12.2. El sexenio democrático (1868-1874): intentos democratizadores. La revolución

EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874) Primer intento de liberalismo democrático en España comienza con la revolución «Gloriosa» de 1868, que fin a Isabel II y monarquía borbónica. Iniciada en Cádiz Con un pronunciamiento militar secundado por un amplio movimiento popular, en la revolución Confluyeron el inmovilismo de la monarquía (identificada con sectores cada vez más reaccionarios del Moderantismo), la difusión del ideario democrático (contrario a Isabel II y al liberalismo doctrinario) y la Crisis agraria y financiera de 1866-68. En un clima de conspiraciones que culminó en el Pacto de Ostende (1866), progresistas y demócratas, a los que se posteriormente se adhirieron los unionistas, coincidieron En el rechazo de la dinastía borbónica y la convocatoria de Cortes Constituyentes mediante sufragio Universal. La derrota en Alcolea de las tropas de Isabel II provocó su huida y destronamiento, mientras las juntas Revolucionarias locales, constituidas por todo el país por los demócratas, demandaban cambios sociales y Políticos profundos, lo que otorga un claro componente social a la revolución. Progresistas y demócratas, como Sagasta o Manuel Ruiz Zorrilla, colaboraron en la formación de un gobierno provisional junto con militares de corte unionista, como Prim y Serrano. Presionado por las Juntas adoptó las primeras medidas: instauración de libertades básicas (asociación, expresión, Enseñanza, libertad religiosa), supresión del impuesto de consumos y reforma de los aranceles Aduaneros (arancel Figuerola de 1869), decantándose por un régimen monárquico, lo que provocó la División de los demócratas en monárquicos y republicanos. Finalmente, la autodisolución de las juntas Consolidó una situación burguesa que apartaba del poder a las clases populares y a la pequeña Burguésía democrática. El Gobierno provisional procedíó a convocar elecciones a Cortes constituyentes mediante sufragio Universal masculino. Éstas quedaron constituidas el 11 de Febrero de 1869, con una amplia mayoría para Las fuerzas gubernamentales. Serrano asumíó el poder ejecutivo mientras una comisión redactó el Proyecto de una nueva Constitución, la de 1869, que incluyó los principios básicos del liberalismo Democrático: soberanía nacional, que residía en las Cortes, sufragio universal masculino, separación de Poderes, amplia declaración de derechos individuales y libertades, y descentralización administrativa y Judicial. Aprobada la Constitución se establecíó la Regencia de Serrano, cuya principal tarea fue la búsqueda de Un nuevo rey. Prim, desde la presidencia del gobierno, acometíó esta misión que se resolvíó con la Candidatura de Amadeo de Saboyá, hijo de Víctor Manuel II de Italia. Amadeo fue elegido rey el 16 de Noviembre de 1870 en las Cortes, y llegó a España el 30 de Diciembre, después del mortal atentado Contra el general Prim que eliminaba a su principal valedor. El reinado de Amadeo I (1871-1873). El gobierno de Amadeo no fue sino un intento fallido de construir un régimen monárquico democrático en La convulsa España decimonónica. Las fuerzas políticas del régimen fueron incapaces de asegurar la Estabilidad política y los gobiernos se sucedieron rápidamente. La muerte de Prim debilitó profundamente Al régimen desde su primer instante y condiciónó su desarrollo. A la debilidad interna se añadía la oposición política y social de los republicanos intransigentes, el Problema del carlismo (la guerra rebrotó en Mayo de 1872), la insurrección cubana de 1868, amén de la Impopularidad del rey (que era considerado extranjero) y el escaso apoyo que éste recibíó de la Aristocracia, el ejército y la Iglesia. Además, la división de la coalición gubernamental entre los Constitucionalistas de Sagasta y los radicales de Ruiz Zorrilla, contribuyó a incrementar todavía más la Inestabilidad política. Finalmente, en Febrero de 1873, el rey presentó su abdicación ante el Congreso y, Ante la situación de vacío de poder generada, el Congreso y el Senado reunidos en Asamblea Nacional Proclamaron la Primera República. La Primera República (1873-1874). La Primera República, que fue más bien resultado de un consenso transitorio de las diferentes fuerzas Políticas, intentó, sin éxito, consolidar el régimen nacido en Septiembre de 1868. La idea republicana Carecía de raigambre en el país, y, por otro lado, los cuadros dirigentes se encontraban profundamente 2 Divididos. Ante la inestabilidad e indefinición inicial, Figueras, primer presidente del ejecutivo, trató de Reunir Cortes Constituyentes. El fracaso de los golpes de Estado radicales, permitieron que las Cortes Quedaran constituidas en el Junio de 1873 bajo la presidencia de Pi i Margall, partidario del federalismo. Su proyecto de Constitución (Julio de 1873) presentaba al país como una República federal de diecisiete Estados, basada en la soberanía popular y la separación de Iglesia y Estado, al tiempo que incorporaba Una incipiente legislación social. La insurrección cantonal, iniciada en Cartagena en Julio de 1873 por el Federalismo intransigente, impidió su aprobación y obligó a suspender las Cortes por lo que Pi i Margall Tuvo que dimitir. A partir de entonces, la República evoluciónó hacia posturas más conservadoras con el nuevo presidente Salmerón, dispuesto a combatir la resistencia cantonal con el apoyo del ejército. Su dimisión en Septiembre, permitíó a Castelar, nuevo presidente, acentuar una política de autoridad encaminada a Asegurar el orden y la unidad. Tras obtener poderes excepcionales, disolvíó las Cortes, y, cuando éstas Se reunieron nuevamente a comienzos de 1874, la intervención militar del general Pavía disolvíó la Asamblea. Comenzó entonces el último ensayo político del sexenio al asumir el general Serrano la presidencia del Poder ejecutivo y de la República, bajo el orden constitucional de 1869. Serrano trató de mantener una República unitaria y conservadora, pero los grandes poderes sociales y económicos, una mayoría del Ejército y de la Iglesia y los políticos conservadores apoyaron la solución alfonsina (la restauración de la Monarquía borbónica con Alfonso XII) impulsada por el proyecto político liberal-conservador de Antonio Cánovas del Castillo. El pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto (Diciembre de 1874), Precipitaba la restauración de los Borbones, poniendo fin a la I República.

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