Reinos cristianos en la Edad Media

  1. Explicaeldiferente nivel de desarrollo de las áreas celta e ibérica en vísperas de la conquista romana en relación con la influencia recibida de los indoeuropeos, el reino de Tartesos y los colonizadores fenicios y griegos.

En torno al milenio I o a.C con la llegada de pueblos extranjeros a la península aparecen los primeros escritos sobre esta. A la vez que la población indígena experimenta grandes cambios con la llegada de estos pueblos, dando lugar a la civilización íbera y tartésica.

Nos situamos en el siglo III a.C donde la Península Ibérica estaba dividida en dos grandes áreas muy diferenciadas entre sí: los celtas y los íberos.

ÍBEROS

Se situaban en el sur y levante de la Península Ibérica, aunque no eran un pueblo nuevo, sino que surgieron por la evolución de sus antecesores prehistóricos. Sus principales carácterísticas provienen de la asimilación de las de otros pueblos. Corresponden a una multitud de poblados, pero sin ser unidad política, una economía activa, acompañada de un buen comercio;
Esta economía era agrícola y estaba muy desarrollada, por lo que tenían la posibilidad de comerciar con los excedentes, también acuñaron la moneda.
La explotación minera se desarrolló sobretodo en la zona sur, dando a lugar a una creciente actividad metalúrgica (orfebrería). 

Su estructura social estaba dividida en distintos grupos, dependiendo de la riqueza o del poder, algo bastante evolucionado para la época, por su gran jerarquización en la sociedad.
En cuanto a su organización política era de carácter estatal, tomando el concepto griego y fenicio de las ciudades-estado, que controlaban el territorio cercano a ellas, con formas de gobierno de tinte monárquico.
Cabe destacar su desarrollo cultural, por lo que eran caracterizados por ser un pueblo culto y desarrollado en las artes y la escritura, como se puede ver en la Dama de Elche, entre muchos otros.

Sus influencias estuvieron dadas por los fenicios, de donde aprendieron nuevas técnicas como la salazón, culturales como la escritura, religiosas como los dioses, entre otras; y griegas, como lo fueron en religión y en arte.

CELTAS

Se situaban en el Norte, centro y Oeste de la Península Ibérica, los cuales llegaron en dos épocas, en el Siglo XI y entre VI a C a.C. Su economía era muy rudimentaria y básicamente ganadera, llegando al punto de que la aristocracia eran los propietarios granjeros, también era autosuficiente y con muy poco comercio por la falta de comunicación con los mercados mediterráneos. Sus producciones más importantes eran la cerámica, los tejidos y la producción de objetos de hierro y bronce. Vivían en castros, que eran ciudades fortificadas, a gran altura y sin ningún tipo de orden. Su organización social era de carácter tribal, a veces se manifestaba como una organización matriarcal.
Su idioma era indoeuropeo, tenían muy pocos o nulos conocimientos sobre la escritura y el arte, con manifestaciones muy escasas. En resumen, era guerrero, primitivo y agrícola.Había una gran diferencia entre los pueblos del centro y Oeste y  los del norte, al tener un mayor nivel de desarrollo los primeros por la presencia de los iberos. Las influencias de los celtas eran de los Tartessos y los íberos. 

CELTÍBEROS

En la zona de confluencia entre celtas e íberos se formó una cultura peculiar que combinaba carácterísticas de ambos pueblos, aunque predominó el factor celta.
Estaba compuesto por extraordinarios guerreros que además contaban con importantes avances armamentísticos y que fueron incorporados tanto a ejércitos romanos como cartagineses. El grupo dominante fue la aristocracia guerrera.

TARTESSOS

El reino de Tartesos o Tartessos es el primer estado de la Península Ibérica yfue una civilización surgida durante la primera Edad del Hierro o periodo protohistórico (1000-500 a.E.) en el sur de la península ibérica, posiblemente como fruto del contacto entre indígenas y fenicios. El centro del mundo tartésico se encontraba en torno a la desembocadura del río Guadalquivir (Huelva, Sevilla y Cádiz), aunque su expansión llegó hasta el río Guadiana (Badajoz).

La política de Tartesos partíó de una monarquía hereditaria de la que son conocidos algunos reyes mitológicos como Gerión, Gárgoris y Habis y algunos históricos como Argantonio. La sociedad debíó estar fuertemente jerarquizada y existir una aristocracia o grupo propietario dominante que controlaría las tierras y minas y un destacado grupo de comerciantes. La economía tartésica destacó por las producciones mineras, especialmente de oro, plata, cobre y estaño (materiales necesarios para producir bronce). La riqueza minera de la regíón hizo que se crearan amplias redes comerciales que llegaron hasta Grecia y Fenicia. La cultura tartésica estuvo muy influenciada por las civilizaciones mediterráneas y sufríó cierto sincretismo o mezcla cultural en lo religioso y, quizá, lo lingüístico, llegando a desarrollar una escritura propia de influencia oriental.

 Del siglo VI a.C en adelante, comenzó su declive, acrecentado probablemente por el expansionismo cartaginés, por un posible agotamiento de sus minas, o por una combinación de ambos. Es un reino del que sabemos muy poco pues se han encontrado escasos restos.

CARTAGINESES

Pueblo surgido de los restos del reino fenicio, que continúa el dominio de los territorios de estos en la Península, el sur de esta. A la vez que los amplían hacia el sur y el este, y manteniendo el carácter militarista e imperialista de los fenicios. Su presencia en la Península duró del siglo VI a.C hasta la Segunda Guerra Púnica entorno al 237 a.C.

