Sociedad ilustrada

  • Grupos ideológicos y apoyos sociales del franquismo en su etapa inicial

La dictadura de Franco se inspiró enlos modelos italiano y alemán del momento, más por oportunismo que por convencimiento, desechadas por él la idea de la República y la restauración monárquica, y dada su deficiente formación ideológica.No obstanteFranco carecía de las condiciones personales(fascinación de las masas)de susmodelosy en España elejército tenía unpapel más preponderanteque el partido. La apelación a la victoria en la Guerra Civil se consideraba la razón última de la legitimidad del poder del dictador. El Franquismo debe entenderse más que como una ideología, como un modo (el que empleó Franco) de ejercer el poder político y mantenerlo en sus manos sin ningún tipo de limitaciones.

Los tres pilares en los que el franquismo se apoyó fueron la Falange, la Iglesia y el Ejército.

Aunque parece que Franco nunca fue un falangista convencido, la Falange le resultaría de gran utilidad. Gracias a la desaparición de su fundador, Franco pudo contar enseguida con servidores dóciles que le facilitaron la retórica de su programa político. Así, en Abril de 1937, se creó un partido único, sometido al Estado y denominado Falange Española Tradicionalista y de las JONS, cuya jefatura fue asumida por el dictador. Esta fuerza política aportó al nuevo Estado sus símbolos (el yugo y las flechas), vestuario (boina roja y camisa azul) y saludos (a la romana). El nuevo partido integraba a la Falange de José Antonio Primo de Rivera, los carlistas y las antiguas Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (partido fascista creado durante la República por Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma)

El partido constituyó cuatro organizaciones de masas:
El Frente de Juventudes (dedicado al adoctrinamiento de la juventud), la Sección Femenina, el Sindicato Español Universitario (SEU), instrumento de control político de los universitarios y la Central Nacional Sindicalista (CNS), que integraba a patrones y empresarios en una misma organización.


El Ejército constituyó la columna vertebral del régimen:
Dentro de este predominaban los fascistas y los monárquicos, todos ellos ideológicamente ultraconservadores.  Los militares tienen una presencia muy significativa en la vida de la sociedad franquista, participan en todo tipo de tribunales, de actos públicos o de actos sociales. Controlaban la represión, dirigían la policía, participaban en la política y aportaron muchos símbolos y claves ideológicas del Régimen a través de la doctrina del caudillaje militar. Los símbolos militares y la organización castrense impregnaron también muchas manifestaciones de la vida cotidiana.

Un aspecto fundamental es la identificación de la dictadura con el catolicismo (nacionalcatolicismo)
. Franco adoptó un fundamentalismo religioso según el cual él mismo se presentaba como un hombre providencial elegido por Dios para la salvación de España (“caudillo de España por la gracia de Dios”). La Iglesia católica tuvo un papel fundamental en la legitimación y construcción del régimen franquista, que se definía como un régimen confesional católico. A cambio de este apoyo, la Iglesia obtuvo una financiación pública muy generosa, el control casi total del sistema educativo y el predominio de los valores y la moral católica en el conjunto de la sociedad española. La dictadura devolvíó a la oligarquía terrateniente y financiera su hegemonía social y económica.
No sólo recuperaron sus negocios y propiedades, sino sobre todo su dominio de la vida social, con la incorporación ahora de elementos procedentes del Ejército, la Falange o los grupos enriquecidos durante la guerra y la posguerra. El régimen contó también con el apoyo de las clases medias rurales, sobre todo en el Norte y en ambas Castillas, así como de grupos urbanos beneficiados por lasdepuraciones masivas realizadas al término de la guerra entre funcionarios, maestros, universitarios y militares republicanos. Sin embargo, lo que más ayudó a la longevidad del régimen fue la falta de conciencia política en que el franquismo mantuvo a los españoles mediante un sistema de represión de toda actitud crítica. A través de un control absoluto de los mecanismos de propaganda y educación, la generación de posguerra recibíó un modelo de enseñanza autoritario y coactivo.


Etapas de la evolución de España durante el franquismoEl primer franquismo (1939-1959):


Comprende desde el final de la Guerra Civil al abandono de la política autárquica con la aplicación del Plan de Estabilización de 1959.  Durante  la Segunda Guerra Mundial  el régimen franquista experimentó un proceso de fascistización ya iniciado durante la Guerra Civil para asemejarse a la Alemania nazi y, sobre todo, a la Italia fascista. ​ La inspiración y dirección del proceso corríó a cargo del cuñadísimoRamón Serrano Suñer
. Así se puso en marcha el encuadramiento y la movilización social a través del partido único FET y de las JONS
.

