Tercera guerra carlista resumen

ºTras la crisis de 1808 la monarquía española había quedado en poder del hermano de Napoleón, José I Bonaparte, el país estaba ocupado por el ejército napoleónico que, tras el Tratado de Fontainebleau, había ido paulatinamente apoderándose del país. El levantamiento del pueblo madrileño el dos de Mayo de 1808 supuso el inicio de la guerra de la independencia contra el invasor; para organizar la resistencia al poder francés, se crearon Juntas Locales que se integraron posteriormente en Juntas Provinciales y en una Junta Suprema Central, presidida por el Conde de Floridablanca que terminaría traspasando el poder a un Consejo de Regencia que asumía la autoridad en nombre de Fernando VII.ºLas Cortes de Cádiz.La formación de las Cortes de Cádiz fue absolutamente novedosa para la época. Las Cortes fueron elegidas mediante el voto de los varones mayores de 25 años que elegían a representantes por provincias. Además se convoca una asamblea única, en la que a cada diputado le correspondía un voto rompiendo así con la organización estamental propia del Antiguo Régimen. Las nuevas Cortes se reunían en representación de la nacíón y no del Rey, aunque se reconocía como soberano legítimo a Fernando VII, y se le juraba fidelidad.


Los territorios americanos también designaron representantes, aunque fueron elegidos entre los originarios de esos territorios que se encontraban en Cádiz en ese momento. Este apasionamiento respondía a la fuerte división entre los diputados, así podemos distinguir diferentes grupos claramente diferenciados en lo ideológico:-Los liberales: Defendían la soberanía nacional, la división de poderes y la igualdad jurídica ante la ley. Apostaban por la desaparición de los privilegios señoriales propios del Antiguo Régimen. Era el grupo mayoritario.-Los absolutistas o serviles: Pretendían mantener la monarquía absoluta y el poder del rey sin los límites que marcaba la Constitución. Apostaban, por tanto, por el mantenimiento del Antiguo Régimen.-Los “jovellanistas” o ilustrados: Existía un grupo intermedio, reformistas moderados. Defendían la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.-La principal obra legislativa de las Cortes de Cádiz fue la elaboración de la Constitución de 1812, pero también tomaron otras decisiones de gran trascendencia que significaban el final del Antiguo Régimen y el primer gran intento de liberalización económica y social. Destacan las siguientes: 


Libertad de imprenta, abolición de la tortura, supresión del feudalismo y supresión de la Inquisición.ºLa Constitución de 1812.Se trata de una Constitución muy larga (384 artículos) y en muchos sentidos revolucionaria, aunque mantiene algunas concesiones a la tradición española especialmente el reconocimiento a la religión católica. Fue el resultado del compromiso entre liberales y absolutistas, aunque los primeros se impondrían claramente. Sus rasgos más significativos son los siguientes:-Se establece el principio de soberanía nacional, es decir la autoridad suprema residía en el conjunto de la nacíón representada en las Cortes.-La estructura del nuevo
Estado era una monarquía limitada por la Constitución, con división estricta de poderes:


El poder legislativo queda en manos de las Cortes junto con el Rey; el poder ejecutivo, recae en el Rey, pero está obligado a firmar lo decretado por el Gobierno; por último, el poder judicial, quedaba en manos de tribunales independientes.-Las Cortes, como representantes de la nacíón, concentraban amplios poderes: elaboraban las leyes, decidían sobre la sucesión de la corona, aprobaban tratados internacionales, etc. Eran unicamerales elegidas por sufragio indirecto masculino.-Se garantizaba toda una serie de derechos fundamentales del individuo: igualdad ante la ley, inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, educación elemental, garantías penales y procesales, sufragio masculino, etc.-No se reconocía, sin embargo, la libertad de culto, sino que se impónía el catolicismo como religión oficial y única, concesión clara al sector absolutista.La Constitución de Cádiz supuso en España el comienzo de la modernidad política, admirada e imitada en muchos países, especialmente en Iberoamérica, ha sido también criticada por ser demasiado avanzada para el atraso en la que vivía la sociedad española. Su aplicación fue muy limitada: entre 1812 y 1814 en el marco de la guerra de la independencia. El regreso de Fernando VII en 1814 significó su abolición, aunque de nuevo fue aprobada durante el Trienio Liberal (1820–23) y muy brevemente en 1836. 


