Cortes medievales

La expansión fuera de la península

El fin de la reconquista, en el caso de Portugal y Aragón, y la paralización de la expansión castellana en el sur peninsular, potenciaron la expansión territorial de estos reinos fuera de la península Ibérica:

  • Aragón. Desde finales del Siglo XIII, y a pesar de la oposición del Papado y de Francia, sus intereses comerciales favorecieron su expansión por el Mediterráneo: Sicilia, Cerdeña, Reino de Nápoles, Atenas y Neopatria.

  • Castilla. Los avances de la navegación permitieron que nobles castellanos iniciaran, entre 1402 y 1474, la conquista de las islas Canarias. La ocupación del archipiélago concluiría bajo el reinado de los Reyes Católicos.

  • Portugal. Iniciaría también en el Siglo XV, su expansión por el Atlántico Sur y chocaría con los intereses castellanos por las islas Canarias.

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. LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA

La evolución económica de los reinos cristianos pasó por tres fases:

1ª.

Una fase de estancamiento (s. VIII-X)

caracterizada por una economía ruralizada y autárquica. Se basaba en una agricultura y ganadería de subsistencia, con poca actividad comercial y escasa circulación monetaria.

2ª.

Una fase expansiva y de crecimiento (s. XI-XIII)

. La desintegración del Califato, la reconquista y el cobro de parias permitieron el crecimiento demográfico y económico en los reinos cristianos.

La conquista de nuevas tierras agrícolas (trilogía mediterránea) diversificó y aumentó la producción, favoreciendo la comercialización de los excedentes. La ganadería ovina trashumante también experimentó un gran crecimiento, provocando enfrentamientos entre agricultores y ganaderos.

En este contexto, los propietarios castellanos de rebaños fundaron, en el s. XIII, el Honrado Concejo de la Mesta  para defender sus intereses y presionar a la corona en su favor. La monarquía fomentó la actividad ganadera debido a los elevados ingresos que obténía por los impuestos que establecíó sobre el comercio de la lana y a la presión que ejercían los grandes propietarios (nobleza y clero).

El comercio interior y exterior se revitalizó gracias al oro recibido por las parias y por la venta de los nuevos excedentes agrícolas. Surgieron mercados y ferias por toda la geografía hispánica que ayudaron a revitalizar las ciudades.

La artesanía tuvo un progreso más lento y solo alcanzó relevancia gracias al desarrollo del sector textil lanero, desde el s. XIII.

Una fase de crisis agraria y demográfica (s. XIV-XV).
Este período fue de crisis general en toda Europa. Su origen estuvo en la sucesión de malas cosechas (1314-1316 y 1343-1346) que dieron lugar a crisis de subsistencia y a los efectos, económicos y demográficos, provocados por la Peste Negra (1348). Tanto Castilla como Aragón,  experimentaron una leve mejoría económica a lo largo del s. XV.

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EL RÉGIMEN SEÑORIAL Y LA SOCIEDAD ESTAMENTAL:

El régimen señorial de la península Ibérica no se diferenciaba en lo esencial del feudalismo europeo. Sus principales carácterísticas fueron:

  • En lo jurídico, implicaba un traspaso de competencias reales (gobierno, justicia, tributos…) a la nobleza titular de señoríos.  En los comienzos de la Reconquista, los reyes cedieron señoríos territoriales o solariegos a la nobleza y al clero aunque, esta cesión, no incluía derechos jurisdiccionales ni sobre terceros (campesinos libres, siervos…). Desde el s. XII, los reyes pasaron a otorgar señoríos jurisdiccionales en los que sí se incluían derechos jurisdiccionales sobre el territorio. De esta forma se produjo la feudalización de la sociedad hispánica.
  • En lo político, el poder efectivo del monarca se limitaba a las tierras de realengo (las que estaban bajo su dominio directo) como consecuencia de la aparición de señoríos jurisdiccionales.

La sociedad estamental


El modelo social del Medievo es consecuencia directa de la importancia de la fuerza militar (nobleza) y de la influencia de la Iglesia. Surgíó así una estructura social tripartita caracterizada por:

  • La división social era muy rígida y se dividía en tres estamentos (nobleza, clero y estado llano).

  • Cada estamento se regía por normas diferentes. La nobleza y el clero gozaban de privilegios y el estado llano no.

  • La movilidad vertical era muy escasa. Solo el clero permitía cierta movilidad social aunque solo los miembros de la nobleza ocupaban las altas dignidades.

  • Todos los grupos (nobleza, clero y estado llano) eran muy heterogéneos y presentaban fuertes diferencias entre sus miembros en función de sus rentas.

  • Durante la Baja Edad Media se extendíó entre los principales linajes nobiliarios la práctica de constituir mayorazgos para garantizar la conservación del patrimonio familiar.

