Industrialización y sociedad en la España del Siglo XIX

OBRERISM


El limitado proceso de industrialización español im- plicó que el número de obreros industriales existentes en la España del Siglo XIX fuese relativamente peque- ño y que se concentrase básicamente en Cataluña y, más tarde, en el País Vasco, Asturias y Madrid. A me- diados del Siglo XIX eran aproximadamente 150000, de los que 100000 trabajaban en el textil catalán. Las primeras formas de protesta obrera tuvieron un carácter ludista, entre las que destacaron los sucesos de Alcoy (1821), donde fueron destruidos los telares mecánicos, y el incendio de la fábrica Bonaplata de Barcelona, una de las primeras en instalar una má- quina de vapor (1835). Pronto, los trabajadores vieron la necesidad de crear organizaciones propias, capaces de defender sus derechos: los sindicatos. 
En 1840 se fundó en Barcelona él primer sindicato:
La Asociación de Tejedores de Barcelona. 
Sus objetivos consistían en la disminución de la jornada labo- ral, el aumento de los salarios y el derecho a formar asociaciones obreras. Los patronos reaccionaron negativamente ante estas iniciativas y prohibieron los sindicatos obreros.

ANARQUI

El anarquismo arraigó fuertemente entre los obreros de Cataluña y el campesinado andaluz. A finales del Siglo XIX, el anarquismo defendíó la formación de grupos autónomos que atentasen contra la sociedad burguesa y capitalista. De este modo se produjeron numerosos atentados y la sociedad entró en una gran espiral de violencia, dada la fuerte represión que en respuesta se ejercíó sobre el movimiento obrero. La proliferación de atentados impulsó a que grupos de anarquistas contrarios a la violencia fundaran sin- dicatos obreros con el objetivo de conducir a los obreros hacia la revolución social.
Esta corriente anarco-sindicalista fundó, en 1910, la 
Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que llegó a ser el sindicato más importante de España. 

SOCIAL

Por su lado, el marxismo tuvo mayor influencia entre el proletariado, y cierta clase media, de Madrid, el País Vasco y Asturias. Bajo el impulso de Pablo Iglesías, en el año 1879, los marxistas fundaron el Partído Socialista Obrero Español (PSOE) y en 1888 impulsaron la creación de un sindicato socialista, la Uníón General de Trabajadores (UGT). A diferencia de los anarquistas, que se declaraban apolíticos, los socialistas defendían la participación en las elecciones. Pretendían llevar al Parlamento diputados obreros que defendiesen a los trabajadores y consiguiesen leyes favorables a sus intereses (reducción de la jornada laboral)


La nobleza española, salíó bien parada de la revolución liberal. La pequeña nobleza, muy numerosos en la zona central de España sufríó un proceso de deterioro económico y social. Perdíó su principal privilegio, la exacción de impuestos dado que sus tierras proporcionaban escasas rentas, la mayoría paso a ejercer actividades diversas y se fue diluyendo entre la clase media agraria.

La gran nobleza, no solo redujo su poder económico sino que lo incremento. Perdíó los ingresos de sus derechos jurisdiccionales, pero conservó la mayoría de sus tierras, ahora en propiedad privada y se hizo con nuevas propiedades de la desamortización. La base de los ingresos nobiliarios continuó siendo la propiedad de la tierra y los bienes inmuebles urbanos. Hacia 1850, España continuaba siendo un país agrario y la nobleza la mayor poseedora de tierras, por lo que un alto porcentaje de la renta agraria y de la riqueza del país acababa en manos de nobles terratenientes.

LAS CLASES MEDIAS

Se situaban entre los poderosos y los asalariados (escaso numero, 5% de la población. Su escasa importancia es también un reflejo del todavía débil e incipiente proceso de industrialización.

Formaban un conglomerado que agrupaba a propietarios de tierras, hombres de negocios, pequeños fabricantes, profesionales liberales o empleados públicos.

Su riqueza era mucho menor que las de las clases dirigentes. La mayoría residen en la ciudad, colectivo formado por los empleados públicos, el sector de los profesionales liberales: los relacionados con las leyes, con la construcción y la propiedad inmobiliaria y los relacionados con la salud.

Compartían con los grupos poderosos el estilo de vida, aunque su menor capacidad económica les llevo a una forma de vida más privada y domestica. Ideológicamente eran conservadores, defendían el orden y la propiedad temerosas de que cualquier cambio las sumiera en la pobreza y las igualara con las clases populares.

BAJAS

Las clases bajas urbanas se dedicaban a los servicios. Casi la mitad de sus componentes, abundaban las mujeres, trabajaban en el servicio doméstico. La mujer relegada en su casa corresponde al ideal plenamente burgués.

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