Absolutismo borbónico

10.1. La Guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht

A la muerte de Carlos II “el Hechizado” sin sucesor (1700) van a llegar los Borbones franceses al trono de España, porque nombró rey a Felipe de Anjou (o de Borbón), descendiente de Luis XIV, y María Teresa de Austria. Pero a nivel internacional no se acepta. El otro candidato al trono, el archiduque austriaco Carlos de Austria, tiene de su parte a Holanda, Inglaterra, Portugal, Prusia y al duque de Saboyá.

Empieza así una Guerra de Sucesión con dos dimensiones: una internacional, entre las potencias europeas, y otra nacional o civil, dentro de España.


En el plano nacional o civil

: En España hay una división (una Guerra Civil): Los reinos de la Corona de Aragón apoyaron al austriaco, mientras que Castilla, Navarra y Vascongadas apoyaron a Felipe de Anjou.    También hay división entre los grupos sociales, los nobles catalanes apoyaban al Borbón, pero no la burguésía ni el pueblo llano. D. Carlos de Austria llega a España por Barcelona y al principio va avanzando hacia Castilla, pero Felipe V recibe ayuda del ejército de su abuelo francés y se hace con los reinos de Valencia y Aragón después de la batalla de Almansa (1707)
y con toda Castilla después de las batallas de Brihuega y Villaviciosa (1710). En 1707 abolíó los fueros, cortes e instituciones de Valencia y de Aragón, pero Mallorca y Cataluña siguen en guerra. En 1711 muere el emperador de Austria y su hermano Carlos (el pretendiente español)  tiene que volver a tomar la corona del Imperio.  Así a nivel internacional la guerra acaba, pero no en España. La guerra sigue hasta 1714  (en Cataluña) y 1715 (islas Baleares). Pero ya desde 1713 se negociaba la renuncia del archiduque de Austria a la corona de España .       

Por el Tratado de Utrecht (1713) y el de Rastadt (1714)). Felipe V, ya rey de España tuvo que renunciar al acceso al trono de Francia; además pierde el Imperio europeo definitivamente:

  • Austria recibe: Flandes, el Milanesado, Nápoles y Cerdeña (que cambió por Sicilia).
  • el Duque de Saboyá recibe Sicilia (que luego cambiará con Austria por Cerdeña).

–     Inglaterra recibe Gibraltar, la isla de Menorca, el “asiento de negros” (el control del trafico de esclavos negros en las colonias de Indias) y el navío de permiso (que le permitía llevar mercancías a las Indias españolas).


10.2. El cambio dinástico del Siglo XVIII. Los primeros Borbones

En 1700 empezaron a reinar en España los Borbones. Entre 1700- 1760 reinaron:

Felipe V de Borbón (1700-1745)


, nieto de Luis XIV de Francia. Se afianzó en el poder después de vencer al pretendiente Carlos de Austria y la firma del tratado de Utrecht en 1713. Impuso el modelo de centralismo y de absolutismo político, imitando a Francia. Casó dos veces: una con Mª Luisa de Saboyá y otra con Isabel de Farnesio.

Su política exterior se centro en dos puntos:

  • el acercamiento a Francia (Pactos de Familia entre los Borbones españoles y franceses en 1733-43)
  •  y la consecución de tronos italianos para los dos hijos de su segundo matrimonio con Isabel de Farnesio.
    1. Parma lo reibirá Felipe, Duque de Parma.
    2. Nápoles-Dos Sicilias los recibíó Carlos, luego Carlos III de España.

 Abdicó en su hijo Luis I en 1724, pero al morir éste sin descendencia a los pocos meses volvíó a reinar hasta su muerte en 1745.

Le sucedíó su hijo Fernando VI (1745-1760)
, hijo también de su primera mujer, rey prudente, culto y amante de la música. Continuó con la política reformista de su padre, ayudado por ministros como el Marques de la Ensenada.
Su reinado fue de paz exterior y mejoras en el interior de España. Al morir sin hijos en 1760 la sucedíó su hermanastro Carlos III que era rey de Nápoles-Dos Sicilias.


10.3. Reformas en la organización de Estado. La monarquía centralista

La dinastía de los Borbones  implantó el absolutismo monárquico y el centralismo político, imitando el modelo francés de Luis XIV.

– Absolutismo

El rey, tiene el poder de origen divino, concentra los poderes legislativo, ejecutivo y judicial:
Reforzamiento del poder real que se identifica con el poder del Estado.

