La regencia de María Cristina de Habsburgo y el turno de partidos. La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo.
 Cánovas diseña un sistema basado en el turno Pacífico de dos partidos en el poder el Partido Conservador y el Partido Liberal. El partido conservador estuvo liderado por Cánovas y tras su muerte por Francisco Silvela, representaba la derecha moderada y estaba compuesto por liberales moderados, miembros de la Uníón Liberal y católicos tradicionalistas. El Partido Liberal represento la izquierda liberal, acepto la Constitución de 1876, estaba dirigido por Sagasta (antiguo progresista) y formado por demócratas y progresistas del sexenio democrático e incluso por republicanos. El turno de partido era arbitrado por el Rey: el candidato presidente debía ser elegido por él y tener mayoría en las Cortes aunque en caso contrario el rey procedían a disolverlas y convocar las de nuevo para lograr esa mayoría. La alternancia en el poder se inició en 1881. Tras la prematura muerte de Alfonso XII en 1885, su esposa, María Cristina asumíó la regencia hasta 1902. Cánovas acordó con Sagasta cederle el poder durante los primeros años de la regencia del Pacto del Pardo. Para garantizar su victoria electoral, los partidos políticos recurrían a la manipulación de las elecciones. Cada partido tenía una red de relaciones o amigos políticos que le prestaban apoyo a cambio de favores como reparto de cargos, concesiones o privilegios. El conjunto de practicas fraudulentas en las elecciones recibía el nombre de pucherazo. El Ministerio de Gobernación era el encargado de controlar el proceso electoral, a través de los gobernadores civiles y personalidades locales, y de elaborar el encasillado, acuerdo por el cual se decidía antes de las elecciones que cargos debían de caer en el gobierno y cuáles en la oposición. Los políticos que realizaban estas prácticas fraudulentas eran los denominados caciques. Este sistema conocido como caciquismo provocó que un sector importante de las clases populares no votas en las elecciones. En muchas circunscripciones rurales ni siquiera se llegaba a proponer un candidato alternativo al que presentaba el cacique. El caciquismo no era eficaz en las áreas urbanas, donde la opinión pública no se podía controlar, ni en aquellas zonas donde había otros partidos que no entraban en el juego electoral de la restauración.
La tarea gubernamental consistíó en las siguientes medidas: 1. La aprobación de normas Liberalizadoras promovidas por el partido de Sagasta durante el Parlamento largo. Se aprobó la Libertad de Prensa e Imprenta y la de asociación mediante la Ley de Asociaciones de 1887 que permitíó la aparición de sindicatos como la UGT. Se aprobaron también la ley de jurado que permitía la sociedad participar en la administración de justicia, así como el Código Civil de 1889 y la legislación que implantaba el sufragio general masculino. 2. La aproximación a los problemas sociales que la condición obrera. En 1883, los liberales crearon la Comisión de reformas sociales para estudiar todas las cuestiones relativas al bienestar de las clases trabajadoras. 3. El debate entre los partidos del proteccionismo y los del librecambismo se resolvíó con la adopción de medidas proteccionistas para proteger los intereses de la industria catalana y vasca y de la minería asturiana. El proteccionismo perjudica a los consumidores españoles.

En contra de la opinión pública que pedía el regreso de las tropas allí establecidas, en 1925 se produjo un desembarco conjunto de fuerzas militares españolas y francesas en Alhucemas, que acabó con las tropas de Abd-el-Krim, siendo el principio del fin del conflicto, que acabaría definitivamente en 1927… lo que dio gran fama a Primo de Rivera.