Conclusión


Entorno a los siglos V y IV la Península prerromana estaba dividida en dos grandes áreas lingüísticas, la céltica y la íbera, y según fuentes romanas posteriores tenía unos tres millones de habitantes. Los diferentes pueblos extranjeros aportaron a las poblaciones indígenas importantes avances culturales y tecnológicos. Por su influencia las sociedades locales se hicieron más complejas: nuevos cultivos (olivo), artesanía más desarrollada (torno de alfarero), mano de obra esclava, estructuras política más complejas, uso de la moneda y la escritura 


3. Define el concepto de romanización y describe los medios empleados para llevarla a cabo

Se conoce por romanización (218 A. De-476 d. De C.)al proceso de integración de los pueblos prerromanos en los modelos económicos, sociales, político- administrativos, culturales y religiosos de Roma. Se trata, pues, de la asimilación, voluntaria o forzada, de la cultura y forma de vida romanas(incorporaron la lengua latina, el Derecho, la organización socioeconómica, la organización administrativa, las creencias y las costumbres de la civilización romana) por parte de los pueblos prerromanos peninsulares. Dicho proceso tiene lugar entre los años 218 a. C. Y 19 a. C.

La romanización fue un proceso impuesto por los conquistadores pero que también contó con el apoyo de las élites locales que buscaron beneficiarse de los tratos comerciales con el invasor. El proceso de romanización de Hispania tuvo dos fases: la conquista militar y la integración de los pueblos hispanos en el Imperio romano. Sin embargo, este fenómeno de aculturación no fue homogéneo sino que fue un proceso discontinuo con resultados desiguales:

    1. En el área ibérica (sur y levante)
      , más urbanizada y con formas de organización no muy diferentes de las de Roma, no solo fue más fácil la conquista, sino también su inserción en la civilización romana.
    2. En el centro y oeste la romanización fue tanto más difícil cuanto menor era su gradode urbanización ydesarrollo.
    3. En el norte, la zona más atrasada y la última en conquistarse, la vida urbana era inexistentey los romanos no consiguieron desarrollarla ni imponer deltodo su modelodevida.

En cualquier caso, el proceso de romanización se llevó a cabo en todos los rincones del Imperio a través de los mismos cauces:

  • La organización administrativa y del territorio según el modelo romano. Los romanos dividieron la península en provincias.
    Al frente de cada provincia estaba un procónsul o propretor. Las provincias se dividían en conventos jurídicos para la administración de justicia y la recaudación de impuestos.

  • La extensión de la vida urbana:

    se crearon ciudades según el modelo romano, que se convirtieron en centros de difusión de la forma de vida y cultura romanas lo que favorece la romanización.
    La red de ciudades era amplísima (León, Lugo, Astorga, Salamanca, Sagunto, Córdoba, Cartagena, Tarragona, Mérida, Toledo, Calahorra, Zaragoza, Valencia,
    …), sedes de campamentos militares (a veces, origen de la propia ciudad como ocurríó en León), de una administración pública fuerte y de una estructura económica al servicio de Roma. Son el centro político, administrativo, religioso y económico del territorio, y por tanto, uno de los elementos difusores del modo de vida romano.
  • Junto a la creación de ciudades es importantísimo el desarrollo de las obras públicas (puentes –Alcántara- o acueductos –Segovia-)
    y las vías de comunicación (calzadas y puertos) que comunicaban los nuevos territorios con el resto del Imperio a la vez que servía de elementos propagandísticos del poder de Roma(vía de la Plata).

  • EI papel del ejército

    El ejército fue uno de los más importantes vehículos de difusión de la civilización romana, ya que incluyeron en sus ejércitos a peninsulares que estaban en la península antes de su llegada, lo que aumenta el sentimiento de pertenencia a Roma y les permite participar en las conquistas romanas. El ejército fue un elemento central en la romanización y los campamentos militares fueron el germen de muchas ciudades(León)

  • La concesión de la ciudadanía romana a los indígenas

    La obtención del título de ciudadano romano supónía gozar de numerosos derechos y privilegios, por lo que se utilizaba su concesión como reclamo para imponer la dominación romana. Fue un proceso progresivo que se inició con la aristocracia indígena, para asegurarse su apoyo y colaboración. Fue el emperador Caracalla el que concederá la ciudadanía a todos los súbditos del Imperio a principios del s.III d.C., lo que supónía una mayor igualdad e integración de las gentes que lo compónían.

  • Lengua

    :
    El latín se impuso como lengua oficial. No olvidemos las ventajas de que en un espacio tan amplio se hable el mismo idioma: para la difusión de la cultura, el comercio, etc. Cuando los hispanos conocen la lengua latina, la romanización toma un impulso definitivo. La principal desventaja de la expansión del latín en Hispania es la desaparición progresiva de las lenguas autóctonas (salvo el caso del euskera). Esto es lo que sucedíó en todo el Imperio y en la Edad Media dio origen a las lenguas romances.

  • Religión:

    A lo largo de toda la dominación romana pervivieron las religiones autóctonas y sobre ellas los romanos influyeron con sus ritos y creencias. Extendieron como obligatorio el culto al Emperador. Las imágenes religiosas, o de figuras políticas, que se colocan en las ciudades, como los edificios públicos, su decoración externa e interna… también son vehículos de transmisión de la estética romana, sus formas de pensamiento, mitología, vestuario, etc. En el siglo IV d.C. El emperador hispano Teodosio «El Grande» con el Edicto de Milán (313) impuso como religión oficial y única el cristianismo católico en todo el Imperio. El cristianismo y el culto imperial, fueron elementos fundamentales para dar cohesión social y política a las diferentes provincias romanas.

  • Ley:

    La aplicación del Derecho Romano para regular tanto las relaciones privadas como las instituciones públicas y su funcionamiento. Hizo que todos los habitantes de Hispania se rigieran por las mismas leyes, lo que favorece que todos se sintieran parte del mismo pueblo. Sigue siendo la base del derecho actual.

