El Legado de la Transición: España hacia la Democracia Plena

La Constitución Española de 1978 y el Estado de las Autonomías: Pilares de la Democracia

Después de la Ley para la Reforma Política, de la legalización del PCE, de la firma de los Pactos de la Moncloa, y de las elecciones a Cortes Constituyentes en junio de 1977, se procede a la elaboración de la Constitución, que será aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978. El texto será consensuado entre rupturistas, reformadores, centralistas y autonomistas, derecha e izquierda, mediante una comisión formada por líderes de los principales partidos.

Establece una monarquía parlamentaria y un Estado descentralizado (Autonómico) que respeta los «derechos históricos» de algunos territorios. Reconoce la soberanía popular, la división de poderes, el sufragio universal, un parlamento bicameral, y un conjunto de libertades, derechos y deberes de los ciudadanos. Destaca la figura del Defensor del Pueblo, una Jefatura del Estado hereditaria (Monarquía), pero con pocos poderes políticos, la existencia de un Tribunal Constitucional, elecciones legislativas cada 4 años, y el establecimiento de un Estado de las Autonomías que convierte las regiones en autonomías (17 Comunidades Autónomas y 2 Ciudades Autónomas).

La Constitución establece la posibilidad de reformas. En 1992 se reconoce el derecho al voto en las elecciones municipales a los ciudadanos de la Unión Europea que viven en España, y en 2011 la responsabilidad soberana de la Deuda Pública, impuesta por las exigencias de la UE para hacer frente a la crisis económica.

El Origen del Estado Autonómico

Ya en la Segunda República se contemplaron las autonomías, pero solo para las regiones que lo solicitasen. Sin embargo, con la Constitución de 1978 se estableció el principio de autonomía regional, o lo que coloquialmente se denominó «café para todos». Antes de la Constitución de 1978 se crearon los «entes preautonómicos»:

  • Cataluña: En 1977 restablece la Generalitat con Josep Tarradellas como presidente.
  • País Vasco: En 1978 con el Consejo General Vasco.
  • Galicia: Con una Xunta Provisional.

El artículo 2 y el Título VIII de la Constitución regulan las autonomías, al tiempo que prohíbe el derecho a la autodeterminación y reconoce la existencia de las provincias como unidad administrativa y como distrito electoral. Se crearon 17 Comunidades Autónomas, más las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Configuración y Competencias Autonómicas

Se intentó respetar los «derechos históricos» del nacionalismo vasco, catalán y gallego, y convertir otros regionalismos en autonomías. Los artículos 151 y 143 establecían dos velocidades para acceder a las autonomías, pero básicamente cada autonomía acabaría teniendo unas competencias y unas instituciones similares, aunque a unas se las reconocía rasgos identitarios nacionales y a otras simplemente regionales. Todas tendrían:

  • Un Estatuto de Autonomía.
  • Una Asamblea Legislativa, elegida por sufragio universal.
  • Un Consejo de Gobierno.
  • Un Presidente, elegido por la asamblea de entre sus miembros.
  • Un Tribunal Superior de Justicia.

El Gobierno Central se reserva la exclusividad de las competencias sobre relaciones internacionales, Defensa, Fuerzas Armadas, sistema monetario y Hacienda, mientras que las Comunidades Autónomas tienen competencias en áreas como: urbanismo, turismo, carreteras, transportes, pesca, enseñanza, policía y protección del medio ambiente.

Adolfo Suárez y la UCD: La Arquitectura de la Transición Española

La frase “Puedo prometer y prometo” formó parte de muchos discursos de Adolfo Suárez. El presidente Arias Navarro no logró sintonizar con el Rey, por lo que el 3 de julio de 1976 el Rey nombró a Adolfo Suárez nuevo presidente del gobierno. Suárez había militado en la Falange y había sido Gobernador Civil, Director de RTVE, y Ministro Secretario General del Movimiento. Su nombramiento fue recibido con escepticismo por los inmovilistas del franquismo, los demócratas que le consideraban un falangista, y los aperturistas franquistas que le tachaban de poco capacitado, por lo que su primer gobierno tuvo que formarlo con “segundones” o “penenes” (interinos). Pero su figura fue trascendental para la Transición, ya que interpretó perfectamente la necesidad de consenso y de reformas rupturistas desde la legalidad sin traumas ideológicos. El Rey había logrado colocar a Gutiérrez Mellado al frente del Ejército, a Torcuato Fernández Miranda en el Consejo del Reino, y a Adolfo Suárez como Presidente del Gobierno.

Reformas Clave de Suárez

Suárez sacó adelante la Ley para la Reforma Política, aprobada en las Cortes el 16 de noviembre de 1976 y en referéndum el 15 de diciembre, para crear las futuras Cortes bicamerales (Congreso y Senado) elegidas democráticamente. Impuso la legalización de los partidos políticos en febrero de 1977, la disolución del Movimiento Nacional el 1 de abril y la legalización del PCE el 9 de abril. Fue aprobando decretos sobre el sufragio universal, legislación electoral, libertad de expresión, amnistía, y convocó elecciones para el 15 de junio.

La UCD y su Declive

Suárez fundó la UCD, como partido de centro derecha, que se presentó a las elecciones junto a otros partidos del momento:

  • Ultraderecha: Fuerza Nueva (FN) de Blas Piñar.
  • Derecha tradicional: Alianza Popular (AP) de Manuel Fraga Iribarne.
  • Izquierda:
    • PSOE de Felipe González.
    • Partido Socialista Popular de Tierno Galván.
    • Partido Comunista de España (PCE) de Santiago Carrillo (coaligado en Cataluña con el PSUC).
    • Euskadiko Ezquerra en el País Vasco.
    • Otros partidos de ultraizquierda como el PCR.
  • Partidos nacionalistas.