ºLa crisis política del absolutismo durante el reinado de Fernando VII se vio agravada por el “problema sucesorio” provocado por la falta de heredero varón del monarca. En 1829, Fernando VII contrajo matrimonio con María Cristina de Nápoles. Pese a sus tres matrimonios anteriores seguía sin descendencia, lo que motivó que su hermano Don Carlos María Isidro albergase grandes expectativas de heredar la corona.En 1830, nace la futura Isabel II, lo que provocará  la lucha entre los partidarios de Don Carlos y los de María Cristina y su hija. Unos meses antes del nacimiento, Fernando VII publicó la Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica y permitía, por tanto, reinar a las mujeres.Los llamados “sucesos de La Granja” modificaron la situación: Los partidarios de D. Carlos, encabezados por el ministro Calomarde, aprovecharon la enfermedad de Fernando VII en 1832 para convencerle de que derogase la Pragmática Sanción. Esto supónía devolver a D. Carlos los derechos sucesorios. No obstante, en cuanto Fernando VII mejoró restablecíó la Pragmática y expulsó de su entorno a quienes habían intrigado contra los derechos de su hija. En 1833, con el fallecimiento del rey, Isabel era reconocida como heredera y su madre asumía la regencia.


Los carlistas no aceptaron la situación y para defender sus pretensiones desencadenaron una Guerra Civil.ºEl carlismo y la Guerra Civil. La cuestión foral..El carlismo se convierte, a partir de entonces, en la más firme oposición a la regente María Cristina de Borbón, madre de Isabel. El enfrentamiento no es sólo un conflicto dinástico si no también ideológico. Los carlistas pretenden la vuelta al Antiguo Régimen; apuestan por el poder absoluto del monarca, que emana de Dios según ellos; y por la defensa de la religión, que consideran atacada por los liberales. El lema carlista “Dios, Patria y Rey”, resume el planteamiento carlista. A estos elementos se suma la defensa del foralismo.ºLas guerras carlistasEl movimiento carlista desencadenó tres conflictos armados –los dos primeros durante el reinado de Isabel II-, que representaron un grave problema para la estabilidad política de España durante buena parte del Siglo XIX.-La primera guerra carlista (1833-40) fue la más violenta y dramática, con casi 200.000 muertos. Comenzó en Octubre de 1833, a los pocos días de fallecer Fernando VII, cuando el infante Don Carlos María Isidro fue proclamado rey por sus seguidores con el nombre de Carlos V. El nuevo gobierno “isabelino”,


con escasos recurso, tardó en enviar tropas; esto permitíó al general carlista Zumalacárregui formar un importante ejército con más de 20.000 hombres. La rebelión carlista se consolidó de ese modo en las zonas rurales de Navarra y el País Vasco. Fortalecido por estos éxitos don Carlos ordena a Zumalacárregui sitiar Bilbao (1835).  El fallecimiento del general carlista en el asedio de Bilbao provocará un giro en el conflicto.Desde 1835 y hasta 1837, la guerra se mantuvo en una situación de equilibrio. El general liberal Espartero rompíó el sitió de Bilbao, mientras las guerrillas carlistas obtuvieron importantes victorias en el Maestrazgo. Las negociaciones entre Maroto y Espartero culminaron en el Convenio de Vergara (Agosto de 1839) que marcó el fin de la guerra en el norte; en el convenio establece la legitimidad de Isabel II como reina de España, pero realiza algunas concesiones, así se reconocen los empleos y grados del ejercito carlista, y se recomienda al gobierno “armonizar” la Constitución con los fueros propios de Navarra y las tres provincias vascas.