  • Llegada de ciudadanos romanos a la Península que aportan modas, forma de vestir, tecnología, costumbres, etc. Ayudando así a la implantación del marco cultural romano.

  • Organización social romana:

    Implantación de una sociedad jerarquizada y esclavista dividida en patricios, plebeyos y esclavos.

  • Economía:

    el dominio romano supuso la ruptura de la economía de subsistencia indígena. Hispania se convirtió en una base económica de la civilización romana: Roma explotó las riquezas minerales de Hispania, y desarrolló en ella una agricultura de alta producción, orientada al comercio, y organizada en latifundios o grandes propiedades, en los que se cultivaba trigo, olivos, viñas.

Por todo ello, Hispania terminó por ser una de las provincias más romanizadas del Imperio. Así lo muestra la aparición de importantes personalidades romanas originarias de Hispania: escritores (el filósofo Séneca, el poeta Lucano, etc.), senadores, gobernadores provinciales, altos funcionarios, tribunos militares, emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio).


  1. Resumelascarácterísticasdelamonarquíavisigoda y explica por qué alcanzó tanto poder la Iglesia y la nobleza.

En el s. V varios pueblos germanos (suevos, vándalos y alanos) asolan la Península, y los romanos, para frenarlos, autorizan a los visigodos (pueblo federado) a asentarse en el sur de Francia, donde fundan el reino de Tolosa. Desde allí, derrotan a los vándalos y alanos, y confinan a los suevos en Galicia. Posteriormente, los visigodos son desplazados por los francos y establecen un reino en Hispania con capital en Toledo(507), quedando como única autoridad a la caída del Imperio romano (476). Este reino era una mezcla de romanismo y germanismo. Intentan mantener la administración romana, las leyes, el latín y la moneda, pero también implementan aspectos propios, aplican su marco legal, el derecho consuetudinario (de origen germánico), las vinculaciones personales y la organización de base étnica.  La monarquía se encontraba muy debilitada por el hecho de ser una monarquía electiva, aunque tendíó a ser hereditaria (muchos reyes eran ‘príncipes’). A su vez, el hecho de que la corona se eligiera mediante el voto de nobles y el alto clero, les otorgó una gran importancia política, además de poder económico y social en detrimento del monarca.

Pero esto también propició una inestabilidad política debido a que favorecíó la rivalidad y los enfrentamientos entre nobles, desembocando finalmente en guerras civiles ya que todos aspiraban a ser monarcas. Aún así, pese a lo limitado de sus prerrogativas, el rey concentraba los poderes político, ejecutivo y judicial, aunque su poder se encontraba limitado por el control de la nobleza y el clero.

 En la práctica, el rey gobernaba con la ayuda del Officium Palatinum, que representaba el Consejo Real, estaba formado por los nobles más importantes del reino, que ayudaban y asesoraban al monarca en tareas de gobierno y en el que intervénían dos órganos de gestión: el Aula Regia, asamblea consultiva formada por los nobles más fieles al rey, que lo asesoraban en asuntos políticos, militares y legislativos y con funciones judiciales; y por último, los Concilios de Toledo, asambleas legislativas formadas por obispos y nobles que nacieron con funciones eclesiásticas pero que tras la conversión al catolicismo adoptaron otras prerrogativas y sus funciones fueron la de aprobación de reyes, control del monarca y asesoramiento en cualquier tema relevante para la monarquía, lo que les va a otorgar un gran poder.

El territorio se organizaba de manera que las provincias estaban controladas por un duque (con poderes políticos y militares), y las ciudades por un conde (con capacidad judicial). Debido al gran poder que ostentaban, nobleza y clero se convirtieron en grupos sociales de gran importancia. Los reyes otorgaban bienes y tierras a los que les eran fieles (gardingos), en pago por los servicios prestados y el apoyo ofrecido en el gobierno. Estos nobles enriquecidos, a su vez, se rodeaban de hombres fieles (bucelarios), que a cambio de prometerles manutención y protección les juraban fidelidad. De esta forma, se establecía una de las bases del feudalismo, la red clientelar, una serie de vinculaciones personales que otorgó gran poder a la nobleza en detrimento de los monarcas.

  A pesar de la gran debilidad de la monarquía, los diferentes reyes consiguieron consolidar un Estado aparentemente unificado. Leovigildo derrotó a los suevos, promovíó la igualdad de los ciudadanos y derogó la ley que prohibía los matrimonios mixtos. Recesvinto unificó las leyes religiosas y visigodas en el Fuero Juzgo. Recaredo, logró la unificación religiosa al convertirse al catolicismo en el III Concilio de Toledo. Dicho acto, hizo que se incrementara la importancia de la Iglesia, la cual adquiríó un gran poder político al controlar los Concilios de Toledo y económico al adueñarse de numerosas tierras. Además, justificaban su enorme poder en la legitimadora de la monarquía, que sosténía que había sido elegido por Dios, entonces era incuestionable. 

 Tras la muerte del rey Vitiza, se produce una Guerra Civil, en la que una de los mandos pide ayuda a los musulmanes, que llegan a la Península en el 711 y tras la batalla de Guadalete, se hacen con el dominio de la misma.


  1. Resumelascarácterísticasdelamonarquíavisigoda y explica por qué alcanzó tanto poder la Iglesia y la nobleza.

A lo largo de los siglos IV y V tuvieron lugar las «grandes invasiones» protagonizadas por los llamados pueblos bárbaros, los cuales irrumpieron en el Imperio romano, acelerando de esa forma su caída. La península Ibérica fue finalmente ocupada por los visigodos.

