La Restauración Borbónica: Pilares Legales y Transformación de España (1876)
El último tercio del siglo XIX fue un periodo crucial para España, marcado por la búsqueda de estabilidad política tras años de convulsión. La Restauración Borbónica, iniciada con el regreso de Alfonso XII, se cimentó sobre dos textos legales fundamentales: la Constitución de 1876 y la Ley del 21 de julio de 1876, esta última clave para la cuestión foral. Ambos documentos, de carácter público y destinados al pueblo español, reflejan el esfuerzo por consolidar un nuevo orden constitucional y sentar las bases de un sistema político duradero.
La Constitución de 1876: Naturaleza, Origen y Legado
Naturaleza y Autores
La Constitución de 1876, promulgada el 30 de junio de ese año, es un texto de profundo carácter político y jurídico. Se clasifica como una Constitución y un texto primario, emanado de la soberanía compartida entre las Cortes y Alfonso XII. El monarca, hijo de Isabel II y perteneciente a la dinastía Borbón, ejerció una influencia significativa, al igual que los políticos moderados del Partido Conservador, quienes tuvieron una presencia destacada en su redacción. Su objetivo principal era dotar a España de un marco legal estable y público, accesible a toda la ciudadanía.
Contexto Histórico: Del Sexenio Democrático a la Restauración
La promulgación de la Constitución de 1876 se enmarca en un contexto político extremadamente complejo, posterior al convulso Sexenio Democrático (1868-1874). Este periodo se inició con la Revolución de 1868, conocida como La Gloriosa, impulsada por el Pacto de Ostende, que puso fin al reinado de Isabel II y la obligó al exilio. La inestabilidad subsiguiente se manifestó en:
- Problemas de sucesión: El Partido Demócrata abogaba por la república, mientras que progresistas y miembros de la Unión Liberal proponían diversos candidatos para la monarquía.
- Conflictos dinásticos: Los moderados defendían a Alfonso XII, mientras que los carlistas apoyaban a Carlos VII, quien abogaba por una restauración absolutista.
- Breve reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873): Su falta de apoyo político y la difícil situación interna llevaron a su abdicación.
- La Primera República (1873-1874): Un periodo breve y tumultuoso con cuatro presidentes sucesivos y dos formas de gobierno (unitaria y federal), que finalmente fracasó.
El «desastre» de la república allanó el camino para el regreso de Alfonso XII de Borbón, proclamado rey gracias al pronunciamiento de Martínez Campos. Este evento marcó el inicio de la Restauración Borbónica, un régimen que buscaba estabilizar el país tras años de inestabilidad. Coincidiendo con este periodo, la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) enfrentó a los carlistas, defensores del tradicionalismo y el absolutismo, contra los liberales que apoyaban a Alfonso XII, culminando con la consolidación de la monarquía borbónica y la restauración del orden constitucional.
Importancia y Flexibilidad del Sistema
La Constitución de 1876 fue un pilar fundamental de la Restauración, un sistema político que perduró casi 50 años en España. Su relevancia radica en su capacidad para establecer un marco de flexibilidad política, permitiendo la alternancia pacífica en el poder entre los principales partidos dinásticos: el Partido Liberal (de tendencia más progresista) y el Partido Conservador (de tendencia más moderada). Esta flexibilidad se manifestó en artículos clave como el 11 (libertad de culto, aunque con predominio católico), el 20 (libertad de expresión) y el 28 (derecho de asociación), que garantizaban derechos fundamentales y la organización del poder legislativo. La Constitución fue esencial para la consolidación del régimen restauracionista.
La Ley del 21 de Julio de 1876: Abolición de los Fueros y sus Consecuencias
Naturaleza y Origen
La Ley del 21 de julio de 1876 es un texto de carácter político y de forma jurídica, considerado también un texto primario. Su autor principal fue Antonio Cánovas del Castillo, un influyente político e historiador liberal moderado del siglo XIX, quien presidió el gobierno en varias ocasiones durante la Restauración. Al igual que la Constitución, esta ley estaba destinada al pueblo español y tuvo un carácter público, siendo publicada en la Gaceta de Madrid, el equivalente al Boletín Oficial del Estado de la época.
Contexto de la Cuestión Foral
El contexto histórico de esta ley se sitúa en el mismo periodo de incertidumbre política del último tercio del siglo XIX, pero su foco principal es la resolución de la cuestión foral, especialmente tras el fin de la Tercera Guerra Carlista. Los carlistas, defensores del tradicionalismo, el catolicismo y el absolutismo, lucharon para restaurar el trono en la figura de Carlos VII, y su ideario incluía la defensa de los fueros históricos. La guerra, desarrollada principalmente en el norte de España, reflejó la resistencia a los avances del liberalismo y la defensa de un ideario conservador que incluía el mantenimiento de los privilegios forales.
Impacto y Consecuencias: El Nacimiento del Nacionalismo Vasco
La Ley del 21 de julio de 1876 marcó la abolición definitiva de los fueros en las provincias vascas (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya) tras una dura y prolongada lucha foral a lo largo del siglo XIX, especialmente visible en las Guerras Carlistas. Por primera vez, estas provincias se integraron plenamente en el ordenamiento constitucional común español, perdiendo sus privilegios fiscales y militares históricos. Esta significativa pérdida de autonomía y privilegios contribuyó de manera decisiva al nacimiento del Nacionalismo Vasco, impulsado por figuras como Sabino Arana, y se convirtió en una de sus bases ideológicas principales, marcando un hito en la historia política y social de España.