Pese a este acuerdo la guerra no terminó en la zona levantina; allí el general Cabrera resistíó durante casi un año.-La segunda guerra carlista se prolongó entre 1846 y 1849, estalló al fracasar el intento de concertar un matrimonio entre la reina Isabel II y el nuevo pretendiente carlista Carlos VI, hijo de d. Carlos María Isidro. Su principal escenario estuvo en el campo catalán, aunque hubo episodios aislados en otras zonas. La derrota del carlismo obligó al general Cabrera a exiliarse en Francia; allí también permanecíó el pretendiente al trono.-Hubo una tercera guerra carlista (1872 – 76), estalló tras la expulsión de Isabel II y la llegada de un nuevo rey, Amadeo de Saboyá. Con la caída de la monarquía isabelina, el nuevo pretendiente carlista, que se hacía llamar Carlos VII, entró en España a comienzos de 1872 provocando un nuevo conflicto bélico. La guerra tuvo como escenarios principales Cataluña, Navarra y el País Vasco. Durante algunos años, los carlistas organizaron un pequeño Estado cuya capital era Estella, en Navarra. La amenaza carlista se mantuvo durante todo el “Sexenio Absolutista” pero finalmente el carlismo fue de nuevo derrotado, esta vez de manera definitiva en 1876 ya durante el reinado de Alfonso XII.  La derrota provoca el fin de los fueros vascos, lo que contribuirá al nacimiento del nacionalismo vasco. 


Durante los años en los que se consideró menor de edad a Isabel II, la responsabilidad de la corona fue asumida por las regencias de su madre María Cristina (1833 – 1840) y, tras los altercados revolucionarios de 1840, por el general Espartero (1840 – 1843). Se trata de una década dominada políticamente por la cuestión del carlismo (tratado en otro tema) y por la alternancia en el gobierno de progresistas y moderados, en un clima de inestabilidad política acentuado por los continuos pronunciamientos militares. Pese a esa inestabilidad fue una etapa fundamental en la implantación del liberalismo en España, no sólo en el ámbito político –triunfo sobre los carlistas, promulgación de la constitución de 1837-, sino también en el económico –abolición del régimen señorial, desamortización eclesiástica, etc.El conflicto sucesorio tras la muerte de Fernando VII provocó alguna de las carácterísticas más significativas de todo el reinado de Isabel II: La monarquía se acercó al liberalismo, al agruparse los absolutistas en torno a D. Carlos María Isidro; los militares alcanzaron gran protagonismo político, los generales o “espadones” se situaron al frente de los partidos político convirtiendo el “pronunciamiento” en la forma habitual para instaurar nuevos gobiernos; por último, la monarquía se vio envuelta en serios problemas financieros provocados por los enormes gastos militares.


Durante las Regencias surgieron los primeros partidos políticos. Así, aparece el partido moderado, liderado por el general Narváez, como gran defensor de la soberanía compartida y de la limitación de los derechos individuales; y el partido progresista, encabezado por el general Espartero, símbolo de la lucha contra el carlismo, que defendía la soberanía nacional, con la existencia de una Cortes fuertes que limitasen el poder real y aumentasen los derechos individuales.ºLa Regencia de María Cristina (1833 – 1840).María Cristina de Borbón asumíó las funciones de regente en Octubre de 1832, se apoyó en un gobierno presidido por Cea Bermúdez, hombre cercano al “absolutismo moderado”. Cea publicó un manifiesto (1833) en el que se proclamaba defensor de la monarquía absoluta, al tiempo que ofrecía mejorar la gestión mediante reformas administrativas. El manifiesto no contentó ni a los liberales ni a los carlistas. Ante esta situación, la reina gobernadora recurríó a un liberal moderado, Martínez de la Rosa para redactar el Estatuto Real de 1834, que trataba de dar estabilidad a su regencia. El Estatuto era una carta otorgada, la corona no renunciaba a la soberanía sino que cede parte de su poder a las Cortes. Estas no pueden legislar sino a propuesta del monarca,  excepto para el presupuesto cada dos años.


Las Cortes son bicamerales: La nobleza y los obispos estaban representados en el Estamento de Próceres; el resto de la población tenía su representación en el Estamento de Procuradores. Los procuradores eran elegidos por tres años mediante un sufragio muy restringido.Los progresistas, molestos por las escasas libertades y ante el malestar que seguía generando la guerra carlista, intentaron un cambio político a través de un pronunciamiento. A finales de Julio de 1836 se produce el “motín de los sargentos” del Palacio de la Granja. La regente María Cristina cedíó y promulgó, momentáneamente, la Constitución de 1812, confiando el poder a los progresistas con Calatrava y Mendizábal como hombres fuertes del gobierno.En 1837, se redactó una nueva Constitución. Más moderada, pero también más precisa, que la de Cádiz. Se buscaba un consenso entre los dos principales partidos que permitiera la estabilidad política. Como en Cádiz, se opta por la soberanía nacional, la separación de poderes, el amplio reconocimiento de derechos individuales y la convocatoria de las Cortes por el monarca (si bien, al menos una vez al año, se reunirían sin ser convocados). Con el nuevo marco constitucional se promulgaron algunas leyes progresistas. Además se adoptaron medidas para liberalizar el mercado de la tierra: la supresión de los mayorazgos, la abolición del régimen señorial y, sobre todo, la aprobación de la llamada  “desamortización de Mendizábal”,


que puso en venta por subasta las tierras expropiadas a la Iglesia. Sus objetivos eran sanear la Hacienda, financiar la Guerra Civil contra los carlistas y convertir a los nuevos propietarios en adeptos a la causa liberal, aunque provocó graves tensiones con la Iglesia.En 1838, volvieron al poder los moderados comandados por Evaristo Pérez de Castro; los moderados promulgaron una nueva Ley de Ayuntamientos que suprimía la participación ciudadano en la elección de alcalde.ºLa regencia de Espartero (1840 – 1843).En 1840, Espartero fue nombrado presidente del gobierno y regente interino: Durante todo su mandato gobernó de manera autoritaria, sin someterse al control de las Cortes. Su política antiforalista (ayuntamientos y diputaciones quedaban sometidos a la ley general) y su apoyo al librecambismoprovocó una fuerte reacción en su contra de las provincias del norte, especialmente de Barcelona. En Diciembre de 1842 mandó bombardear Barcelona como castigo a las protestas civiles contra el librecambismo; cuatrocientos edificios fueron destruidos y hubo centenares de muertos. En las Cortes se desató una enérgica protesta y Espartero reacciónó disolvíéndolas. Progresistas y moderados pedían la vuelta a la normalidad constitucional. En 1843, se inició una revuelta militar encabezada por el general Narváez; Espartero, por su parte, había visto descender su apoyo entre la Milicia Nacional. Finalmente, las tropas fieles a Narváez derrotaron al ejército esparterista en la batalla que tuvo lugar en Torrejón de Ardoz (Julio 1843). Las Cortes para evitar una nueva regencia, adelantaron la mayoría de edad de Isabel II, que de esta forma fue coronada reina a los trece años. 


ºIsabel II se convirtió en Reina de España a la muerte de su padre Fernando VII en 1833. En ese momento tenía tres años de edad, por lo que el inicio de su reinado estuvo marcado por la sucesión de dos regencias: la de su madre María Cristina (1833-1840) y la del general Espartero (1840 – 1843). En 1843, un levantamiento dirigido por el general Narváez puso fin al gobierno autoritario de Espartero. Las Cortes decidieron adelantar la mayoría de edad de la reina, con el fin de no recurrir a una nueva regencia. Con tan sólo trece años comenzaba, por tanto, el reinado efectivo de Isabel II.Su actuación política fue muy errática, los cambios de gobierno frecuentes y la influencia de la “camarilla” marcó por completo sus decisiones. Su vida privada también debilitó su posición política.La Revolución Gloriosa de 1868 pondría fin a su reinado, la reina tuvo que marcharse al exilio en París, ciudad en la que fallecería en 1804. Su reinado, en todo caso, supondrá la superación definitiva del Antiguo Régimen y el establecimiento de una monarquía constitucional que se apoyaba en el liberalismo.ºLa Década Moderada (1844 – 1854).En la llamada “década moderada” el régimen político dio un giro notable hacia posiciones conservadoras, que quedaron fijadas en la Constitución de 1845.