Los visigodos se asentaron definitivamente en la península en el año 507. Durante los siglos VI y VII el estado visigodo unificó territorialmente la Península y establecíó su capital en Toledo. Durante todo el tiempo de presencia visigoda en Hispania, éstos tuvieron que hacer frente a estos graves problemas:

La difícil convivencia entre las dos comunidades, la hispanorromana conquistada y mayoritaria (unos cuatro millones) y la germana conquistadora y minoritaria (no más de 300.000 personas), que generará problemas de convivencia

Intensificación de las tendencias económicas iniciadas en el Bajo Imperio: ruralización, latifundismo y economía cerrada.

En el plano social, se reforzaron las relaciones de tipo personal, pues a las relaciones de dependencia de origen romano, se añadió la ancestral costumbre germánica del juramento de fidelidad del guerrero a su jefe. Se originó por tanto, una situación muy próxima al feudalismo con la aparición de una minoría de nobles latifundistas que aspiraban a convertir sus heredades en autónomas respecto al poder del rey.

La monarquía visigoda era electiva y la designación del rey dependía de los magnates (Nobleza). Además el poder del rey estaba limitado por esa misma nobleza. Este control que los poderosos ejercían sobre la realeza se hacía evidente en estas dos instituciones: El Aula Regia: asamblea de carácter consultivo, integrada fundamentalmente de la nobleza y el Officium Palatinum: también formado por la nobleza de mayor confianza del rey.

Por otro lado, los reyes visigodos tuvieron que hacer frente al hecho de que los visigodos vencedores constituyeran una población cercana a las 100.000 personas y los hispanorromanos vencidos fueran unos 4 ó 5 millones, lo cual planteaba un problema en la convivencia entre ambas etnias. Las continuas disputas entre los clanes visigodos y la nobleza hispanorromana condujeron a los reyes a llevar a cabo un proceso de unificación para conseguir la fusión de ambas comunidades.

La medida unificadora más importante fue la uníón religiosa llevada a cabo por Recaredo. En el III Concilio de Toledo (589), Recaredo abandonó el arrianismo con todo su pueblo y aceptó el catolicismo como religión oficial del reino. Esta medida fue más política que religiosa, pues de este modo consiguió para la monarquía el apoyo tanto de la aristocracia hispanorromana como de la cada vez más poderosa Iglesia. Finalmente Recesvinto promulgó un único código para ambos pueblos: el Líber Iodiciorum o Fuero Juzgo.

Tras la conversión al catolicismo de los visigodos los Concilios de Toledo (hasta entonces asambleas eclesiásticas) integraron al rey, la nobleza y la Iglesia, y tuvieron carácter de asamblea legislativa, por lo que se convocaban cada vez que debía tratarse un asunto importante que afectaba a la monarquía. Los obispos se convierten desde ese momento en verdaderas autoridades del reino y pasan a desempeñar competencias en asuntos sociales, fiscales y judiciales que desbordan el mero ámbito de la fe.

Cuando Recaredo reconocíó el catolicismo como religión oficial obtuvo para la monarquía el apoyo fundamental de la Iglesia. Pero ésta, en contrapartida, se convirtió en el nuevo árbitro de la situación política; en lo sucesivo apoyaría al monarca siempre que actuara de acuerdo a sus intereses.

Por otra parte, la Iglesia católica había acumulado un gran patrimonio territorial, por lo que sus intereses coincidían con los de la nobleza visigoda e hispanorromana. Iglesia y nobleza, por tanto, pretendían impedir el establecimiento de una monarquía fuerte y centralizada que pudiera limitar su poder. La debilidad de la corona se veía agravada aún más por su carácter electivo, que propiciaba las ambiciones políticas entre bandos nobiliarios.

También en lo cultural, la nota distintiva fue su estrecha dependencia de la Iglesia. Sin duda la figura más relevante de todo este periodo que contribuyó fue San Isidoro de Sevilla. Ningún campo del saber escapaba a la curiosidad de Isidoro, y así lo dejó reflejado en su monumental Etimologías.

En suma, a pesar de la debilidad de los reyes, los visigodos llegaron a construir un Estado aparentemente unificado que dio lugar a la aparición de un cierto nacionalismo hispano. Es en esta época visigoda cuando nace también la idea de España. Sus límites geográficos ya habían sido establecidos en tiempos de Roma, pero es ahora cuando, sobre todo mediante los escritos de san Isidoro de Sevilla, se empieza a difundir una noción nacional más allá de las fronteras peninsulares. El goticismo, la tesis del reino “godo” como antecedente de la monarquía astur-leonesa de los siglos IX a XIII y raíz, por tanto, de la idea de recuperación de la Península tras la invasión musulmana tuvo vigencia recurrente en visiones sustantivas de la historia de España.

  1. Resumelascarácterísticasdelamonarquíavisigoda y explica por qué alcanzó tanto poder la Iglesia y la nobleza.

La crisis de autoridad que sufre el Imperio romano a partir del siglo III, facilitó la fractura del limes y la consiguiente entrada de numerosos pueblos germanos dentro del mismo. Uno de esos pueblos fueron los visigodos, asentados en un primer momento en Hispania en la provincia Tarraconensis, en virtud de un pacto o «foedus» con Roma.

Tras la caída del Imperio en el año 476, en torno al 507 se establecerán de forma permanente en Hispania, llevando a cabo un proceso de unificación territorial, legislativa y religiosa, que permitirá hablar del «Estado visigodo». Dicho Estado tendrá como forma de gobierno una monarquía, electiva en principio, aunque con el tiempo tenderá a convertirse en hereditaria. La elección del rey por los magnates del reino, nobles y alto clero, les otorgó una importancia política enorme, lo que les deparará también un considerable poder económico y social. La segunda consecuencia, y más importante, de la elección de los reyes será la inestabilidad política, al favorecer rivalidades y enfrentamientos entre facciones nobiliarias, apoyados por distintos jefes del ejército, lo que desembocó en incontables guerras civiles.