La derrota de las potencias del Eje dio inició al período más crítico de la historia de la dictadura franquista a causa del aislamiento internacional al que fue sometido y a la ofensiva de la oposición.
La respuesta del franquismo fue la introducción de ciertos cambios que lo hicieran más presentable exteriormente, pero sin reducir un ápice el poder omnímodo del “Generalísimo”. Un primer paso fue la promulgación del Fuero de los Españoles. Un segundo paso fue reforzar el catolicismo del Régimen y ofrecer una nueva imagen al mundo. Así el gobierno eliminó buena parte de los símbolos falangistas, y a la hora de referirse al partido único ya no se utilizó el término oficial Falange Española Tradicionalista y de las JONS sino que se prefirió utilizar el nombre de “Movimiento Nacional”.
 Y en su lugar se dio prioridad a la base católica del franquismo lo que dio nacimiento a lo que se llamó más tarde nacionalcatolicismo”.
No obstante, el 12 de Diciembre de 1946, la Asamblea General de la ONU acordó la condena del régimen franquista

Mientras tanto la situación económica no mejoraba debido fundamentalmente a la catastrófica política económica autárquica e intervencionista que se estaba aplicando. La aplicación de la política autárquica provocó una profunda depresión económica que duró más de una década. Son los conocidos como “años del hambre”.El estallido de la Guerra Fría cambió la actitud de las potencias occidentales hacia el régimen de Franco al tener España un valor estratégico para el bloque del «mundo libre» ante un posible ataque comunista sobre Europa Occidental. En 1950 la Asamblea General de la ONU revocó la resolución de condena del régimen franquista. A finales de los 50 volvieron a aparecer las huelgas, sobre todo en Asturias y en Cataluña, centradas en las reclamaciones salariales. En particular, la minería de asturiana fue escenario de recurrentes huelgas.


El segundo franquismo (1959-1975)


Se produjo un crecimiento económico espectacular que dio lugar a una gran transformación social, pero que no estuvo acompañada de cambios políticos.

Para afrontar la difícil situación de la economía  los  “tecnócratas” del Opus Dei, llegados al poder de la mano de Carrero Blanco, pusieron en marcha el Plan de Estabilización y Liberalización, un conjunto de disposiciones cuya finalidad era dar una nueva dirección a la política económica, a fin de alinear la economía española con los países del mundo occidental, liberalizándola. A partir de ese momento la economía española experimentó un crecimiento sin precedentes que acabó transformando radicalmente la estructura social del país. España dejó de ser un país predominantemente agrario para convertirse en un país industrializado. Las transformaciones económicas dieron lugar a una nueva sociedad cada vez más próxima a sus homólogas de Europa occidental.Pero los cambios económicos y sociales no estuvieron acompañados de cambios políticos. En 1966 se aprobó la Ley Orgánica del Estado, que iba a constituir la última y la más importante de las “leyes fundamentales” del franquismo, ya que haría las veces de una Constitución. En 1969 Franco nombra a Juan Carlos de Borbón como su sucesor al frente de una “Monarquía del Movimiento Nacional”.Los 60 son también años de conflictos sociales:
Huelga minera de 1962 en Asturias, protestas universitarias, aparición de sectores críticos dentro de la Iglesia, resurgimiento de las reivindicaciones nacionalistas (en 1959 se funda ETA). En este contexto de creciente conflictividad,  los partidos y organizaciones obreras (PSOE, UGT, CNT, PCE) se reconstruyeron en el interior, y de ellos el grupo más activo y mejor organizado fue el Partido Comunista de España.Los años finales del régimen, entre 1969  y 1975 (“tardofranquismo”) estaránmarcados por el asesinato de Carrero Blanco en Diciembre de 1973 y la enfermedad final del Generalísimo Franco que moriría el 20 de Noviembre de 1975. A mediados de 1973 era cada vez más evidente el fracaso político del continuismo inmovilista de Carrero y los “tecnócratas”, a pesar de lo cual Carrero Blanco será nombrado por Franco presidente del Gobierno, cargo que el dictador nunca antes había querido ceder. Tras la muerte de Carrero, Franco nombra a Carlos Arias Navarro presidente del gobierno. El inicio de la crisis económica en 1974 alimentó la oleada de huelgas y de movilizaciones obreras más importante de la historia del franquismo. ​ Además, la actividad terrorista aumentó, lo que a su vez recrudecíó la represión. En aplicación de la legislación antiterrorista, fueron fusilados cinco militantes de ETA y del FRAP. Este hecho no hizo sino acentuar el rechazo internacional al franquismo y dio lugar a que se produjeran numerosas manifestaciones antifranquistas en varias ciudades europeas. Asimismo, los embajadores de los principales países europeos abandonaron Madrid, con lo que el régimen franquista volvía a experimentar un aislamiento y reprobación muy similares a los que había sufrido en la inmediata posguerra mundial.  Al funeral posterior no asistíó ningún jefe de Estado ni de Gobierno, salvo el dictador chileno Augusto Pinochet.