Pese a ser presentada como una reforma de la Constitución de 1837 y de compartir con ella 60 artículos. Así, sustituyó la soberanía nacional por la soberanía conjunta del Rey y las Cortes (soberanía compartida), además la Corona aumentaba los poderes de la Corona que podía nombrar ministros, designar miembros del Senado y disolver las Cortes.El conservadurismo de esta época queda de manifiesto también con la firma de un Concordato con la Santa Sede en 1851. En virtud de ese acuerdo la Iglesia vuelve a tener un papel preponderante en la sociedad española: la desamortización queda paralizada y España reconoce la confesionalidad católica del Estado.Esta década se caracteriza por la mejora económica y por la realización de reformas político-administrativas encaminadas a una mayor eficacia y centralización del país. Destacan las siguientes:-La formación de un sistema jurídico unitario, para lo que se publicó un código de derecho penal y se sustituyó el juicio con jurado por un tribunal compuesto por magistrados profesionales.-Alejandro Món reformó el sistema tributario, anulándose las particularidades regionales.-Se creó el Banco de España, tras la fusión del Banco Español de San Fernando y del Banco de Isabel II.-En 1844 se crea la Guardia Civil que fue desplegada por toda la nacíón para asegurar el nuevo orden jurídico y administrativo


.-En 1845 se aprueba la Ley de Ayuntamientos, por ella la Corona nombra alcaldes en ciudades de más de 2000 habitantes.El carácter conservador de esta década viene marcado por la figura de Ramón María Narváez. En 1852, el nuevo presidente Juan Bravo Murillo intentó una reforma de la Constitución que supónía un nuevo retroceso en el parlamentarismo. Su proyecto tendente a una “dictadura civil” de técnicos, y la sucesión de denuncias por escándalos financieros contra los gobiernos moderados y la corona, originará un movimiento opositor entre los “espadones” que contará con un notable apoyo popular. Esta situación culminará con la Vicalvarada de 1854, dirigida por el general O’Donnell,ºEl Bienio Progresista (1854 – 56)En Junio de 1854 en la localidad de Vicálvaro se produjo un pronunciamiento militar dirigido por el general O’Donnell; unos días después Cánovas del Castillo presenta el llamado “Manifiesto de Manzanares” que presenta los principios fundamentales para una regeneración liberal. Este manifiesto provoca una gran movilización popular. Ante esta situación Isabel II se vio obligada a llamar al poder a Espartero.Durante estos dos años el avance del liberalismo fue evidente:-Se aprobó la Ley de Desamortización General (1855),


elaborada por Pascual Madoz. Se propónía financiar la construcción del ferrocarril en España.-Se elaboró una nueva Constitución en 1856 (“non nata”), que nunca llegó a ser promulgado. En ella se limitaba el poder de la Corona y se ampliaba la Declaración de Derechos.-Se aprobó la Ley General de Ferrocarriles (1855) que fijaba el trazado esencial de la red actual.En 1856, la Corona, la Iglesia y los moderados alentaron movimientos de protestas contra Espartero, a ellos se une el propio general O’Donnell, aprovechando la escisión de unionistas y progresistas.ºAlternancia del Partido Moderado y la Uníón Liberal (1856 – 1868).A partir de 1856 se sucedieron los gobiernos de los generales Narváez y O’Donnell. Hasta 1858, gobernó Narváez; desde 1858 y hasta 1863 se produjo el llamado “gobierno largo” de la Uníón Liberal de O’Donnell; de 1863 y hasta 1868 gobernarían los moderados con Narváez y González Bravo.El moderantismo del régimen, que limitaba notablemente la participación ciudadana, cerraba las opciones de participación política a los progresistas, derivando éstos hacia la vía conspirativa en contra no ya sólo del gobierno, sino también de la monarquía borbónica. En 1866, progresista y demócratas firmaron el Pacto de Ostende, por el que decidieron aunar esfuerzos para derrocar a Isabel II y establecer un nuevo sistema político. Un año después se sumó la Uníón Liberal, presidida por Serrano tras el fallecimiento de O’Donnell. Finalmente el triunfo de la “Revolución Gloriosa” en 1868 pondría fin al reinado de Isabel II que se vio obligada a exiliarse en Francia.


