16.1 Transición democrática. :
Entre la muerte de Franco y la aprobación de la Constitución de 1978, se dieron tres años de reformas políticas, con una grave crisis económica de fondo.
El Rey trató de avanzar con cautela. Una gran parte de la sociedad y la política querían un cambio, pero los inmovilistas del búnker se opónían a cualquier medida que hiciera peligrar el Régimen.
El primer gobierno del Rey estaba presidido por Arias
Navarro, e incluía tanto a inmovilistas como a aperturistas (Fraga, Areliza), y se nombró a Torcuato Fernández de Miranda presidente de las Cortes. Mientras tanto, la oposición democrática, pedía amnistía política, legalización de partidos políticos y sindicatos, y elecciones libres.
Ante la incapacidad de Arias para negociar con el búnker y la oposición, el Rey forzó su dimisión y nombró Presidente del Gobierno a Adolfo
Suárez, quién formó un gobierno progresista e inició la transición democrática. Suárez mantuvo contactos con líderes opositores como Felipe
González (PSOE) y Carrillo (PCE), para convencerles de una transición pacífica. En 1976, Suárez presentó su Proyecto de
Reforma
Política ante altos militares, pidiéndoles su apoyo patriótico a través del Rey. El Proyecto fue aprobado en las Cortes con escasa oposición y posteriormente mediante referéndum, con un 94% de votos favorables.
La tensión social aumentó por la acción de grupos violentos. El GRAPO comenzó a atentar y secuestrar. En 1977, terroristas de ultraderecha asesinaron a 5 abogados comunistas en Atocha.
La entereza del PCE, al no buscar una venganza, hizo que el pueblo perdiera el miedo a su legalización.
A cambio de este proceso, el PCE reconocíó la monarquía y cooperó. Aprovechando la ausencia de políticos por la Semana Santa, Suárez legalizó el PCE.
En las elecciones de 1977, UCD, creado por Adolfo Suárez, obtuvo mayoría por delante del PSOE, el PCE, los nacionalistas y AP.
El 6 de Diciembre se aprobó a través de referéndum la Constitución de 1978. La Const establece una monarquía parlamentaria con soberanía popular y separación de poderes. El ejecutivo en manos del Presidente del Gobierno, que es elegido por el congreso y que elige a sus ministros. El legislativo en las Cortes bicamerales, elegidas por sufragio universal. El judicial en jueces, destacando el Tribunal Supremo y el T Constitucional.
A través de la Declaración de Derechos se busca la igualdad y el estado del bienestar, con la libertad de expresión, el estado aconfesional, derecho a educación, trabajo, salud pública, a la vida (aboliendo la pena de muerte), etc. Además, la Constitución se orienta hacia la descentralización, organizando España a través de municipios, provincias y Com Auto. Se aprobó el estatuto de autonomía de CAT, GAL y PVA, y, exceptuando AND, el resto de Comunidades accedieron a la autonomía pero de forma tardía.
El gobierno de UCD (1977-82) tuvo que afrontar reformas en un clima de crisis y tensión social, viéndose amenazado por terroristas, sectores del ejército y extremistas. La crisis del petróleo de 1973 había debilitado la economía española, con un 40% de inflación en 1977 y un aumento constante del paro; pero la inestabilidad política hacía imposible la adopción de medidas. En 1977, el gobierno propuso un pacto entre las fuerzas políticas, los Pactos de la Moncloa, para hacer frente a la situación económica.
Sin embargo, la tensión social continuó aumentando. En 1978 se desmontó la “Operación Galaxia”, un plan golpista que intentaba detener las reformas políticas. En 1981 estalló una crisis en el seno de UCD, por lo que Suárez presentó su dimisión como Presidente. Aprovechando la situación, un grupo de militares planeó un Golpe de Estado. El 23F de 1981, el día de la investidura de Calvo Sotelo, sucesor de Suárez, más de 200 guardias civiles dirigidos por el teniente coronel Antonio
Tejero entraron armados en el Congreso. Al mismo tiempo, en VAL, el general Milans del
Bosch declaró el estado de guerra y ocupó militarmente la ciudad. Tras unas horas de incertidumbre, el Rey recondujo la situación a través de un discurso televisado desautorizando el golpe, que fracasó finalmente.
Tras el golpe continuaron las disputas internas en UCD. Fernández Ordóñez, ministro de Justicia, impulsó la ley del divorcio, que generó división. En pocos meses UCD se fragmentó, ingresando sus miembros en PSOE o AP, y Suárez creó un nuevo partido, CDS.
Ante esta situación, Calvo Sotelo convocó elecciones en 1982. En ellas, el PSOE obtuvo una abrumadora victoria, consolidada a través de la mayoría absoluta.
16.2. Gobiernos democráticos.:
Durante el gobierno de UCD (1977-82) las disputas internas en el seno del partido de Adolfo Suárez aumentaron poco a poco. Ante la imposibilidad de arreglar la situación, Suárez decidíó dimitir en 1981. Aprovechando la situación, un grupo de militares (algunos de los cuales habían participado en la “Operación
Galaxia” de 1978) planearon un golpe de estado.
El 23F de 1981, el día de la investidura de Calvo Sotelo, sucesor de Suárez, más de 200 guardias civiles dirigidos por el teniente coronel Antonio
Tejero entraron armados en el Congreso. Al mismo tiempo, en VAL, el general Milans del
Bosch declaró el estado de guerra y ocupó militarmente la ciudad. Tras unas horas de incertidumbre, el Rey recondujo la situación a través de un discurso televisado desautorizando el golpe, que fracasó finalmente.
Tras el golpe continuaron las disputas internas en UCD. Fernández Ordóñez, ministro de Justicia, impulsó la ley del divorcio, que generó división. En pocos meses UCD se fragmentó, ingresando sus miembros en PSOE o AP, y Suárez creó un nuevo partido, CDS.
Ante esta situación, Calvo Sotelo convocó elecciones en 1982. En ellas, el PSOE obtuvo la mayoría absoluta.
AP de Fraga fue la 2ª fuerza más votada, y tanto UCD como CDS fracasaron. El PSOE mantuvo su hegemonía hasta 1996, consiguiendo mayoría absoluta en tres de las cuatro legislaturas.
La mayoría le permitíó modernizar
España, a través de una reforma fiscal, de la extensión de la Seg Social, la sanidad y la educación pública, ampliando la edad obligatoria a los 16 mediante la LOGSE;
El reconocimiento de la objeción de conciencia y la despenalización parcial del aborto. Aunque se consiguió frenar la inflación, el paro fue un fracaso para el gobierno, aumentando por la reconversión industrial; lo que llevó a una huelga general en 1988.
El terrorismo, que aparecíó ya en el franquismo, se convirtió en uno de los principales problemas de la sociedad.
ETA siguió realizando atentados terroristas cada vez más indiscriminados, como en el caso de la bomba de Hipercor.
No aceptaron el estatuto de autonomía, ya que querían la independencia de Euskalerría (PVA + NAV + PVA francés). Para luchar contra ellos surgíó, con el apoyo encubierto del gobierno, el GAL (Grupo Antiterrorista de Liberación), que atentó contra militantes y simpatizantes de ETA. Fue uno de los asuntos más turbios del gobierno socialista, e influyó en su derrota electoral. Gracias al acuerdo entre FRA y ESP, la lucha contra ETA tuvo un gran impulso. En 1989, el gobierno negoció con ETA en Argel, pero no se llegó a ningún acuerdo.
En política exterior, el gobierno de UCD había puesto en marcha la entrada de España en la OTAN, a lo que se opuso radicalmente el PSOE.
Sin embargo, cuando los socialistas llegaron al gobierno, no tuvieron más remedio que continuar el proyecto ya que era necesario para la entrada en la CEE, que se produjo finalmente en 1985 En 1986, se realizó un referéndum para el que el PSOE hizo campaña a favor de la permanencia en la OTAN, lo que decepciónó a parte de sus votantes.
Desde 1990, varios escándalos salpicaron al PSOE y aumentaron el descontento:
financiación irregular del PSOE, corrupción (Luis Roldán), escuchas telefónicas y los GAL. Finalmente, CiU retiró el apoyo necesario para el PSOE para alcanzar la mayoría, y se convocaron nuevas elecciones en 1996.
En ellas, el PP (antigua AP), obtuvo una victoria ajustada, aunque en el 2000 llegarían a la mayoría absoluta.
El gobierno de Aznar instauró una eficaz política económica basada en el neo-liberalismo, que buscaba reducir el gasto público en beneficio de la inversión privada, cumpliendo los mandatos de la comunidad europea y poniendo en marcha la moneda única.
El crecimiento mundial permitíó reducir el paro y sostener las pensiones.
El terrorismo fue uno de los principales problemas, sobre todo después del secuestro y asesinato de Miguel Ángel
Blanco, concejal del PP. El PNV y otras organizaciones vascas firmaron el Acuerdo de Lizarra y se desvincularon de ETA. Los terroristas declararon una tregua, pero en 2000 volvíó la violencia. PP y PSOE firmaron un acuerdo contra el terrorismo, que permitíó avanzar tanto en lo policial como en lo político y judicial (ilegalización de HB).
