Cuando se realizo en España la revolución liberal






El reinado de Fernando VII dejó como herencia un enfrentamiento entre liberales y Tradicionalistas que se resolvíó finalmente a favor de los primeros. Ello supuso la definitiva Disolución del Antiguo Régimen y la construcción de un nuevo sistema político.

La oposición al liberalismo: guerras carlistas y cuestión foral

Tras la proclamación de Isabel II a finales de 1833, en toda la España del norte partidas Armadas se pronunciaron a favor de su tío Carlos María Isidro, confiando en él la defensa Del absolutismo y de la sociedad tradicional. Se iniciaba así una Guerra Civil, que enfrentaría A los defensores del Antiguo Régimen con los partidarios de iniciar un proceso reformista De carácter liberal:
-El carlismo era una ideología tradicionalista y antiliberal que recogía la herencia de Movimientos similares anteriores, como los malcontents y los apostólicos. Los carlistas Eran defensores de la legitimidad dinástica de don Carlos, de la monarquía absoluta, del Predominio social de la Iglesia y de la conservación de un sistema foral particularista en Navarra y las provincias vascas, con el que se comprometíó el pretendiente Carlos. Entre quienes dirigían el carlismo destacaban el clero regular y la pequeña nobleza agraria, Respaldados en muchas zonas rurales por pequeños propietarios empobrecidos, artesanos Arruinados y arrendatarios de por vida, que desconfiaban de la reforma agraria y temían ser Expulsados de sus tierras. -La causa isabelina contó con una parte de la alta nobleza y con los funcionarios, así Como con un sector de la jerarquía eclesiástica. Pero ante la necesidad de ampliar esta base Social, la regente se vio obligada a buscar la adhesión de los liberales, que a cambio exigían El fin del absolutismo y del Antiguo Régimen. Don Carlos recibíó el apoyo exterior de Rusia, Prusia y Austria, mientras Isabel II contó Con el de Gran Bretaña, Francia y Portugal. Las primeras partidas carlistas se levantaron en Las regiones montañosas de Navarra y el País Vasco, el Maestrazgo y el Pirineo. Las Guerrilas se convirtieron pronto en un verdadero ejército organizado por el general Zumalacárregui, que en su afán de salir del ámbito rural atacó Bilbao, donde encontró su Muerte, quedando los carlistas sin su mejor estratega. Más tarde la guerra se decantó hacia El bando liberal a partir de la victoria del general liberal Espartero en Luchana (1836. Los Carlistas, faltos de recursos, realizaron la Expedición real en 1837, la cual partíó de Navarra Hacia Cataluña y se dirigíó a Madrid con la intención de tomar la capital, pero las fuerzas Carlistas fueron incapaces de ocupar la ciudad. Finalmente en 1839 el general carlista
Maroto acordó la firma del Convenio o Abrazo de Vergara con el general Espartero. El acuerdo establecía la integración de la oficialidad Carlista en el ejército real. En cuanto a los fueros, algunos se derogaron, como la Organización municipal, la exención de quintas y las aduanas propias, pero vascos y Navarros mantuvieron la autonomía fiscal y administrativa de sus provincias.

La revolución liberal (1833-1843)

