Adolfo Suárez explica la transición. 1985.

Gobiernos democráticos

Tras la muerte de Franco comienza el proceso de Transición. Juan Carlos I fue proclamado rey y jefe del Estado y Arias Navarro como presidente del gobierno, sigue las pautas de la dictadura de Franco. Por lo que la oposición toma la iniciativa bajo la consigna de“ruptura
democrática”, con la Coordinación Democrática: “Platajunta”. Se dieron manifestaciones; además, un sector importante del franquismo, los búnker, no aceptaban reformas.
Finalmente, Arias Navarro es sustituido por Adolfo Suárez. Se aprueba en 1976 la Ley de Reforma Política, que proclamaba al fin la instauración de la democracia. Grupos extremistas iniciaron una campaña de desestabilización que puso en peligro la Transición,
destacando la acción de ETA.
Tras la legalización de los partidos políticos, se celebran las primeras elecciones democráticas en 1977. Vence la UCD, liderada por Adolfo Suárez; quien abordó el problema de la grave situación económica, por lo que los grupos políticos y el Gobierno
firman los Pactos de la Moncloa. Además recogen medidas políticas y sociales.
Constitución 1978: Junto con los Pactos de la Moncloa, era imprescindible redactar una nueva Constitución; fruto de la negociación entre los partidos. Así España se configura como un régimen democrático con monarquía parlamentaria; la soberanía nacional reside
en el pueblo y el rey es el Jefe del Estado. El poder legislativo recae sobre el congreso y senado; el poder ejecutivo reside en en el gobierno y el poder judicial corresponde a los jueces y tribunales. Además recoge una avanzada declaración de derechos y libertades; y
la no confesionalidad del Estado.

Elecciones: Seguidamente, se convocaron nuevas elecciones legislativas en 1979.

La UCD vuelve a ganar, seguida muy de cerca por el PSOE.


Adolfo Suárez se encuentra con una serie de problemas que precipitan su descomposición:

– Se fortalece la oposición de izquierdas.

– Se agudiza la crisis económica a pesar de los Pactos de la Moncloa.

– Las luchas internas en la UCD.

– El crecimiento del terrorismo de ETA y los grupos involucionistas de extrema derecha.

Finalmente Adolfo Suárez dimite en Enero de 1981 y Calvo Sotelo es designado candidato para la presidencia del gobierno; tras no obtener mayoría, se fijó para el 23 de Febrero una segunda votación de investidura.

Golpe Estado 23-F: Durante dicha votación, grupos de guardias civiles dirigidos por Antonio Tejero entraron en el Congreso, suspendiendo el poder legislativo y ejecutivo; Milans del Bosch decretaba el estado de guerra.

El papel del rey fue decisivo, en un comunicado desautorizaba a los golpistas y ordenaba al ejército que respetara el orden constitucional. Poniendo así fin al Golpe de Estado y volviendo a la normalidad constitucional con Calvo Sotelo como presidente.

Calvo Sotelo: Continuaron las disensiones internas del partido y tuvo que afrontar la presión de la Iglesia contra la ley del divorcio (1981). Una de las últimas medidas de Calvo Sotelo fue la integración de España en la OTAN (oposición del PSOE).

Elecciones: Decidíó adelantar las elecciones generales; la UCD se presenta en plena crisis, frente al PSOE con promesas de cambio. Las elecciones de 1982 supusieron el triunfo del PSOE; la Alianza Popular se convierte en el líder de la oposición.

GOBIERNOS SOCIALISTAS (1982-1996)

La victoria del PSOE abríó una larga etapa de gobierno de la izquierda moderada con Felipe González como presidente durante cuatro legislaturas (1982-1996).


