El teatro de 1950 hasta la actualidad


6. LA POBLACIÓN Y LA SOCIEDAD

6.1 El incremento demográfico

La población española pasó de 26 a 35,4 millones de habitantes entre 1940 y 1975.

  • Elcrecimiento poblacional
    : fue lento en la postguerra, debido al exilio de miles de personas, y la desnutrición y a las penurias económicas, que limitaron la natalidad y causaron el rebrote de enfermedades infecciosas. Sin embargo, entre 1960 y 1975, la mejora económica provocó la elevación de la natalidad, el descenso de la mortalidad y un crecimiento de la población.

  • Las migraciones: paralizadas tras la guerra, se generalizaron desde 1950. La emigración interior fue el éxodo rural, que llevo a más de 4 millones de personas desde las áreas agrarias del interior peninsular a las ciudades industriales y turísticas del País Vasco, el valle del Ebro, el litoral mediterráneo y Madrid. Con ello, las ciudades experimentaron un fuerte crecimiento, que ocasiónó escasez de servicios y de viviendas. La emigración exterior se dirigíó, hasta 1960, a Latinoamérica; y posteriormente, a los países más avanzados de Europa Occidental, necesitados de trabajadores.

6.2 La sociedad y sus transformaciones

  • La época de la postguerra: la sociedad de la postguerra quedó dividida entre vencedores y vencidos o rojos, estos últimos fueron objeto de represión física y laboral y de rechazo social. Además, aumentaron las desigualdades económicas y los contrastes entre la minoría de ricos, integrada por grandes propietarios agrarios e industriales, jerarcas del régimen y personas enriquecidas con el estraperlo; y la mayoría de pobres que padecía de hambre y miseria. La clase media fue muy escasa.

Era, además, una sociedad rural, pues la escasez y las dificultades económicas obligaron a un retorno al campo; religiosa, ya que las creencias católicas impregnaron todos los aspectos de la vida cotidiana; y autoritaria, dado que la autoridad se ejercía en todos los niveles: Estado, trabajo, escuela y familia.


7. LA CULTURA Y EL ARTE

7.1 El control cultural

La cultura sufríó en la posguerra el exilio de numerosos escritores, científicos y artistas, el aislamiento de Europa y una rigurosa censura. Desde 1955, se reanudó el contacto con Europa a través de los viajes y los libros.

El régimen franquista fomentó una cultura de masas basada en la literatura de quiosco, la revista y el cine folclórico, cómico y religioso.

No obstante, hubo personalidades destacadas en la poesía (Dámaso Alonso y Blas de Otero), el teatro (Jacinto Benavente y Buero Vallejo)
, la novela (Camilo José Cela, Miguel Delibes, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Goytisolo y Carmen Martín Gaite) y la ciencia (el biólogo Severo Ochoa, que trabajó fuera de España).

7.2 La evolución arquitectónica

En la posguerra, los edificios oficiales tomaron como modelo el estilo de la época imperial de los Austrias, como se aprecia, por ejemplo, en el Ministerio del Aire de Madrid, construido en 1940 e inspirado en El Escorial. También se mezclaron los estilos del pasado, como ocurre en la Universidad Laboral de Gijón (1946-1956).

La obra más emblemática del período fue la abadía del Valle de los Caídos, presentada como un homenaje a todos los caídos en la guerra. En realidad, se concibió como exaltación de los caídos del bando nacional y como mausoleo para Franco.

Dese la década de 1960, los edificios urbanos adoptaron el estilo internacional, de formas geométricas. La obra más novedosa de este período es la iglesia del poblado de Villalba de Calatrava (Ciudad Real), obra del arquitecto Fernández del Almo.

7.3 La escultura y la pintura

En la posguerra, la escultura y la pintura sufrieron el intervencionismo del Estado, que acusó a las vanguardias anteriores a la Guerra
Civil de empañar la tradición artística. Por eso, el régimen fomentó un arte tradicional, marcado por el Realismo y los temas y las técnicas clásicos.

Desde la década de 1960, se difundieron las obras de artistas contemporáneos, como Picasso y Miró, y la influencia de las vanguardias europeas.

En escultura, se realizaron numerosos monumentos a los caídos del bando franquista y estatuas ecuestres de Franco; todos ellos se ubicaron en lugares destacados de ciudades y pueblos. Dentro de la corriente moderna, la figura más importante fue Ángel Ferrant, autor de esculturas cinéticas y surrealistas.

En la pintura de posguerra predominaron el paisajismo, representado por las obras de Benjamín Palencia y de Ortega Muñoz, y la pintura de labriegos, donde destacó Rafael Zabaleta.

Posteriormente, se desarrollaron algunas corrientes vanguardistas. Entre ellas el Surrealismo, tras el regreso a España de Miró y Dalí; el expresionismo abstracto, de Esteban Vicente; la pintura matérica, cuyo principal exponente fue Antoni Tàpies; la neofiguración, representada por Antonio Saura; la pintura abstracta y de acción del grupo El Paso, del que formó parte Rafael Canogar, y el Op Art, cuyo pinto más significativo fue Eusebio Sempere



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