Estatuto de Autonomía Vasco y el Gobierno Aguirre (1936-1937)
Los partidos coaligados en el Frente Popular ganaron las elecciones de febrero de 1936. El estallido de la Guerra Civil en julio y la caída de Gipuzkoa en septiembre contribuyeron a que el PNV, previo ingreso en el Gobierno de la República (Manuel de Irujo, Ministro de Justicia), pudiese negociar con Madrid la aprobación del Estatuto consensuado en las Cortes republicanas. El 7 de octubre de 1936, el PNV, con José Antonio Aguirre como lehendakari, presidió el primer Gobierno Autónomo Vasco.
El aislamiento del territorio vasco en la primera fase de la Guerra Civil permitió que el País Vasco funcionase con gran autonomía, creando una moneda propia, la policía foral o Ertzaintza, el ejército vasco o Eusko Gudarostea —organizado en batallones dirigidos por los diferentes partidos, lo que contribuyó a que no existiese un mando único que los coordinase—, y practicando una política internacional propia (con sus delegaciones en el extranjero, fundamentalmente en Gran Bretaña y Francia). Asimismo, la creación del Tribunal Popular de Euskadi para juzgar delitos de rebelión y relacionados con la guerra supuso la práctica de una justicia excepcional, evitando las matanzas y venganzas encubiertas que se produjeron tanto en la zona franquista como en la republicana.
El Cinturón de Hierro y la Caída de Bilbao
El Gobierno Vasco se volcó en la defensa del territorio vizcaíno y se creó el conocido Cinturón de Hierro para defender la capital. La táctica que el ejército franquista utilizó (apoyado por la Legión Cóndor alemana y por varias unidades italianas) combinó los ataques aéreos y de artillería antes de la intervención de la infantería, lo que permitió un rápido avance de las tropas enemigas. Otxandio, Durango y Gernika cayeron sucesivamente y en mayo se inició el ataque al Cinturón de Hierro, bajo las órdenes del general Dávila.
Con la ruptura del frente (gracias a la ayuda prestada por Alejandro Goikoetxea, que participó en el diseño del sistema defensivo y conocía los puntos débiles de dicho sistema), los nacionales entraron en Bilbao en junio. Una buena parte del ejército vasco, la constituida por los batallones nacionalistas, capituló ante las tropas italianas en Santoña (24 de agosto de 1937), y el resto, integrado por los batallones de los partidos de izquierdas, continuó hasta la caída de Gijón, en octubre. Tras la caída del País Vasco en manos de los nacionales, los nacionalistas y socialistas vascos, junto con el Gobierno Vasco del lehendakari Aguirre, emprendieron el exilio hacia Francia.
Consecuencias del Franquismo en Euskadi
El primer franquismo se caracterizó por la imposición de la homogeneidad en todos los aspectos. Aunque la crisis de posguerra afectó de manera dispar a los diferentes grupos sociales, la mayoría de la población sufrió las dificultades del abastecimiento, el incremento de los precios de los productos de primera necesidad, los bajos salarios y el hambre. En el terreno político, se produjo la implantación del régimen franquista y dificultades de todo tipo para los que tenían un pasado nacionalista o de izquierdas. En el ámbito de la cultura, los maestros de enseñanza primaria opuestos al régimen fueron perseguidos, los medios de comunicación fueron controlados por el Movimiento, y el euskera y todos los aspectos simbólicos de la cultura vasca fueron duramente reprimidos, tratando de castigar fundamentalmente al nacionalismo vasco, que el régimen consideraba el último vestigio del régimen foral.