Alfonso XIII: La dictadura de Primo de Rivera. (1923-1930)

4.1.-

ESPAÑA Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

S

upuso el debate político e ideológico constante entre los partidarios de las potencias centralesy los partidarios de las potencias aliadas. Este debate alteró,la política nacional y se fue agravando conforme avanzaban los años de la guerra:en principio, supuso  el  relanzamiento económico por las peticiones de los países en guerra de todo tipo de productos. La situación del país fue empeorando porque fueron aumentando las diferencias entre las clases sociales: elenriquecimiento de unos pocos y las graves dificultades de las clases obreras y campesinas provocaron  aún mayormalestar social debido a la subidade los precios de productos básicos. Una vez que la guerra finalizó y que originó, de forma inmediata, la huelga general de 1917.

5.4.-   LA CUESTIÓN DE MARRUECOS


Tras un periodo de calma durante la Primera Guerra Mundial, las autoridades españolas decidieron reemprender sus acciones militares para afianzar el territorio: en el sector occidental, con base en Ceuta y Tetuán, la intervención española tuvo éxito, pero, en el sector oriental las cabilas ofrecieron una gran  resistencia. El general Silvestre inició una campaña, en julio de 1921, para controlar el territorio alrededor de Melilla.

Las cabilas rifeñas, dirigidas porAbd
El-Krim, atacaron por sorpresa el puesto español deAnnual,la derrota fue fulminante, el general Silvestreordenó la retirada general que se convirtió en una carnicería: murieron alrededor de 14.000 hombres y se perdió todo el territorio que se controlaba hasta Melilla.La impopularidad de la empresa marroquí, agravada por el “Desastre deAnnual”crispó a la opinión pública que culpó al gobierno y al ejército de este desastre: el gobierno dimitió y se inició una investigación.El informe llamado el “Expediente Picasso” contó con la clara oposición del ejército y llegaba, en sus conclusiones, a inculpar a la propia persona de Alfonso XIII.

6.-    LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923 -1930)


  En 1923, Primo de Rivera, dio un golpe de estado y el rey Alfonso XIII le encomendó un nuevo gobierno, integrado por militares. 

6.1.-   LOS FACTORES DEL GOLPE DE ESTADO

El ejército se encontraba dividido entre los miembros que habían pertenecido a las Juntas de Defensa, y los africanistas. El propio ejército intentaba evitar las repercusiones políticas del Desastre de Annual.
 Al intervencionismo del ejército, se unía la preocupación de la oligarquía en el poder, que veía en la agitación social constante un grave peligro para sus intereses económicos. El golpe de estado significaba paralizar el proceso de democratización del régimen político. La dictadura militar de Primo de Rivera contó con el apoyo de la gran masa neutra del país. El movimiento obrero reaccionó de forma tranquila e, incluso, los socialistas aceptaron colaborar con el régimen en los primeros años.  

6.2.- EL DIRECTORIO MILITAR: REFORMAS POLÍTICAS. (1923 – 1925)

Las primeras medidas: suspensión del régimen constitucional, disolución de las Cortes, cese de las autoridades civiles, prohibición de las actividades de los partidos políticos y sindicatos, militarización del orden público y represión del mundo obrero más radical: cenetistas y comunistas; elaboración de un Estatuto Municipal y otro provincial  para liquidar el caciquismo. Creación de un único partido llamado la Unión patriótica.
 Primo de Rivera debía resolver una cuestión pendiente: 

Marruecos

 Su actuación fue rápida y de gran éxito. Tras un acuerdo con Francia, consiguió liquidar  la rebelión de Abd El Krim mediante la victoria hispano – francesa del Desembarco de Alhucemas (1925).
Fue el éxito más importante de la dictadura.

 

6.3.-   EL DIRECTORIO CIVIL: LAS REFORMAS ECONÓMICAS. (1925 – 1930)


 Primo de Rivera sustituyó el Directorio Militar por un gobierno civil. Se rodeó de políticos de derechas, como José Calvo Sotelo. El Directorio Civil, se afirmó la voluntad de construir un régimen inspirado en las dictaduras autoritarias de la Europa de entreguerras. En primer lugar, el gobierno de la dictadura de Primo de Rivera incluyó a civiles en su gobierno. En segundo lugar, se vio favorecido por la buena coyuntura económica internacional, lo que posibilitó importantes reformas económicas: -Gran desarrollo de las obras y servicios públicos -Decreto de protección de la industria nacional. -Concesión de monopolios  -Se regularon las relaciones laborales mediante la creación de comités paritarios que estaban formados por patronos y obreros, con el apoyo del Partido Socialista. Estas medidas aumentaron considerablemente el déficit público. 

6.4.-   LA OPOSICIÓN Y LA CAÍDA DE LA DICTADURA

La oposición a la Dictadura estuvo integrada por los republicanos, los anarquistas y comunistas; algunos sectores del ejército y por la gran mayoría de los intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset y Menéndez Pidal. La CNT, sufrió enfrentamientos internos entre los que defendían una actitud más radical y partidaria de la violencia y los que defendían posturas más negociadoras. El PSOE rechazó abiertamente al régimen y se pronunció a favor de la república. A estas fuerzas opositoras, se sumó el nacionalismo catalán aunque, la Liga Regionalista apoyó a la Dictadura. La política centralista del régimen originó una fuerte oposición al mismo. Este fue uno  de los problemas que no supo resolver sino agravar. Alfonso XIII decidió retirar la confianza a Primo de Rivera. Se formó un gobierno de transición. Mientras tanto, la oposición se coordinó y firmó el Pacto de San Sebastián (1930), por el que se comprometían a formar un gobierno provisional en la futura república. El último gobierno de la monarquía preparó las elecciones municipales, fijadas para el 12 de abril:
Estas elecciones se iban a convertir en un plebiscito a favor o en contra de la monarquía. En consecuencia, el nuevo régimen llegó en un  ambiente festivo. Para muchos la República era el símbolo de las reformas políticas y sociales. La Iglesia, parte de las clases medias católicas, terratenientes, industriales y financieros reaccionaron con hostilidad frente a las primeras reformas. Las organizaciones obreras de izquierdas rechazaron la vía parlamentaria y optaron por la revolución. La depresión económica de los años treinta obstaculizó también la consolidación de la democracia.    

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