Rechazo de la derecha a la reforma agraria república

LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1931-1936)


1. ESPAÑA EN 1931: SITUACIÓN SOCIO-ECONÓMICA


La Segunda República llega a España en unas circunstancias internacionales poco propicias, ya que la grave crisis económica provocó una radicalización de las ideas políticas que hicieron surgir las dictaduras (fascismo italiano, nazismo alemán), el “crack” del 29 y la Gran Depresión (1929-1932).


España en 1931 era un país atrasado económicamente, donde la mayoría de habitantes eran campesinos.


2. EL GOBIERNO PROVISIONAL REPUBLICANO (1931)


Dos días después de las elecciones municipales, el 14 de Abril de 1931, se proclamó la Segunda República Española. Su principal misión sería convocar elecciones a Cortes Constituyentes. La Presidencia del Gobierno recayó en Alcalá Zamora.


3. LAS CORTES CONSTITUYENTES Y LA CONSTITUCIÓN DE 1931


Las elecciones se celebraron en Junio. La mayoría de diputados elegidos eran republicanos y obtuvo el triunfo la coalición republicano-socialista. El objetivo era elaborar una nueva Constitución.


La Constitución de 1931 se asemejó a las de otros países europeos democráticos. Refleja planteamientos nuevos, modernos y revolucionarios. No hubo consenso, ya que sólo fue aceptada por la mitad de España.


El primer artículo de la Constitución definía a España como una República democrática de trabajadores.


En cuanto a las autonomías, la República constituyó un Estado integral compatible con la autonomía de municipios y regiones.


Respecto a la educación, garantizaba su derecho a todo el mundo: las escuelas serían públicas, mixtas, gratuitas y obligatorias. La asignatura de religión quedaba eliminada de los programas docentes.


Los artículos que hacían referencia a la situación de la Iglesia fueron los que suscitaron más polémica. Fue disuelta la Compañía de Jesús, la Iglesia dejaría de recibir subvenciones del Estado y se le prohibía la docencia.


Se proclama la libertad de cultos y la separación entre Iglesia y Estado: Estado aconfesional.


Se reconocía la libertad de expresión, reuníón, asociación y el voto femenino por primera vez en la historia de España, en el que fue clave Clara Campoamor. El derecho al divorcio, el matrimonio civil y la igualdad de derechos entre hijos legítimos e ilegítimos se establecieron.


La legislación laboral protegía los derechos de los trabajadores (seguros de desempleo y enfermedad). El artículo 44 prevéía que la propiedad privada podría ser expropiada forzosamente mediante adecuada indemnización. No se impondría la confiscación de bienes y se reconocía el derecho a la propiedad privada y a la libre iniciativa individual.


Alcalá Zamora fue designado Presidente de la Segunda República Española y Azaña, Jefe de Gobierno. El presidente de la República era elegido por un periodo de seis años.


La Constitución de 1931 supónía una democratización del Estado. No fue aceptada por todos los grupos políticos. Era una Constitución de izquierdas que recogía las ideas de una mayoría de parlamentarios socialistas y republicanos, mientras que la derecha quedaba marginada.


4. LA REPÚBLICA DE IZQUIERDAS: BIENIO REPUBLICANO-SOCIALISTA (1931-1933)


A. La política reformista de Azaña


Azaña fue el impulsor de la gran cantidad de cambios que su gobierno había de acometer en poco tiempo.


Éstos fueron difíciles de aplicar ya que gran parte de los funcionarios públicos eran los mismos que en la monarquía y podían obstaculizar las reformas. Además, se unía la falta de tranquilidad.


Respecto al problema autonómico de Cataluña, el 98% de los catalanes habían votado a favor del Estatuto de Nuria. En 1932, Cataluña se constituye como regíón autónoma dentro del Estado Español. Cataluña tuvo un gobierno autónomo, la Generalitat, con un presidente, Maciá, un poder legislativo o Parlamento, policía propia y lenguas oficiales catalán y castellano. Satisfizo a la mayoría de los catalanes, salvo a los radicales, que pretendían una total separación de España. Intelectuales como Unamuno u Ortega y Gasset; y periódicos como el ABC, arremetían contra el Estatuto de Autonomía Catalán por considerarlo separatista.


Muchos jornaleros habían supuesto que la llegada de la República era sinónimo de reparto de tierras. Sus esperanzas empezaron a verse defraudadas, y la Guardia Civil mató a un campesino al disolver una manifestación en Castilblanco (Badajoz). En Arnedo (Logroño), la Guardia Civil mató en una manifestación a cuatro mujeres. El gobierno hizo responsable al general Sanjurjo y lo destituyó. Más de cien anarquistas fueron deportados a Guinea.