Organización política del Estado franquista


Nada más acabar la guerra una serie de Decretos, firmados por el propio Franco, ampliaban su poder.
La Falange es puesta bajo su autoridad directa. Se reestructura la Administración Central de Estado y se concede al Jefe del Estado total potestad legislativa.

A falta de un texto constitucional, la dictadura fue fraguando su contenido constitucional a través de sucesivas leyes orgánicas.
Es el caso de una serie de leyes aprobadas entre 1938 y 1946: el Fuero del Trabajo, la Ley Constitutiva de las Cortes, el Fuero de los Españoles, la Ley de Referéndum Nacional o la Ley de Sucesión de la Jefatura del Estado.

El Fuero del Trabajo prohibía el sindicalismo de clase, siendo las relaciones laborales monopolio de la Falange (sindicalismo vertical y corporativo).

La Ley Constitutiva de las Cortes establecía una cámara elegida por sufragio indirecto por las corporaciones y por el propio Franco. En absoluto representaban la Soberanía Nacional, por cuanto el Caudillo conservaba plena potestad legislativa.El Fuero de los Españoles tuvo como objetivo básico maquillar la imagen autoritaria del régimen al terminar la Segunda Guerra Mundial. Constituye una curiosa declaración de derechos y deberes que reafirma el carácter tradicionalista y católico del sistema.La Ley de Referéndum Nacional permitía al Jefe del Estado convocar un plebiscito para que el pueblo aprobara directamente una ley.

Años más tarde se incorporarían a este conjunto pseudoconstitucional la Leyde Principios del Movimiento Nacional (1958) que significaba una afirmación de los valores del 18 de Julio.La apertura al exterior, el desarrollo económico y la radical transformación de la sociedad que tuvieron lugar a partir de finales de los años 50, llevaron al gobierno a emprender una serie de reformas políticas que enmascarasen algunos de los aspectos más dictatoriales del franquismo.  La ascensión política del almirante Carrero Blanco significó el reforzamiento en el seno del gobierno de los tecnócratas vinculados al Opus Dei en detrimento de las familias tradicionales del régimen (falangistas, militares, sectores católicos). Su programa se centraba en la creencia de que la prosperidad económica de la población supliría la falta de libertades. Este “desarrollismo” pretendía mejorar laimagen de la dictadura sin variar su carácter antidemocrático.


Las leyes represivas de la posguerra habían dejado los delitos políticos en manos de la jurisdicción militar. Para suavizar esta situación se creó el Tribunal de Orden Público (1963), que remitía los delitos políticos a la jurisdicción civil, lo que no significó una disminución de la represión.

La Ley de Bases de la Seguridad Social amplió los mecanismos de cobertura social con cargo al Estado (seguro de enfermedad, vejez, viudedad…), empezando así la construcción de un cierto Estado del bienestar, aunque con un gran retraso respecto a Europa y con un sistema fiscal que toleraba el fraude generalizado y la falta de equidad social en el reparto de la riqueza.

Se realizaron unas elecciones sindicales (1966) en el marco del Sindicalismo Vertical, en las que las candidaturas ajenas al régimen obtuvieron un notable éxito.

