Reformismo conservador de maura

PROBLEMAS SISTEMA CANOVISTA

El sistema propuesto por Cánovas tenía varios problemas: El primero fue la derrota y la consiguiente pérdida de las colonias conocido como “El desastre del 98”. El segundo problema que tenía este sistema era la marginación política y el tercero fue el fraude electoral.

Estos problemas se solucionaron gracias a que algunos intelectuales formados en la Institución Libre de Enseñanza considera banque la sociedad y la política española, en exceso influidas por la doctrina católica, no favorecían ni en la modernización de la cultura ni al desarrollo de la cuenca. Esta corriente que hablaba con insistencia de la regeneración de España, acabo conociéndose como regeneracionismo. Su mayor exponente fue el aragonés Joaquín Costa, que fue el creador de instituciones sociales y económicas y el inspirador de Unión Nacional, un partido político de carácter popular y muy crítico con la Restauración.

La crisis de 1989 agudizó la crítica regeneracionista que denunciaba los defectos de la psicología colectiva española, sostenía que existía una especie de “degeneración” de lo español y que era precisa la regeneración del país. A su vez, defendían la necesidad de mejorar la situación del campo español y defendían la necesidad de mejorar la situación del campo español y de elevar el nivel educativo y cultural del país, como refleja el lema de Costa: “escuela y despensa”.

Asimismo un grupo de literarios pensadores, conocidos como la Generación del 98, intentaron analizar el “problema de España” en un sentido muy crítico y en sentido pesimista.

El desastre del 98 significó el fin del sistema de la Restauración, total como lo había diseñado Cánovas. Sin embargo, la política reformista de tono regeneracionista que intentarnos aplicar los nuevos gobiernos tras la crisis del 98 no llevo a cabo las profundas reformas anunciadas, sino que se limito a dejar que el sistema siguiera funcionando con cambios mínimos.

En cuanto al ejército, frente a un antimilitarismo creciente en determinados sectores sociales, una parte de los militares se inclino hacia posturas más autoritarias e intransigentes, atributando la derrota a la ineficacia y la corrupción de los políticos.

En 1899 María Cristina le otorgo la confianza para formar un gobierno a Francisco Sabela, así se inició un a política reformista y presupuestaria. El espíritu de regeneración había durado escasamente un año, y las viejas proactivas del turno de partidos volvieron a aparecer, por lo que podemos decir que el sistema de la Restauración había sobrevivido al desastre del 98.

En 1903 murió Sagasta y alcanzó la jefatura del Partido Conservador Antonio Maura, mientras que el partido liberal se afianzaba Jose Canalejas. Esta nueva generación de políticos, influida por el regeneracionismo, impulso lo mas importantes proyectos de reforma desde el interior del sistema, aunque el miedo a aceptar los riesgos de una verdadera participación democrática mantuvo el turno dinástico y el falseamiento electoral, imposibilitando así la democratización real del régimen. Su proyecto político se recogió en la consigna de revolución desde arriba que defendía la necesidad de que el régimen debía reformarse desde el gobierno para impedir que lo transformase una revolución  popular. Por ello, intentó las regeneraciones del sistema a partir de la formación de una nueva base social, las llamadas “masas neutras”, con cuya ayuda pretendía configurar un Estado fuerte, capaz de gobernar de forma eficaz y de conseguir tanto desbancar a la vieja casta caciquil como impedir que las clases populares adquiriesen excesivo protagonismo. Este gobierno también adoptó medidas económicas para  reactivar la industria y promulgo la ley de colonización Interior para estimular la agricultura. En el terreno social, aprobó algunas leyes y creo el instituto nacional de previsión. Esto provocó una gran revuelta gracias a la brutal represión que la siguió se cayó el gobierno conservador.

En 1910, Jose Canalejas formó un nuevo gobierno liberal. Su programa proponía la modernización de la política e intentaba atraer a ciertos sectores populares a partir de un mayor reformismo social y de limitar el poder de la Iglesia. Abordó la reforma del procedimiento de financiación de la Iglesia y profundizó en la separación de la Iglesia y del Estado. La negativa de la Santa Sede a cualquier proceso de reforma comportó la promulgación de la Ley del Candado que limitaba el establecimiento de nuevas leyes religiosas.

Canalejas fue sensible al problema de las autonomías regionales, especialmente al del nacionalismo catalán, convenció de que su incorporación al sistema ayudaría a estabilízalo. En consecuencia, el gobierno liberal elaboró la Ley de Mancomunidades, pero este proyecto y el resto de reformas se vieron interrumpidas por la muerte de Canalejas, asesinado por un anarquista en Madrid, en 1912. La ley de Mancomunidades sería aprobada bajo el gobierno conservador de Eduardo Dato en 1914, y tan solo se constituiría la Mancomunidad de Cataluña.

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