Las huelgas se multiplicaban. En Sallent (Barcelona), los mineros ocuparon la ciudad y se declararon independientes. Tras izar la bandera roja en el ayuntamiento, se abolíó la propiedad privada y el dinero.


En los cuarteles militares la oposición era cada vez mayor, se acusaba a Azaña de querer triturar al ejército. Algunos generales se negaban a terminar las ceremonias militares gritando: “Viva la República”.


Respecto al paro, no hubo un plan eficaz para su solución. En educación se hizo un gran esfuerzo: aumento de maestros, construcción de escuelas e incremento en los presupuestos para la educación.


B. Azaña y la Ley de Defensa de la República


La Ley de Defensa de la República era una ley de excepción que permitía al gobierno suspender las garantías constitucionales para controlar cualquier oposición al régimen. La derecha llegó a afirmar que era una auténtica dictadura. En 1931 se creó la Guardia de Asalto: un cuerpo de policías uniformados, adictos a la República, para que mantuviesen el orden público en las ciudades, dejando a la Guardia Civil el control del campo.


C. Azaña y el problema agrario


El gran problema del campo español seguía siendo los latifundios, especialmente de Andalucía y Extremadura. Los latifundios estaban en manos de propietarios absentistas que no los cultivaban directamente, sino que lo hacían a través de un capataz, que eran los encargados de contratar, al salir el sol en las plazas de los pueblos, a los braceros a los que ofrecían un jornal muy bajo. La rentabilidad de los latifundios era baja.


La miseria y la desesperación eran habituales entre los jornaleros. El campesinado sin tierras, al que habían prometido soluciones rápidas, se desesperaba por la lentitud del gobierno y se sucedían los motines y ocupación de fincas.


D. La reforma agraria:
Un intento más que una realidad


La Reforma Agraria en España fue el problema más importante de la Segunda República. Las causas del fracaso fueron:


  1. Falta de medios económicos.

  2. Complejidad de la ley.

  3. Incompetencia de los encargados de aplicar la ley.

Los propietarios agrícolas, amenazados con la expropiación de sus tierras, se unieron para combatir esta ley y encontraron en el Parlamento el claro apoyo de la derecha agraria (Castilla). El campesinado medio se sintió intranquilo por las ocupaciones de fincas y los hurtos.


En 1931 es aprobó el Decreto de Términos Municipales que obligaba a los propietarios a contratar preferentemente a jornaleros locales antes que a forasteros.


El Decreto sobre Laboreo Forzoso obligaba a los propietarios a realizar tareas imprescindibles que mejorasen los cultivos. Se crearon los Jurados Mixtos que reglamentarían las condiciones de trabajo y los salarios. Se generalizó también el Seguro de Accidentes de Trabajo.


E. La aplicación de la reforma agraria


Las tierras expropiadas a grandes propietarios absentistas se repartirían individualmente (idea republicana) o en cooperativas (idea socialista). En resumen: tierra para el que no tenía, fin del latifundio y castigo del absentismo.


Se creó el IRA (Instituto de Reforma Agraria).


En Agosto de 1932 se aprobó un texto complicado (trece categorías de tierras), lleno de errores, que exigía una burocracia para indemnizar a los antiguos propietarios, que en la práctica, apenas se aplicó. La ley afectaba fundamentalmente a grandes zonas latifundistas. El IRA se encargó de hacer un Registro de la Propiedad Expropiable.


Según la Ley de Bases de la Reforma Agraria se expropiarían sin indemnización las tierras de muchos de los Grandes de España que habían apoyado el intento de Golpe de Estado. Se expropiarían con indemnización las tierras sin cultivar o mal cultivadas, las regables y no regadas. Los campesinos no podrían vender ni arrendar ni hipotecar las tierras que se les diera.


Se asignó el 1% del presupuesto del Estado al IRA. La Ley de Bases de la Reforma Agraria se convirtió en la gran ilusión perdida. A finales de 1933, sólo se habían asentado unas 2.500 familias.


5. LA CRISIS DE LA REPÚBLICA DE IZQUIERDAS


A. Primeras intentonas de Golpe de Estado


El 10 de Agosto de 1932, el general Sanjurjo encabezó “la Sanjurjada”. Éste fue detenido. El prestigio de Azaña se consolidó, la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de Autonomía de Cataluña salía adelante en el Parlamento. Los Grandes de España fueron expropiados sin indemnización.


B. Casas Viejas y el desprestigio del gobierno


En estos años, hubo muchos levantamientos campesinos de signo anarquista en los pueblos: los extremistas atacaban el Ayuntamiento, la Iglesia y a la Guardia Civil. La llegada de las fuerzas de orden público terminaban con la sublevación. En Casas Viejas (Cádiz), el 11 de Enero de 1933 campesinos anarquistas se hicieron con el pueblo y las fuerzas del orden prendieron fuego a una vivienda donde vivían unos anarquistas y les acribillaron; ejecutaron a doce campesinos más. La opinión pública y el Parlamento se conmovieron. Los cenetistas y comunistas atacaron al gobierno. La derecha aumentó sus críticas.


