Consecuencia de la primera república de Venezuela

BLOQUE 7: Primo de Rivera 
1. LA AGUDIZACIÓN DE LOS PROBLEMAS SOCIALES ENTRE 1917 Y 1923. CAUSAS DE LA DICTADURA.
A partir de 1917 y hasta 1923 se produjeron una serie de hechos que explican el deterioro de la situación y el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera.En primer lugar, la situación en la política internacional, que se había radicalizado tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Los sistemas democráticos entraron en crisis, ya que gran parte de la sociedad los veía ineficaces y los culpaba de no haber sabido evitar el conflicto. Por su parte, la Revolución rusa de 1917, animó a los grupos de izquierda a seguir los pasos de Rusia. La agitación de la izquierda fue constante entre 1918 y 1920, por lo que a esta etapa se le conoce como Trienio Bolchevique. A la par, en Europa surge y avanza el fascismo, en el cual se inspirará Primo de Rivera en algunas de sus actuaciones políticas.Por otra parte, la situación interna del país era también dramática. Los problemas que presentó el final de la regencia de Ma Cristina de Habsburgo continuaron bajo el reinado de Alfonso XIII. Estos problemas se vieron plasmados en la huelga general de 1917. Con la huelga coincidieron tres revoluciones: la militar (con la creación de las Juntas de Defensa que buscaba la intervención activa de los militares en la política), la burguesa (con la fundación de la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona) y la proletaria. A partir de 1917, la situación del país siguió empeorando por:
– La manifiesta debilidad de los gobiernos que se iban sucediendo en el poder, que mostraron una incapacidad absoluta para implantar cierta estabilidad interna. Como consecuencia se acrecentó la sensación de inoperancia de la clase política y fue ganando fuerza la opción de la intervención directa del Ejército
– El llamado “desastre de Annual (1921), la crisis más grave de la Guerra de Marruecos desde su inicio. Las fuerzas de la comandancia militar de Melilla, al mando del general Silvestre fueron derrotadas por el caudillo del Rif, Abd-el-Krim, produciendo 9.000 bajas en el ejército español. La clase militar culpó al gobierno de no apoyarlo y propiciar esta derrota. Las consecuencias políticas fueron demoledoras. En las Cortes se formó una comisión para investigar las responsabilidades del desastre (Informe Picasso). En dicho informe, pese a las presiones, se criticó a las altas autoridades del ejército, implicando al mismo rey y a grandes políticos de la restauración (Conde de Romanones).
– La crisis económica del país, que se agudizó tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Esta crisis aumentó la conflictividad social, que fue especialmente grave en Cataluña (Huelga de la Canadiense en 1919). La patronal organizó grupos paramilitares que actuaron contra los líderes sindicales y contrató a pistoleros a sueldo que atacaron a los dirigentes sindicales. 
2. LA DICTADURA DE Miguel Primo de Rivera (1923-1930).
Desde la primavera de 1923 los militares conspiraban contra el gobierno desde dos frentes distintos: en Cataluña las Juntas de Defensa buscaban disolver las Cortes y en Madrid, un sector partidario del ejército africanista pretendía instaurar un gobierno fuerte que resolviera los graves problemas del país.El 13 de Septiembre de ese mismo año, Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un Golpe de Estado y controló Barcelona. Su primer acto fue publicar una proclama explicando las razones de su actuación (publicada en La Vanguardia). En ella justificaba su pronunciamiento como una necesidad para restablecer el orden público deteriorado especialmente en Barcelona como consecuencia del pistolerismo. Con esta proclama se rompía la tradición constitucional inaugurada en 1876, se volvía a la práctica de la intervención de los militares en la política del país, tan habitual en el Siglo XIX. Alfonso XIII apoyó abiertamente a Primo de Rivera y le encargó la formación de un nuevo gobierno, que sería el Directorio Militar (1923-25).


 La mayoría de la sociedad española no se opuso a la nueva situación política: tanto las clases populares como los burgueses querían que se solucionara la conflictividad social y llegara la estabilidad al país. Algunos veían en Primo de Rivera al «cirujano de hierro» del que había hablado Joaquín Costa. El golpe tuvo un apoyo claro de la burguésía, sobre todo la catalana, que así frenaba a la clase obrera. El movimiento obrero no se enfrentó abiertamente y hasta la UGT mantuvo cierta colaboración ante la política del dictador. Incluso el PSOE acabó aceptando al dictador cuando ofrecíó un programa de reformas sociales. Con la dictadura se suspendieron las garantías constitucionales, se destituyó a los gobernadores civiles, se disolvieron las Cortes y se suspendíó la Constitución de 1876. La dictadura de Primo de Rivera se puede dividir en dos etapas:
El Directorio Militar (1923-1925) y Directorio Civil (1925-1930).
3. EL DEBILITAMIENTO DE LA DICTADURA Y LA CAÍDA DEL RÉGIMEN.
A partir de 1926, Primo de Rivera fue perdiendo progresivamente sus apoyos. Su anticatalanismo le alejó de la burguésía catalana. En el PSOE triunfó la postura contraria a la dictadura, mientras que la CNT logró mantener sus fuerzas en la clandestinidad. Incluso las viejas élites liberales comenzaron a conspirar con el concurso de algunos militares. Los intelectuales también se opusieron a Primo de Rivera. Muchos catedráticos fueron expulsados de la universidad y los colegios profesionales fueron depurados. Esta oposición desembocó en persecuciones y destierros, como el de Miguel de Unamuno.A finales de 1929 aumentaron las protestas pues la dictadura intentaba mantenerse con procedimientos caciquiles. El 30 de Enero de 1930 Primo de Rivera, desmoralizado y sin los apoyos que anteriormente había gozado, presentó su dimisión al rey. Partíó al exilio en París donde murió el mismo año.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII encargó al General Berenguer la formación de un nuevo gobierno. Su intención era volver a la normalidad constitucional anterior a 1923. Berenguer tuvo el apoyo de los terratenientes y de los conservadores monárquicos, mientras que los partidarios de la república iban aumentando. La oposición llamó al gobierno de Berenguer «dictablanda» por sus dudas para recuperar el funcionamiento democrático. El 17 de Agosto de 1930 se firmó el Pacto de San Sebastián, una alianza entre los partidarios de la República. Los intelectuales por su parte, crearon la “Agrupación al Servicio de la República”. El 12 de Diciembre de 1930 se producen levantamientos republicanos en Jaca y Madrid.
Berenguer dimitíó y fue sustituido por el almirante Aznar, a quien se le encomendó fijar el calendario electoral para establecer la Constitución de 1876, empezando por elecciones municipales, convocadas para el 12 de Abril, y sucesivamente a las disputas, al congreso y el senado. Pero en estas elecciones, las candidaturas republicanas-socialistas triunfaron. Alfonso XIII lo aceptó y se marchó al exilio

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