La Guerra Civil Española: Conflicto político y social en España

La Guerra Civil Española fue un conflicto de fuerzas políticas por la lucha de España. Fue llevado a cabo por Francisco Franco y estuvo dividido por un frente popular, el cual luchaba por la sustentación de las reformas sociales y políticas y contaba con el apoyo de los sindicatos, partidos políticos de izquierda y defensores de la democracia, defendían el gobierno republicano y contaban con el apoyo de la Unión Soviética. Por otro lado, estaban las fuerzas de derecha, los cuales conspiraban para derrocar al gobierno republicano, estaban comandados por Franco y tenían como objetivo eliminar el creciente movimiento comunista. Contaban con el apoyo de los sectores tradicionales y conservadores como la iglesia, ejército y grandes propietarios rurales, contó con la ayuda militar de la Alemania nazi y de la Italia fascista y tenían como objetivo la implantación de un gobierno autoritario.

Desde principios de siglo XX, España vivía en sucesivas crisis políticas y sociales. El gobierno monárquico era incapaz de resolver las dificultades generales por el atraso económico que había. La estrategia de reprimir duramente los movimientos populares, como los sindicatos y los partidos de izquierda, fue también un detonante para la guerra. La dictadura que en 1923 había instaurado Primo de Rivera causó muchos problemas también, ya que esta cayó bajo la presión popular y terminó con la monarquía, instaurando así la II República, que tenía por delante muchas reformas en el ámbito político, social, religioso, agrario, etc. Hubo un gran fracaso de una sociedad que no supo aceptar el modelo democrático, fracaso también el intento de las reformas, fracasaron también los partidos políticos que no supieron hacer frente a los problemas del momento, hubo un doble fracaso militar y los sublevados no lograron un triunfo rápido; es por todo esto que el estado republicano no supo reaccionar ante la situación que se le oponía y no supo tomar muchas decisiones.

Este conflicto se inició con el alzamiento militar encabezado por el general Mola, quien junto a Goded, Franco y Sanjurjo, el cual más tarde fallecería en un accidente de aviación. Los militares que prepararon este alzamiento formaban parte de la UME (Unión Militar Española) de carácter fascista. Este intento de alzamiento militar se considera como un fracaso, ya que no triunfó en toda España, pero esto no impidió que se iniciase la guerra. Durante la guerra, la evolución del bando republicano fue gobernada por el frente popular, y se caracterizaba por un elevado desorden social y una creciente tensión política. El golpe de estado fallido del 17/18 de julio desencadenó una eclosión de ideas de cambio político y social, encabezado por el anarcosindicalismo, con la CNT y FAI a la cabeza. Durante este proceso, el PSOE y el PCE se mantuvieron alejados.

En septiembre de 1936 se estableció un gobierno de unidad, presidido por el socialista Largo Caballero. En noviembre se incorporaron cuatro dirigentes anarquistas, entre ellos Federica Montseny, la primera mujer ministra en España. La crisis de mayo de 1937 provocó la dimisión del gobierno de Largo Caballero. El nuevo gobierno, presidido por el socialista Negrín, tenía una mayoría de ministros del PSOE, pero se inclinaba cada vez más hacia las posturas defendidas por el PCE. La ayuda soviética había hecho que los comunistas pasaran de ser un grupo minoritario a una fuerza muy influyente. Los acontecimientos internacionales, como el Pacto de Munich en septiembre de 1938, la retirada de las Brigadas Internacionales y la disminución de la ayuda soviética, y los internos, como la caída de Cataluña, reforzaron la idea de que la guerra estaba perdida. Así, en marzo de 1939, el golpe del coronel Casado desalojó del poder a Negrín. La esperanza de negociar con Franco se disipó inmediatamente, cuando el dictador exigió la rendición incondicional.

Por otro lado, la zona sublevada, con la muerte del general Sanjurjo el 20 de julio de 1936, dejó a la insurrección sin un líder claro. El 24 de julio tuvo lugar una reunión de los generales insurrectos en Burgos. Allí se acordó crear la Junta de Defensa Nacional, que se configuró como órgano provisional de gobierno de la zona nacional, la cual estaba presidida por el general Cabanellas y por generales como Mola, Queipo y Franco, quien sería elegido generalísimo el 29 de septiembre de 1936. Serrano definirá al nuevo régimen como de mando único y partido único, en cuanto al ejército estará dominado por los africanistas y la iglesia se verá muy reforzada. Por otra parte, el ideario político lo encontrará Franco en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Franco se apropiará de la Falange.

Por último, se creó una legislación que institucionalizó la represión contra los vencidos. En febrero de 1939 se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, por la que se designaba ‘rebeldes’ a todos los que se hubieran enfrentado al Movimiento Nacional.

Con el final de la guerra se inicia una durísima represión que, apoyada por la Ley de Responsabilidades Políticas, llevaría a docenas de pelotones a fusilamiento. En cuanto a las consecuencias, en el ámbito económico se da una destrucción del tejido industrial del país, en cuanto a las sociales se dio una represión sufrida por los vencidos que no huyeron, en el ámbito político se dio una desaparición de la democracia y de la instauración de un régimen político dictatorial de carácter unipersonal y militarista. Hubo consecuencias culturales debido a la instauración del nacionalcatolicismo como la base ideológica y, por último, como consecuencia demográfica está la gran cantidad de muertes y de exiliados. 37,000 niños fueron evacuados hacia la URSS y hacia México, estos son los ‘niños de la guerra’.

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