La Ley Orgánica del Estado (1966) actualizó lo legislado desde la Guerra Civil en el ámbito institucional. El régimen pasó a definirse como una “Monarquía social y representativa”, aunque basada en los principios del Movimiento Nacional.  Las Cortes Orgánicas se ampliaron con el llamado “tercio familiar”, procuradores designados por un censo electoral en el que sólo figuraban los cabezas de familia y las mujeres casadas. En palabras del propio Franco, se pretendía dejar el futuro “atado y bien atado”.

De acuerdo con lo estipulado en la Ley de Sucesión, Franco designó a Juan Carlos de Borbón como su sucesor en 1969 . Su nombramiento puso fin a las aspiraciones de Juan de Borbón, en quien recaía la legitimidad de la sucesión a la Corona.Las diferencias entre aperturistas e inmovilistas en el seno del gobierno estallaron abiertamente en 1969 a raíz del llamado “escándalo Matesa”, una empresa privada relacionada con el Opus Dei. El caso Matesa provocó la expulsión de los sectores más tecnócratas del gobierno, a los que se responsabilizaba también del aumento de las protestas sociales. De este modo, algunos delitos volvieron a considerarse rebelión militar y el Estado de excepción se convirtió en un recurso frecuente, a la vez que aumentaban las detenciones y la violencia policial.En este contexto, triunfaron las posiciones inmovilistas avaladas por Carrero Blanco y el propio dictador.


El régimen franquista en el contexto internacional

La evolución del régimen estuvo muy condicionada por la política externa.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en el marco de la alianza con Italia y Alemania, los elementos falangistas adquirieron una clara primacía en el Gobierno, con Serrano Súñer a la cabeza de la política exterior. En Octubre de 1940 se produjo un encuentro entre Franco y Hitler en Hendaya que fue un fracaso (ni Franco aceptó las pretensiones alemanas de entrar en guerra ni Hitler las de Franco de obtener a cambio territorios en África). Cuando en 1941 los alemanes atacaron la URSS, se constituyó la División Azul, unidad de voluntarios que fue enviada al frente ruso en apoyo de las tropas nazis.

A  partir de 1942, las derrotas alemanas hicieron necesario adoptar una línea más distante, iniciándose un progresivo giro hacia los aliados que se intensificó en los años siguientes.

En 1945 la posición de la dictadura se hizo muy difícil. Los aliados vencedores en la guerra se negaron a aceptar la entrada de España en la ONU. La postura del bloqueo contra España fue creciendo, se produjo la retirada de embajadores y el Consejo de Seguridad de la ONU declaró al régimen de Franco una amenaza potencial a la paz internacional. El aislamiento había comenzado. A medida que el bloqueo económico y diplomático se iba cumpliendo  la autarquía económica del régimen se acentuaba.

A partir de 1948, sin embargo, la situación internacional empezó a girar a favor del régimen, debido a la guerra fría.
Los militares estadounidenses presionaron a su gobierno para incorporar a España al bloque occidental. Comenzaron a levantarse las restricciones económicas.


En los cincuenta se consolida la dictadura gracias, fundamentalmente, a la ruptura del aislamiento internacional.
En Noviembre de 1950 la ONU levantó la retirada de embajadores y autorizó la entrada en España de organismos internacionales. En 1953 se firmaba el Tratado hispano-estadounidense, compuesto de tres acuerdos: uno económico, otro de asistencia técnica y otro defensivo. Este último era el esencial: significaba el establecimiento durante diez años, prorrogables, de bases militares (Torrejón, Zaragoza, Morón y Rota) de utilización conjunta, bajo teórica soberanía española. Según el contenido de los convenios, se concedía a los EE.UU. La apertura de las cuatro bases mencionadas a cambio de suministros de material bélico y ayuda económica como contraprestación por los riesgos que España asumía. Sin embargo, los acuerdos incluían varias cláusulas adicionales secretas que ponían en peligro la seguridad nacional y recortaban la libertad de acción española, pues el gobierno de Washington quedaba autorizado a introducir armas atómicas en las bases y a utilizar libremente esas instalaciones militares para atacar desde allí al enemigo soviético.

Poco después, España se integró paulatinamente de forma plena en los medios internacionales, siendo admitida en la ONU en 1955 y en el FMI en 1958, pero no pudo acceder por motivos políticos a los organismos internacionales más importantes (CEE y OTAN), fracasando todos sus intentos de ingreso. Días antes se había firmado un nuevo Concordato con el Vaticano que confirmaba los privilegios concedidos a la institución por parte del franquismo.

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