FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA DE LA RESTAURACIÓN
1. El retorno de la dinastía borbónica
La última etapa de la I República, encabezada por el general Serrano, el
gobierno se enfrentaba al “partido alfonsino”, acaudillado por Antonio Campos del
Castillo, conservador que defendía la restauración de la monarquía en la persona del
hijo de Isabel II, Alfonso XII.
Además, había otros elementos a favor de la restauración: la burguésía
catalana, los círculos ligados al negocio de las colonias y los defensores del cambio
en el Ejercito.
De esta manera, el 29 de Diciembre de 1874 el general Martínez Campos
organizó un pronunciamiento en Sagunto. El 31 de Diciembre se constituía el llamado
ministerio-regencia bajo la presidencia de Cánovas.
2. Las primeras medidas de Cánovas del Castillo y el fin de la
guerra carlista y la de Cuba.
En los primeros meses de esta nueva etapa, Cánovas buscaba el
asentamiento de la monarquía. Para ello, pretendía elaborar una Constitución que
permitiese gobernar a partidos distintos y que acabase con los pronunciamientos y
las intervenciones militares.
Las primeras medidas llevadas a cabo por Cánovas se caracterizaron por una
reducción de libertades, de control y centralización. Además, aprobó una nueva ley
electoral en 1878 por la que se volvía al sufragio censitario o restringido.
Durante esta etapa se logra poner fin a los conflictos bélicos legados por el
Sexenio: –
La guerra carlista:
El prestigio del nuevo régimen consiguió acabar finalmente con el
carlismo en Febrero de 1876. Como consecuencia, fueron abolidos los fueros vascos
por la ley de 21 de Julio de 1876.
-La guerra de Cuba:
La paz de Zanjón puso fin al conflicto (1878).
3. Constitución de 1876
El 31 de Diciembre se convocan elecciones a Cortes constituyentes,
celebradas en Enero de 1876 por sufragio universal (según la ley electoral de 1870).
La Constitución fue aprobada en Mayo de 1876 por una Comisión formada
principalmente por conservadores.
La Constitución de 1876 era ambigua, flexible, para que pudiesen gobernar
ambos partidos. Recogía las influencias de las Constituciones moderada de 1845
(soberanía compartida) y la democrática de 1869 (derechos individuales).
Hubo dos puntos en los que los que se desarrolló una mayor polémica: el
derecho de sufragio y la cuestión religiosa. En torno al primer problema, quedó sin
cerrar. Sin embargo, por una ley electoral de 1878 se restablecíó el sufragio restringido. Por el otro lado, se establecíó un Estado confesional, aunque
permitiendo el ejercicio privado de otras religiones.
En cuanto a la división de poderes, el poder ejecutivo residía en el rey,
Las Cortes eran bicamerales: el Senado estaba integrado por tres tipos de senadores
(por derecho propio, vitalicios y elegidos), y el Congreso, donde procedimiento de
elección se remitía a una ley electoral.
4. El sistema político oficial: bipartidismo y turnismo
El sistema político de la Restauración se basó en la existencia de dos grandes
partidos: el Partido Liberal-Conservador, dirigido por Cánovas del Castillo
(conservador); y el Partido Liberal-Fusionista, liberado por Sagasta (progresista).
Ambos coincidían ideológicamente en lo fundamental: apoyo a la monarquía y a la
Constitución de 1876.
Para el ejercicio del poder, se contemplaba el turno pacífico. Ambos partidos
se iban alternando en el poder. Esto se llevaba a cabo gracias al poder moderador
del monarca: cuando el partido en el gobierno pierde poder, el monarca llamaba al
jefe del partido contrario a formar gobierno, le otorgaba el decreto de disolución de
la Cámara y la convocatoria de elecciones. Para asegurar el apoyo al nuevo gobierno,
existían mecanismos caciquiles y el fraude electoral.
5. El sistema político real: caciquismo y fraude electoral
El control de proceso electoral se ejercí a partir de varias instituciones que
decidían de antemano los resultados de las elecciones (encasillamiento) y ponían en
marcha los mecanismos para conseguirlo: el ministro de la Gobernación, los
gobernadores civiles, los alcaldes y los caciques (solían ser personas de familias
influyentes que aseguraban sus intereses mediante amenazas o favores).
