Sociedad limitada nueva empresa

→ Doctrina Liberal ✅
Las experiencias de la Revolución Francesa, de la Revolución Industrial inglesa y de los otros movimientos revolucionarios que se dieron durante el Siglo XIX en diversos países europeos favorecieron la maduración de nuevas ideas y creencias. Estas ideas constituyeron las bases de las ideologías modernas como el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo. 
El liberalismo es una forma de pensar y organizar la sociedad, la economía y la política que se manifiesta en Europa moderna, más precisamente en Europa atlántica. Para los liberales que vivieron en el Siglo XIX, la defensa de los derechos individuales era el común denominador de sus programas: en sus luchas se opónían a toda fuerza que pudiera contrarrestar o limitar: la libertad económica, ya fuera para fabricar, comerciar o ampliar el mercado; la libertad para pensar y expresarse sin censuras; la libertad para elegir el gobierno apropiado para defender los intereses de cada uno y votar las leyes deseadas. 


Adam Smith establecíó las bases del liberalismo económico.
Consideraba que la búsqueda del propio interés era el motor del desarrollo económico. Para Smith, el interés personal de cada individuo da como resultado que cada bien sea producido en la cantidad demandada. Los intereses contrapuestos se equilibran en el mercado a través de una “mano invisible”, la riqueza estaba basada en el trabajo y que “el precio de las mercancías se fijaba en el mercado siguiendo el libre juego de la oferta y la demanda”. El Estado sólo debía crear las condiciones para que nada interfiriera en el desarrollo de la economía.
El capitalismo planteaba condiciones de vida desigual para obreros y burgueses. El crecimiento económico que se produjo durante la Segunda Revolución Industrial profundizó las diferencias, al continuar beneficiando sobre todo a un grupo minoritario de la sociedad, la burguésía, constituida por industriales, comerciantes y terratenientes que, además de poder económico, tenían poder político. Frente a esta burguésía cada vez más enriquecida, el resto de los grupos sociales, el proletariado, sufría condiciones de vida y de trabajo miserables. 


 Capitalismo Monopólico y Financiero. ✅ Modos de producción:
Taylorismo ✅ y Fordismo. ✅ Crisis 1929. ✅
A partir de 1922, se inició una época de crecimiento de la producción industrial capitalista. El crecimiento de la economía capitalista fue impulsado por el avance científico y el desarrollo de nuevas actividades: industria eléctrica, industria automotriz y la del petróleo; frente a la cuál, sólo grupos capitalistas más poderosos estuvieron en condiciones de llevar adelante este nuevo tipo de producción industrial.
El requerimiento de grandes inversiones de capital acentuó la concentración de los capitales. La libre competencia llevó a la multiplicación de empresas, que debido a la competencia, obstaculizaba obtener mayores ganancias, así surgen los monopolios, los trust y los cárteles..
Los monopolios son cuando una empresa es la única que ofrece un determinado producto el cual carece de sustitutivos y que además tiene un gran número de demandantes. Por lo tanto no tiene competencia.
Los Trust son una concentración de empresas, una fusión, que pueden pertenecer o no al mismo sector económico y que dominan un determinado sector de la producción para evitar la competencia.


Los Cárteles son uniones contractuales de empresas de igual rama de negocios, las que mantienen su independencia legal. El objetivo es la eliminación de la competencia acordando los precios, repartíéndose el mercado, entre otros.
Pronto los bancos, a través de créditos, también inyectaron capitales en el circuito comercial. Pero no se conformaban sólo con prestar dinero a accionistas o dueños de empresas, ya que si existía un buen negocio, éste pretendía intervenir en él. De esta forma el capital bancario se convirtió en socio de industrias o empresas. Las principales inversiones bancarias fueron en los transportes, (ferrocarriles), en las comunicaciones (radio, periódicos), servicios públicos (tranvías, electricidad, gas, agua), seguros, y en algunos casos, en la producción directa de bienes, en especial los mineros.
Cuanto más dinero podían controlar los banqueros mayor era su poder. Este fue el origen del capitalismo financiero.
Junto con la utilización de nuevas tecnologías y fuentes de energía, se introdujeron cambios en la organización del trabajo industrial como el “Taylorismo” y el “Fordismo”. A comienzos del Siglo XX, el norteamericano Frederick Taylor propuso un conjunto de criterios organizativos para aumentar la productividad, es decir, disminuir el desperdicio de tiempo y esfuerzo en el trabajo fabril y obtener la mayor producción posible durante la jornada de trabajo.