C. El fin de la república de izquierdas


La oposición al gobierno crecía:


La derecha se organizaba en torno al abogado Gil Robles creando un partido, la C.E.D.A. (Confederación Española de Derechas Autónomas), que pretendía desmontar las reformas y revisar la Constitución en sus artículos laicistas. Al calor del fascismo italiano, José Antonio Primo de Rivera creó la Falange Española.


Los anarquistas creaban continuos conflictos en el campo, despreciaban a la República pidiendo la abstención en las elecciones. La CNT intentó establecer el comunismo libertario mediante la “gimnasia revolucionaria”.


Los republicanos y socialistas no lograron presentar un programa conjunto.


Con el gobierno dividido y la oposición unida, las elecciones las perdíó el gobierno. Las derechas se presentaron unidas y las izquierdas no supieron hacer un frente común. Fue importante el voto femenino. La Lliga regionalista supera a ERC y ascienden el CEDA y el Partido Radical frente a la bajada del PSOE.


6. REPÚBLICA DE DERECHAS: EL BIENIO RADICAL-CEDISTA O “BIENIO NEGRO” (1934-1936)


A. Los partidos políticos enfrentados


Lerroux gobernó durante dos años. A la amenaza comunista se opónía la opresión del fascismo.


Tras las elecciones, se vio que Lerroux (líder radical) y Gil Robles (líder cedista) triunfaron. El Presidente de la República, Alcalá Zamora, encargó formar gobierno a los radicales (partido de centro) de Lerroux, ya que no se fiaba de la CEDA.


Lerroux sólo podía gobernar con el apoyo de la CEDA y Gil Robles aclaró que le apoyaría si rectificaba la política de las Cortes Constituyentes.


Entre los otros partidos de derechas destacan: Renovación Española, de Calvo Sotelo, que se convertirá en líder de la derecha monárquica; Comunión Tradicionalista, formada por carlistas; y la Falange Española de las JONS, fundada por José Antonio Primo de Rivera.


La izquierda, tras su derrota, se mostró totalmente insolidaria con el gobierno, sin tener en cuenta la voluntad expresada en las urnas.


Dentro del partido socialista existían dos tendencias: la moderada de Indalecio Prieto y la radical, de Largo Caballero.


B. La política contrarreformista del “Bienio Negro”


La Reforma Agraria se ralentizó y los sindicatos convocaron una huelga general en Junio de 1934. Muchas Casas de Pueblo y periódicos izquierdistas fueron cerrados.


Se publicó la Ley de Amnistía, que excarcelaba a Sanjurjo. En 1935 se nombra a Gil Robles Ministro de la Guerra, que se rodéó de generales de prestigio, como Franco o Mola.


C. La revolución de Octubre de 1934


En Octubre de 1934, tres ministros de la CEDA entraron a formar parte del gobierno de Lerroux y dio comienzo el movimiento revolucionario y antidemocrático, organizado por los socialistas, que llamaron al país a la huelga general y a la insurrección armada. Se estaban sublevando contra un gobierno elegido democráticamente. Se justificó que con la entrada de la CEDA en el gobierno, la República podía caer ante el fascismo.


Los objetivos eran la toma de poder por los socialistas y clase obrera (dictadura del proletariado).


En Cataluña, el presidente Companys proclamó el “Estado Catalán dentro de la República Federal Española”. Tras bombardear el Ayuntamiento y la Generalitat en Barcelona, el gobierno catalán se rindió y sus principales líderes fueron encarcelados. El Estatuto de Autonomía catalán fue suspendido temporalmente.


En Asturias, hubo una revolución social para “abolir el régimen burgués”, según manifestaron UGT y CNT. La Alianza Obrera, que integraba socialistas, comunistas y anarquistas, organizaron un sistema de abastecimiento, sanidad y orden público. La revolución se asemejaba a la rusa en 1917.


El gobierno, presionado por Gil Robles, reacciónó con dureza y encargó al general Franco reprimir la rebelión. Los legionarios protagonizaron una carnicería en Gijón y Oviedo.


Las consecuencias de la Revolución de Asturias fueron importantes. Gran pérdida de vidas: 1.335 muertos. Azaña, Largo Caballero y Companys fueron encarcelados. Los saqueos y torturas desprestigiaron al gobierno, que suspendíó los Ayuntamientos de izquierdas.


Las posturas de la derecha y de la izquierda se radicalizaron. Calvo Sotelo fundó el Bloque Nacional. Su programa consistía en la implantación de un Estado autoritario, corporativo y regido por una monarquía tradicional. En el ejército tomó cuerpo una organización dispuesta a derribar la República, la UME (Uníón Militar Española).


