Transformaciones económicas. Proceso de desamortización y cambios agrarios. Las peculiaridades de la incorporación de España a la revolución industrial. Modernización de las infraestructuras: el impacto ferrocarril

TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS


El siglo XIX, sobre todo, el último tercio no fue un período de profundas transformaciones económicas, como se produjeran en otros países de Europa. Sin embargo, España participó en un proceso de aceleración industrial asociado a la revolución de los transportes y a un ligero incremento demográfico. En cuanto a la población activa, esta seguiría siendo mayoritariamente agraria aunque, debido al auge de la urbanización, aumentó ligeramente el sector secundario y terciario.

PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN

Debido a las desamortizaciones del Siglo XIX, se produce una ampliación del mercado de tierras. La desvinculación que propició el régimen liberal produjo un aumento de la propiedad privada. Las desamortizaciones fueron apropiaciones por parte del estado de tierras, edificios u otro tipo de bienes que pertenecían a instituciones o entidades como la Iglesia.. En teoría estos bienes fueron vendidos en pública subasta, pero no siempre se hizo así ya que se emplearon otros procedimientos como los repartimientos o roturaciones arbitrarias o también, la apropiación indebida. Las desamortizaciones españolas tuvieron lugar entre 1769 y 1924. Las primeras fueron las de Cayetano Soler, luego vendrían la de Mendizábal  en 1836  y la de Pascual Madoz en 1855. La de 1798 otorgó la facultad de desvincular mayorazgos para venderlos en pública subasta. De esta forma se eliminó el poder señorial, que fue refrenado en las Cortes de Cádiz, hasta que Fernando VII la derogó. En 1820 se reanudó la supresión señorial con la ley de desvinculaciones que no expropiaba sino que obligaba al reparto de la tierra entre todos los hijos y permitía su venta.En 1836 se dio la desamortización eclesiástica de Mendizábal, que pretendíó reformar la agricultura, aumentar el número de propietarios, pagar la deuda pública del Estado y aumentar el número de simpatizantes del liberalismo. Sin embargo, esta desamortización, que afectaba a tierras y propiedades de monasterios y conventos, sólo sirvió para aliviar parcialmente el déficit público y para aumentar el número de enemigos del liberalismo

En 1855 se produjo la desamortización de Pascual Madoz que, afectó sobre todo a los bienes municipales, cosa que arruinó a muchos ayuntamientos y tampoco soluciónó el crónico déficit público, perjudicando a los vecinos más pobres ya que perdieron los bienes comunales.

En conclusión, los procesos desamortizadores y desvinculadotes en España tuvieron las siguientes consecuencias:

  • Afianzó o creó un número mayor de propietarios agrícolas
  • Distribuyó la propiedad de forma desigual (en el sur, latifundios y en el norte explotaciones     medias y minifundios).
  • Aumento de la producción y de la superficie agraria cultivada
  • Mejoras técnicas e introducción de nuevos cultivos.

CAMBIOS AGRARIOS

Se mejoraron las técnicas de cultivo, al utilizar abonos químicos, seleccionar las tierras y crear explotaciones modernas. Se produjo también un aumento del regadío, así como una concentración parcelaria, una mejora en la comercialización y un aumento del uso de la maquinaria agrícola. También se extendíó la rotación anual y se introdujeron nuevos cultivos, como la remolacha azucarera y los cítricos. Del mismo modo, y como consecuencia de la plaga de filocsera en los viñedos franceses, se produjo un importante incremento de la vid y, consecuentemente de la exportación de vino hasta 1882 (cuando la filocsera también afectó a España). Asimismo, hubo una expansión del olivo, debido a una subida de la demanda de aceite y de oliva por los emigrantes españoles e italianos en América. El olivo se extendíó por Andalucía, Aragón y Cataluña. Otros cultivos que se incrementan fueron los de huerta, la patata y el maíz. La fuerte competencia de cereal barato, procedente de América, Rusia e India, perjudicó a los agricultores españoles, que se vieron obligados a bajar el precio de sus cosechas, lo cual llevó a medidas políticas proteccionistas.

