Resolución aprobada en el congreso del movimiento europeo de Múnich a propuesta los 118 delegados españoles

Múnich: El fin del aislamiento político había ido acompañado del reconocimiento internacional en la década de los 50, favorecido por los acuerdos firmados con EEUU en 1953. Unos años más tarde, en 1959, el franquismo pidió a la CEE recientemente creada (Tratado de Roma, 1957) el establecimiento de conversaciones para entrar en el grupo, pensando en lo que la integración podría suponer para la economía española. La petición sería denegada por una razón obvia: la naturaleza no democrática del régimen español. En plena década “prodigiosa” se ponían en marcha los Planes de Desarrollo liderados por L. López Rodó que tendrían como objetivo relanzar la economía y meter a España en el grupo de países avanzados de la Europa Occidental. “El milagro económico” iría acompañado de profundas transformaciones sociales y culturales mientras el régimen alteraba su naturaleza. El 9 de Febrero del 62 una nota de la Oficina de Información Diplomática del 8uuuuuuuuuugobierno franquista, informaba de la solicitud de negociaciones en la comunidad europea.
Pero la reacción del parlamento europeo volvíó a ser contundente. El 5 y el 6 de Junio, en el marco del IV Congreso del Movimiento Europeo,convocado bajo el lema “Más democracia para Europa”, se celebró el reencuentro, por primera vez desde el final de la Guerra Civil española, entre la oposición interna al franquismo y los vencidos del exilio. En la capital de Baviera se encontraron con dirigentes del exilio, como el líder del PSOE, Rodolfo Llopis, que habían abandonado España en 1939, al final de la Guerra Civil. Los comunistas enviaron observadores a la cita, aunque no participaron directamente en el congreso.
El camino hacia la democracia y hacia Europa era lo que les unía a todos. Salvador de Madariaga presidía el Congreso y dirigía la comisión de la oposición exterior, siendo José María Gil Robles el responsable de la representación de la oposición interior. Ambas comisiones unieron sus conclusiones en una resolución aprobada por unanimidad.La única diferencia entre ambas comisiones era la cuestión institucional, o sea la forma de Estado. Pero ambas partes admitían que esa discusión no era el objetivo de la reuníón. Acordaron que España no podía pertenecer a la Comunidad Europea en tanto no tuviese un régimen democrático. Además, las instituciones europeas debían presionar para debilitar la dictadura de Franco. Los ochenta opositores del interior fueron calificados de “vendepatrias y traidores” y la prensa tildó el Congreso de “Contubernio de Múnich”. El 9 de Junio se publicaba un decreto-ley suspendiendo durante dos años el artículo 14 del Fuero de los Españoles, relativo a la libertad de residencia. Gil-Robles fue obligado a exiliarse en París. Represalias profesionales, separaciones familiares, carreras truncadas y persecuciones policiales fueron peajes que tuvieron que pagar los participantes. También se organizaron manifestaciones de adhesión a Franco porque no podían ocultar los nervios del régimen ante la reuníón de monárquicos, republicanos, liberales y socialistas para pedir la democracia en España. La dictadura franquista sabía que la vía de Múnich podía destruir sus cimientos. Al año siguiente se creó el TOP (Tribunal de Orden Público) para la persecución de la disidencia (juzga delitos políticos), pero ninguno se arrepintió de haber puesto una primera piedra en la recuperación de la democracia aunque habría que esperar unos cuantos años para que se hiciera realidad. El régimen franquista sufríó un desprestigio en Europa pero sobretodo recibíó de la Comisión Europea una negativa como respuesta a su solicitud de negociaciones para el ingreso en la Comunidad Económica Europea. No sería hasta 1970 cuando la petición insistente tendría como resultado positivo la firma de un simple Acuerdo Preferencial. La importancia política del “Contubernio de Múnich” se encuentra en que sus aspiraciones pasaban por la reconciliación de los españoles, la recuperación de la democracia y el restablecimiento de los vínculos con Europa. El Congreso europeo de Múnich de 1962 aprobó una declaración que constituye un hito en el camino hacia la transición democrática, que culminaría con la aprobación por los españoles de la Constitución de 1978, en plena transición, y el ingreso de nuestro país en la Comunidad Económica Europea en 1986.
Conclusión:la conclusión es clara , en la década de los 60 l sociedad esp era homologable a la de los países europ desarrollados pero desde el punto de vista político, la dictadura permanecía intacta y reaccionaba endureciendo la represión y manipulando los medio d comunicación que harían populares las “ conspiraciones internacionales “. En cuanto a la cuestión que nos ocupa la petición insiste solo tendría como resultado positivo la firma de un simple acuerdo presidencial en 1970. Muerto el dictador y en plena transición, españa solicito el ingreso en la CEE que se producirá por fin en Enero de 1986.

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