8.5 cultura y mentalidades en la españa del siglo xvi. la inquisición

8.4. Economía y sociedad en la España del siglo XVI


A lo largo del siglo XVI se dio en la península ibérica una etapa de crecimiento demográfico y económico. La población se incrementó, alcanzando los 8 millones de habitantes a finales de siglo. Se amplió el espacio de cereales y viñedo a costa de bosques aunque la ganadería siguió siendo la base de la economía castellana. Las actividades artesanales seguían siendo escasas. La demanda de productos aumento en parte debido a los colonos americanos, además, la conquista americana permitió el intercambio de productos agrarios. Aunque el oro y la plata fueron las mayores riquezas que se extrajeron de América. Los nuevos territorios supusieron una importante fuente de ingresos para Castilla, y especialmente para la Corona. Pero España desaprovechó la buena coyuntura económica y empezó a quedar relegada mientras que otros países como Francia, Inglaterra y Holanda iniciaban su despegue económico. Los gastos de las Guerras acabaron provocando la ruina de la Hacienda real, el endeudamiento y el aumento de la presión fiscal provocaron la ruina de los sectores productivos. El crecimiento económico se tradujo también en una peligrosa subida de precios. A mediados de siglo comenzaron a aparecer los primeros síntomas de crisis.
En cuanto a la sociedad, se mantuvo la sociedad estamental tripartita de la Edad media, (nobleza, clero y pueblo llano) destacando la diferenciación de un grupo de nobles: los Grandes de España, una élite instituida por Carlos I tras su coronación como emperador, su número aumento con el tiempo, gozaban de ciertos privilegios y desempeñaban altos cargos militares y diplomáticos. También se generalizó el requisito de la limpieza de sangre para acceder a determinados cargos o instituciones. Esto trajo consigo el rechazo de prácticas fundamentales para el desarrollo económico como el comercio que eran repudiadas como propias de judíos o conversos. Mientras en los países protestantes mejoraba la consideración del trabajo de artesanos y mercaderes en España eran estimadas incompatibles con el honor.

8.5. Cultura y mentalidades. La Inquisición


En el siglo XVI España se movió entre el espíritu humanista del Renacimiento y la ortodoxia de la Contrarreforma. Paralelo al desarrollo artístico se produce un desarrollo de la cultura, pasándose de la escolástica bajomedieval al humanismo renacentista, en el que tuvo una gran influencia Erasmo de Rotterdam y que se desarrolla en las nuevas universidades como la de Alcalá de Henares, fundada por Cisneros, y la de Salamanca. Creciendo el número de alumnos universitarios. La política internacional de Carlos I y la expansión ultramarina estimuló la atención a los problemas de las relaciones internacionales, destacando el dominico Francisco de Vitoria como uno de los creadores del derecho internacional. Las conquistas también contribuyeron al desarrollo de la navegación, la geografía y las ciencias naturales. Pero el triunfo de la Reforma protestante en territorios europeos provocó un cambio de actitud mental, coincidiendo con el acceso al trono de Felipe II. La sociedad española se convirtió en la más rígida defensora de la ortodoxia católica. Teólogos españoles que asistieron al Concilio de Trento adquirieron gran protagonismo como Alfonso Salmerón o Melchor Cano. Se fundó la Compañía de Jesús que representaron el espíritu combativo frente a los protestantes y que desarrollarauna activa labor misionera en América. La Inquisición se convirtió en un instrumento contundente contra el protestantismo. En 1553 la Inquisición publicó el primer Índice de libros prohibidos y cinco años más tarde se instauró la censura. Cualquier manifestación de heterodoxia podía llevar a la cárcel. En 1558 surgieron en Sevilla y Valladolid dos brotes de protestantismo en torno a grupos de intelectuales y nobles. Se detuvo a los sospechosos y los principales cabecillas fueron ejecutados. El mismo Felipe II acudió al auto de fe celebrado en Valladolid para manifestar su posición frente al protestantismo. A pesar de todo la Inquisición era una institución popular y apreciada por el conjunto de la sociedad.
9. La España del siglo XVII.
9.1. Los Austrias del siglo XVII. Gobierno de validos y conflictos internos.

Con Felipe III se inició la práctica de la privanza o delegación de las cuestiones de gobierno en manos de un hombre de confianza: el privado o valido. El valido carecía de cargo oficial, pero en la práctica actuaba como un auténtico primer ministro. El valido de Felipe III fue el duque de Lerma, político mediocre y ambicioso que colocó en todos los cargos importantes a sus parientes y amigos; y convenció al rey de trasladar la capital a Valladolid, en 1600. Le sucedió en la privanza, su hijo el Duque de Uceda, que no fue capaz de solucionar los graves problemas de España.El hecho más destacado en política interior durante el reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos decretada en 1609.
Muy diferente a los anteriores fue el Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, que tenía una gran inteligencia política y una sincera voluntad de reforma, aunque sus proyectos más importantes no se llegarán a realizar. Puso en marcha una serie de reformas para aumentar los recursos de la monarquía, además intentó implantar como sistema de organización política el modelo castellano en todos los territorios. La propuesta provoco el rechazo general produciéndose importantes enfrentamientos. Estos sucesos acentuaron la impopularidad del valido y en 1643 Felipe IV le apartó de la política, siendo sustituido por Don Luis de Haro, pero su caída no fue suficiente para restablecer la paz social.
Durante la primera parte del reinado de Carlos II ejerció la regencia su madre, Mariana de Austria, quien confió el gobierno a validos como el jesuita alemán Nithard o a Fernando de Valenzuela. Durante la mayoría de edad de Carlos II primero gobernó Juan José de Austria, enemigo de la reina madre, y posteriormente el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa, que llevaron a cabo una acertada política financiera de reducción de impuestos y contención del gasto público que acabará con la crisis del XVII y pondrá las bases de la recuperación del XVIII.

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