A la muerte del rey, la regente María Cristina nombró un gobierno presidido por Francisco Cea Bermúdez y compuesto en su mayoría por absolutistas moderados. La única reforma Emprendida por este gobierno fue la nueva división provincial de España, promovida por Javier de Burgos. Al año siguiente, con el fin de ganar apoyos, Francisco Martínez de la Rosa, liberal moderado, fue llamado por María Cristina. Éste propuso la promulgación de Un Estatuto Real, que no era una constitución sino un conjunto de reglas para convocar Cortes, las mismas del Antiguo Régimen, pero ligeramente adaptadas a los nuevos tiempos (con una cámara baja elegida mediante sufragio muy censitario). El compromiso fue Rechazado por los liberales exaltados, que se convirtieron en el Partido Progresista. Durante el periodo 1835-36 hubo una situación de incertidumbre en la que los moderados (Toreno) tenían como punto fuerte su cercanía a la regente, mientras que los progresistas la Presionaban para acceder al gobierno. Los progresistas tenían su fuerza en el dominio del Movimiento popular urbano y de la milicia nacional; mediante motines acompañados de Violentos actos anticlericales que conducían a la formación de juntas revolucionarias, Llegaron al poder en el verano de 1835 y, tras ser apartados por la regente, de nuevo en Agosto de 1836, gracias a la sublevación en La Granja de los sargentos de la Guardia Real, Que forzaron a María Cristina a volver a poner en vigor La Pepa. En el corto período de tiempo que transcurríó entre Agosto de 1836 y finales de 1837, los Progresistas dirigidos por Calatrava y Mendizábal asumieron la tarea de desmantelar las Instituciones del Antiguo Régimen e implantar un sistema liberal. Una de principales Actuaciones fue la reforma agraria liberal que consistíó en: -La disolución del régimen señorial, ya iniciada en las Cortes de Cádiz, implicó la pérdida de Las atribuciones jurisdiccionales de los señores, aunque estos se convirtieron propietarios de Las tierras y muchos campesinos pasaron a la condición de arrendatarios. -La desvinculación supuso el fin de los patrimonios ligados a las casas señoriales y sus Mayorazgos fueron libres para poder venderlos en el mercado. -La desamortización llevó a la expropiación y venta de tierras propiedad de la Iglesia. En 1836 se decretó la disolución de las órdenes religiosas (excepto las dedicadas a las Enseñanzas y a la asistencia hospitalaria) y los bienes desamortizados fueron subastados a Cambio de deuda pública como medio para conseguir recursos para el Estado y ganar Apoyos a la causa liberal. Junto a la abolición del régimen señorial y a la transformación del régimen de propiedad, se Aprobaron una serie de medidas que acabaron con los últimos obstáculos del Antiguo Régimen al libre funcionamiento del mercado. El gobierno progresista convocó Cortes para redactar un nuevo texto constitucional. El Documento, aprobado en Junio de 1837, proclamaba algunos de los principios básicos del Progresismo, aunque recogíó el compromiso de financiación del culto católico y otras Concesiones al moderantismo. Otras leyes vinieron a culminar el entramado jurídico Constitucional: la Ley de Imprenta (1836) hizo desaparecer la censura previa y la Ley Electoral (1837) fijó el sistema de sufragio censitario. Una vez aprobada la Constitución, se convocaron nuevas elecciones para Octubre de 1837, Que fueron ganadas por los moderados (Istúriz). Éstos intentaron, sin salirse del marco Constitucional, desvirtuar los elementos más progresistas de la legislación de 1837. En 1840 Prepararon una ley electoral más restrictiva, limitaron la libertad de imprenta y una Ley de Ayuntamientos dio a la Corona la facultad de nombrar a los alcaldes de las capitales de Provincia. Esta ley enfrentó a progresistas y moderados, ya que los primeros defendían la Elección directa de los alcaldes. El apoyo de la regente a la propuesta moderada provocó la Oposición progresista, que impulsó un amplio movimiento insurreccional con la formación De juntas revolucionarias en muchas ciudades. María Cristina renunció a la regencia y se Exilió. Los sectores afines al progresismo dieron su apoyo al general Espartero quien, con Un gran soporte popular, asumíó el poder y se convirtió en regente en 1840. Durante la regencia de Espartero, este actuó con un marcado autoritarismo. Espartero se Aisló cada vez más del entorno progresista y perdíó la popularidad que lo había llevado al Poder. Una de sus actuaciones de mayor importancia fue la aprobación de un arancel que Abría el mercado español a los tejidos de algodón británicos. La industria textil catalana se Sintió amenazada y la medida provocó un levantamiento en Barcelona. Espartero mandó Bombardear la ciudad, colocando a Cataluña y a buena parte de sus antiguos partidarios en Su contra. En 1843, Espartero –presionado por moderados y progresistas- abandonó la Regencia y las Cortes proclamaron reina a Isabel II con 13 años.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *