Los decretos de nueva planta y el fin del foralismo

BLOQUE 4


A.-Explica las causas de la Guerra de la Sucesión Española y la composición de los bandos en el conflicto.

La muerte sin descendencia del rey de las Españas, Carlos II de Austria, desencadenó un gran conflicto nacional (e internacional) en torno a las dos candidaturas, la del archiduque Carlos de Austria y la de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Borbón.

De acuerdo con el testamento de Carlos II, Felipe fue proclamado rey de las Españas. Pero la casa de Austria no lo aceptó y amplias capas sociales de la Corona de Aragón (Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca) se rebelaron.

Comenzaba así la Guerra de Sucesión Española (1702 – 1715). El asunto que se dirimía en este conflicto no era, en realidad, sólo un cambio de dinastía sino un modelo de estado y de administración para los reinos peninsulares. Se enfrentaban dos modelos: el de los Austria, tradicionalmente pactista, que respetaba las instituciones forales de los reinos y su diversa legislación y fiscalidad; y el de los Borbones, que importaba el modelo francés absolutista, unificador y centralizador.

Con matices, se puede afirmar que Castilla apoyó al rey francés, Felipe de Borbón, frente al apoyo de la Corona de Aragón al bando de los Austrias. El resultado, por la paz de Utrecht (1713) fue la instauración de la dinastía borbónica en la persona de Felipe V.

C.- Detalla las carácterísticas del nuevo orden europeo surgido de la Paz de Utrecht y el papel de España en él

En 1713 – 1714 se firmaron los acuerdos que acababan con la Guerra de Sucesión Española: el Tratado de Utrecht y el Tratado de Radstadt. Estos acuerdos tuvieron gran importancia en la política

internacional del Siglo XVIII, pues establecieron un nuevo sistema de relaciones internacionales basado en el equilibrio entre numerosas grandes potencias.

España perdíó sus posesiones europeas. Flandes pasó a manos austriacas, mientras que las posesiones italianas se repartieron entre Saboyá y Austria. De este modo, los principales intereses españoles pudieron concentrarse en preservar América.

El Reino Unido se confirmó con la principal potencia marítima del mundo. La guerra le permitíó no solamente apoderarse de algunos enclaves estratégicos:
Gibraltar (1704), Menorca, etc, sino sobre todo, introducirse en el comercio americano, gracias al navío de permiso, y monopolizar el tráfico de esclavos africanos hacia América.

En Europa se impuso la política de equilibrio continental, que tendía a evitar el predominio de cualquier potencia sobre las demás.

D.- Define qué fueron los Decretos de Nueva Planta y explica su importancia en la configuración del nuevo Estado borbónico.

El primer objetivo del nuevo rey Felipe V va a ser reducir la complejidad de reinos, leyes e instituciones a una sola entidad a la manera de Castilla. Se puede decir, sin duda, que comienza la historia del Estado español como unidad administrativa. Esta obra de reforma administrativa se va a plasmar en los “Decretos de Nueva Planta”.

Con el término “Nueva Planta de Gobierno” se expresaba la idea de una profunda reforma del gobierno y de la administración de los territorios de la Corona de Aragón según unos criterios similares en cada reino.
Significaba la sustitución del pactismo de los Austrias por el absolutismo de los Borbones y la asimilación al modelo castellano.

En todos los reinos de la Corona de Aragón se eliminaban los Consejos de los respectivos reinos, se introducían las leyes de Castilla, sus tribunales, Chancillerías y Audiencias. La autoridad pasó a ser desempeñada por “capitanes generales e intendentes”. Se suprimían las fronteras que separaban los reinos entre sí y con Castilla. Además del castellano como lengua oficial, se impone también el sistema de impuestos, el cual se trató de unificar con uno general, conocido como “Catastro”.

E.- Explica la política industrial de la monarquía y las medidas adoptadas respecto al comercio con América.

La preocupación por el fomento de la industria nacional fue una constante entre los gobernantes del siglo. Destaca el ministro Campomanescon sus dos obras capitales: Discurso sobre el fomento de la industria popular (1774) y Discursos sobre la educación popular de los artesanos (1775). Desde una óptica esencialmente mercantilistase pensaba que para mantener una balanza comercial favorable, era preciso crear una industria nacional potente, capaz de competir con los productos extranjeros y de asegurar el abastecimiento a todos los dominios españoles, peninsulares y coloniales. En tal sentido, destaca la creación de las “Reales Fábricas”.


Es, sobre todo, a partir de a mediados del siglo cuando se modifica la política hacia América, decidiendo incrementar la explotación colonial para aumentar su rentabilidad. La economía colonial, basada hasta ese momento en la producción agraria, se dinamiza con una fuerte actividad comercial, tras adoptar como medidas la creación de las Compañías de Comercio y con la recuperación de la minería.

G.- Comenta las ideas fundamentales de la Ilustración y define el concepto de despotismo ilustrado.
La Ilustración fue una nueva corriente de pensamiento caracterizadapor la utilización de la razón para la comprensión de la realidad. Carecíó de una teoría sistemática y sus ideas procedían de diversos autores: Locke, Montesquieu, Voltaire y Rousseau. Tuvo unas características doctrinales comunes, que vendrían a ser las siguientes: predominio de la razón, autonomía del poder político, tolerancia religiosa, interés por las actividades productivas y valoración de la educación para el logro de la felicidad.

El despotismo ilustrado intentó conciliar el absolutismo monárquico con el espíritu reformador de la Ilustración. El despotismo ilustrado fue la teoría política dominante en Europa durante el Siglo XVIII y se basaba en tres principios. En primer lugar, supuso una reafirmación del poder absoluto de la Monarquía. En segundo lugar, se planteó el ideal del “rey filósofo”. El monarca, era asistido por las minorías ilustradas, y estaba en condiciones de impulsar reformas racionales necesarias para el conjunto de la sociedad con el fin de progresar y otorgar la felicidad al pueblo. Y, precisamente el tercer rasgo se refiere al pueblo, que es considerado como objeto, nunca como sujeto de su propia historia, según la archiconocida expresión: «Todo para el pueblo pero sin el pueblo». 

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