ºEl periodo de tiempo conocido como Sexenio Democrático (1868 – 1874) supone el ensayo de un sistema político democrático en España, primero bajo la forma de régimen monárquico, con Amadeo I de Saboyá, después en un régimen republicano con diversas formulaciones.ºLa revolución.El desprestigio del régimen de Isabel II provocó la firma del llamado Pacto de Ostende (1866), demócratas y progresistas acuerdan aunar esfuerzos para derrocar a la reina y establecer un nuevo sistema político. A este pacto se llega por la aguda crisis económica y política. En 1867, los unionistas, ahora presididos por el general Serrano, se unen al Pacto de Ostende, con la condición del respeto a la monarquía.La revolución –conocida como “La Gloriosa”- se produjo definitivamente en Septiembre de 1868. Se inició con la sublevación del almirante Topete en la bahía de Cádiz, apoyado por los generales Prim y Serrano.Días después, Serrano vencía al ejército gubernamental en la batalla de Alcolea (Córdoba) e Isabel II buscó refugio en Francia.Con el triunfo de “la Gloriosa” se formó un gobierno provisional presidido por el general Serrano. Inmediatamente se constituyó una Junta Superior Revolucionaria que proclamó el sufragio universal y una amplia declaración de libertades entre las que se incluía la libertad de culto.


ºLa Constitución de 1869.Las nuevas Cortes promulgaron la considerada primera constitución democrática de la historia de España, destaca por las siguientes carácterísticas: Reconoce la soberanía nacional, de la que emanan los demás poderes; incluye una amplia declaración de derechos entre los que destacan el sufragio universal masculino, la libertad de imprenta, los derechos de reuníón y asociación, la libertad de culto, etc.; establece la división de poderes, con gran protagonismo de las Cortes que no sólo legislan sino que también controlan al gobierno. Por último la Constitución establecía la monarquía como forma de gobierno, aunque el poder del Rey quedaba limitado.ºLa regencia de Serrano (1869 – 70).Mientras se busca un nuevo Rey para España, el general Serrano fue nombrado regente y el general Prim se convirtió en jefe de gobierno.Se buscó un nuevo soberano en otras casas reales europeas, hasta que finalmente las Cortes españolas eligieron con no demasiado apoyo a Amadeo de Saboyá (191 votos a favor de 311 diputados).ºEl reinado de Amadeo I de Saboyá (Enero de 1871 – Febrero de 1873).Amadeo I era un monarca de carácter liberal. El principal valedor de Amadeo I era el general Prim, pero el mismo día de su llegada a España fallecía como consecuencia de un atentado sufrido unos días antes.El Rey tuvo la oposición radical de los republicanos y de los carlistas, que comenzaron una nueva guerra en 1872. Además, los dos partidos favorables a la monarquía estaban frecuentemente enfrentados: El Partido Constitucionalista (liderado por Práxedes Mateo-Sagasta) era partidario de frenar los avances democráticos;


el Partido Radical (liderado por Ruiz de Zorrilla) era partidario de profundizar en las reformas. Ante esta situación, la inestabilidad de los gobiernos –siete en dos años- se convirtió en habitual durante el reinado de Amadeo I de Saboyá. A los problemas internos, el rey debía sumar un grave problema exterior: Desde 1868 había estallado la llamada “Guerra de los Diez Años” en Cuba.Apenas dos años después de haber iniciado su reinado, ante tantas adversidades y falta de apoyos, Amadeo I tomó la decisión de abdicar el 11 de Febrero de 1873.ºLa Primera República (Febrero de 1873 – Enero de 1874)Ante la abdicación del Rey, el Congreso y el Senado se reunieron de manera conjunta en una llamada Asamblea Nacional en la que proclamaron la República por una amplísima mayoría. Sin embargo, el nuevo régimen tampoco pudo aportar estabilidad política a España: En tan sólo once meses que duró la Primera República se sucedieron cuatro presidentes; tuvieron que hacer frente tanto a los problemas heredados (guerra carlista, guerra de Cuba…) como a los enfrentamientos entre los propios republicanos (federalistas – unitarios).El primer presidente, Estanislao Figueras tuvo que enfrentarse a varios intentos de golpes de estado y a las protestas del naciente movimiento obrero. Convocó elecciones a Cortes Constituyentes con el objetivo de establecer una nueva Constitución Republicana, aunque ésta nunca llegó a promulgarse. En las elecciones los republicanos federales obtuvieron una mayoría abrumadora, a partir de entonces (Junio 1873) Francisco Pi y Margall asumíó la presidencia. Su propósito era instaurar una República Federal de manera ordenada.