En una segunda etapa, colocaron mayor énfasis en resolver problemas sociales y asegurar el pleno empleo. El Estado distribuyó subsidios a los desocupados, creó nuevos puestos de trabajo, construyó obras públicas y legalizó sindicatos del movimiento obrero. Además, llevó adelante planes de asistencia sanitaria, pensiones por jubilación y protección para desocupados. Sin embargo, el New Deal no tuvo mucho éxito para recuperar el crecimiento económico.
La segunda gran innovación en la organización del trabajo fabril fue implementada por Henry Ford en 1918, uno de los fabricantes de automóviles más populares del mundo. Ford impuso un modo de producción que se trataba de una combinación y organización general del trabajo sumamente especializada y reglamentada a partir de cadenas de montaje, máquinas especiales, salarios más altos y mayor número de empleados.
La aplicación del taylorismo y el fordismo garantizaron la producción y la venta en masa. Con el mismo número de obreros se producía mucho más, y, por lo tanto, aumentaban los beneficios de los empresarios.
La prosperidad de la economía estadounidense permitíó a muchos de sus empresarios obtener enormes ganancias. Ello los alentó a realizar préstamos e inversiones. Pero llegó un momento en que la demanda comenzó a ser insuficiente, se producía mucho más de lo que se vendía. Los empresarios comenzaron  a pedir créditos a los bancos, con ese dinero compraban acciones y obténían más ganancias especulando en el sector financiero que produciendo. 
Esta forma de obtener beneficios sobre la base de la especulación llegó a su fin en 1929 con la caída de la Bolsa de Wall Street


→ Modelo Keynesiano como respuesta a la crisis del Capitalismo. Estado de Bienestar: Desarrollo y Crisis.

La política económica keynesiana, adoptada por Keynes sosténía que el Estado debía intervenir en la economía para garantizar empleos a toda la población. Esto evitaría que se produjeran nuevas crisis económicas. Como la crisis se mostró más grave y persistente de lo previsto, en 1933, Franklin Delano Roosevelt puso en marcha un programa de intervención del Estado. Su programa, el “New Deal” buscaba encontrar soluciones a la crisis. De ese modo, con la intervención en la economía y la sociedad, se dejaban de lado las ideas liberales hasta entonces dominantes.

Se establecieron organismos estatales dedicados a organizar la recuperación industrial y agrícola. Favorecíó la concentración monopólica del capital y las grandes industrias establecieron los precios del mercado, lo cual perjudicó a empresas pequeñas y medianas. Al igual que agudizaron conflictos con el movimiento obrero.


A fines de la década de 1960, comenzó a percibirse una nueva crisis del capitalismo. Muchas empresas disminuyeron sus ventas y sus ganancias. Otras, en cambio, se hicieron muy poderosas con inversiones en diferentes países, eran multinacionales. El Estado de Bienestar tenía dificultades para cumplir las funciones que lo caracterizaban, por ejemplo, asegurar el pleno empleo o controlar el funcionamiento de las empresas. La situación se agravó cuando comenzó la gran inflación.

Finalmente, la crisis estalló cuando a raíz de un conflicto entre Israel y los países árabes, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (O.P.E.P.) limitó sus exportaciones. El alza de los precios del petróleo terminó con la etapa de energía abundante y barata. El cierre de algunas industrias y la inflación produjeron desempleo y empobrecimiento. Los gobiernos no tomaron medidas para cambiar el rumbo de la economía ni para paliar la desocupación como lo habían hecho en las últimas décadas. Significó el fin del Estado de Bienestar


→ Doctrina Neoliberal. Nuevo Modelo de producción: toyotismo. Globalización.

Frente a la crisis económica, comenzaron a difundirse las ideas “neoliberales”, que se consideraban herederas de los liberales del Siglo XVIII y XIX. Según la teoría neoliberal, una política de control de la emisión monetaria, alza de las tasas de interés, achicamiento del gasto público y disciplina fiscal era la herramienta indispensable para ordenar la economía y detener la inflación. Esas eran las bases para alcanzar un desarrollo económico sustentable. La suba de tasas ajustaría los comportamientos de los agentes económicos, pues los bancos concederían menos créditos al ser más caros, el Estado reduciría su déficit presupuestario, las empresas dejarían de asumir aumentos salariales e impulsarían la flexibilización laboral, y los consumidores contraerían su demanda para ahorrar.En el contexto de la expansión neoliberal, se impuso un nuevo paradigma tecnológico y de organización del trabajo, el toyotismo situado en la época de posguerra en Japón, que terminó con la hegemonía del taylorismo y del fordismo. El nuevo método del “justo a tiempo” significó “pensar al revés” la lógica del fordismo, se adquiere equipo tecnológico para facilitar el proceso de producción y se produce de acuerdo a la demanda. Este sistema consistía en idear una organización del trabajo fabril que permitiera producir volúMenes limitados de productos diferenciados y variados, a buen precio. 


La caída del muro de Berlín y la disolución de la Uníón Soviética (entre 1989 y 1991) marcaron el fin de una etapa y el inicio de otra. Las políticas neoliberales que se implementaron desde de la década de 1980 significaron importantes desafíos para los Estados nacionales. Uno de ellos era la relación con las empresas multinacionales. Además, las constantes innovaciones tecnológicas, revolucionaban las formas de producción y las comunicaciones, pero también aumentaban el desempleo. Finalmente, la gran movilidad de los capitales internacionales producía una nueva expansión del capitalismo, llamada globalización.

Entendemos por globalización a la profundización y aceleración de las relaciones económicas, políticas y culturales, a nivel mundial. La globalización transformó y profundizó la dependencia entre los estados y modificó, en gran medida, el orden económico mundial hasta entonces vigente.

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