INCORPORACIÓN DE ESPAÑA A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

España experimentó un proceso de transformación económica, de modernización y de desarrollo industrial, cuyos signos fueron el vapor, el carbón, las máquinas, la fábrica y el ferrocarril, al igual que en el resto del mundo. Los cambios económicos vinculados a esta expansión industrial, no fueron inmediatos, sino lentos al ser continuamente interrumpidos durante todo el Siglo XIX. La lentitud de dicha incorporación a la Revolución Industrial fue debido a varios factores:

 -La escasez de materias primas y fuentes de energía,La inestabilidad política del período (Guerras de Independencia, carlista, de Cuba…),La escasez de la demanda debido al bajo nivel de renta, El lento despegue de la demografía, La lentitud del ferrocarril.La escasez de capitales nacionales y la venta de minas a extranjeros,El excesivo proteccionismo económico, La falta de iniciativa empresarial y la escasez de burguésía emprendedora. Los desequilibrios regionales,El retraso tecnológico.

Los distintos gobiernos desde 1833 hasta 1874 impulsaron la liberalización de todos los sectores productivos y facilitaron la entrada de capital e inversión extranjero, promoviendo así la creación de una economía de mercado capitalista. De este modo, se crearon numerosas empresas y sociedades anónimas. El PIB del sector secundario no súperó al primario hasta los primeros años del Siglo XX. Se trataba de una industrialización de tipo clásico (textil y siderurgia). Mientras, España quedaba al margen de una 2ª Revolución Industrial (química y eléctrica). Por otro lado, la industria española estaba muy localizada en 2 zonas (Cataluña y País Vasco).

A finales del Siglo XIX se desarrolló también la industria alimentaria hasta alcanzar un 40% de la producción total. En 1902 se crearon los Altos Hornos de Vizcaya como complemento a la exportación de hierro de las minas de la zona y de la importación de carbón inglés (hulla). En todo caso, los resultados fueron modestos, tan sólo durante la I Guerra Mundial, la industria española fue más competitiva debido a la neutralidad, pero tras la guerra, la situación volvíó a ser la inicial al no rentabilizarse las ganancias conseguidas.

En cuanto a la minería, esta se basó en la riqueza de los yacimientos, la mano de obra barata y la llegada de capital extranjero, lo cual se facilitó por la Ley de Minas de 1868, que permitía la concesión de las explotaciones a perpetuidad, a cambio de un canon al Estado. También esta situación fue favorecida por los aranceles librecambistas de 1869. La cercanía de la mayor parte de los yacimientos al mar, facilitó la exportación de estos recursos, así a fines de XIX España era el primer exportador de hierro. Consecuentemente, muchos yacimientos fueron expoliados y prontamente se agotaron.

MODERNIZACIÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS Y DEL FERROCARRIL

El ferrocarril transformó los transportes terrestres en España, modificando las comunicaciones al abaratar y acelerar los movimientos de personas y mercancías. Además para la construcción de raíles, locomotoras y vagones fue necesario multiplicar la producción de madera y vidrio, extraer enormes cantidades de carbón, contratar a miles de trabajadores, invertir mucho dinero y producir millones de toneladas de hierro. En conclusión, el ferrocarril benefició a la minería, la industria siderúrgica y al comercio. La primera línea  férrea fue la de Cuba en 1837 y, en España la de Barcelona- Mataró en 1848 y la de Madrid- Aranjuez en 1851. En 1855 se promulgó la Ley General de Ferrocarriles, lo que favorecíó la aceleración de la construcción de líneas ferroviarias al establecer condiciones muy favorables para atraer al capital extranjero. En esta ley se otorgaban las concesiones por pública subasta con un plazo de 99 años. Al expirar, pasarían al Estado con todas sus dependencias. Las carácterísticas del ferrocarril español fueron:

  • El trazado de líneas siguió una red radial con centro en Madrid.
  • El ancho de la vía fue mayor que en Europa por razones de defensa
  • Dificultades orográficas del terreno que retrasaron y encarecieron la construcción del ferrocarril.
  • La construcción se realizó mediante concesiones gubernamentales a empresas privadas.
  • La baja calidad de las infraestructuras
  • El 80% de las líneas ferroviarias estaban en manos de extranjeros ( ingleses, belgas y franceses)
  • La construcción del ferrocarril impulsó escasamente la industria nacional.

MOVIMIENTO OBRERO

En España, a pesar de importantes núcleos obreros industriales y mineros, durante el Siglo XIX, la inmensa mayoría del proletariado es rural. La importancia de la población urbana reside, más que en el número, en su vitalidad. Esta población obrera se concentra en pocos lugares: Barcelona, Málaga, Oviedo, Cádiz, Almería, Murcia… El artesanado urbano no sólo sobrevivíó a la desaparición legal del régimen gremial sino que crecíó en las ciudades y grandes pueblos. Un sector del artesanado urbano y los inmigrantes procedentes del campo tuvieron un proceso de proletarización y entraron a trabajar en las nuevas fábricas. Otro grupo numeroso era el de sirvientes urbanos y trabajadores en los comercios. En las ciudades portuarias existe un peculiar sector obrero, el de los marineros mercantes.En los estudios de historia contemporánea suele entenderse por movimiento obrero la actividad social y política encaminada a mejorar la situación de los trabajadores. Uno de los aspectos clásicos es la jornada de trabajo que solía ser bastante larga y que, descendíó en una o dos horas en los años finales del XIX. Hasta 1860, predomina el sindicalismo mutualista, que muchas veces conecta con los gremios, montepíos y cofradías. Hasta 1839 no hubo reglamentación que permitiera asociaciones de ayuda mutua. En Barcelona, la Asociación Mutua de Obreros de la Industria Algodonera, con un carácter de socorro mutual y benéfico. Los objetivos de estos obreros, eran una mejora de los salarios, así cono obtener de las autoridades el reconocimiento del derecho de asociación. La primera huelga general de la historia de España (1854) pretendía impedir la introducción de nuevos telares mecánicos porque creían que sus puestos de trabajo estaban amenazados.La introducción de máquinas en la industria textil en el primer tercio del siglo, provocó en Europa una serie de campañas de protesta en las que fueron quemadas las fábricas, y destruidas las máquinas (movimiento ludista) En España también se produjeron movimientos similares.Además, hay que resaltar la simpatía de los obreros por los partidos políticos (Progresista, Demócrata y Republicano) que, les apoyan en sus pretensiones y que, a su vez se benefician de la fuerza que aporta un sector de las clases trabajadoras en las ciudades. Por su parte, el proletariado recurre al motín con los que pretendían proclamar la república y repartir las tierras entre los jornaleros que las trabajan. Los años revolucionarios (1868-1874) representan para el obrerismo español una fase decisiva, al establecer contacto con la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Surgen dos corrientes: la socialista y la anarquista.Los seguidores de Bakunin llevarán a cabo una intensa labor proselitista en Barcelona, Valencia y Madrid que condujo al anarquismo a miles de trabajadores. Se gesta una Federación Regional Española (FRE).Como consecuencia de la mal parada Comuna de Paría, Sagasta ordenó la disolución de la Internacional en España que entró en la clandestinidad. Por entonces se había producido la escisión del anarquismo y del socialismo, reflejo de lo que había ocurrido anteriormente en el internacionalismo europeo con las disputas entre Marx y Bakunin.


El último año de la Primera República y los primeros de la Restauración supusieron que la mayoría de los obreristas quedaran fuera del sistema, y el movimiento obrero tuvo unos años de clandestinidad, hasta la ley de Asociaciones de 1887, que permitíó el surgimiento de los partidos y sindicatos socialistas que, decidieron cambiar el sistema liberal desde dentro del propio sistema, mientras que los anarquistas siguieron fuera. El PSOE se constituye bajo la dirección de Pablo Iglesias. El mismo año se fundó la UGT Desde Madrid se extendíó a Levante y Castilla. Desde Vizcaya a Galicia el socialismo expandíó su influencia al Norte de España. Los socialistas perdieron en Barcelona donde el obrerismo se orientaba hacia al anarco-sindicalismo o al obrerismo cristiano. La ilegalización del anarquismo y el fracaso de la I República llevaron a la pérdida de afiliaciones en las federaciones, que, siguieron funcionando clandestinamente. Fueron pequeños grupos secretos, minoritarios y radicales. Para muchos jornaleros de la Andalucía Occidental, el objetivo era la revolución inmediata en el campo. La estructura social y económica empeoró notablemente en una población de jornaleros que crecía, con un descenso tanto del trabajo como de los jornales y que había perdido otras posibilidades como los bienes comunales. Además, en la década de los ochenta se unieron una serie de malas cosechas con la crispación social que dio lugar a la quema de los campos. Esto coincidía con la difusión del movimiento anarco-comunista. Se trataba de grupos clandestinos y de rebeldía basada en la violencia que, en muchos casos, se convirtió en un modo de vida. En Jerez, la Mano Negra. El anarco-comunismo terrorista también se manifestó en Barcelona durante los años finales del Siglo XIX con atentados sangrientos. Las huelgas iban con frecuencia acompañadas de la explosión de bombas caseras.