Centralismo:

Felipe V promulga los Decretos de Nueva planta:
Para Valencia, Aragón, Mallorca y Cataluña, aplicando el principio de centralismo y uniformidad política y jurídica, imponiendo las mismas leyes para todos los reinos y aboliendo los fueros, Cortes, leyes e instituciones propias e implantaron las leyes de Castilla para toda España, excepto Navarra y las Vascongadas que conservan su régimen foral porque habían sido fieles a Felipe V.

– En 1713 se establece la Ley Sálica que prohibía reinar a las mujeres.

-Se sustituyen muchos Consejos por Secretarías (seis distintas: Estado, Hacienda, Indias, Guerra, Marina, Gracia y Justicia), permaneciendo bajo la autoridad de los secretarios de Estado, aunque sigue siendo importante el Consejo de Castilla.

– Los virreinatos se convierten en provincias: el Virrey o el Capitán General será el gobernador.
Se introduce el Intendente en las provincias: un alto funcionario a cargo de una provincia que controla además la hacienda local (ingresos), el orden público, reclutamiento de tropas, etc.

La Audiencia

Es el órgano consultivo de gobierno igual al tribunal de justicia.


Los municipios pierden autonomía por el centralismo borbónico y tienen algunas reformas para agilizar su funcionamiento. Hay reformas en el ejército (cuerpos de Artillería, Infantería y Caballería) y en la Armada.


10.4.  La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III

En la segunda mitad del s. XVIII aparece el Despotismo ilustrado con el lema  “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”; es una forma de absolutismo, pero que pretende mejorar las condiciones del pueblo y modernizar el estado.  Los reyes ilustrados piensan que han de lograr la felicidad de sus súbditos a través del buen gobierno; se preocuparon por el bienestar material de ellos (aumento de producción económica, riqueza). La base de estas ideas está en los autores de la Ilustración francesa:
realizar desde el poder las reformas necesarias para lograr un mundo más justo y racional para todos. Pero para ello no quieren alterar las bases sociales del Antiguo Régimen, ni limitan el poder del rey, ni eliminan los privilegios de los nobles.  

El rey español que representa el Despotismo ilustrado fue Carlos III (1760-1788)
que, desde 1766, con un equipo de ministros ilustrados (Campomanes, Floridablanca, conde de Aranda, Jovellanos, etc.) emprende reformas sociales, políticas, eclesiásticas, aunque a veces no consiguieron sus objetivos.

El Despotismo ilustrado basa en:

– el Regalismo:

control del poder de la Iglesia por el Rey, limitación del poder de la Inquisición, y del número de monasterios y seminarios religiosos; lucha contra las supersticiones;
expulsión de los jesuitas  en 1767 (los más poderosos dentro de la Iglesia, sólo obedecían al Papa) y sus bienes confiscados por el Estado.

– Las reformas sociales

Como en la Enseñanza, con escuelas estatales no religiosas, formación profesional, universidades y creación de “Sociedades económicas de amigos del país” que divulgaban inventos, nuevas ideas e innovaciones técnicas. 

-Pretendíó reformas en la economía y recaudar más dinero, creando la Lotería anual, recuperando rentas, emitiendo deuda pública (vales reales). En 1782 se creó el primer banco estatal “el Banco de San Carlos” (luego Banco de España) y por primera vez papel moneda. 

También intentó reformas en agricultura

Proyecto de pequeña reforma agraria por los ministros ilustrados, especialmente Jovellanos, en 1794 con su “Informe de la ley agraria”, y se hicieron repoblaciones y colonizaciones de Sierra Morena (por Olavide) con unos 6.000 colonos españoles, alemanes y holandeses fundando nuevas poblaciones como La Carolina.

En industria se crean Reales fábricas por el Estado y hay reformas urbanas (en Madrid: empedrado del suelo, alumbrado público, fuentes, puertas y jardines públicos, etc)


10.5. La evolución de la política exterior española en Europa durante el Siglo XVIII

Para recuperar las posesiones italianas y defender los intereses coloniales españoles se crea una importante Armada Real y se reforma el ejército, sustituyendo los antiguos “tercios” por regimientos de caballería e infantería. Se fundan diversas academias y escuelas de artillería e inteligencia militar.


Felipe V firma con Francia los Pactos de Familia (los dos primeros), frente a Inglaterra, y España participa así en la guerra de Sucesión de Polonia .

