El Imperio Napoleónico: Ascenso, Consolidación y Caída
Napoleón Bonaparte (1769-1821): La dictadura militar en Francia, liderada por Napoleón, terminó con el proceso revolucionario y dio paso a la construcción de un imperio que durante una década dominó Europa. Su derrota final supuso el retorno del absolutismo.
La Construcción del Imperio Napoleónico
Su rápido ascenso se debió a las oportunidades creadas por las guerras de la época revolucionaria. En 1796, el Directorio le encomendó el mando del ejército de Italia. En pocos meses, conquistó el norte del país y derrotó a Austria. Después de la campaña de Egipto (1798-1799), regresó a París como un héroe nacional. El golpe de Estado de noviembre de 1799 instauró el Consulado. Napoleón tenía que compartir el poder ejecutivo con otros dos cónsules, Sieyès y Ducos. Pero en 1802, ya era cónsul único y vitalicio; el gobierno concentraba cada vez más poder y tenía en sus manos la iniciativa legislativa.
El 2 de diciembre de ese año, en presencia del Papa Pío VII, Napoleón se coronó a sí mismo en la catedral de Notre Dame. Se iniciaron importantes reformas administrativas:
- El culto recuperó el reconocimiento y apoyo del Estado gracias al Concordato firmado con la Santa Sede (1801).
- Se promulgó el Código Civil (1804), el Código de Comercio (1807) y el Código Penal (1810).
El Imperio Napoleónico extendió sus fronteras por toda Europa.
La Derrota Napoleónica
La derrota de la escuadra naval franco-española en Trafalgar (1805) subrayó la superioridad marítima de la Armada inglesa, que consiguió sortear el Bloqueo Continental decretado por Napoleón (1806). A partir de 1812, llegaron los reveses militares:
- Desgaste en la península ibérica: Las tropas francesas sufrieron una derrota inicial en Bailén (1808) y un continuo deterioro debido a la resistencia de una parte del pueblo español en forma de guerrillas. En 1812, las victorias del ejército comandado por Wellington obligaron al ejército francés a emprender un repliegue que culminó un año más tarde con su expulsión al otro lado de los Pirineos.
- Invasión de Rusia (1812): La desastrosa invasión que Napoleón ordenó en 1812 acabó con una retirada en pleno invierno. De los 600.000 soldados de la Grande Armée, solo 10.000 pudieron regresar ilesos.
La coalición internacional dirigida por el Reino Unido derrotó a los franceses en Leipzig (1813). Los ejércitos aliados se adentraron en suelo francés y lograron llegar hasta las puertas de París, forzando la abdicación de Napoleón (1814), quien se retiró a la isla de Elba. Su fugaz regreso al poder en marzo de 1815, el llamado Imperio de los Cien Días, terminó con la derrota en Waterloo. Napoleón fue desterrado a la isla de Santa Elena, donde murió en 1821.
Consecuencias del Imperio Napoleónico y la Era Post-Revolucionaria
Impacto y Legado de la Revolución Francesa
En 1815, las potencias que habían derrotado a Napoleón intentaron restaurar el orden del Antiguo Régimen, pero con el paso de los años, ese propósito se reveló imposible. Los ejércitos napoleónicos, en su expansión por toda Europa, habían destruido las estructuras del feudalismo. Y el derrumbe de las monarquías absolutas permitió también la llegada de las ideas de los principios revolucionarios.
La Revolución Francesa fue un proceso de cambio radical que convulsionó el continente europeo durante más de una década y que lo siguió haciendo a lo largo del siglo XIX. Es el episodio histórico más trascendental para entender la evolución del mundo contemporáneo occidental. La Revolución Francesa inauguró el vocabulario político moderno, puso en marcha los sistemas legales vigentes en la actualidad, transformó las relaciones sociales y demostró que la gente común puede cambiar el curso de la historia.
Las Oleadas Revolucionarias (1820-1848)
En 1815, las dinastías europeas intentaron detener los cambios políticos surgidos después de la Revolución Francesa. Sin embargo, el espíritu revolucionario resurgió en varias oleadas:
- Primera oleada (1820-1824): Se extendió por España, Nápoles y Grecia.
- Segunda oleada (1830-1834): Vio la caída de los Borbones en Francia.
- Tercera oleada (1848): La «Primavera de los Pueblos» fue la más amplia y profunda.
La Restauración Europea: El Congreso de Viena
Tras la derrota de Napoleón, los representantes de las grandes potencias se reunieron para definir un nuevo orden político en Europa. El objetivo principal del Congreso de Viena fue la restauración del orden político tradicional. El sistema político, ideado por el canciller austriaco Metternich, buscaba la creación de un equilibrio de poderes que evitara la guerra y pusiera freno a los movimientos revolucionarios.
Se reconfiguró el mapa europeo:
- El Imperio Austriaco impuso su dominio en el norte de Italia.
- Prusia amplió su influencia sobre los territorios alemanes, que surgió tras el precedente de la Confederación del Rin, creada por Napoleón en 1806 y disuelta en 1813.
- Rusia extendió sus fronteras hacia el oeste sobre Finlandia y Polonia.
- Gran Bretaña aseguró su dominio marítimo.
- Suecia se anexionó Noruega y nació un nuevo reino, los Países Bajos.
Francia volvió a sus fronteras anteriores a la Revolución, pero no fue castigada como un enemigo derrotado. El rey Luis XVIII no repuso estrictamente el absolutismo y promulgó en 1814 una Carta Otorgada que mantenía importantes transformaciones políticas en la Administración Pública originadas en la Revolución y el Imperio.
Movimientos Revolucionarios de 1820
La primera oleada comenzó en España en 1820. El pronunciamiento de Rafael del Riego precipitó también la independencia de las colonias americanas españolas. Y en el sur de Europa, su ejemplo impulsó las revueltas liberales que estallaron en Nápoles, el Piamonte y Portugal.