El salto cualitativo fue el asesinato intimidatorio, la bomba en lugares públicos y el daño indiscriminado. Entre otras acciones terroristas, cabe reséñar el atentado contra Alfonso XII, así como dos bombas en el Liceo de Barcelona. El anarquismo como ideología y movimiento difuso no desaparecíó. Quedó atomizado en pequeños grupos.

LA EDUCACIÓN


Y

LA CULTURA

El esfuerzo de la educación, operaba sobre una sociedad que era analfabeta en su gran mayoría. La tasa de alfabetización apenas superaba el 30% durante la Restauración, y era especialmente baja en el caso de las mujeres. Los datos de los años siguientes registraron una efectiva mejora, especialmente en lo que hacía referencia a las mujeres, pero la población española siguió siendo analfabeta hasta la segunda década del Siglo XX. Por otra parte, también eran notables las diferencias regionales.

Política educativa


El impulso liberal se frenó un tanto y el referente legal volvíó a ser la Ley Moyano de 1857. Las facilidades de control de la enseñanza, que el concordato de 1851 concedía a la Iglesia católica se mantuvieron. En ese sentido, la circular que el ministro de Fomento, Orovio, publicó  en 1875 restringiendo la libertad de enseñanza, representaba el interés de los sectores moderados por asegurarse el control de la enseñanza pública. La circular encontró la oposición de algunos profesores krausistas. Por lo demás se trataba de una Universidad  muy estancada, en la que apenas había investigación y en la que predominaban las enseñanzas rutinarias.

La enseñanza primaria


El nivel de escolarización a finales del Siglo XIX se situaba en España en el 47%, con proporciones aún inferiores en el caso de las niñas. Esta situación de atraso había intentado ser mejorada desde la década de los 80. De esa época es la reorganización de una escuela Normal Central de maestras y la creación del Museo Pedagógico Nacional. La enseñanza pública predominaba sobre la privada y en ese sentido, la presencia de las congregaciones religiosas era más limitada que en la enseñanza media. La remuneración de los maestros era muy escasa y corría a cargo de los municipios por los que los maestros mantuvieron la reivindicación de ser atendidos en los presupuestos del Estado, lo que no consiguieron hasta la constitución del Ministerio de Instrucción Pública.

La enseñanza media


La constitución de 1876 dio pie a la proliferación de centros privados que aspiraban a colmar las demandas provocadas por el escaso número de institutos. La enseñanza secundaria era vista como una necesidad minoritaria ya que sólo era seguida por menos del 2% de los que habían recibido una instrucción primaria. No proporcionaba ningún tipo de capacitación profesional y sólo era seguida por aquellos que pretendían seguir estudios universitarios. Al igual que en la Universidad, el número de alumnos no crecíó muy significativamente. Las estadísticas no registran la presencia de chicas en la enseñanza secundaria hasta 1901. El auge de la enseñanza de los colegios de religiosos se debía tanto a la política tolerante del gobierno español, como a la experiencia de las congregaciones religiosas en Francia.

ALFABETIZACIÓN, ENSEÑANZA Y EDUCACIÓN

El descenso del analfabetismo en casi un 30% va acompañado de una organización de la enseñanza al modo francés con tres niveles y una dirección del Estado que, sin embargo, sí se constituirá en garante de los conocimientos para la obtención de títulos oficiales. Lo hará a través de un sistema de exáMenes rigurosos. Por otra parte, el Siglo XIX se caracteriza por la creación de museos y bibliotecas que sirvieron para almacenar la cultura, pero también para difundirla.

Analfabetismo


A comienzos del Siglo XIX el porcentaje de los analfabetos se estimaba en un 94%, mientras que a final de siglo estaba próximo al 67%. Sobre estos datos hay que tener en cuenta:

  • El descenso porcentual en el Siglo XIX era considerable.
  • En los primeros sesenta años del siglo se rebajó el analfabetismo en el 14% y otro 14% en los cuarenta últimos años de la centuria
  • En sólo algunas décadas el analfabetismo se había reducido muchísimo más que en siglos.

