Impacto de los Tratados Comerciales en la Economía Europea del Siglo XIX

El tratado disponía que **Gran Bretaña** eliminaría todos los aranceles contra las importaciones de bienes franceses, a excepción de los del vino y el brandy. Estos eran considerados productos de **lujo** por los consumidores ingleses, por lo que Gran Bretaña solamente retuvo un pequeño arancel para obtener algún ingreso fiscal. Los franceses renunciaron al **proteccionismo extremo** a favor de un **proteccionismo moderado**.
Una característica importante del tratado era la inclusión de una cláusula de “**nación más favorecida**”. Esto significaba que, si una de las partes negociaba un tratado con un tercer país, la otra parte del tratado se beneficiaría automáticamente de cualquier arancel más bajo concedido al tercer país.
El resultado de los nuevos tratados fue que cuando **Francia** instituyó una tasa de aduana más baja, digamos, para las importaciones de hierro del **Zollverein**, los productores de hierro británicos se beneficiaron automáticamente de estas tarifas más bajas.
Siempre que entraba en vigor un nuevo tratado, tenía lugar una **reducción de aranceles**.
Durante **1860** y **1870**, Europa estuvo más cerca del **librecambio completo** de lo que nunca lo estaría hasta después de la **Segunda Guerra Mundial**.
Las consecuencias de esta red de tratados comerciales fueron espectaculares. El **comercio internacional** aumentó durante varios años. Otra consecuencia de los tratados fue la **reorganización de la industria** que obligó a la mayor competencia. Los tratados promovieron de esta forma la **eficacia técnica** y aumentaron la **productividad**.
La **Gran Depresión** y la vuelta al proteccionismo.
Otra consecuencia de la **integración económica internacional** ocasionada por un comercio más libre fue la **sincronización de los movimientos de los precios** a través de las fronteras nacionales.
En la economía preindustrial, las fluctuaciones de precios bruscas eran generalmente locales o regionales y producidas por causas naturales que afectaban las cosechas. Con el aumento de la industrialización y del comercio internacional, las fluctuaciones pasaron a relacionarse más a menudo con el “estado comercio”, se hicieron cíclicas por naturaleza y se transmitían de país a país a través de los **canales comerciales**.
Estadísticos posteriores distinguieron diversas variedades de “**ciclos comerciales**”, como se ha dado en llamarlos “ciclos de inventario”, relativamente suaves a corto plazo; movimientos más a largo plazo que terminaban frecuentemente en **crisis financieras** seguidas de **depresiones**, y “tendencias seculares” a plazo aún más largo. Las complejas interacciones de los factores monetarios y “reales” causaron las fluctuaciones, pero los entendidos no siempre están de acuerdo en la importancia relativa de cada tipo de factores.
Las fluctuaciones en la producción solían acompañar a las fluctuaciones en los precios. La tendencia a largo plazo era claramente ascendente. Los precios experimentaron un alza en la década de **1850**, sobre todo como resultado de los descubrimientos de **oro** en **California** y **Australia**, y después fluctuaron durante un par de décadas sin una tendencia discernible. La caída de los precios duró hasta mediados o final de la década de **1890**, y fue conocida en Gran Bretaña como la “**Gran Depresión**”.
La depresión que siguió al pánico de **1873** fue probablemente la más aguda y generalizada de la era industrial hasta aquella fecha. Los industriales culparon equivocadamente al aumento de la competencia internacional como resultado de los tratados comerciales. En la década de **1870**, las notables reducciones del coste de transporte como resultado de la extensión del ferrocarril, junto con las igualmente notables reducciones en los precios de la carga por mar como resultado de las mejoras en la navegación a vapor, incorporaron a la producción vastas áreas nuevas de praderas vírgenes.
Muchos achacaban esta crisis de **1873** a la llegada a Europa de **trigo barato** procedente de las granjas mecanizadas del **Canadá**. En Europa, los empresarios agrícolas no pudieron competir con esos precios y la respuesta de la mayoría de los gobiernos de Europa fue poner en vigor el **proteccionismo**. Fue así como se impusieron políticas proteccionistas en muchos países.
Durante esta vuelta a la protección hubo, con todo, algunos núcleos **librecambistas** resistentes. Aunque se desarrollaron movimientos políticos de “**comercio justo**” y “**preferencia al imperio**”, no consiguieron ninguna aceptación antes de la **Primera Guerra Mundial**.
Se ha hablado mucho de la “vuelta al proteccionismo”. Aunque la tasa de crecimiento del comercio internacional disminuyó en cierto modo en las dos décadas que siguieron a **1873**, la tasa siguió siendo positiva, y se aceleró de nuevo en las dos décadas anteriores a la **Primera Guerra Mundial**. En los países más desarrollados, las exportaciones suponían entre el **15%** y el **20%** de la renta nacional total. En otros países menos desarrollados, la tasa era aún mayor. Aunque gracias a su enorme y diversificada economía, los **EE.UU.** dependían mucho menos del resto de países, en **1914** eran los terceros exportadores.
En resumen, la economía mundial a principios del siglo **XX** estaba más integrada y era más independiente de lo que nunca lo había sido o volvería a serlo hasta mucho después de la **Segunda Guerra Mundial**. En la agonía de la guerra mundial y sus secuelas, los pueblos del mundo, y muy especialmente los de Europa, descubrirían por sí mismos cuán afortunados habían sido.

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