– Con Fernando VI, tras una etapa de neutralidad, participa en la guerra de Sucesión de Austria y, tras la firma de la paz de Aquisgrán,  España consigue de nuevo Nápoles y Sicilia (llamado el reino de las Dos Sicilias)  para don Carlos (luego Carlos III en España), infante de España y los ducados italianos de Parma, Plasencia y Guastalla para don Felipe, sus hermanos, hijos de Felipe V y su segunda mujer Isabel de Farnesio. En 1753 se firma el Concordato con la Santa Sede con el privilegio de los futuros reyes españoles del patronato regio: supone la elección de cargos eclesiásticos por los Reyes. Además se normalizan las relaciones diplomáticas con Portugal, Inglaterra y Austria.


– Con Carlos III nueva firma con Francia del Tercer Pacto de Familia prometíéndose apoyo mutuo y participa en la Guerra contra Inglaterra y en la guerra de Independencia de EE.UU (1766-1783), apoyada por España. Además en este reinado España recupera Menorca y Florida, pero no Gibraltar.

10.6. La política borbónica en América durante el Siglo XVIII

El Siglo XVIII fue una etapa de prosperidad para el Imperio español tras la decadencia del siglo anterior.  El reformismo borbónico, particularmente con Carlos III, se encaminó hacia un nuevo proyecto colonial basado en un estrecho control político y económico sobre América, que en buena parte se había perdido durante el Siglo XVII.

Los blancos, tanto los peninsulares como los criollos (españoles nacidos en América

, ocupaban los más altos puestos de la pirámide social y eran los grandes terratenientes, comerciantes y cargos políticos.  

En el plano político su objetivo era crear una administración territorial y local eficiente y se impidió a los criollos el acceso a los cargos más importantes de la administración y de la Iglesia,  detentados por los funcionarios españoles peninsulares pagados por la corona.

Otro objetivo era aumentar los ingresos procedentes de América, elevando los impuestos y administrándolos directamente.

En un primer momento el territorio se dividíó administrativamente en dos virreinatos:
El de Nueva España, con capital en la ciudad de México y el de Perú con capital en Lima. Este último ocupaba todo el sur de América y durante el Siglo XVIII se subdividíó en tres para facilitar el gobierno: el virreinato de Nueva Granada (Colombia Venezuela y parte de Ecuador), el virreinato del Río de la Plata (
Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia) y el virreinato de Perú propiamente dicho con el resto del territorio.

    

Se reorganizó el comercio y la economía colonial como medida, sobre todo, para aumentar los impuestos


En 1.717 el comercio monopolista con América pasó de Sevilla a Cádiz. Posteriormente, en 1.778, Carlos III abolíó el monopolio comercial de un solo puerto y se reglamentó el libre comercio de todos los puestos españoles con América. Por otro lado se intentó lograr que todos los intercambios entre América y Europa se hicieran a través de intermediarios españoles.

Este Renacimiento comercial inundó la América española de productos europeos que arruinaron buena parte de las incipientes industrias creadas en América en el Siglo XVII. Asimismo se cortó el sistema de comercio interamericano. Teniendo en cuenta que el comercio con España estuvo en manos de comerciantes españoles hasta 1.796, se comprende la irritación de los comerciantes criollos, a los que sólo se les dejó el comercio interamericano en decadencia.


10.7. La Ilustración en España

La Ilustración es un fenómeno europeo que pretende la modernización de la cultura y la economía, la reforma de la sociedad, mejorando las condiciones de vida, pero sin alterar las estructuras políticas y sociales existentes; por medio de la razón, el progreso y la búsqueda de la felicidad.

En España se estructura en dos pilares importantes:
la monarquía como instrumento, la religión o la Iglesia como respaldo moral (había que renovar la Iglesia).

– Los ilustrados españoles confiaban en el impulso reformista de la Monarquía. Destacan ministros reformistas como el Marqués de la Ensenada, ministro de Fernando VI, y Campomanes, Aranda, Floridablanca o Jovellanos, secretarios de Carlos III, plantean soluciones económicas y agrarias, cuestionando la concentración de la propiedad en manos de la Iglesia y nobleza,  los privilegios de la Mesta,  el atraso técnico, las injustas leyes de arrendamiento, etc.

En el plano social los ilustrados critican la ociosidad, la injusticia de los privilegios y las enormes riquezas de la Iglesia. Se publican escritos dignificando los oficios manuales (industrias populares), se fomentan la investigación y viajes de exploradores.

Aparecen las Reales sociedades de Amigos del País (apoyadas por el absolutismo ilustrado). Se reforman universidades y colegios mayores.

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