La Guerra de Independencia y los Comienzos de la Revolución Liberal en España (1808-1814)
El gran error de Napoleón fue creer que los españoles iban a ser tan fácilmente dominados como lo habían sido los reyes Carlos IV y Fernando VII. Una minoría de españoles aceptó la llegada de los franceses y de José I; son los llamados afrancesados, que se clasifican en tres tipos:
- Los convencidos: Pensaban que un cambio le venía bien a España.
- Los oportunistas: Se apuntaron al bando más fuerte.
- Los funcionarios públicos: No querían perder su trabajo.
La Guerra de Independencia tuvo las siguientes fases:
Fase 1: Invasión y Levantamiento (1808)
El ejército francés se fue introduciendo en España, ocupando los puntos estratégicos. Entonces se produjo el levantamiento del 2 de mayo en Madrid, que se extendió a todo el país. Aparecieron algunos focos de resistencia (Zaragoza, Gerona), pero la superioridad francesa se fue imponiendo poco a poco. Sin embargo, inesperadamente, cuando los franceses llegaron a Andalucía, fueron derrotados en la Batalla de Bailén y tuvieron que abandonar precipitadamente España. En Madrid se creó una Junta de Defensa como gobierno provisional.
Fase 2: La Intervención de Napoleón (1808-1809)
Napoleón vino en persona a España al frente de su ejército y ocupó todo el país, excepto la ciudad de Cádiz.
Fase 3: La Resistencia Popular y las Guerrillas (1809-1812)
El pueblo español organizó la resistencia al invasor de una forma muy típica: las guerrillas. Estas eran pequeños grupos armados de ámbito rural que realizaban ataques o acciones para sorprender a los franceses. Espoz y Mina, el Empecinado y el Cura Merino fueron líderes destacados de este movimiento.
Fase 4: La Ofensiva Aliada y la Expulsión Francesa (1812-1814)
El Duque de Wellington desembarcó en Portugal con un ejército inglés. A él se unieron muchos españoles y juntos consiguieron expulsar a los franceses de España tras las victorias de Arapiles, Vitoria y San Marcial en 1814.
Características Generales del Liberalismo Español
- Se impone en España en 1833.
- El liberalismo es minoritario y selecto. Está en contra de la democracia y del gobierno popular.
- Impone una Constitución como ley fundamental del régimen, pero en ella no aparecen los derechos del pueblo.
- Impone un sistema parlamentario en el que una asamblea representa al país.
- Sufragio censitario, es decir, solo unos pocos tienen derecho a votar.
- El rey reina, pero no gobierna. Tampoco gobierna el pueblo, sino una minoría.
- La élite gobernante está compuesta por tres grupos distintos:
- Intelectuales: Son los que piensan y dan las ideas, los que van configurando el sistema.
- Hombres de Negocios y Propietarios: Burguesía y terratenientes. Aportan la fuerza económica porque tienen elevadas rentas.
- Militares: Aportan la fuerza del ejército y suelen ocupar altos cargos en la política del momento.
- Esta minoría es la que tiene acceso a los puestos de responsabilidad. Son los llamados ciudadanos activos, mientras que el resto son los ciudadanos pasivos, que disfrutan del progreso general, pero no lo dirigen.
- En general, los liberales desconfían de lo popular, y desde el punto de vista económico se impone el capitalismo, con la consiguiente explotación del pobre por el rico.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Mientras el pueblo español luchaba, un grupo de más de 200 diputados se reunieron en Cortes dentro de Cádiz. ¿Cómo se llegó a esta reunión de Cortes? Fernando VII había encargado que se celebrasen en su nombre.
Los elementos reformistas, es decir, los liberales, vieron el cielo abierto cuando se habló de aquella reunión porque faltaba la persona de un rey que prohibiera las reformas y ellos quisieron aprovechar la oportunidad. Poco a poco fueron llegando a Cádiz los diputados, muchos de ellos suplentes, ya que no pudieron acudir los titulares por la situación del país.
En las Cortes de Cádiz pueden apreciarse tres corrientes ideológicas:
- Conservadora: Aquellos que no quieren reformas, que creen que España no necesita transformarse para mejorar.
- Renovadora: Aceptan algunas reformas, pero sin romper con la tradición.
- Innovadora: Se oponen a todo lo antiguo y pretenden crear una España nueva.
Aunque los innovadores (liberales) estaban en minoría, se impusieron porque eran los más luchadores, quizás los más listos, los que presentaban un programa más completo y los que acabaron ganando casi todas las discusiones.
Primero se llevó a cabo la reforma política y así se proclamó la soberanía nacional, la separación de poderes y algunas libertades, como la libertad de imprenta.
Se aprobó una Constitución, que es el elemento básico del liberalismo español, porque coloca a la asamblea por encima del Rey. Es obra de intelectuales y, por tanto, difícilmente aplicable a la vida práctica.
También hubo una reforma institucional: desaparecieron los consejos, excepto el de Estado; aparecieron por primera vez los ministerios y España quedó dividida en provincias.
En cuanto a la reforma social, se disolvieron los estamentos, desaparecieron los vínculos de unión entre señores y vasallos, se suprimieron privilegios, todos los españoles serían iguales ante la ley, cada uno pagaría impuestos de acuerdo con su riqueza y la Iglesia perdería gran parte de sus derechos y privilegios.
Finalmente, se llevó a cabo la reforma económica, que consistió en conceder todo tipo de libertades; por ejemplo, libertad de cultivo, libertad de precios, libertad de contratación, libertad de transporte, etc.
El Reinado de Fernando VII (1814-1833)
El reinado de Fernando VII se divide en tres periodos principales:
- Sexenio Absolutista (1814-1820)
- Trienio Liberal (1820-1823)
- Década Absolutista (1823-1833)
El Trienio Liberal (1820-1823)
El liberalismo aprobado teóricamente en las Cortes de Cádiz iba a ser ensayado en la vida pública y, aunque la mayoría de los españoles no eran liberales, se pensó que quizás los nuevos gobernantes actuarían mejor que los fracasados gobiernos de Fernando VII.
Así, en 1820, Fernando VII juró la Constitución de 1812.
Pero pronto los liberales se desacreditaron. La teoría de la Constitución era muy difícil de aplicar a la práctica, y los liberales discutían mucho entre ellos, apenas dedicándose al gobierno. Además, pronto se dividieron en dos grupos: moderados (conservadores) y exaltados (progresistas).
Primero gobernaron los moderados, porque tenían más prestigio y más medios, pero los exaltados les hicieron la más violenta oposición, hasta que en 1822 subieron ellos al poder.
Poco a poco se fue creando un partido realista que pretendía volver a la monarquía absoluta y que contaba con el apoyo del Rey, de la Iglesia y de los campesinos. Los liberales contaban con el apoyo de la burguesía y el ejército. Este conflicto se resolvió cuando entraron en España Los Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército francés que colocó a Fernando VII en el trono, volviendo a la monarquía absoluta.