El poder del monarca era realmente importante puesto que concentraba los poderes políticos, legislativo y judicial, aunque este poder se veía limitado por el control nobiliar y de la iglesia. En las tareas de gobierno el monarca se ayudaba de una serie de instituciones:  El Officium Palatino: auténtico Consejo Real, formado por los nobles más importantes del reino, ayudaba al monarca en las tareas de gobierno.

Aula Regia: asamblea consultiva, formada por los nobles fieles al rey (fideles regís), que asesoraba al rey en asuntos políticos, militares y legislativos.

Concilios de Toledo: asambleas legislativas formadas por obispos y nobles. De carácter religioso en principio, tras la unificación católica de Recaredo, se convirtieron en el poder más importante del Estado, aprobando leyes y estableciendo las normas jurídicas que regulaban a la propia monarquía.

En cuanto a la administración territorial, se mantuvo la circunscripción romana o provincia, bajo la autoridad de un Dux (duque), con amplios poderes, tanto políticos como militares; mientras que en las ciudades regía la autoridad de un Cómite (conde), con capacidad judicial.

La cercanía al rey, y su importante peso en las instituciones del reino convirtieron a la nobleza y al clero en grupos sociales de considerable poder. Los reyes otorgaron bienes y tierras a los guerreros que le eran fieles, gardingos, como pago por los servicios prestados y por su apoyo en el gobierno del reino. Aunque en un principio estas tierras sólo implicaban el uso y disfrute, no la propiedad, los gardingos terminaron apropiándose de ellas de forma vitalicia y hereditaria, llegando a gobernarlas con una casi total independencia del monarca. Estos nobles enriquecidos, se rodearon a su vez de hombres fieles, bucelarios, unidos al noble superior por un compromiso de fidelidad, por el cual éste les protegía y aseguraba su manutención. Se establecía así una red clientelar de carácter piramidal que será el antecedente de sistema feudal.

Por lo que respecta al clero, su importancia aumentará considerablemente con la unidad religiosa, tras la conversión al catolicismo proclamada por Recaredo, en el III Concilio de Toledo. A partir de este hecho, la iglesia se convirtió en un poder político de extrema importancia puesto que controlaba el poder legislativo a través de su control de los Concilios de Toledo. Poco a poco aumentó también su poder económico haciéndose dueña de numerosas tierras, también donadas por los reyes, lo que la convirtió en un poder económico comparable al de la nobleza.


  1. Explica las causas de la invasión musulmanay de su rápida ocupación de la Península


El desembarco en territorio peninsular se produjo en el 711, año en el que tuvo lugar la batalla decisiva, la batalla de Guadalete, en la que Rodrigo es derrotado por las tropas de Tariq, hundíéndose a su muerte la débil monarquía visigoda. En el 712, Musa cruza el estrecho y se une a las tropas de Tariq en Toledo. En poco tiempo y con una resistencia mínima por parte de la población, los musulmanes consiguieron dominar la Península casi en su totalidad, a excepción de Asturias (donde residían parte de los visigodos). Este proceso fue rápido y fácil, siendo la violencia raramente ejercida.

La rápida conquista así como el hecho de que no encontraron gran resistencia en su avance no se puede explicar (aparte de por los factores ya comentados), sin entender el respeto que los musulmanes mostraron a otras culturas (sobre todo las de judíos y cristianos a los que permitieron mantener sus creencias).

Otro factor que facilitó la rápida conquista por parte de los musulmanes fue la hábil gestión interna del terreno conquistado, ya que, en los primeros años, realizaron un reparto equitativo entre los conquistadores de las tierras que habían sido expropiadas a los godos que opusieron resistencia, a los que se les obligó a la rendición incondicional (muchos huyeron al norte). Esta no fue la tónica habitual ya que la rápida conquista del territorio peninsular se explica porque los musulmanes lograron que gran parte de la nobleza visigoda pactase con ellos, lo que se conoce como rendición pactada. Esta nobleza visigoda, que, voluntariamente, se sometía a los musulmanes, y por ello les eran respetados sus derechos y tierras, a cambio de pagar una serie de tributos. Esta escasa resistencia explica que en poco más de un lustro los musulmanes se hubieran hecho con la casi totalidad del territorio peninsular.


9-Describe la evolución política de Al Ándalus

Tras la victoria de los musulmanes en la Batalla de Guadalete (711)
y el rápido avance por el territorio peninsular, a excepción de un pequeño reducto asturiano, desaparece el reino visigodo y aparece una nueva realidad político-religiosa: Al-Ándalus.
En la evolución política de Al-Ándalus encontramos varios periodos.

La presencia musulmana comienza en el 711, siendo Al-Ándalus una provincia dependiente del califato omeya de Damasco, gobernada por un emir. En esta primera etapa que abarca hasta el 756, el territorio estaba dividido en coras o comarcas y la capital se establecíó en Córdoba.
El problema más relevante fue el enfrentamiento interno entre los bereberes norteafricanos y la minoría árabe que se quedó con las mejores tierras. En este periodo se marcaron los límites del avance islámico:
hacia el norte con la batalla de Covadonga (722) que garantizó la independencia del núcleo astur y hacia los Pirineos con la victoria de los francos en la batalla de Poitiers (732).

La época de primacía y esplendor continuó con el Emirato independiente (756-929).
Los abasidas se hacen con el poder y trasladan la capital a Bagdad.
Fue obra de Abd-al-Rahman I, miembro de la familia de los Omeyas que había sido derrotada en el primer fraccionamiento político general del Imperio islámico tras la revolución abasida.
Abd-al-Rahman I tuvo que huir de Bagdad al ser asesinada toda su familia, se refugió en Al-Ándalus, derrotó al emir de Córdoba y se convirtió en el nuevo emir.
Se independizó políticamente de Bagdad (1ª escisión del Imperio), pero no religiosamente. El principal emir fue Abderramán II (822-852), con quién el emirato alcanzó su máximo esplendor.
En esta época, se mantienen relaciones comerciales con Oriente y el estado se enriquece con las confiscaciones de tierras y con la presión fiscal, lo que sumado a razones étnicorreligiosas provocó revueltas sociales.

El califato de Córdoba es un período histórico de Al-Ándalus que se desarrolla entre los años 929-1031. El siglo que duró el califato desde su instauración por Abderramán III se definíó por la prosperidad económica, la centralización fiscal, la reorganización del ejército, la creación de una corte vinculada a la persona del califa, la profunda islamización del territorio, el desarrollo de la cultura, arte y filosofía. Representa la etapa de máximo poder musulmán en la Península Ibérica.

A partir del Siglo XI comenzó el declive de Al-Ándalus (disgregación política y pérdidas territoriales). Tras la muerte de Almanzor, el Califato de Córdoba fue descomponiéndose y desaparecíó en 1031 al dividirse en más de una veintena de pequeños Estados independientes conocidos como Primeros reinos de taifas (1035-1090).
Supusieron la fragmentación territorial de Al Ándalus, como reflejo de las diferencias étnicas y políticas del territorio musulmán. Esa división facilitó la supremacía militar de los reinos cristianos del norte, y el establecimiento del pago de tributos (parias) a dichos reinos del norte a cambio de evitar sus ataques. Los estados taifas más importante fueron los de Valencia, Toledo, Sevilla, Granada, Málaga

A finales del Siglo XI, ante la fuerza creciente de los reinos cristianos (toma de Toledo por Alfonso VI en 1085), los reinos de taifas solicitaron ayuda al exterior, a los almorávides del norte de África, que ocuparon la península, crearon el Imperio almorávide (1090-1145)
Los almorávides eran un pueblo del norte de África, que sometieron los distintos reinos de taifas y reunificaron el territorio musulmán de la península ibérica y consiguieron detener el avance cristiano tras la victoria en la batalla de Zalaca o Sagrajas (1086).Sin embargo, los éxitos almorávides duraron poco por su fanatismo religioso lo que provocó una nueva disgregación política.

Los segundos reinos de taifas (1145-1170)
como Cádiz, Badajoz o Córdoba contaban con el apoyo directo de Alfonso VII (rey de Castilla), interesado en debilitar a los almorávides para reinstaurar el sistema de parias.

Poco después de la instauración de los segundos reinos de taifas, comenzaban a actuar en la península los almohades, grupo bereber con aspiraciones de poder político que derrotaron a los cristianos en la batalla de Alarcos(1195) comenzando así el periodo almohade (1170-1224).
En 1212 fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa en la que todos los reyes cristianos lucharon juntos.
A partir de ese momento la reconquista ya era imparable. 

Los terceros reinos de taifas (1212-1238) Los terceros reinos de taifas (1212-1238) se volvieron a formar tras la caída de los almohades y fueron desapareciendo con el avance de las tropas cristianas (Fernando III), restando solo Granada.

En 1238 todos los reinos de taifas, excepto el reino nazarita de Granada (1238-1492), creación de Muhammad I, habían desaparecido. Este se convertirá en vasallo del rey castellano al que pagará un tributo. Los reyes nazarís fijaron su residencia en La Alhambra y el reino nazarita pudo pervivir hasta 1492, fecha en la que fue conquistado por los Reyes Católicos, cuando Boabdil entrega las llaves de la ciudad (capitulaciones de Granada).

En suma, esta tendencia disgregadora, resultado de una sociedad étnicamente muy dividida, impidió la consolidación de un estado unido, lo que debilitó política y militarmente a Al-Ándalus frente al avance cristiano desde el Norte.

   10 Resumeloscambioseconómicos, sociales y culturales  introducidos por los musulmanes enAl Ándalus.

En el año 711, un grupo de bereberes al mando de Tariq cruza el estrecho de Gibraltar y vence al último rey visigodo (batalla de Guadalete), iniciando una rápida conquista de la Península (a excepción de Asturias) y apareciendo así Al-Ándalus.

Su economía se basaba en la agricultura, en la que se perfeccionaron las técnicas de regadío, se generalizó el uso de norias y acequias e impulsan trilogía mediterránea (trigo, vid, olivo), e introdujeron nuevos cultivos como el arroz, el algodón, hortalizas como la zanahoria o la alcachofa o frutales como los cítricos, el albaricoque o la Granada. Esta actividad solicitaba mucha demanda y constituía la base de otras muchas actividades dependientes de ella. Se implantó una agricultura intensiva, que generó excedentes orientados al comercio urbano. En la ganadería, desciende la porcina y aumentan la equina y la ovina. Se desarrollan también otras industrias como la minería, la naval, la textil (seda y lino) y la de objetos de lujo. Las actividades artesanales(de sectores como el textil, el cuero, el papel, el vidrio o la cerámica) se desenvolvían en pequeños talleres cuyos artesanos formaban una especie de gremios, que destinaban la producción al mercado local y comarcal y al exterior. Trabajaban también el cuero y la cerámica.

El comercio se desarrolló por una parte en el ámbito urbano (ciudades), en el que los productos se comercializaban en zocos y por otro lado, en el ámbito exterior, en el que Al-Ándalus participa en la ruta del oro de Sudán y la ruta hacia Europa, de donde se obténían esclavos. De allí, Al-Ándalus importaba productos de lujo, especias y esclavos cualificados, exportando productos agrarios, tejidos y aceite. Se comerciaba mediante la moneda, acuñada en Córdoba.

La sociedad andalusí estaba jerarquizada, y en la cúspide, por debajo del califa, se encontraba una minoría árabe (propietarios de las mejores tierras) que ocupaban altos cargos en la administración, tras ellos, se estaban los bereberes, que desempeñaban cargos en el ejército y otros menores en la administración, aunque también eran artesanos o agricultores. Por debajo estaban los judíos, que residían en las ciudades y ocupaban profesiones artesanales, comerciales y liberales. Convertida progresivamente al islam la gran mayoría de la población hispana, persistirán minorías religiosas –judíos y cristianos (mozárabes)- que gozaban de libertad de culto a cambio del pago de determinados impuestos. Dentro de la sociedad, también estaban los eslavos, que ocuparon cargos militares. En la escala más baja de la sociedad se encontraban los esclavos procedentes del Norte de África, Asía y Europa.

Los cambios culturales quizá sean los más duraderos y, todavía hoy, las herencias musulmanas en la península ibérica son notables en la lengua, la filosofía, la religión, el arte (literario o plástico) o la ciencia. El mundo islámico funciónó como transmisor del mundo clásico grecolatino, desconocido o despreciado en parte por el mundo visigodo, y fue un elemento de conexión con el resto del mundo, especialmente el islámico. La introducción de la lengua árabe supuso el enriquecimiento de la lengua castellana, en la que se incluyeron una enorme cantidad de palabras de origen árabe (más de 40.000). Se introduce también la numeración. El marco de la vida intelectual y cultural se encontraba enormemente desarrollado, destacando la creación de una importante red de escuelas y universidades. En el ámbito científico, se desarrollaron ciencias como la Medicina, la Historia o la filosofía representada en la figura de Averroes quien modificó la visión de la vida y de la ciencia. El islam penetró en las costumbres y en el arte, la literatura aumentó en su producción y la arquitectura adquiríó nuevas formas, producíéndose grandes obras como la Mezquita de Córdoba, la Giralda o la Torre del Oro de Sevilla, la Aljafería de Zaragoza o la Alhambra de Granada.



11. Describe las grandes etapas y las causas generales que conducen al mapa político de la Península Ibérica al final de la Edad Media. 

Se denomina Reconquista, al periodo de la historia de la península ibérica, comprendido entre el año 718 (fecha probable de la rebelión de Pelayo) y 1492 (final del reino de Granada), en el cual musulmanes y cristianos coexistieron y lucharon en la Península. 

Una de las principales causas de la Reconquista fue el incremento de la población (tanto por crecimiento natural como por la llegada de mozárabes y muladíes) que hizo necesario ocupar nuevos terrenos para evitar la sobrepoblación y aumentar las tierras de cultivo.
Además eran pueblos militarizados con ansias de conquista que se consideraban herederos de los visigodos y con derecho a ocupar sus posesiones perdidas.

La primera etapa (s. XIII – s. X)
Estuvo caracterizada por la hegemonía musulmana y la formación de los primeros reinos cristianos. Tras batalla de Covadonga (722)
En la que Pelayo derrotó a los musulmanes, sus sucesores, Alfonso I y Alfonso II crearon el reino de Asturias que manifestó su independencia negándose a pagar impuestos y reivindicando la tradición visigoda (el cristianismo y la monarquía). Además, en el Este, para proteger su Imperio de los musulmanes Carlomagno establecíó la Marca Hispánica a finales del siglo VIII al sur de los pirineos. A Principios s.IX, los aragonés y los navarros se independizan de los francos creando el condado de Aragón y el reino de Pamplona, el cual dará lugar al Reino de Navarra (824)
. Volviendo al noroccidente, Ordoño II trasladó la capital de Oviedo a León (914)
, surgiendo el Reino de León heredero del de Asturias. Además fortificó las tierras del este de la meseta (limítrofes con las musulmanas) con la construcción de castillos, naciendo entonces el Condado de Castilla, gobernado por condes entre los que destacó Fernán González que se declaró independiente del Reino de León. A finales de Siglo XBorrell II se negó a renovar el juramento de fidelidad al rey Franco, surgiendo así los primeros condados catalanes (Barcelona más poderoso).

La segunda etapa (s.XI – s.XII)
Estuvo caracterizada, en territorio musulmán, por la disgregación de los reinos de taifas y el fin del Califato, ya que los musulmanes a la muerte de Almanzor se dividen en multitud de reinos independientes que deben pagar parias a los reinos cristianos para no ser conquistados. En el este, en territorio cristiano, Pamplona amplía sus dominios y en el centro peninsular, Castilla era el reino con mayor poder e influencia, donde la muchos campesinos, para defender el territorio, pasan ponerse al amparo de un señor (feudalismo).

El Reino de Aragón se separa momentáneamente Navarra (1035)
y el condado de Castilla pasa a denominarse Reino de Castilla (1065)
.
Alfonso VI lleva a cabo la Reconquista de Toledo (1085)
Incorporando al reino el territorio cerca del río Tajo. La reconquista avanza hacia el sur con la conquista de Zaragoza por Alfonso I.

En el Siglo XII nace el Reino de Portugal, que ocho años más tarde incorpora Lisboa. 
Ramón Berenguer IV (conde de Barcelona) conquistó Tortosa)
Y Lérida y Valencia es incorporada al Reino de Aragón (1162)
. En el 1188 se celebran en Léon las primeras Cortes de Europa. 

En la tercera etapa (s.XIII – s.XV)
, tras la interrupción del avance cristiano debido a llegada de los almohades, los reinos de Castilla y de León pasan a dominar el Valle del Guadiana y Sierra Morena. Además, la batalla de las Navas de Tolosa (1212)
Abre definitivamente el avance cristiano al Valle del Guadalquivir y Valencia.
Fernando III el Santo unifica Castilla y León en 1230 y ocupa el Valle del Guadalquivir . Además, en el Este, los cristianos extienden sus dominios con la ocupación Valencia y Baleares por Jaime I el Conquistador.
La estabilidad del reino se vió a afectada por la gran crisis de la Peste Negra (Siglo XIV)
, pero esto no impidió que en 1492 los Reyes Católicos tomaran Granada (fin del dominio musulmán). 

