Guerra de la Independencia Española: Orígenes, Fases y Repercusiones

Orígenes de la Guerra de la Independencia Española

Para hablar de las causas que propician la Guerra de la Independencia, debemos situarnos en la crisis del Antiguo Régimen con el fin del reinado de Carlos IV y el gobierno de Godoy. Esta crisis se acelera con la invasión de España por tropas napoleónicas, en virtud del Tratado de Fontainebleau y las Abdicaciones de Bayona (de Carlos IV y Fernando VII), que dejan el trono de España en manos de José Bonaparte.

A esta situación se llega tras la política de alianzas con Francia, promovida por Godoy, después de la derrota que sufre España, junto a otras monarquías absolutistas en coalición, frente a la Francia revolucionaria. Godoy promueve una serie de reformas internas, entre las que destacan la primera desamortización eclesiástica y la reducción del poder de la Inquisición. En cuanto a política exterior, España se convierte en aliada de Francia y se enfrenta a Inglaterra, sufriendo la derrota en Trafalgar (1805) a manos del almirante Nelson, que destroza a la armada franco-española.

Por el Tratado de Fontainebleau, en 1807, Napoleón obtiene el consentimiento para atravesar España y atacar a Portugal, aliada de los ingleses. Con las tropas francesas invadiendo el territorio español, el 19 de marzo de 1808 estalla el Motín de Aranjuez, donde se encuentran los reyes. Dirigido por la nobleza palaciega y el clero, perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando (promotor del motín), a quien se habían unido todos los enemigos de Godoy. Los amotinados consiguen sus objetivos, hecho que pone en evidencia la debilidad de la monarquía. Napoleón llama a Carlos IV y Fernando VII a Bayona, quienes sin resistencia abdican, y este entrega el trono a su hermano José I. El “secuestro” de los reyes provocará el levantamiento popular y el inicio de la lucha contra los franceses.

Inicio del Conflicto

Mientras se desarrollaban los hechos de Bayona, se inicia en España el levantamiento popular. El 2 de mayo, el pueblo de Madrid se alza de forma espontánea contra la presencia francesa. Es duramente reprimido por el ejército francés, pero el ejemplo cunde por todo el país y la población se levanta contra el invasor en un movimiento de resistencia popular.

Por otro lado, las instituciones del Antiguo Régimen (Consejo de Castilla, Secretarías, Capitanías Generales), sin declararse plenamente leales al rey José I, tampoco se proclamaron en rebelión contra los franceses, por lo que surge un vacío de poder que va a ser ocupado por las Juntas, primero locales, luego provinciales, que fuerzan la reunión de una Junta Suprema Central que asuma la soberanía y organice la resistencia frente al invasor. La Junta Suprema Central organiza un ejército que, a pesar de la superioridad francesa, vence en la Batalla de Bailén en julio de 1808. Los franceses abandonan Madrid y esto obliga a Napoleón a venir en persona, ocupar Madrid y dominar teóricamente el territorio español.

Desarrollo de la Guerra

La guerra se plantea en varios escenarios:

  • La guerrilla.
  • La resistencia de las ciudades (sitios).
  • El ejército aliado anglo-español.

La Guerrilla

La organización de la resistencia se realiza desde la “guerrilla”, forma espontánea y popular de resistencia armada, con partidas de voluntarios con un jefe de cuadrilla que hostigan al ejército en la retaguardia: destruyen sus campamentos y sus abastecimientos, lo que provoca una dura represión francesa contra la población civil, pero que mantiene el espíritu de lucha popular durante toda la guerra.

Intervención Británica y Fases Militares

Tras la derrota de Bailén, Napoleón acude con el grueso del ejército francés, derrotando en Somosierra al ejército español y ocupando Madrid. Traslada el frente hacia Andalucía, ocupando prácticamente toda la Península. El Reino Unido había acordado con Portugal el desembarco de un cuerpo expedicionario británico al mando del Duque de Wellington (tras la victoria de Talavera), y que, tras los acuerdos con la Junta Suprema Central, es nombrado comandante jefe del ejército anglo-español. Desde Portugal, resiste el empuje francés en Torres Vedras y desarrolla una guerra de avances y retrocesos por Extremadura, con batallas como las de Medellín (1808), Talavera de la Reina (1809), Albuera (1811) y Badajoz (1812).

A partir de 1810, parte del ejército francés se desplaza a la campaña de Rusia, por lo que las fuerzas se igualan en la Península Ibérica. La campaña de 1812-1813 lleva al ejército anglo-español a las victorias de Ciudad Rodrigo, Arapiles (cerca de Salamanca), Vitoria y San Marcial (en la frontera francesa), lo que significa la definitiva derrota francesa. Esto obliga a Napoleón a firmar el Tratado de Valençay, que suponía la vuelta de Fernando VII.

Consecuencias de la Guerra de la Independencia

El fin de la guerra traerá un panorama desolador para el país.

Consecuencias Demográficas y Económicas

Las cifras de muertos (consecuencias demográficas) se sitúan en torno a unos 200.000 hombres franceses y entre 400.000 y 500.000 españoles. Además, fue una guerra muy costosa: se destruyeron pueblos y ciudades españolas, infraestructuras (caminos, puentes, etc.), así como focos industriales, y se abandonaron numerosas tierras para la explotación. No podemos olvidar el expolio y la destrucción del patrimonio histórico-artístico.

Consecuencias Políticas

Finalmente, la principal consecuencia política es la apertura a un nuevo sistema, el liberalismo. La Guerra de la Independencia marca la descomposición del Antiguo Régimen, con enfrentamientos entre liberales y absolutistas. Por primera vez, España aprueba una Constitución que, si bien se hace pensando en los “españoles de los dos hemisferios”, la realidad es que este contexto servirá de estímulo para la emancipación de las colonias americanas.

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