La Dictadura de Primo de Rivera
Causas del Golpe de Estado
El golpe de Estado que puso fin al régimen constitucional tuvo causas muy diversas. Entre ellas, destacan:
- Consecuencias de Annual: El ejército exigía más medios para vengar la humillación sufrida en Marruecos, mientras que el Gobierno se negaba a aumentar el presupuesto para la guerra. El descontento militar se agravó con la disolución de las Juntas.
- El Expediente Picasso: Había indicios de responsabilidad del general Berenguer, y la izquierda acusaba al rey Alfonso XIII de intentar influir en el general Silvestre para evitar la depuración de responsabilidades.
- Tensión Política y Social: El auge del nacionalismo en Cataluña y el País Vasco era visto con sospecha por la derecha conservadora. La división de los partidos conservador y liberal también alarmaba a la oligarquía y a los militares.
- Luchas Sociales: Las intensas luchas sociales impulsaban la búsqueda de un gobierno autoritario que pudiera ser el freno definitivo al crecimiento del movimiento obrero.
Las clases medias, exasperadas por la corrupción política, el alza de precios y la cuestión marroquí, presionaban en el mismo sentido. La prensa coincidía en una crítica feroz a los partidos “de turno”. Para los militares, una dictadura era la única forma de paralizar el **Expediente Picasso**, factor que resultó determinante para la ejecución del golpe.
El Golpe de Estado de 1923
El 12 de septiembre, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña y principal conspirador, se sublevó contra el Gobierno. El golpe triunfó gracias al silencio popular y al apoyo de Alfonso XIII.
Aunque Primo de Rivera se presentó al país a través de un manifiesto como partidario de un proyecto de regeneración, las primeras medidas se encaminaron a establecer una férrea dictadura militar:
- Se declaró el estado de guerra en todo el país.
- Los comandos militares se hicieron cargo de los gobiernos civiles.
- Se decretó la suspensión de las garantías constitucionales y se disolvieron las Cortes.
- Se estableció una rígida censura de prensa.
El régimen constitucional había sido eliminado. Pese a todo ello, en los primeros meses la dictadura tuvo bastante respaldo popular.
El Directorio Militar (1923-1925)
Primo de Rivera había acabado con los viejos partidos del Parlamento. Sin embargo, la oligarquía seguía dominando la vida económica y social.
El gobierno de Primo de Rivera intentó introducir algunos cambios, como aumentar la autonomía de los municipios, pero el caciquismo de los gobernadores provinciales siguió vigente.
Política hacia el Catalanismo
Respecto a Cataluña, Primo de Rivera prohibió el uso del himno y de la bandera catalanas, y restringió el uso del catalán al ámbito privado. Se reprimieron las manifestaciones culturales y políticas del catalanismo.
Primo de Rivera decidió en abril de 1924 unificar desde arriba los grupos de apoyo que habían surgido después del golpe en los ámbitos católicos y conservadores. Surgió así un partido único a semejanza del modelo italiano, la ***Unión Patriótica***, que fue puesto bajo la dirección de un militar. El orden público fue otra de sus obsesiones; para él, el movimiento obrero y la delincuencia significaban la misma cosa.
El Fin de la Guerra de Marruecos
Sin duda, el gran éxito del Directorio Militar fue poner fin a la guerra de Marruecos. Primo de Rivera inicialmente era partidario de abandonar la guerra y negociar, por lo que redujo los efectivos en Marruecos y ordenó la retirada parcial. Muchos africanistas se opusieron a esta medida y casi llegaron a la insubordinación.
Pero en 1925, Abd el-Krim invadió la zona del protectorado francés. La respuesta fue el **Desembarco de Alhucemas** (septiembre de 1925), una operación conjunta franco-española. A mediados de 1926, Abd el-Krim se entregó a los franceses. La guerra había terminado, y la victoria colocaba a Primo de Rivera en la cumbre de su popularidad, al tiempo que se reconciliaba con los militares.
El Directorio Civil (1925-1930)
A finales de 1925, Primo de Rivera decidió la sustitución del Directorio Militar por un gobierno civil.
Intentos de Institucionalización
Para institucionalizar la Dictadura, se convocó una **Asamblea Nacional Consultiva**, formada en su mayoría por miembros de la *Unión Patriótica* elegidos mediante sufragio restringido. Esta asamblea era una copia del Gran Consejo Fascista Italiano. Se le encargó la elaboración de una especie de Constitución que resultó fallida. El proyecto organizaba un Estado sin soberanía nacional ni división de poderes y de carácter muy autoritario. Al final, ni obtuvieron respaldo popular ni se encontró una salida legal para la Dictadura.
Política Social y Corporativismo
Otro aspecto en el que la Dictadura imitó el modelo italiano fue la política social, a través de la creación de organizaciones sindicales que pretendían regular la negociación de los convenios (modelo corporativo). Primo de Rivera incluso invitó a Largo Caballero, líder de la **UGT**, a integrarse en el Consejo.
La Oposición y la Caída de Primo de Rivera
La oposición al régimen creció en la mayoría de los ámbitos políticos. Muchos dirigentes liberales y conservadores se negaron a colaborar con el dictador y exigieron a Alfonso XIII el restablecimiento de la Constitución y la convocatoria de elecciones. La negativa del rey a ceder llevó a muchos a apartarse de la actividad política.
Frentes de Oposición
La oposición se articuló en varios frentes:
- Republicanos: Comenzaron a organizarse activamente.
- Izquierda Obrera: Empezó a reaccionar, especialmente a medida que el inmovilismo del sistema y el desgaste de la Monarquía cansaban a la opinión pública.
- Intelectuales: La mayoría se sumó igualmente a las críticas al régimen.
Crisis Final
Dentro del ejército fue creciendo el descontento. Las arbitrariedades en los ascensos y la oposición de los sectores liberales agriaron el ambiente de los cuarteles. El descontento comenzó a manifestarse de forma masiva en las manifestaciones estudiantiles. Más tarde se produjo una intentona de sublevación militar que, unida al **Crack de la Bolsa de Wall Street** (y por consiguiente, el derrumbamiento de la peseta), hizo que el régimen se tambaleara.
Finalmente, el 27 de enero de 1930, Alfonso XIII, consciente del rechazo que suscitaba el dictador, aceptó la dimisión de Primo de Rivera.