La Revolución de Septiembre de 1868: El Inicio del Sexenio Democrático
La Revolución de Septiembre de 1868 significó la afirmación de un nuevo liberalismo basado en un sistema constitucional y democrático. Su aplicación fracasaría tanto con un sistema monárquico como con el primer ensayo republicano de España. Fue provocada por distintos factores: crisis de subsistencia, crisis industrial (ya que la industria del ferrocarril no funcionaba y la textil era poco competitiva), fracaso en los temas financieros y crisis política.
En septiembre de 1868, un grupo de militares liderados por Topete se sublevó en Cádiz. Este golpe contó con un amplio apoyo de la población civil, que se organizó en juntas revolucionarias. En la Batalla de Alcolea se enfrentaron las tropas revolucionarias contra las tropas de la reina, resultando vencedores los primeros. Isabel II decidió exiliarse pacíficamente en Francia.
El Gobierno Provisional (1868-1870)
El primer gobierno, formado por progresistas y unionistas, nombró presidente a Serrano. Este gobierno estuvo en vigencia muy poco tiempo, hasta la convocatoria de elecciones. Llevó a cabo una serie de acciones importantes:
- Disolvió las juntas revolucionarias.
- Promulgó decretos que establecían la libertad de expresión y la libertad de asociación (principios fundamentales de la democracia), lo que propició la aparición de numerosos partidos políticos nuevos.
- Implementó medidas económicas para mejorar la situación de las clases sociales, como la eliminación del impuesto de consumos.
El impuesto de consumos era una carga fiscal sobre productos básicos, específicamente alimentos, bebidas y combustibles (como carbón o leña para calefacción o cocina). Se cobraba en la entrada de los mercados, donde un funcionario recaudaba el impuesto por los productos adquiridos.
Las elecciones fueron ganadas por tres partidos políticos: progresistas, demócratas y unionistas, que formaron una coalición de gobierno al no obtener ninguno mayoría absoluta. El presidente fue Prim y el regente, Serrano.
Fuerzas Políticas durante el Sexenio Democrático
Las fuerzas políticas durante el Sexenio Democrático eran las siguientes:
- Carlistas: Partidarios del catolicismo (Estado confesional), defendían el carlismo y la monarquía tradicional. Su apoyo se concentraba en Navarra, Cataluña y el País Vasco.
- Moderados: Defensores de los Borbones (Isabel II). Su apoyo se encontraba en la alta burguesía.
- Coalición Monárquico-Democrática: Proponían una monarquía constitucional bajo el control de la soberanía nacional y amplias libertades públicas. Contaban con el apoyo social de las clases medias urbanas.
- Republicanos: Defendían la República (el jefe de Estado es elegido por los ciudadanos para un periodo de tiempo determinado). Abogaban por las libertades y el intervencionismo del Estado en la vida pública. Se dividían en dos tendencias:
- Benévolos: Dispuestos a colaborar con el Estado.
- Intransigentes: No colaboraban.
- Federales: Partidarios de un modelo de organización de gobierno en el que los territorios tuvieran gran autonomía.
- Unitarios: Defensores de un Estado central fuerte que liderara todo el país.
La Constitución de 1869: Pilar del Sexenio
La Constitución de 1869 fue elaborada por las Cortes. Se considera una constitución democrática, cuyas características principales eran:
- Se basaba en la soberanía nacional.
- El modelo de Estado era una monarquía parlamentaria: el rey reina, pero no gobierna.
- Establecía una división radical de poderes:
- Legislativo: ejercido por dos cámaras (Congreso y Senado).
- Ejecutivo: en manos de los ministros y el presidente del Gobierno.
- Judicial: a cargo de un cuerpo de jueces independiente.
- Incluía una amplia declaración de derechos: libertad de expresión, de asociación, de culto, de enseñanza; derecho al voto e inviolabilidad del domicilio.
- Establecía el sufragio universal masculino para varones mayores de edad.
- Regulaba el funcionamiento de ayuntamientos y diputaciones.
- Garantizaba la libertad de culto, aunque con el compromiso del Estado de mantener el culto y el clero católico.
- Buscaba mejorar la relación con las colonias.
Esta Constitución sustituyó a la Constitución moderada de 1845. Estuvo en vigor muy poco tiempo, desde 1869 hasta su suspensión con la llegada de la Segunda República.
El Gobierno de Prim y la Búsqueda de un Rey
Una vez aprobada la Constitución, el gobierno de Prim inició la búsqueda de un nuevo monarca. Los candidatos debían cumplir tres condiciones: no ser Borbón, poseer un ideario democrático y contar con la aceptación de las potencias europeas. Los tres candidatos que cumplían estos requisitos eran el Duque de Montpensier (cuñado de Isabel II), Espartero y Amadeo de Saboya (hijo del rey de Italia). Este último era el favorito de Prim. La votación en las Cortes designó a Amadeo de Saboya como vencedor, elegido por mayoría con 191 votos.
El Conflicto Colonial: La Guerra de Cuba
Durante este periodo, resurgió el conflicto colonial. España conservaba Cuba, Filipinas y Puerto Rico, ya que el resto del imperio español en América se había independizado durante el reinado de Fernando VII.
En 1868, comenzó un grito independentista que se inició en Yara (localidad de Cuba), conocido como el Grito de Yara de “¡Viva Cuba Libre!”. Este conflicto se convertiría en uno de los problemas más graves del Sexenio. Duraría diez años, hasta 1878, y sería el inicio de la definitiva independencia de las colonias (que se consumaría en 1898).
Política Económica del Sexenio Democrático
La coalición de gobierno (progresista, demócrata y unionista) abordó importantes reformas económicas. El objetivo principal de estas reformas era el crecimiento económico y la mejora de la situación financiera. Las medidas más relevantes fueron:
- Se estableció una nueva unidad monetaria, la peseta, para unificar las más de veinte clases de monedas en circulación.
- Se intentó suprimir el impuesto de consumos, pero no se eliminó de todos los productos debido a la precariedad de la Hacienda Pública y la necesidad del Estado de recaudar fondos.
- Se reforzó el Banco de España al concederle el monopolio de la emisión de billetes, buscando dar solidez al sistema financiero.
- Se rebajaron los impuestos aduaneros para favorecer el intercambio económico.
- Se promulgó una Ley de Minas que desamortizó el suelo y favoreció la entrada de capitales extranjeros, así como la exportación masiva de minerales.
A pesar de estas medidas, la situación de la Hacienda Pública fue siempre precaria, ya que el Estado gastaba más de lo que ingresaba, lo que llevó a una continua acumulación de deuda pública.
La Monarquía de Amadeo I de Saboya (1871-1873)
Este reinado fracasó debido a múltiples factores: la falta de autoridad del rey, la ineficacia y los enfrentamientos entre los políticos, la creciente conflictividad social y el auge del movimiento obrero, la oposición de los moderados y republicanos, las guerras colonial y carlista, y el asesinato de Prim.
Problemas del Reinado de Amadeo I
- Asesinato de Prim y fragmentación política: Los problemas comenzaron en 1870 con el asesinato de Prim. Este hecho dividió la coalición monárquica que había apoyado la candidatura de Amadeo, provocando una gran inestabilidad política que se tradujo en la formación de seis gobiernos y la celebración de tres elecciones en un corto periodo.
- Inestabilidad social y movimiento obrero: Las condiciones de vida y de trabajo de los campesinos y obreros industriales eran muy duras. Durante el Sexenio, el movimiento obrero experimentó un notable crecimiento en España.
- Creciente apoyo republicano: Los republicanos ganaban cada vez más apoyo, especialmente entre las clases populares, y proponían reformas más radicales, como la abolición de la esclavitud en los territorios coloniales.
- Conflictos armados:
- Guerra de Cuba: Comenzó en 1868, durante el reinado de Isabel II. Duró diez años. Como consecuencia de esta guerra, no se pudo eliminar el sistema de quintas, lo que provocó que las clases populares dejaran de apoyar a los progresistas.
- Tercera Guerra Carlista (1872-1876): El conflicto se desarrolló principalmente en las zonas de tradicional apoyo carlista.
Finalmente, Amadeo de Saboya nunca llegó a ser popular, e incluso la jerarquía de la Iglesia le retiró su apoyo. Por ello, en febrero de 1873, renunció al trono para él y para todos sus descendientes.
La Primera República Española (1873-1874)
El Congreso y el Senado, en sesión conjunta, proclamaron la Primera República, presidida por Estanislao Figueras. La Primera República comenzó el 11 de febrero de 1873 y finalizó en enero de 1874. Fracasó con rapidez debido al enfrentamiento entre las distintas facciones republicanas, lo que provocó que hubiera cuatro presidentes de gobierno en tan solo once meses.
Problemas de la Primera República
- Inestabilidad política: Causada por el enfrentamiento entre republicanos federales y republicanos unitarios respecto al modelo de organización territorial.
- Levantamientos sociales: Por parte de los campesinos, que demandaban reformas sociales como:
- Un nuevo reparto de la tierra.
- La abolición del sistema de quintas.
- La abolición de los consumos.
- Graves problemas económicos: Con un significativo déficit del Estado.
- Escaso apoyo y fuerte oposición: La República contó con poco apoyo real y enfrentó una fuerte oposición de los sectores más conservadores.
A pesar de la inestabilidad, la República logró abolir la esclavitud en Puerto Rico y elaborar un proyecto de constitución republicana.
El Fin del Sexenio Democrático: Golpes de Estado y Restauración Borbónica
En enero de 1874, se produjo el Golpe de Estado de Pavía. El general Pavía asaltó el Congreso de los Diputados y lo disolvió, poniendo fin a la República democrática y dando inicio a una república autoritaria. El general Serrano formó gobierno y se esforzó en terminar los conflictos, logrando únicamente sofocar la Guerra Cantonal.
En diciembre de 1874, el general Martínez Campos lideró un Golpe de Estado en Sagunto que proclamó a Alfonso XII como rey de España. Este golpe contó con el apoyo de la mayor parte del ejército. Cánovas del Castillo, el nuevo líder conservador, buscaría el apoyo de la burguesía que había respaldado a Isabel II para garantizar el mantenimiento del joven rey en el trono.
Así, el Sexenio Democrático, un intento fallido de establecer una república democrática, concluyó con la restauración de la monarquía borbónica y el establecimiento de un sistema liberal conservador.