Se inició una política de reformas que supusieron la transformación y la modernización de España: se reformaron instituciones fundamentales como el ejército; se reformó el sistema educativo con leyes como la LOGSE (educación obligatoria hasta los 16 años); se aprobó la ley del aborto, muy protestada por la Iglesia católica; se llevó a cabo una intensa labor de modernización de las comunicaciones: carreteras, aeropuertos etc. Se inició una verdadera política social con la generalización de la asistencia sanitaria y se crea
el plan de empleo rural (PER).
En cuanto a la política económica, el Gobierno aplicó dos medidas, para modernizar la economía española: la reconversión industrial y la reforma fiscal. Pero,
antes de poner en práctica estas reformas, era necesario el saneamiento de sectores productivos. El máximo ejemplo de ello fue el caso RUMASA: el Gobierno expropió este gran holding empresarial de la familia Ruiz Mateos, que se encontraba en quiebra.
→ La reconversión industrial afectó a empresas públicas, propiedad del Estado, que tenían
pérdidas enormes y no eran competitivas. Supuso miles de despidos, recortes salariales, y, en consecuencia, el Gobierno tuvo que afrontar dos huelgas generales convocadas por los sindicatos UGT y CCOO.
→ La reforma fiscal trataba de aumentar los impuestos directos y distribuir el peso de la recaudación. Una parte se destínó a gastos sociales y a la inversión en infraestructuras.
Además, la sanidad y las pensiones pasaron a ser una prestación universal. Por primera vez se podía hablar de un Estado del Bienestar en España.


En cuanto a las relaciones internacionales, el primer asunto con el que se enfrentó el.
El gobierno socialista fue el del referéndum de permanencia en la OTAN. El gobierno dio
un cambio radical a sus anteriores posiciones y apoyó el sí a la permanencia en la organización. Pero el tema más importante fue la integración en la CEE en Enero de 1986.
La integración en esta organización supuso la modificación de muchas leyes y normas, sobre todo económicas, que regían el país. Por ejemplo, la creación del IVA.

→ En 1992 dos acontecimientos internacionales, los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla mostraron una imagen de país moderno muy diferente a la España de la dictadura de Franco.

En esta época socialista no se pudo resolver el problema del terrorismo de ETA, pero aumentaron sus detenciones, realizadas por la policía y la Guardia Civil, en colaboración con el gobierno francés. También contribuyeron al aislamiento de ETA los pactos entre las diversas fuerzas políticas, el más importante de los cuales fue el Pacto de Ajuria Enea, integrado por todas las fuerzas democráticas vascas contrarias a la violencia.

A partir de 1992 se hizo público que algunos altos cargos del PSOE habían cometido delitos de corrupción económica. A esto se sumó el escándalo de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) que atentaron contra miembros de ETA. Los GAL contaron con el apoyo de los altos cargos del ministerio de Interior.

Estos hechos permitieron al Partido Popular iniciar una dura campaña de desgaste del gobierno ante la opinión pública.

GOBIERNOS POPULARES (1996-2000)

En las elecciones de 1996, el PP (antigua Alianza Popular) ganó al PSOE por un pequeño margen de votos, por lo que tuvo que pactar con las minorías nacionalistas para que se produjera la investidura de José María Aznar como presidente del gobierno.


Emprendíó una política económica encaminada a reducir el gasto público. Así mismo buscó cumplir con los criterios de convergencia establecidos en el Tratado de Maastricht para poder acogerse a la moneda única, el euro. Se redujo la inflación, el déficit público y el paro. A ello contribuyeron la privatización de empresas públicas y los fondos de cohesión europeo. La disminución del gasto del Estado fue importante por la reducción de impuestos. Esto trajo consecuencias negativas en servicios públicos (sanidad, tercera
edad, educación e investigación).
El gobierno del PP tuvo que hacer frente a la acción incesante de ETA, que protagonizó acciones tan brutales como el largo secuestro de Ortega Lara, y el asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco. Se llevó a cabo una negociación fallida con la banda ETA.
En las elecciones de 2000, el PP consigue nuevamente la victoria, esta vez por mayoría absoluta; lo que le permite gobernar en solitario.
Por primera vez en la historia de España, la democracia se presenta como una realidad irreversible.

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