (1701-1714) y el final de la Casa de Austria bajo cuyo mandato la Corona Española había alcanzado las más altas cotas de poder.

9.4. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL   Bajo los Austrias menores el Imperio español entró en una grave crisis general que se manifestó en derrotas militares y ruina económica. Las causas podemos encontrarlas en la herencia económica del Siglo XVI: el descenso demográfico debido a hambrunas, epidemias y guerras, agravado con la expulsión de los moriscos en 1609; la ruina financiera del Estado (la Hacienda Real quebró 6 veces , pese a la creación de nuevos impuestos, la venta de cargos y títulos y las devaluaciones monetarias) la inflación, la inoperancia del sobredimensionado aparato burocrático, la falta de inversiones productivas y la mentalidad rentista de la sociedad, que dificultaba la actividad económica. Las consecuencias de esto fueron en primer lugar la caída de la producción agraria y el empobrecimiento de los campesinos, que sometidos a altos impuestos endeudados y perjudicados por malas cosechas y bajos precios, perdieron muchas tierras a favor de la aristocracia absentista y tuvieron que en muchos casos emigrar a las ciudades, donde se convirtieron en pícaros y mendigos . Por otro lado el comercio de lana siguió siendo rentable, aunque disminuyó su volumen a causa de las guerras en Flandes, donde se exportaba. En segundo lugar la artesanía y manufacturas  entraron en crisis incapaz de competir con producciones extranjeras. Se colapsó el comercio interior debido a  las malas comunicaciones, a la débil demanda por la pobreza y a las aduanas interiores. El comerció con América se hundíó a causa de la competencia francesa, inglesa y holandesa y por la piratería británica. Por otro lado la sociedad siguió siendo estamental con algunos rasgos propios como la existencia de los Grandes de España, una elite aristocrática que copaba los altos cargos diplomáticos y militares, la consolidación del sistema gremial entre los artesanos urbanos, el requisito de “limpieza de sangre”, la proliferación numérica de clérigos y nobles, mientras la escasa burguésía quería ennoblecerse y el campesinado se arruinaba ante la crisis. No será hasta 1680 cuando comience a apreciarse una lenta recuperación económica y demográfica, mayor en el litoral, que favorecerá la expansión en el siglo siguiente.


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *