Paleolítico y Neolítico: Economía y Organización Social
Exploramos las profundas diferencias en la economía y la organización social entre dos de los periodos más formativos de la prehistoria ibérica.
El Paleolítico
- El Paleolítico en España abarca desde hace 1 millón de años hasta el 10.000 a.C.
- Eran cazadores-recolectores con una economía depredadora, subsistiendo de la caza, la pesca y la recolección en grupos.
- Eran nómadas y su sociedad se caracterizaba por ser igualitaria.
- Los grupos, compuestos por 15 a 20 individuos, se denominaban clanes.
- Inicialmente, se asentaban en campamentos al aire libre, pero con el descenso de las temperaturas, buscaron refugio en cuevas.
- En cuanto a las herramientas, al principio utilizaban una tecnología lítica muy básica, que posteriormente evolucionó con el uso de nuevos materiales y técnicas de perfeccionamiento.
- Durante este periodo, existen indicios de actos rituales en algunos enterramientos. En el Paleolítico Superior, se iniciaron las primeras expresiones artísticas.
El Neolítico
- Se sitúa cronológicamente entre el 10.000 y el 4.000 a.C.
- Se produjo el paso al cultivo de plantas y la domesticación de animales, lo que permitió controlar el abastecimiento de alimentos y, consecuentemente, mejorar la salud de la población.
- También se inició la producción de objetos cerámicos para almacenar productos y la fabricación de tejidos, que reemplazaron progresivamente las prendas de pieles.
- El mayor número de alimentos y la necesidad de vigilar los cultivos provocaron un aumento de la población. Esto llevó a un abandono progresivo del nomadismo y al surgimiento de los primeros asentamientos permanentes y pueblos.
- Esta nueva forma de vida favoreció la especialización y la división del trabajo, lo que incrementó la producción de bienes y propició el surgimiento del comercio.
- Esta nueva organización de vida requirió una estructura social más reglamentada, con la aparición de jerarquías y diferencias sociales basadas en la acumulación de bienes.
La Romanización en la Península Ibérica: Concepto y Medios
La romanización fue el proceso de implantación de las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales del Imperio Romano en la Península Ibérica durante el periodo de su dominio, dejando una profunda huella en la historia de España.
Medios Empleados para la Romanización
- La extensión de la vida urbana: Se crearon nuevas ciudades y se reestructuraron las existentes para transformar las formas indígenas de organización económica, social y política. Las ciudades peninsulares se configuraron según el modelo de Roma, incorporando construcciones características de la vida urbana romana. La necesidad de mantener el territorio comunicado impulsó la construcción de una amplia red de calzadas, que facilitó las relaciones económicas y comerciales, así como el rápido y eficaz traslado de los ejércitos. Esto también conllevó la creación de grandes obras de ingeniería.
- El papel del ejército: Fue uno de los vehículos más importantes de difusión de la civilización romana. Se reclutaron tropas entre los pueblos indígenas, y alrededor de los campamentos militares se formaron núcleos urbanos habitados por mercaderes, mujeres de soldados, etc., que con el tiempo se convirtieron en municipios romanos.
- La fundación de colonias: El asentamiento de ciudadanos romanos, generalmente soldados veteranos a quienes se les entregaban tierras por su servicio, extendió el modelo de vida romano por toda la península.
- La concesión de la ciudadanía romana a los indígenas: El título de ciudadano romano conllevaba derechos y privilegios que se utilizaron para afianzar la dominación romana. Culturalmente, los indígenas adoptaron el latín, el arte, el urbanismo y otras costumbres romanas.
Gracias a este proceso de romanización, la población indígena asimiló los modos de vida romanos, lo que conllevó cambios radicales y duraderos para la historia peninsular.
Al-Ándalus: Transformaciones Económicas, Sociales y Culturales
El periodo de Al-Ándalus abarca aproximadamente ocho siglos, desde la llegada del primer ejército islámico a la península en el año 711 hasta la finalización de la Reconquista por los Reyes Católicos en 1492. Este largo periodo se puede diferenciar en dos fases principales: la hegemonía islámica y la posterior hegemonía cristiana.
Economía en Al-Ándalus
La llegada del islam reactivó el crecimiento de las ciudades. La agricultura experimentó un gran desarrollo gracias a nuevas técnicas de cultivo, especialmente el regadío, lo que propició una verdadera «revolución agrícola árabe». Esto permitió que diversas tierras, antes improductivas, comenzaran a serlo, generando una agricultura tan productiva que produjo importantes excedentes.
En la ganadería, los animales más abundantes eran la oveja y la cabra, además de los caballos, fundamentales para la guerra.
La minería se destacó por la extracción de hierro, plomo, cobre, así como oro y otras piedras preciosas.
En las actividades artesanales, se desarrolló notablemente la industria textil, especialmente los tejidos de seda, y el trabajo de pieles y cueros.
El comercio se reactivó con la presencia musulmana. Las principales monedas eran el dinar de oro y el dirhem de plata. El comercio interior se desarrollaba en el zoco (mercado), mientras que el comercio exterior se extendía por todo el mundo islámico, importando productos como esclavos, maderas, entre otros.
Sociedad en Al-Ándalus
La sociedad andalusí era heterogénea, con una mayoría islámica. Los baladíes (árabes) constituían el grupo privilegiado, mientras que los bereberes y muladíes (hispanovisigodos convertidos al islam) se encontraban en estratos inferiores. Las ciudades se convirtieron en vibrantes centros de vida política, religiosa y cultural. Se fundaron nuevas ciudades (como Madrid), que solían estar rodeadas de murallas para su defensa.
Ciencia y Cultura en Al-Ándalus
Al-Ándalus experimentó un elevado desarrollo cultural y científico, con un fuerte enfoque en las ciencias prácticas. Su legado incluye la difusión de la lengua árabe, el álgebra y los números arábigos. El arte, la arquitectura, la música y la poesía alcanzaron gran esplendor. La alfabetización era relativamente alta y el comercio de libros estaba muy extendido, lo que facilitó la difusión del conocimiento.