Existían también dos importantes minorías: los judíos y los mudéjares. Los primeros estaban confinados en las juderías de las ciudades y se dedicaban al comercio, la artesanía y al préstamo. Los mudéjares, musulmanes que no habían huido tras la conquista cristiana, se dedicaban fundamentalmente al cultivo de la tierra. Ambos grupos vivían marginados y fueron comunes los asaltos a las juderías por parte de la población cristiana (progroms).

5. LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS: Todos los reinos peninsulares tenían una estructura política parecida basada en tres instituciones: la monarquía, las Cortes y los municipios.

Monarquía:


La monarquía medieval buscó su justificación ideológica en el derecho divino (elegidos por Dios). Los reinos se consideraban un patrimonio del monarca y esto facilitó la división de estos en herencias y matrimonios. Los monarcas medievales ejercían un poder supremo y se dotó de una corte de consejeros que se convertiría en Consejo Real. También existía una Curia (tribunal de Justicia), una Cancillería (administración) y una Tesorería (finanzas). En cualquier caso, el proceso de feudalización de los reinos hispánicos limitó el poder real a favor de la nobleza y el alto clero.

  • En la Corona de Castilla, la monarquía tuvo un carácter más autoritario que en Aragón y los reyes dispusieron de poderes más amplios. La unificación de Castilla y León (1230) favorecíó un proceso de centralización administrativa y de creación de un derecho general que dotó al reino de cierta uniformidad legislativa (Código de las SietePartidas de Alfonso X y Ordenamiento de Alcalá en 1348). Este proceso contó con la oposición de la nobleza y el clero.

En la Corona de Aragón, la fortaleza del sistema feudal y el poder de la nobleza impulsaron un sistema pactista que limitaba el poder real. Así, el monarca estaba sometido al control de la nobleza a través de las Cortes. El pactismo quedó definitivamente consolidado cuando Pedro III (s. XIII) dotó a las Cortes de poder legislativo y el rey se comprometíó a respetar el derecho y las costumbres de los distintos territorios (Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares).

Las Cortes

Las Cortes eran la reuníón de los representantes de los tres estamentos (brazos) con el rey. Se formalizaron a partir del s. XI coincidiendo con el crecimiento de las ciudades y con el auge de una rica burguésía que el rey deseaba convertir en su aliada frente a la nobleza. El monarca solía convocar Cortes para aprobar impuestos especiales.

  • En León las Cortes se crearon en 1188 y en Castilla en 1217. En algunas ocasiones, se reunieron por separado hasta el Siglo XV. Mantuvieron siempre un carácter consultivo y de aprobación de subsidios.

  • En la Corona de Aragón cada reino tenía sus propias Cortes que tenían cierta función legislativa y votaban los impuestos. En el s. XIV se creó en Cataluña la Generalitat, delegación permanente de las Cortes catalanas.

  • En el Reino de Navarra, las Cortes se reunieron en 1253. El rey tenía que respetar los fueros, derechos y tradiciones del reino.

El gobierno de las ciudades:


 Los municipios disfrutaban de cierta autonomía y jurisdicción propias. En un primer momento se gobernaron por cabildos abiertos. En Castilla, los cabildos fueron sustituidos por unos concejos electivos que fueron controlados por la nobleza y el rey aseguró el cumplimiento de sus mandatos a través de la figura del corregidor (representante del rey en la ciudad). En Aragón, fue la burguésía rica la que se hizo con el control de las instituciones municipales y que generó descontento entre otros sectores sociales (Guerra Civil en Cataluña).

LA CRISIS DE LA BAJA Edad Media (CONCLUSIÓN)Como hemos señalado a lo largo del tema, la transición de la Edad Media a la Edad Moderna en la península Ibérica estuvo marcada por una profunda crisis que cambió sustancialmente la realidad de los reinos cristianos:

  • En el plano demográfico, la Edad Media concluyó con un descenso significativo de la población como consecuencia de  la Peste Negra, de crisis alimentarias y guerras.
  • En el plano económico, se produjo una leve recuperación durante el Siglo XV aunque Cataluña no se recuperaría completamente hasta el Siglo XVI. Además, el descenso de la población provocó un aumento de la inflación y de los salarios.

  • En el plano político, el enfrentamiento entre los monarcas y los grupos privilegiados por el poder dio lugar a conflictos civiles (Guerra Civil en Castilla y Guerra Civil en Cataluña).

  • En el plano social, el descontento por los malos usos señoriales provocó revueltas (remensa catalana e irmandiños en Galicia).

Las últimas décadas del Siglo XV estuvieron marcadas por la uníón dinástica de Castilla y Aragón por los Reyes Católicos y por el fortalecimiento del poder real gracias al triunfo sobre la nobleza castellana, la conquista de Granada y  la expansión por el Atlántico.


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