Sin embargo, asuntos como la guerra de Irak, los nacionalismos, el Plan Hidrológico Nacional y la Ley de la calidad de la enseñanza, fueron restándole apoyos. Los atentados de Atocha, de los que se consideró responsable al gobierno por su participación en la guerra de Irak, influyeron en las elecciones de 2004, celebradas tan solo unos días después, y que supusieron la victoria del PSOE, liderado por Rodríguez
Zapatero
En el plano social, las transformaciones han sido evidentes, hacia unos valores y comportamientos propios de las democracias occidentales. La demografía ha variado, llevando a un descenso en la natalidad y al envejecimiento. España se ha convertido además en un país de inmigración. También ha variado la visión de la religión, tendiendo a una secularización de la sociedad; así como ha aumentado el papel de la mujer en la sociedad.
En cuanto a la cultura, la llegada de la democracia favorecíó las manifestaciones culturales. En literatura destacan dos premios Nobel, V. Aleixandre y Camilo José Cela. De los 60s a los 80s se extiende la “movida madrileña” por toda España. Fruto de la libertad, se desarrolló una cultura cosmopolita, destacando el cine, la música, la danza.
16.3 La integración de España en Europa. España en la UE. El papel de España en el contexto internacional
La intención de entrar en la CEE por parte de España proviene del franquismo, cuando en 1962
España solicitó por primera vez su integración, pero no obtuvo respuesta. Más tarde se volvíó a intentar, y a través de negociaciones se llegó al “Acuerdo comercial preferencial” de 1970. En 1977, establecida ya la democracia, el gobierno de Adolfo Suárez solicitó la integración plena en la CEE, y hasta 1979, junto con Portugal, no se iniciaron las negociaciones.
Algunos países plantearon serias exigencias a su entrada, como la apertura de la frontera con Gibraltar por parte de UK, y la integración a la OTAN por parte de ALE. En 1982, UCD aprobó la entrada en la OTAN, a lo que se opuso el PSOE.
Sin embargo, cuando los socialistas llegaron al gobierno, convocaron un referéndum en 1986, e hicieron campaña a favor de la permanencia. En 1985 se abrieron las fronteras con Gibraltar. Ese mismo año, el gobierno firmó el “Tratado y Acta de
Adhesión a las Comunidades Europeas”, con entrada en vigor en 1986.
La entrada en la CEE tuvo acogida popular, pero planteaba el reto de la superación del proteccionismo tradicional. La integración fue gradual, disminuyendo los aranceles y reestructurando la economía a la competitividad europea, lo que supuso la reducción de algunos sectores y la pérdida de empleo.
En 1986, los países de la CEE firmaron el Acta Única
Europea, que permitíó un auténtico mercado interior sin fronteras.
Además, se aprobó la creación de fondos estructurales, conformando un reparto equitativo de las rentas entre países. El paso final hacia la integración se dio en 1992 con el Tratado de Maastricht, que fijó la adopción de una política económica común, control de inflación y déficit y moneda común.
A partir de 1996, el PP dio prioridad al cumplimiento de los requisitos para acceder a la moneda única, que se lograrían en 1999. En 2002 se introdujo el euro, el cual facilitó el comercio europeo pero llevó a la inflación en España.
La entrada de España en la UE llevó, además, a la adopción de otras medidas:
La libre circulación de personas, mercancías y capital por toda la UE, un impulso tecnológico y competitivo, la solidaridad y cohesión entre los distintos países, siendo España un principal eminentemente receptor.
La evolución de la política exterior española tendíó hacia la integración europea y occidental.
La vinculación con la OTAN y la CEE llevaron a participar en la Guerra del Golfo (1990) y el envío de tropas a Bosnia.
Se apoyó la democratización en Sudamérica y la cooperación con estos países, a través de la Comunidad Iberoamericana de Naciones y las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno anuales. Ya durante el gobierno del PP, España se convirtió en uno de los principales inversores en Sudamérica, y las cumbres fueron perdiendo importancia.
Se establecieron relaciones diplomáticas con Israel y se buscó la paz en el conflicto árabe-Israelí mediante la Conferencia de Paz sobre el Oriente Próximo en 1991. Se intentó mejorar las relaciones con Marruecos reconociendo la República
Saharaui, pero no se cuestiónó la soberanía de Ceuta y Melilla y tampoco se avanzó en el asunto de Gibraltar. Se fortalecieron las relaciones con EEUU, distanciándose de Francia y Alemania.
Siguiendo las directrices de EEUU, España interviene en Afganistán (2002) e Irak (2003), tratando de luchar contra el terrorismo internacional. Los atentados de Atocha, de los que se consideró responsable al gobierno por su participación en la guerra de Irak, influyeron en las elecciones de 2004, celebradas tan solo unos días después, y que supusieron la victoria del PSOE, liderado por Rodríguez