El cantonalismo era un movimiento político y social que llevó al extremo el concepto de autonomía federal y subrayó el poder soberano de algunas localidades (cantones). La insurrección cantonalista provocó la caída de Pi y Margall, que fue sustituido por Nícolás Salmerón,pero dimitíó.  Le sucedíó Emilio Castelar que actuó con dureza: Aplicó la pena de muerte y obtuvo el permiso de las Cortes para gobernar por decreto durante tres meses suspendiendo las garantías constitucionales y suprimiendo el principio federal. Cuando las Cortes se volvieron a reunir (2 de Enero de 1874), el gobierno fue sometido a un voto de confianza y lo perdíó. La posibilidad de que el poder regresara a manos de los federalistas radicales fue el pretexto perfecto para el Golpe de Estado de Pavía.-La República del General Serrano (1874).


Tras el golpe de Pavía, una junta de Capitanes Generales nombró nuevo presidente al General Serrano, que mantuvo las formas republicanas, pero aplicó una política represiva con una fuerte presencia del ejército. El año que duró su mandato fue una etapa de transición hacia la restauración borbónica. En los círculos más influyentes, especialmente entre los militares, se apostaba abiertamente por restablecer en el trono al príncipe Alfonso, el hijo de Isabel II. En Junio de 1870, la reina había abdicado en su hijo lo que facilitaba las cosas. Cánovas del Castillo se convirtió en el valedor fundamental de la opción alfonsina; trató de obtener el máximo apoyo posible para el retorno de la monarquía.Cánovas del Castillo hizo que el príncipe Alfonso publicase un documento (Manifiesto de Sandhurst) en el que se propónía la monarquía hereditaria y constitucional como garantía de los derechos e intereses de todas las clases sociales.El 29 de Diciembre de 1874 un pronunciamiento en Sagunto liderado por el general Martínez Campos proclamaba rey a Alfonso XII. La monarquía borbónica vuelve al poder, comenzando así una nueva etapa histórica: La Restauración.


ºLa llegada al trono de España de Carlos IV en 1788 conduciría a un periodo de crisis profunda en la monarquía española. Su reinado estuvo marcado por el estallido de la Revolución Francesa (1789); la radicalización de la revolución con la llegada al poder de la Convencíón y la ejecución del monarca francés Luis XVI provocó la ruptura de los llamados “Pactos de Familia” y el inicio de un conflicto armado (Guerra de los Pirineos, 1793 – 1795) que finalizaría con la Paz de Basilea (1795). Este acuerdo de paz estuvo negociado por primer ministro Manuel Godoy, hombre de confianza de Carlos IV, que recibíó el título de “Príncipe de la Paz”. El tratado restablecía las relaciones con Francia.Manuel Godoy, verdadero gobernante de España durante el reinado de Carlos IV y con gran influencia sobre la reina María Luisa de Parma, adoptó una política de colaboración absoluta con Francia tras la llegada de Napoleón Bonaparte al poder. Esa política se concretó en la firma del Tratado de San Ildefonso (1796),la política de colaboración con Francia continuó y en 1807 Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, en virtud del cual se permitía a las tropas francesas su paso por territorio español para conquistar Portugal, país aliado de Inglaterra. Portugal, en teoría, sería dividido y Manuel Godoy se convertiría en príncipe de una de las partes.ºLa crisis de 1808.La entrada de las tropas francesas en España provocó un nuevo episodio de crisis en la monarquía española:


