La Crisis del Antiguo Régimen en España (1788-1833)
El periodo comprendido entre 1788 y 1833 marca el colapso definitivo de la sociedad estamental y la monarquía absoluta en España. Este proceso se articula en torno a varios ejes fundamentales:
- El Reinado de Carlos IV y la caída de Godoy.
- La Guerra de la Independencia (1808-1813).
- Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812.
- El Reinado de Fernando VII y la lucha entre absolutismo y liberalismo.
- La emancipación de las colonias americanas.
1. El Reinado de Carlos IV (1788-1808)
En 1788, tras el fallecimiento de Carlos III, le sucedió en el trono su hijo Carlos IV, con cuyo reinado se inició la crisis del Antiguo Régimen. Los años de su gobierno estuvieron marcados por frecuentes crisis internacionales y graves problemas internos.
1.1. Impacto de la Revolución Francesa y la figura de Godoy
El inicio del reinado de Carlos IV coincidió con el estallido de la Revolución Francesa (1789). Inicialmente, el conde de Floridablanca ordenó el cierre de fronteras para evitar la entrada de información revolucionaria. Floridablanca fue sustituido por el conde de Aranda.
La ejecución de Luis XVI (1793) coincidió con el nombramiento del nuevo valido, Manuel Godoy, quien entró en guerra junto a la coalición antifrancesa. España fue derrotada y tuvo que firmar la Paz de Basilea (1795), que ponía fin al conflicto. En 1796, por el Tratado de San Ildefonso, Godoy selló una alianza con Francia, lo que implicó la confrontación directa con Gran Bretaña.
En 1801 tuvo lugar la Guerra de las Naranjas, un conflicto entre España y Portugal debido a la ambición de Godoy. La Paz de Badajoz selló el conflicto: Portugal cerraría sus puertos a Inglaterra y España recibiría la localidad de Olivenza. En 1805, la escuadra franco-española sufrió una derrota decisiva frente a los ingleses en la Batalla de Trafalgar.
A partir de estos acontecimientos, se sucedieron varias desgracias para el trono español: caída de ingresos, deterioro del comercio, desamortización de tierras eclesiásticas, epidemias, hambre y escasez.
1.2. Motín de Aranjuez y caída de Godoy
Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau (1807), que autorizaba a los ejércitos napoleónicos a entrar en España para atacar Portugal. Las tropas francesas atravesarían la península y tomarían las principales ciudades del país.
El 18 de marzo de 1808 estalló el Motín de Aranjuez. Este motín, que contó con una amplia participación popular, estaba orquestado por los partidarios del príncipe Fernando. El motín consiguió la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.
Las Abdicaciones de Bayona
La crisis dinástica se resolvió cuando Napoleón convocó a la familia real a Bayona. La secuencia de abdicaciones fue la siguiente: Carlos IV abdicó en Fernando, Fernando abdicó en Carlos, y Carlos finalmente abdicó en Napoleón. José I Bonaparte fue proclamado rey de España. José I creó el Estatuto de Bayona e inició un programa reformista que pretendía la liquidación del Antiguo Régimen. Solo los afrancesados, pertenecientes a los sectores más cultos de la población, apoyaron a este nuevo monarca.
2. La Guerra de la Independencia (1808-1813)
Cuando la familia real se marchó a Bayona, se creó un vacío de poder en unas circunstancias excepcionales, con el ejército del general Murat ocupando Madrid. El 2 de mayo de 1808 se produjo el primer levantamiento popular contra la ocupación francesa. El Consejo de Castilla aceptó las órdenes provenientes de Francia y reconoció al nuevo rey, José I, pero la revuelta se extendió.
2.1. Fases del Conflicto
Primera fase: La revuelta popular (1808)
En este período, los soldados franceses se emplearon en sofocar los alzamientos urbanos que se habían extendido por las principales ciudades. La Batalla de Bailén (julio de 1808) fue uno de los hechos más importantes de esta fase, donde un ejército francés dirigido por el general Dupont fue derrotado por un ejército español improvisado y dirigido por el general Castaños. La derrota de Bailén tuvo una gran repercusión estratégica y propagandística.
Segunda fase: El apogeo francés y la guerra de guerrillas (1808-1812)
Esta segunda fase viene determinada por la reacción francesa ante la derrota de Bailén. Napoleón envió la Grande Armée, un poderoso ejército. En cuatro semanas, su avance se hizo imparable. Solo Cádiz quedó libre de la ocupación, defendida por la ayuda inglesa. Lo más decisivo en esta fase fue la guerra de guerrillas, que supuso una pesadilla para el ejército francés, desgastando sus líneas de suministro y control territorial.
Tercera fase: La ofensiva aliada (1812-1813)
El duque de Wellington tomó la iniciativa y derrotó a las tropas francesas en los campos de Arapiles (1812). Esta victoria hizo que José I abandonase Madrid, que fue tomada por Wellington. La Grande Armée sufrió un desastre total, culminando con la batalla de San Marcial. En diciembre de 1813, Napoleón firmaba el Tratado de Valençay, por el que restituía la Corona de España a Fernando VII.
2.2. Consecuencias de la Guerra
Las consecuencias más destacadas del conflicto fueron:
- Pérdidas demográficas: Se estima que hubo entre 300.000 y 500.000 muertos.
- Daños materiales: Las cosechas fueron arrasadas y los talleres artesanales destruidos.
- Crisis económica: Deterioro de la Hacienda pública y del comercio.
- Impulso independentista: El conflicto animó los procesos de independencia de las colonias americanas, aprovechando el vacío de poder.
3. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
3.1. La convocatoria y componentes de las Cortes
Ante el vacío de poder, la Junta Suprema Central se disolvió y convocó unas Cortes. En septiembre de 1810 se abrían las Cortes de Cádiz. A diferencia de las Cortes estamentales del Antiguo Régimen, estas reunieron a todos los diputados en una única asamblea. Los representantes estaban formados por clérigos, nobles y profesionales liberales.
Entre los diputados se configuraron tres grandes corrientes de opinión:
- Los absolutistas: Partidarios de la monarquía absoluta y de la máxima soberanía para el monarca.
- Los jovellanistas (o reformistas): Liderados por Jovellanos. Defendían la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- Los liberales: Partidarios de la aplicación de reformas revolucionarias y de conceder la soberanía solo a las Cortes. Destacó Agustín de Argüelles.
La labor de las Cortes de Cádiz entre 1810 y 1813 se centró en el desmantelamiento del Antiguo Régimen y la elaboración de una Constitución.
3.2. La Constitución de 1812: “La Pepa”
En 1812, las Cortes de Cádiz crearon la primera constitución liberal de la historia, conocida popularmente como La Pepa, compuesta por 384 artículos. Para su elaboración, se tuvieron muy presentes la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano y la Constitución francesa de 1791.
El sistema político se sustentó en cuatro elementos fundamentales:
- Soberanía Nacional: La soberanía residía esencialmente en la Nación.
- División de Poderes: Ejecutivo (Rey), Legislativo (Cortes unicamerales) y Judicial (Tribunales).
- Limitación del Poder Real: La monarquía pasaba a ser parlamentaria.
- Sistema Representativo: Basado en el sufragio universal masculino indirecto.
Otros artículos de la Constitución establecieron el servicio militar obligatorio, la enseñanza primaria pública y obligatoria, y la división del territorio en provincias lideradas por diputaciones provinciales.
3.3. Acción Legislativa de las Cortes de Cádiz
Además del texto constitucional, las Cortes de Cádiz aprobaron una serie de leyes y decretos destinados a eliminar el Antiguo Régimen. Así, procedieron a:
- La supresión de los señoríos jurisdiccionales.
- La eliminación de los mayorazgos.
- La desamortización de las tierras comunales.
- La eliminación del Tribunal de la Inquisición.
- El establecimiento de un mercado nacional basado en los principios del libre comercio.
4. El Reinado de Fernando VII (1814-1833)
Cuando acabó la Guerra de la Independencia, las Cortes se trasladaron a Madrid, esperando que Fernando VII aceptara la Constitución. Sin embargo, el reinado de Fernando VII se dividió en tres etapas marcadas por la lucha entre el absolutismo y el liberalismo.
4.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Cuando Fernando VII llegó a España en 1814, recibió el Manifiesto de los Persas, un documento firmado por diputados absolutistas que solicitaban la vuelta al Antiguo Régimen. Mediante el Real Decreto del 4 de mayo de 1814, Fernando VII anunció la vuelta al absolutismo. Se restablecieron las estructuras del Antiguo Régimen, se recuperaron los consejos, se repuso el sistema de corregidores y se suspendieron los ayuntamientos constitucionales. Se inició una dura represión contra los liberales.
4.2. El Trienio Liberal (1820-1823)
La mayor reacción contra el absolutismo provino de los intelectuales, que crearon sociedades secretas, y de los militares. En enero de 1820, el coronel Rafael del Riego se sublevó en Cabezas de San Juan y recorrió Andalucía proclamando la Constitución de 1812. Finalmente, el rey se vio obligado a aceptar la Constitución.
Fernando VII trató de obstruir la labor de los gobiernos liberales desde un principio. Esto provocó una fractura política entre los liberales:
- Doceañistas (Moderados): Pretendían modificar la Constitución, otorgando más poder al monarca. (Ejemplo: Martínez de la Rosa).
- Veinteañistas (Progresistas): Defendían la aplicación estricta de la Constitución de 1812. (Ejemplo: Evaristo San Miguel).
Durante el Trienio, los liberales impulsaron una política anticlerical, liberaron la industria y el comercio, y modernizaron política y administrativamente el país siguiendo la Constitución de Cádiz.
4.3. La Década Ominosa (1823-1833)
Fernando VII solicitó la intervención de la Santa Alianza. En 1823, un ejército francés conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis liberó al monarca. Fernando VII anuló todo lo legislado durante el Trienio, volviendo al absolutismo y al Antiguo Régimen. Se inició una represión sistemática contra los liberales, aunque las conspiraciones militares continuaron.
Una de las principales preocupaciones fue el problema económico, agravado por la pérdida de las colonias. Se buscó la colaboración de la burguesía industrial y financiera, una medida que creó la sublevación de grupos absolutistas ultraconservadores, como la Guerra de los Malcontents (1827).
4.4. El Conflicto Dinástico
En 1830, el rey tuvo una hija, Isabel. Esto generó un conflicto dinástico, ya que la Ley Sálica impedía reinar a las mujeres. Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley Sálica, asegurando el trono a su hija. Este hecho enfrentó a dos bandos:
- Los carlistas: Partidarios de Carlos María Isidro, hermano del rey y defensor del absolutismo puro.
- Los isabelinos: Partidarios de Isabel II, apoyados por los liberales moderados.
Cuando Fernando VII murió en 1833, dejó a su mujer, María Cristina, al cargo de la regencia. Carlos María Isidro no aceptó esta decisión, lo que desencadenó la Primera Guerra Carlista.
5. La Emancipación de las Colonias Americanas
La emancipación de las colonias americanas fue un proceso complejo impulsado por varios factores:
- La crisis de la monarquía borbónica y el vacío de poder generado por la Guerra de la Independencia.
- La desastrosa política colonial y la incapacidad de la metrópoli para defender sus intereses.
- La difusión de las ideas liberales e ilustradas entre la élite criolla.
- El descontento de los criollos por su exclusión de los altos cargos administrativos.