En el reino de Navarra se enfrentan Juan II y su hijo Carlos de Viana, prolongándose el conflicto hasta que Fernando el católico incorpora Navarra a Castilla (1515)
. Aquí, se inició el reinado de los Trastámara con Enrique II y en Aragón, tras el compromiso de Caspe, se designa a Fernando I de Trastámara heredero de la corona. 

11. Describe las grandes etapas y las causas generales que conducen al mapa político de la Península Ibérica al final de la Edad Media. 

Se denomina Reconquista, al periodo de la historia de la península ibérica, comprendido entre el año 718 (fecha probable de la rebelión de Pelayo) y 1492 (final del reino de Granada), en el cual musulmanes y cristianos coexistieron y lucharon en la Península. 

Una de las principales causas de la Reconquista fue el incremento de la población (tanto por crecimiento natural como por la llegada de mozárabes y muladíes) que hizo necesario ocupar nuevos terrenos para evitar la sobrepoblación y aumentar las tierras de cultivo.
Además eran pueblos militarizados con ansias de conquista que se consideraban herederos de los visigodos y con derecho a ocupar sus posesiones perdidas.

La conquista musulmana se frenó en torno a las cordilleras cantábrica y pirenaica, donde se formaron los siguientes núcleos de resistencia cristiana:

1.

Los reinos y condados occidentales

Aquí se refugiarán los hispano-visigodos, que en el año 722, al mando de un noble llamado Pelayo, vencieron en una escaramuza (Batalla de Covadonga) a los musulmanes. Esta victoria les permitirá crear el reino de Asturias y reivindicarse como herederos de la legitimidad visigoda. En el Siglo X fue aprovechada la debilidad de los emires cordobeses para expandirse hasta el valle del Duero, y para su mejor control se trasladó la capital a LEÓN (914), con lo que el reino pasó a denominarse reino de León. El avance se frenó en el Siglo X (Califato) por la fortaleza de los califas cordobeses y las incursiones del Almanzor, que obligó a pagar tributos a los califas. Para defender la Meseta se creó el condado de Castilla, dependiente del reino de León, hasta que Fernán González proclamó su independencia en el 927.

2.

Los reinos y condados orientales

Entre el Ebro y los Pirineos, Carlomagno creó la “Marca Hispánica” (zona fuertemente fortificada) y encomendó la gestión de esos condados pirenaicos a condes, primero a francos y luego a autóctonos. Durante los siglos IX y X navarros, aragoneses y catalanes progresivamente se van independizando de los reyes francos: 817 se crea en Jaca el Condado de Aragón; en 830 el reino de Pamplona (origen del futuro reino de Navarra) que, para defender sus fronteras, tendíó a aliarse con los vecinos asturleoneses y aragoneses por matrimonios, hasta que Sancho III «el Mayor» uníó bajo su trono Navarra, Castilla-León y Aragón, pero a su muerte dividirá su patrimonio entre sus hijos, por lo que Navarra quedó constreñida entre los futuros reinos de Castilla-León y Aragón; en el 987 los Condados Catalanes, con el de Barcelona a la cabeza, se independizaron de los francos.

SEGUNDA ETAPA. Siglos XI-XIII: El avance cristiano.

            A partir del Siglo X la expansión cristiana se centró en los territorios musulmanes. Este proceso se conoce como “Reconquista”. A continuación se exponen los hitos más importantes en ambas Coronas en sus avances territoriales.

La Corona de Castilla


Fernando I logra dominar toda la cuenca del Duero, más tarde Alfonso VI en 1085 toma Toledo y lleva la frontera hasta el Tajo. Decisiva será la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, que supuso la apertura del valle del Guadalquivir para los reyes castellano-leoneses. Será Fernado III el que ocupe esa parte de Andalucía (1236 – 1248), más Extremadura y Murcia (1243).

La Corona de Aragón


Desde el Siglo XI este reino irá ocupando tierras musulmanas (Zaragoza 1118). Será Jaime III quien ocupe Baleares y el Reino de Valencia (1238). Con estas nuevas conquistas, la Corona de Aragón pasó a estar integrada por cuatro territorios: Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares.

TERCERA ETAPA. Consolidación de los reinos cristianos


.

            Fernando I, fue el primer rey de Castilla, además de rey de León, uniendo ambos territorios bajo su mando. Después se separarán y unirán varias veces hasta su uníón definitiva en 1230, como Corona de Castilla, del que en 1128 se había independizado Portugal.

            El reino de Pamplona, o de Navarra a partir de finales del XII, estará a merced de sus vecinos castellanos y aragoneses.

            En 1137, la uníón matrimonial de herederos aragoneses y catalanes dio lugar al nacimiento de la Corona de Aragón, con Alfonso II como primer rey de la nueva corona. La uníón entre los territorios aragoneses y catalanes aumentó la fuerza militar y propició la expansión por el sur levantino.

            En el Siglo XIV, el mapa político de los reinos cristianos peninsulares presentaba aún un espacio dividido en cuatro unidades políticas: la Corona de Castilla, la Corona de Aragón, el reino de Navarra y el reino de Portugal, además del reino nazarí de Granada. La tendencia en las relaciones entre estos tres territorios va a ser el de la unificación, hecho que casi ocurrirá a fines del Siglo XV con los Reyes Católicos y, posteriormente, con la ocupación de Navarra en 1512 por parte de Fernando el Católico (la unificación con Portugal se producirá durante el reinado de Felipe II, entre 1580 y 1640, gracias a la política matrimonial llevada a cabo por los Reyes Católicos).

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