La UCD ganó ampliamente, aunque sin mayoría absoluta. Abordó las reformas económicas (Pactos de la Moncloa) y la lucha contra el terrorismo y las amenazas de golpe de Estado, con un gobierno moderado que puso en marcha los mecanismos para elaborar y aprobar la Constitución de 1978.

La UCD acogió a muchos políticos de la democracia cristiana, centristas puros, pero también a muchos indefinidos ideológicamente y procedentes de épocas pasadas, convirtiéndose en un partido de aluvión, donde recalaron muchos por conveniencia política. Esta sería su gran debilidad. A pesar de los éxitos políticos (aprobación de la Constitución) y de las victorias electorales (volvió a ganar en 1979 las elecciones a Cortes Legislativas), apareció la desunión interna y el núcleo de Suárez se quedaría en minoría, lo que provocó una desintegración paulatina del partido y el abandono del apoyo a Suárez por diferentes sectores. La derrota en las elecciones autonómicas de 1980 ahondó en la crisis del partido, y la moción de censura presentada por el PSOE en mayo de 1980 lo debilitó definitivamente, presentando la dimisión el 29 de enero de 1981.

La investidura del nuevo presidente, Leopoldo Calvo Sotelo, fracasó en la primera votación y en la segunda ronda (23 de febrero) se produjo el intento de golpe de Estado de Tejero. El escándalo de la colza, el terrorismo y la oposición del PSOE hundieron a la UCD. En 1982 el PSOE ganó por mayoría absoluta, y la estrella de Suárez y de la UCD, más que decaer, desapareció, aunque Suárez volvería a la política con otro partido (CDS).

Sería mucho después cuando su figura alcanzaría el reconocimiento general por su capacidad de negociación, equilibrio y consenso, para sacar adelante una situación muy complicada y evitar el enfrentamiento fratricida de otras épocas. Con la desaparición de UCD se impondría el bipartidismo en España, sin grandes alteraciones hasta el período que vivimos, en el que aparecen nuevas fuerzas que cuestionan el dominio bipartidista.

Felipe González y el PSOE: La Era del Cambio y la Modernización de España (1982-1996)

“Por el cambio” fue el lema que marcó la llegada de Felipe González, la tercera figura clave de la Transición, desde su puesto como Secretario General del PSOE logrado en el Congreso de Suresnes, desplazando a la vieja guardia socialista. Después del fracaso electoral de 1979, logró mayoría absoluta en 1982, con el gobierno del cambio.

Primer Gobierno (1982-1986): Reformas y Entrada en la UE

Entre 1982 y 1986, abordó la crisis económica con medidas como:

  • Una devaluación monetaria.
  • Subida de tipos de interés.
  • Aumento de los impuestos.
  • Intervención de Rumasa de Ruiz Mateos.
  • La reconversión industrial, que generó paro y dificultades.

Se inició un período frenético de modernización y reformas en las Fuerzas Armadas y en educación (LODE), al tiempo que se enfrentó al terrorismo y puso en marcha las negociaciones para entrar en la UE, aunque previamente debió convocar un referéndum para entrar en la OTAN, después de haber hecho campaña en contra. Se despenalizó el aborto, medida que fue duramente contestada por la derecha y por la Iglesia Católica. España ingresó en la UE el 1 de enero de 1986.

Segundo Gobierno (1986-1989): Consolidación y Crecimiento

El segundo gobierno del PSOE se desarrolló entre 1986 y 1989, también con mayoría absoluta. En esta legislatura se configuró definitivamente el Estado autonómico, la Seguridad Social universal, y se produjo un espectacular crecimiento económico hasta la crisis de 1992. Se invirtió en la construcción de autovías, modernización de vías férreas, mejora de los servicios sanitarios y educativos, aunque la desigualdad social y el paro no mejoraron demasiado, lo que provocó la huelga general de 1988.

Tercer Gobierno (1989-1993): Grandes Eventos y Crisis

Entre 1989 y 1993 se produjo la tercera legislatura del PSOE con mayoría absoluta. En 1992, después de grandes inversiones, se celebraron la Expo de Sevilla, las Olimpiadas de Barcelona y la inauguración del AVE, al tiempo que se continuaba invirtiendo en carreteras y en educación con la nueva reforma de 1991 (LOGSE). En 1993 la crisis económica paralizó las reformas, disparándose la inflación, creciendo el paro y reduciéndose el consumo. Pero serían la corrupción, incluyendo la financiación ilegal del PSOE (caso FILESA), y las acusaciones que vinculaban a altos cargos con el GAL (organización clandestina que luchaba contra ETA con métodos terroristas) las que provocarían la crisis final.

Cuarto Gobierno (1993-1996): Escándalos y Fin de una Era

La cuarta legislatura socialista (1993-1996) se desarrolló con mayoría simple, apoyado por Convergència i Unió. La corrupción del caso FILESA o de Luis Roldán (Director General de la Guardia Civil), el GAL (aparecen cadáveres de Lasa y Zabala), y la intervención de BANESTO, marcarían una legislatura de escándalos hasta la victoria electoral del PP en 1996.

A pesar de los problemas y escándalos, los gobiernos del PSOE, así como la primera victoria del PP, significaron la definitiva democratización y consolidación del régimen de la Transición liderado por Suárez. La transformación económica, social y política de España ya no tendría marcha atrás.

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