El Motín de Aranjuez (Marzo 1808). En torno al Príncipe Fernando se había formado un partido opuesto al excesivo poder del primer ministro Godoy; este partido fomentó el asalto popular al palacio de Godoy en Aranjuez. Carlos IV se vio obligado a destituir a Godoy y a abdicar en su hijo Fernando. No obstante, comunicó a Napoleón lo ocurrido y reclamó su ayuda para recuperar el trono.El enfrentamiento entre los miembros de la familia real española provocó el último gran episodio de la crisis de 1808: Las abdicaciones de Bayona. Napoleón logró reunir a Carlos IV y a su hijo, el nuevo rey Fernando VII, en Bayona (Francia). Ambos necesitaban la ayuda del emperador francés, uno para recuperar el trono y otro para obtener legitimidad. Allí consiguió la abdicación en cadena de los miembros de la familia real española nombrando rey de España a su hermano José I Bonaparte.ºLa Guerra de la Independencia (1808 – 1814) y los comienzos de la revolución liberal.El levantamiento contra los franceses comenzó el dos de Mayo de 1808 cuando debían salir de Madrid los últimos miembros de la familia real (el infante Francisco de Paula y su tío don Antonio) para acudir a Bayona. El pueblo de Madrid y algunos militares, como los capitanes Daoíz y Velarde, se amotinaron ante esa situación; el general Murat, jefe de las tropas francesas en España, ordenó una brutal represión de la sublevación. Al conocerse la noticia de las abdicaciones de Bayona y de los sucesos de Madrid se extendíó la insurrección tras el bando del alcalde de Móstoles que declaraba la guerra a los franceses.


El inicio de la guerra provocó la división territorial y social española. No sólo fue una guerra contra el invasor, sino también un enfrentamiento civil. Por una lado, los territorios dominados por el ejército francés, que contaban con el apoyo de los afrancesados y consideraban a José I Bonaparte como el único capaz de continuar con las reformas ilustradas iniciadas en el Siglo XVIII. Por otro lado, la resistencia contra los franceses que compartían un objetivo común en la expulsión de los franceses y el retorno de Fernando VII, pero profundamente divididos en lo ideológico entre liberales (partidarios de una monarquía constitucional) y absolutistas (partidarios del Antiguo Régimen).  Para organizar la sublevación y resistencia al poder francés se crean Juntas, que sustituyen a las instituciones anteriores; las Juntas estaban formadas por militares, clérigos y cargos públicos.Paulatinamente esta Junta tendrá que retirarse de Aranjuez a Sevilla y posteriormente a Cádiz, donde traspasó sus poderes a un Consejo de Regencia. Este Consejo convocará Cortes que llevarán a cabo el primer gran intento de reforma liberal en España, la Constitución de Cádiz.La resistencia española contaba con la ayuda del ejército inglés, dirigido por el Duque de Wellington,


y de la guerrilla popular, donde destacaron personajes como “El Empecinado”, el cura Merino o Espoz y Mina.De manera general, la guerra tuvo el siguiente desarrollo:-Hasta Noviembre de 1808: La resistencia plantó frente a la invasión napoleónica. Miles de voluntarios se ofrecen para luchar contra los franceses, pero falta preparación y coordinación en el ejército regular. Pese a ello, el ejército español, comandado por el general Castaños, consiguió derrotar al ejército francés en Bailén (Julio 1808) impidiendo la invasión de Andalucía; además algunas ciudades como Zaragoza o Gerona ofrecieron gran resistencia (sitios) a la ocupación. Tras la derrota de Bailén, José I se vio obligado a abandonar Madrid y establecerse en Vitoria.-Desde Noviembre de 1808 a Enero de 1812: Napoleón decidíó dirigir personalmente la invasión al frente de la Grande Armée (más de 250.000 hombres). Consigue dominar toda España, excepto la ciudad de Cádiz. La resistencia española se organizará en torno a la labor de la guerrilla y al ejército inglés concentrado en Portugal.-Desde Enero 1812 a 1814: A partir de 1812 se sucederán las victorias de las tropas españolas e inglesas, favorecidas por la marcha de buena parte del ejército napoleónico a la invasión de Rusia. Los episodios bélicos más destacados fueron: La Batalla de Arapiles,  que supuso el abandono de José I de Madrid, y la Batalla de Vitoria, que obligó a la definitiva retirada francesa.A finales de 1813 se firmó el Tratado de Valençay, que ponía fin al conflicto y mediante el cual Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España. 

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