Índices república y Guerra Civil


LA Guerra Civil DE 1936-1939


IdentificaciónEl texto es un fragmento de la introducción escrita por Paúl Preston en el libro La República asediada. Hostilidad internacional y conflictos internos durante la guerra civil (editado por Preston y que recoge trabajos de diez especialistas). Preston es catedrático universitario, uno de los más reconocidos hispanistas y autor de numerosas obras sobre la historia reciente de España, en especial la Guerra Civil. Es, pues, una fuente secundaria, un texto historiográfico. Resumen El texto plantea una interpretación de la Guerra Civil española. Según Preston, al principio, fue un enfrentamiento entre españoles; pero se convirtió en un episodio más de la Guerra Civil europea. Y responsabiliza de la derrota de la República en la guerra a elementos externos (fascismo internacional, inconsciencia de los Estados demócratas) e internos (fuerzas de la extrema izquierda). Aclaración de términos
La Guerra Civil europea es la denominación que da una corriente historiográfica (el propio Preston) al período de la Historia de Europa entre los años 1914 y 1945, entendido como un fenómeno unitario. De esta manera se interpretan las repetidas confrontaciones ocurridas durante ese tiempo en Europa como una única Guerra Civil entre distintas facciones políticas. Y, en palabras del propio Preston, en otra publicación suya, la consecuencia colectiva fue que, entre 1914 y 1945, las energías de Europa se consumieron en una larga guerra intermitente cuyos costes económicos y humanos originarían un desplazamiento de la preeminencia mundial desde los grandes imperios europeos hacia Estados Unidos y la Uníón Soviética.1 Tema La década de los años treinta, que coincide en España con la República y la Guerra Civil, fue un periodo caracterizado por una crisis general en toda Europa, con un enfrentamiento ideológico entre democracia, fascismo y comunismo. La Guerra Civil ha sido el acontecimiento de la historia contemporánea de España que más atención ha suscitado tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Su consecuencia inmediata fue el establecimiento de una dictadura que pervivíó durante cuarenta años. Según muchos de sus protagonistas, y los primeros historiadores, la guerra fue inevitable. Sin embargo, hoy la opinión mayoritaria es que nada conducía necesariamente a una Guerra Civil. Pero, si no fue inevitable, sí es cierto que fue posible debido a una serie de factores.
Entre ellos, los distintos historiadores dan mayor o menor importancia a:
1 PRESTON, Paúl. «La Guerra Civil europea: 1914-1945», en M. Cruz Romeo e Ismael Saz, eds., El Siglo XX. Historiografía e Historia (Actas del V Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea), Universitat de Valencia. Valencia, 2002, pág. 138.
Causas preferentemente
„Ï internas, es decir, la falta de solución a los importantes problemas estructurales y coyunturales que presentaba España (o, incluso, la supuesta incapacidad de los españoles para resolver sus diferencias de forma civilizada); o
„Ï externas, por el choque entre fascismo, comunismo y democracia (la Guerra Civil española sería el preludio de la IIGM).

Como ya se ha dicho, para PRESTON (y otros historiadores, como Julián CASANOVA) fue en su origen un conflicto interno entre españoles, pero en su curso y desarrollo constituyó
un episodio de una Guerra Civil europea que acabó en 1945 (J. CASANOVA, República y Guerra Civil, p. 262).
Factores
„Ï estructurales, como los graves desequilibrios socioeconómicos, la cuestión religiosa (con el enfrentamiento entre clericales y anticlericales), el problema territorial (centralismo/autonomismo/independentismo); o
„Ï coyunturales:
la crisis económica de 1929, el descontento en el ejército, el fracaso de la reforma agraria, la radicalización de las posturas políticas, el recurso generalizado a la violencia, el deterioro del orden público…
Responsabilidad última de
„Ï la izquierda (socialistas, comunistas y anarquistas), que habría abandonado la vía democrática promoviendo la revolución de Asturias en 1934, los desórdenes públicos y la ocupación de tierras e incitaba a las masas a la revolución; o de
„Ï la derecha (CEDA, Falange, carlistas, con los sectores más conservadores: Iglesia, Ejército, terratenientes), con conspiraciones contra el régimen republicano (como el golpe de Sanjurjo de 1932) por el temor que despertaba el programa de gobierno de la izquierda (en especial, tras el triunfo del Frente Popular).

Pero ni este Golpe de Estado ni los sucesos revolucionarios de 1934 desembocaron en una Guerra Civil. En Julio del 36, la sublevación militar contra el legítimo Gobierno republicano originó una guerra entre españoles porque el Ejército se mostró dividido: si hubiera secundado unido el golpe, este hubiera triunfado sin dificultad; si se hubiera mantenido unido y leal a las autoridades civiles, hubiera fracasado totalmente. El hecho de que la insurrección fuera muy amplia, pero no unánimemente secundada, permitíó que otra facción de las fuerzas armadas se opusiera a la misma y consiguiera aplastarla en casi la mitad de España. El resultado de ese fracaso parcial y éxito limitado de la sublevación fue la Guerra Civil. La derrota de la República en la Guerra Civil tiene, según Preston, dos tipos de responsables:

1. En primer lugar los países europeos, tanto los fascistas (sobre todo Alemania e Italia) como los democráticos (Francia, Reino Unido). La actitud de Francia (gobernada por un Frente Popular) fue vacilante, muy influenciada por el Reino Unido (con gobierno conservador); los británicos manténían una política de apaciguamiento frente al fascismo, para evitar una nueva guerra europea, y los franceses querían a toda costa mantener su alianza con el Reino Unido frente a la amenaza alemana. En Agosto de 1936, franceses y británicos promovieron la creación de un Comité de no intervención, para prohibir la ayuda militar a cualquiera de los dos bandos. Pero, mientras Francia y GB respetaron los acuerdos, Alemania e Italia ayudaron con descaro a los franquistas y la URSS a los republicanos.
2. La responsabilidad en el interior de España la otorga a las organizaciones de extrema izquierda (los anarquistas, aunque no los cita). Pues la España republicana hubo de enfrentarse a importantes divisiones internas: los partidarios de consolidar la revolución social (los anarquistas, más los marxistas del POUM) frente a republicanos, socialistas y comunistas, que defendían la necesidad de congelar la revolución y dar prioridad al esfuerzo bélico (primero la guerra y después la revolución).

/Se puede hablar aquí sobre el desarrollo de la guerra/ Las consecuencias de la guerra fueron enormes. Las principales, las pérdidas humanas (en combate, en la represión de las retaguardias…). Además, centenares de miles de heridos y exiliados. Las pérdidas materiales fueron también cuantiosas, así como el perjuicio para la economía. Pero, además, la guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Las heridas de la Guerra Civil perduraron durante decenios y la persecución y represión de los vencidos fue un rasgo clave del franquismo. /Puedes extenderte más sobre las consecuencias

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *