Sucesos trascendentes de la primera republica federal

La Primera República

La proclamación de la República

La proclamación de la Primera República española fue la salida más fácil ante la renuncia de Amadeo de Saboya. Las Cortes decidieron someter a votación la proclamación de una república, que fue aprobada el 11 de febrero de 1873 por mayoría. Para presidir el gobierno  fue elegido el republicano federal
Estanislao Figueras, que contó para gobernar con los miembros de su partido y con algunos republicanos unitarios.
La república no contaba con un apoyo real dado que gran parte de la cámara era monárquica, pero su voto republicano fue una estrategia para ganar tiempo y reorganizar el retorno de los Borbones al trono español. Así pues, la República nació con pocas probabilidades de éxito, lo que se evidenció en el aislamiento internacional del nuevo sistema.
Gran parte de los dirigentes del republicanismo federal, encargados de poner en funcionamiento la nueva República, estaban lejos de las aspiraciones revolucionarias de las bases de su propio partido. El interés de los dirigentes republicanos por respetar la legalidad se exteriorizó en la disolución de las Juntas y en la represión de las revueltas populares. Pacificado el panorama, se convocaron elecciones a Cortes constituyentes, que ganaron ampliamente los republicanos.

El intento de instaurar una República federal

Las cortes se abrieron el 1 de junio de 1873 y el día 7 proclamaron la República Demócrata Federal. La presidencia quedó en manos de Figueras, pero dimitió al cabo de unos días y el gobierno pasó a manos de Francisco Pi y Margall. Su propósito era emprender grandes reformas: la elaboración de una constitución federal, la separación de la Iglesia y el Estado, la concesión de la independencia a las colonias y la elaboración de una serie de leyes sociales.
Pero los pocos meses que duró la experiencia republicana no permitieron el desarrollo de esa legislación reformista.

Conflictos armados

La primera
República tuvo que enfrentarse a graves problemas que paralizaron la acción del gobierno, tales como la insurrección carlista, la guerra en Cuba.

Sublevación cantonal

La sublevación cantonal fue el conflicto más grave que se produjo en el periodo republicano y el que provocó la mayor situación de crisis del gobierno. Era un fenómeno que mezclaba ideas autonomistas propiciadas por republicanos federales con aspiraciones de revolución social inspiradas en ideas internacionalistas. La proclamación de cantones independientes fue la consecuencia de aplicar de forma radical y directa de la estructura federal desde abajo más el deseo de reformas sociales.
En zonas con fuerte implantación republicana, la población se alzó en cantones independientes. A lo largo de julio se proclamaron cantones muchas ciudades. Los protagonistas de los levantamientos cantonalistas eran un conglomerado social dirigido por federales intransigentes, decepcionado por el rumbo de la nueva república.
El presidente Pi y Margall se opuso a sofocar la revuelta por las armas y dimitió, siendo sustituido por Nicolás Salmerón, quien dio por acabada la política de negociación iniciando una acción militar.  Excepto en Cartagena, la intervención militar acabó con la insurrección, la cual cogió después gran importancia en la garantía del orden social asumiendo la represión.Salmerón dimitió a principios de septiembre al sentirse incapaz de firmar las penas de muerte impuestas por la autoridad militar. La presidencia cayó en Emilio Castelar, dirigente del republicanismo unitario, mucho más conservador. La República inició un progresivo desplazamiento a la derecha.

El fin de la experiencia republicana

Desde septiembre de 1873, la República dio un vuelco conservador con el gobierno de Castelar. Castelar no tenía mayoría en las Cortes, por lo que suspendió las sesiones parlamentarias y gobernó autoritariamente. Ante esta situación, en diciembre, un sector de diputados (Figueras, Pi y Salmerón) llegaron al acuerdo de plantear una moción de censura al gobierno de Castelar para forzar su dimisión.
El día 3 de enero de 1874 se abrieron las Cortes y el gobierno de Castelar fue derrotado. Era inminente la formación de un gobierno de izquierda pero el capitán general de Castilla la Nueva, Manuel Pavía, exigió la disolución de las Cortes republicanas, a lo que se presentó poca resistencia.
El poder pasó en los meses siguientes a manos de una coalición de unionistas y progresistas encabezada por el general Serrano, que intentó estabilizar un régimen republicano de carácter conservador. Pero la base social que podía apoyar el proyecto optó por la solución Alfonsina, es decir, la vuelta del hijo de Isabel II, Alfonso XII.
El 29 de diciembre de 1874, el pronunciamiento militar de Arsenio Martínez Campos en Sagunto proclamó rey de España a Alfonso XII. El 1 de diciembre del mismo año, el príncipe Alfonso de Borbón había firmado el Manifiesto de Sandhurst, que sintetizaba el programa de la nueva monarquía que garantizaba el funcionamiento político liberal y la estabilidad política.

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