La Segunda República Española: Del Bienio Reformista al Bienio Radical
En 1931 se proclamó la Segunda República Española. Las elecciones determinaron la victoria de las candidaturas republicanas. Debido a la crisis, se entró en un periodo de reformas. El nuevo gobierno trató de abordar los problemas del país, realizando reformas laborales, educativas, militares, agrarias, etc. Este periodo, conocido como el Bienio Reformista (1931-1933), concluyó con elecciones que dieron el triunfo a la derecha. Este periodo de unos dos años se caracterizó por una escasa estabilidad parlamentaria y por la voluntad de revisar las reformas del periodo anterior.
El Bienio «Contrarreformista» o Radical-Cedista (1933-1936)
Las elecciones de 1933 cambiaron el mapa político y los partidos que habían traído la República no poseían ya la mayoría. La CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) obtuvo el mayor número de diputados, pero no formó gobierno. Apoyó un gobierno encabezado por Alejandro Lerroux (Partido Radical), con el objetivo de desmontar las reformas del bienio anterior y preparar su acceso al poder. Finalmente, las reformas del bienio anterior fueron suspendidas o paralizadas.
Principales medidas del Bienio Radical-Cedista:
- Bloqueo de la reforma agraria: Se paralizó la expropiación y distribución de tierras.
- Paralización del desarrollo autonómico: Se bloqueó el estatuto vasco y se frenó el catalán.
- Suspensión de las reformas laborales: Se revirtieron o modificaron leyes favorables a los trabajadores.
- Amnistía a los condenados por el golpe militar de Sanjurjo en 1932.
- Modificación de la política religiosa: Se buscó una aproximación al Vaticano y se suavizaron las medidas laicistas.
Algunas de estas reformas se consideraron contrarias a los principios republicanos. Algunas de ellas desataron conflictos. La UGT (Unión General de Trabajadores) convocó en 1934 una huelga general agraria que fue duramente reprimida por el gobierno. Apareció en el panorama político la Falange Española, un partido fascista de actuaciones violentas.
La Revolución de Asturias de 1934
La posible entrada de la CEDA en el gobierno generó temor en la izquierda, especialmente entre los socialistas, que amenazaron con declarar una huelga general si esto ocurría. Cuando en octubre de 1934 Lerroux nombró a tres ministros de la CEDA, los socialistas convocaron dicha huelga.
- En Madrid, País Vasco y Andalucía la incidencia fue escasa.
- En Asturias se produjo una gran insurrección. Tuvo éxito en las zonas mineras, donde obreros y mineros se armaron y tomaron el control de la región durante varios días.
- En Cataluña la sublevación, aunque coincidente con la asturiana, fue distinta. El gobierno de la Generalitat, liderado por Lluís Companys (ERC), proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. La sublevación fue rápidamente sofocada por el ejército.
La derrota obrera fue aprovechada por los empresarios para empeorar las condiciones laborales y para endurecer la política de contrarreforma. Esto provocó un fuerte rencor hacia las derechas y el ejército. Los partidos de izquierda sintieron la necesidad de unirse para emprender las reformas del primer bienio y recuperar el poder. De este modo, nació el Frente Popular.
El final del Bienio Negro y las Elecciones de 1936
Una serie de escándalos, como el caso del estraperlo, hundieron el prestigio del Partido Radical. La coalición radical-cedista se fue deteriorando debido a las exigencias de la CEDA, que estaba obsesionada por obtener el poder. A finales de 1935, el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, formó gobiernos de gestión que fracasaron. Finalmente, encargó a Manuel Portela Valladares la convocatoria de elecciones.
En las elecciones de febrero de 1936 se presentaron dos grandes candidaturas:
- La derecha: Liderada por José María Gil Robles (CEDA), cuyo objetivo era reformar la Constitución, pero sin mayor concreción.
- El Frente Popular: Que reunía a todos los partidos de la izquierda (republicanos de izquierda, socialistas, comunistas, etc.), excepto a los anarquistas. Pretendían recuperar el programa reformista del primer bienio y decretar una amnistía para los represaliados por los sucesos de 1934.
El Frente Popular resultó ganador. Esta victoria dio lugar a que Gil Robles y algunos militares presionaran a Portela Valladares para que impusiera el estado de guerra y no traspasara el poder a la coalición vencedora. Portela Valladares se negó.
El Gobierno del Frente Popular (Febrero-Julio de 1936)
Los partidos republicanos formaron un gobierno presidido inicialmente por Manuel Azaña, aunque pronto fue sustituido en la presidencia de la República por Alcalá Zamora, y Santiago Casares Quiroga se convirtió en presidente del Consejo de Ministros. Los partidos obreros apoyaron al gobierno, pero quedaron fuera de él. Consiguieron la amnistía para los presos políticos de 1934, se restableció la autonomía en Cataluña y se impulsó la del País Vasco y Galicia. Se establecieron leyes laborales favorables a los trabajadores y se impulsó la reforma agraria.
Hacia la Guerra Civil
Las derechas, temiendo perder su poder y privilegios tradicionales, decidieron apoyar un golpe militar. La Unión Militar Española (UME), liderada por el general Emilio Mola, organizó una conspiración secreta contra el gobierno. Pronto se entró en una espiral de violencia política, con asesinatos como los del teniente José Castillo (guardia de asalto de izquierdas) y el diputado monárquico José Calvo Sotelo.
El golpe de Estado comenzó el 17 de julio de 1936 en el Protectorado español de Marruecos, donde triunfó rápidamente. Los militares sublevados rechazaron la solución pactada que ofreció el gobierno de Diego Martínez Barrio (que sustituyó brevemente a Casares Quiroga) y se inició la Guerra Civil Española. Los sublevados contaron con el apoyo de la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Mussolini. Esta guerra condujo a la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).