Por otra parte, también existía un conjunto de trampas electorales para
asegurar el objetivo: es lo que se conoce como pucherazo, es decir, una sistemática
adulteración de los resultados electorales: compra de votos, manipular las actas
electorales…
II. LA OPOSICIÓN POLÍTICA AL RÉGIMEN DE LA
RESTAURACIÓN
1. Carlismo
Tras su derrota, Cándido Nocedal representará el movimiento en la
península. Continúan defendiendo la monarquía tradicional y los valores religiosos.
Sin embargo, su unidad era bastante frágil hasta el punto de que en 1888 un grupo
carlista radical se separó formando el Partido Integrista.
2. El surgimiento de los nacionalismos periféricos
Durante la restauración surgirán movimientos contrarios al centralismo
defendido por el Estado Liberal español, apoyados principalmente por la burguésía.A) Nacionalismo catalán (catalanismo).
Surge en un primer momento de la Renaixença, cuyo objetivo era la
reivindicación cultural. Sin embargo, las primeras reivindicaciones políticas
surgieron de las manos de Valentí Almirall con el Centre Catalá, fundado en 1882. En
1885 presentaron el Memorial de Greuges (o Agravios), a favor del mantenimiento
de los intereses catalanes.
Posteriormente, se crea la Uníó Catalanista (1891), que aprobaron un año
después las Bases de Manresa, donde se considera a Cataluña como una entidad
autónoma dentro de España.
Con la crisis de 1898 se acrecentó aun más el espíritu nacionalista, y en 1901
se constituye la Lliga Regionalista de Catalunya. Así, en las elecciones de 1901, la
Lliga triunfó en Barcelona. Comenzaba a aparecer un nuevo panorama político.
B) Nacionalismo vasco
Se ve impulsado por la pérdida de los fueros y por los efectos de la
industrialización al poner en peligro las tradiciones vascas.
El nacionalismo surgirá con la figura de Sabino Arana, de ideario tradicionalista y defensor de la superioridad
de la etnia vasca. Fundará el Partido Nacionalista Vasco, PNV. Tras su fallecimiento,
el movimiento se suavizó aceptándose la vía hacia la autonomía.3. Los partidos republicanos.
Tras el fracaso de la Primera República, han perdido fuerza y se han dividido.
Además, desaparecieron los líderes principales. Aun así, a comienzos del Siglo XX
aparecen nuevas opciones como la de Alejandro Lerroux del Partido Radical.4. El movimiento obrero.
Como consecuencia de la explotación obrera surgida con la industrialización,
el movimiento obrero comenzó a adquirir fuerza en la península. Se dividieron en
dos corrientes: anarquistas y socialistas.
En 1870 se formó la Federación Regional Española (FRE) de la AIT, aunque tuvo que disolverse tras el Golpe de Estado de 1874
y el movimiento entró en la clandestinidad.
A) Anarquistas
Pasaron de la clandestinidad a la legalidad en 1881, cuando Sagasta llegó al
poder. El movimiento volvíó a adquirir confianza y en un Congreso celebrado en
Barcelona ese mismo año se fundó la Federación de Trabajadores de la Regíón
Española. Sin embargo, el anarquismo andaluz sufríó una fuerte represión por el
asunto de la Mano Negra.
Además, para destruir el orden político existente realizaron numerosos
atentados, asesinando incluso al presidente del gobierno Cánovas en 1897.
El movimiento predominó principalmente en Levante, Cataluña y Andalucía.
B) Marxismo o socialismo
Esta otra tendencia del movimiento obrero casi no adquiríó fuerza hasta que
en 1879 Pablo Iglesias fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Defendían
los objetivos marxistas: conquista del poder por medio de una revolución obrera eimplantar una dictadura del proletariado para acabar con el capitalismo y las desigualdades sociales.
En 1888 se crea el sindicato socialista, la UGT. En cuanto a las zonas de influencia destacaron Madrid, Vizcaya y Asturias.