No todas las regiones tenían el mismo grado de analfabetismo, lo que está en relación directa con el número de escuelas y el interés de los padres porque sus hijos aprendiesen a escribir:

  • Era mayor al norte del Duero
  • Por el contrario, Murcia, las islas Baleares y Canarias, Andalucía, Extremadura, Galicia, parte de Aragón, Cataluña, Castilla La nueva y Levante tenían más analfabetos.

El analfabetismo refleja, la desigualdad entre hombres y mujeres. Esta diferencia continuó creciendo hasta la ley Moyano. Como consecuencia de ésta, esa desigualdad tiende a disminuir. El mismo fenómeno de desigualdad se daba entre el mundo rural y el urbano. Las poblaciones urbanas contaban con un analfabetismo menor que su entorno rural provincial.

Enseñanza primaria


Los principios de universalidad, obligatoriedad y gratuidad que asumieron las Cortes de Cádiz no pasaron de una buena intención, La enseñanza primaria, según la ley de 1857, se ajustó algo más a la realidad: era obligatoria, pero no necesariamente gratuita. Por la ley Moyano, cada pueblo estaba obligado a sostener una escuela, pero la falta de asistencia a la escuela dependía de:

  • La oferta de plazas escolares era insuficiente
  • El principal problema de buena parte de España era la falta de una demanda de los padres que no alcanzaban a entender la importancia de la instrucción primaria para sus hijos.

Lo significativo es que el número de alumnos se multiplica por tres en menos de cuarenta años y que tienden a equilibrarse el número de alumnos y el de alumnas.

Enseñanza media y universitaria


La mayoría de los pocos miles de españoles que accedía a la enseñanza media lo hacía en los institutos, en colegios privados o no asistía a ningún centro sino que se matriculaban y se preparaban como “libres”. El Estado se reservaba la impartición de títulos a través de las pruebas de reválida.

En 1845, Pedro José Pidal introducía un nuevo plan de enseñanza:

  • La pieza clave del sistema de enseñanza media eran los institutos. AL menos habría uno por cada provincia. Se contemplaba la existencia de colegios incorporados a los institutos, que se autorizarían si cumplían determinados requisitos.
  • El plan de estudios trataba de aunar asignaturas de humanidades con predominio del latín y la literatura, con el francés y las ciencias.

La mayor parte e los aspectos de la enseñanza se regularon por la Ley Moyano de 1857, que recogía y clarificaba la ordenación del profesorado, el régimen y gobierno de los centros, la existencia de dos sistemas de enseñanza: pública y privada. La Universidad y enseñanza secundaria seguirán el modelo francés. Existía una universidad central (Madrid) y otros distritos, tantos como universidades, a cuya cabeza había un rector. Aunque había otros estudios superiores- civiles (ingenierías), militares o eclesiásticos-, la mayoría de los que se encaminaban a los estudios superiores lo hacían en las universidades.

TRANSFORMACIONES CULTURALES Y LA PRENSA

El deseo de fomentar la cultura y perfeccionar la sociedad a través de la educación es lo que propuso la escuela Krausista. Por otro lado, el conflicto entre fe y razón, religión y ciencia, fue inevitable. En 1876 se creó la ILE (Institución Libre de Enseñanza) cuyo principal fundador fue Giner de los Ríos. Esta institución propone una nueva pedagogía dentro del marco de tolerancia y libertad de opinión. En 1888 el padre Manjón creó en Granada las escuelas del Ave María con un planteamiento similar a la ILE pero destinado a los marginados y con un carácter religioso. Por último, ya en 1901, Ferrer y Guardia crearon la escuela moderna con ideología anarquista y libertaria. Este interés por la pedagogía se corresponde con una gran inquietud científica, debido a la acción de intelectuales como Menéndez y Pelayo (Historia de la literatura), Eduardo Torroja (matemático) y los médicos Jaime Ferrán (descubridor de la vacuna anticolérica) y Santiago Ramón y Cajal (premio Nobel en medicina por histología).

En cuanto a la prensa en 1878 existían en España 380 periódicos, 4 años más tarde el número de publicaciones había aumentado a 917. Madrid y Barcelona ocupaban la mayor parte en el reparto de prensa mientras que las zonas como Toledo o Guadalajara carecían de publicaciones hasta 1882. Gran parte de la prensa se caracterizaba por el órgano de expresión de un líder o un partido político. La línea de difusión política de las publicaciones más significativas era la madrileña y algunas de ellas tenían amplia difusión incluso fuera de la capital como por ejemplo “El Imperial” o la “Correspondencia de España”.

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