Reino de los visigodos

La dominación romana de Hispania supuso que su cultura, sus costumbres, sus leyes y su religión se impusieran sobre los pueblos autóctonos.  La romanización hace referencia al proceso de asimilación y  se define como el proceso de aculturación de las zonas conquistadas por Roma durante la antigüedad durante el periodo romano sobre esta. Las principales manifestaciones de la romanización fueron: A) El latín se difundió como lengua de prestigio para la literatura, la ciencia, el derecho y la política. Se difundió oralmente y también por escrito, por el territorio meridional y mediterráneo. B) El uno del derecho romano se extendió por toda la península y sirvió para cohesionar la sociedad y difundir los principios de justicia y convivencia. C)La dominación romana impuso también las creencias religiosas propias de Imperio Romano, era obligatorio el culto al emperador y a los tres dioses que simbolizaban el poder de Roma: Júpiter, Juno y Minerva, la llamada Triada Capitolina. Se difundió también el cristianismo. Los cristianos fueron perseguidos porque se negaban a adorar a dioses romanos y al emperador, pero Edicto de Milán, decretó la libertad religiosa y reconoció legalmente el cristianismo, que pasó a convertirse en la iglesia oficial del Estado con el emperador Teodosio I en el año 380. Todos estos elementos, conformaron algunas de las características esenciales que han ido configurando el devenir de las sucesivas sociedades que se han asentado en el territorio de lo que se denominaba Hispania.

El impero romano tuvo una larga etapa de esplendor hasta que el siglo III dc. En esta época se inició una grave crisis que señalo el inicio de la decadencia del imperio.
Entre las causas económicas que produjeron esta crisis, podemos destacar la escasez de mano de obra esclava como consecuencia de la finalización de las guerras de conquista, también los pueblos bárbaros cortaron las relaciones comerciales, las ciudades se despoblaron y comenzó un proceso de emigración al campo llamado ruralización en busca de trabajo y sustento. Entre las causas políticas y militares, cabe destacar la inestabilidad del poder imperial: los emperadores gobernaban poco tiempo y eran sustituidos mediante revueltas militares. El ejército era la verdadera autoridad pero a falta de recursos económicos se vio incapaz de sostener los asaltos a los pueblos bárbaros. La consecuencia de esta situación fue un imperio sin una autoridad central, por lo que los pueblos vecinos del imperio romano  aprovecharan para entrar en territorio romano y aprovecharse de sus riquezas. Los emperadores romanos se vieron obligados a pactar con estos pueblos bárbaros y cederles tierras y dinero, por lo qe el imperio a finales del siglo IV quedo dividido en dos: Impero romano de Occidente e Impero romano de Oriente. La parte occidental pronto se entregó a las acometidas de los pueblos germanos provenientes del norte y este de Europa.

Entre estos pueblos destacan, los visigodos, que provenían del valle del Danubio pero, en el siglo IV, la presión de los hunos que penetraran en tierras del Imperio romano. A principios del siglo V se vieron implicados en las guerras civiles romanas y arrasaron la península Itálica. Finalmente, el emperador Honorio logró que se establecieran al sur de la Galia como aliados. Allí crearon el reino visigodo de Tolosa. Cuando Roma quiso expulsar de la Península Ibérica a suevos, vándalos y alanos acudió a las tropas visigogas de la Galia. En el 416 los visigodos penetraron en Hispania y derrotaron a los alanos y a los vándalos, volviendo después a la Galia. A mediados del siglo V, los visigodos volvieron a entrar en la Península para luchar contra los suevos. A principios del siglo VI, los visigodos tras ser derrotados por los francos, abandonaron la Galia  se instalaron definitivamente en la península ibérica, donde se creo el reino visigodo de Toledo.

En cuanto a la monarquía visigoda, era electiva, los nobles visigodos elegían de entre ellos a cada nuevo rey. Esto creó una acusada inestabilidad política, ya que se produjeron numerosos enfrentamientos entre la nobleza por hacerse con la corona.

Pero esta situación comenzó a cambiar a partir del reinado de Leovigildo, que conquisto el reino sueco en 585 y sometió parte del territorio controlado por cántabros y vascones. Tambien promovio otras iniciativas como: fundamentó el Estado en el derecho romano y buscó la integración entre hispano-romanos y visigodos. La unidad religiosa se produjo bajo el reinado de su hijo Recaredo. Pero hasta el reinado de Recesvinto, el proceso de unificación de estas dos poblaciones no culminará, cuando se promulgó en 654 un único código judicial para todos los habitantes de la monarquía.

Desde finales del siglo VII, la inestabilidad de la monarquía aumentó. En el contexto de uno de los enfrentamientos entre los partidarios de Witiza y los de Don Rodrigo, se produjo la llegada de los árabes a la Península en 711, que significo el final de la monarquía visigoda.

Los reyes visigodos gozaban en teoría de gran poder, pero lo compartían con otras instituciones como el Aula Regia que era una asamblea consultiva formada por la aristocracia visigoda, o los concilios de Toledo que era una ruenion de obispos de la iglesia católica que tenia capacidad para definir la doctrina religiosa.

En cuanto a la sociedad visigoda, era esencialmente rural, ya que las ciudades se encontraban en plena decadencia. La tierra, que era el factor que determinaba la riqueza, estaba mayoritariamente en manos de la nobleza. La debilidad del Estado visigodo hizo que sus funciones fueran sustituidas por las relaciones personales, con todo ello la nobleza fue ganando poder. Se estaban generando los rasgos del modelo feudal.



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