D. El fin del gobierno de derechas


Tras la revolución, la CEDA salíó fortalecida. El Presidente de la República, Alcalá Zamora, abogaba por la flexibilidad; la CEDA por la dureza. Los extremistas eran violentos y preferían los enfrentamientos callejeros. La mayor parte de la población española estaba por la moderación, pero fueron arrastrados por las minorías radicales.


El escándalo del “estraperlo”, donde hubo varios miembros implicados del ejecutivo, obligó al presidente del gobierno, Lerroux, a dimitir. Gil Robles pensó en la posibilidad de un Golpe de Estado, con ayuda de generales como Franco. El Presidente de la República disolvíó las Cortes y convocó nuevas elecciones.


E. La uníón de las izquierdas y la formación del Frente Popular


Azaña fue el artífice de la uníón de la izquierda para lograr el triunfo en las nuevas elecciones. Indalecio Prieto creó el Frente Popular, con un programa que pedía: amnistía general para todos los presos de la Revolución de Octubre y una nueva Reforma Agraria y del Estatuto Catalán.


El pacto del Frente Popular se firmaría en Enero de 1936, donde participarían: Izquierda Republicana (Azaña), PSOE, UGT, Partido Comunista, Esquerra Republicana de Cataluña, POUM (trotskista), ORGA (autonomistas gallegos).


La campaña electoral fue muy violenta por los enfrentamientos callejeros y por los argumentos empleados. El Frente Popular ofrecía: “Paz, pan y libertad”.


Largo Caballero afirmó que en caso de ganar la derecha las elecciones, declararía la Guerra Civil. La Iglesia española recomendó a los católicos que votasen en contra del Frente Popular.


España se había dividido en dos bandos rivales.


7. EL GOBIERNO DEL FRENTE POPULAR (1936)


A. El triunfo del Frente Popular


La diferencia entre las derechas y las izquierdas no era mucha, pero al favorecer la ley electoral a las mayorías, el Frente Popular arrasó. Alcalá Zamora calificó los resultados como de Golpe de Estado.


El voto de la derecha se concentró en la España rural interior del norte; la izquierda triunfó en las grandes ciudades.


El nuevo Parlamento destituyó al Presidente de la República, Alcalá Zamora, por considerarlo demasiado moderado y en su lugar fue nombrado Manuel Azaña.


B. La agitación político-social. Violencia y reformas


De Febrero a Julio de 1936, España se vio convulsionada por una escalada espectacular de desórdenes de todo tipo: atentados, saqueos, atracos, asesinatos, apaleamientos, insultos, incendios… que el gobierno no supo atajar.


Se abrieron las cárceles y salieron muchos delincuentes.


El gobierno propició el desarrollo de un nuevo estado de las autonomías y el Estatut de Cataluña volvíó a tener vigencia. El País Vasco y Galicia presentaron a las Cortes sus estatutos de autonomía. Otra regiones, como Valencia, empezaron a preparar sus estatutos.


Se volvíó a acelerar el proceso de la Reforma Agraria. Volvía a aparecer la ilusión de “la tierra para quien la trabaja”.


La situación en el campo se deterioraba rápidamente con un incremento de la conflictividad.


La inquietud social crecía en las ciudades alimentada por el sector revolucionario del PSOE y la UGT (Largo Caballero) y por la CNT que despreciaba el gobierno el Frente Popular.


Las milicias de la Falange chocaban diariamente con milicias de izquierda, que se reforzaron tras la creación de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), dirigidas por Santiago Carrillo.


Se oía la palabra revolución, a la que unos aspiraban y otros se opónían. El resultado será la destrucción del régimen republicano.


C. Las conspiraciones contra el Frente Popular y el inicio de la Guerra Civil


Los conspiradores civiles de derechas eran la Falange y los carlistas, mayoritarios en Navarra.


La Falange había crecido espectacularmente. Su líder, José Antonio Primo de Rivera, fue detenido y encarcelado. Calvo Sotelo se erigíó junto a Gil Robles como el portavoz de la derecha en el Parlamento.


La Iglesia estaba atemorizada por el anticlericalismo, quema de edificios religiosos y rechazaba medidas del gobierno como el cierre de los colegios religiosos. Apoyaría la sublevación militar.


Había una idea de intervención del ejército mediante un Golpe de Estado de los generales Sanjurjo, Mola o Franco que pretendían restablecer el orden.


El gobierno de la República tomó la ineficaz medida de alejar de la Península a los principales conspiradores: Franco a Canarias. Mola mantuvo su puesto en Navarra, que tomó las riendas de la sublevación. El alzamiento militar no sería ni por la República ni por la Monarquía, sino por España y para restablecer el orden.


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