Transformaciones Históricas en España: De los Reyes Católicos a los Borbones del Siglo XVIII

La España de los Reyes Católicos: Unificación y Expansión

3.1. Los Reyes Católicos: unión dinástica e instituciones de gobierno.

En 1468 se produjo el Pacto de Toros de Guisando, en el que Isabel se convirtió en heredera al trono. Sin embargo, tras su matrimonio con Fernando en 1469, su padre devolvió a la princesa Juana el Principado de Asturias, lo que, a la muerte de este, desencadenó la Guerra Civil Castellana (1474-1479). Tras la Batalla de Toro en 1476, el bando de Isabel ganó terreno hasta la firma del Tratado de Alcaçovas en 1479, que supuso el reconocimiento por parte de Portugal de Isabel como reina. En 1475 se firmó la Concordia de Segovia, que estableció el sistema de gobierno, separando Castilla de Aragón. Las instituciones de gobierno fundamentales fueron el Consejo Real, los corregidores en las ciudades, la Santa Hermandad (que hacía las veces de policía) y las Cortes, que tuvieron mucho peso hasta 1480. En Aragón, apenas hubo cambios institucionales y la Corona continuó teniendo una autoridad más limitada. Los reyes trataron de fomentar el control del territorio, la recaudación de impuestos y el establecimiento de un ejército real permanente. Alcaldes y regidores se convirtieron en elementos esenciales de la administración local.

3.2. El significado de 1492: La Guerra de Granada y el Descubrimiento de América.

La Guerra de Granada (1481-1492) se produjo por el anhelo de los Reyes Católicos de lograr la unidad de fe en la Península Ibérica. Supuso un tremendo esfuerzo militar y económico, con innovaciones técnicas y tácticas como la artillería y la utilización de la flota para bloquear puertos. Se produjeron hitos como la toma de Ronda (1485), Loja (1486), Málaga (1487), Almería (1489) y, finalmente, Granada, donde los reyes entraron el 2 de enero de 1492.

Cristóbal Colón era un marino experimentado que propuso su plan de llegar a las Indias por occidente en Lisboa en 1482, siendo rechazado. Acudió a Castilla, donde, tras un rechazo inicial en 1485, se le concedió la expedición en las Capitulaciones de Santa Fe (24/04/1492). El 3 de agosto se hicieron a la mar y, tras varios problemas, como conatos de motín, avistaron tierra el 12 de octubre en las actuales Bahamas. El Papa otorgó la Bula Inter Caetera en 1493 a Castilla, dándole la explotación de todas las tierras que descubriera. Colón inició nuevos viajes a partir de 1493, pero poco a poco fue perdiendo el favor de los reyes hasta su muerte en 1506.

La España de los Austrias: Hegemonía y Crisis

3.3. El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política interior y conflictos europeos.

Carlos I llegó rodeado por sus consejeros flamencos. Fue nombrado emperador en 1519, adoptando una política imperial y autoritaria. En 1520, se sublevaron los Comuneros en Castilla y, en 1521, las Germanías en Valencia y Mallorca. Ambos movimientos fueron derrotados en la Batalla de Villalar (1521), y sus líderes, ajusticiados.

En 1521, comenzaron los primeros enfrentamientos con Francia por el dominio italiano, donde Carlos V obtuvo la victoria en Pavía. Francia se alió con el Papado contra el Imperio (Liga de Cognac), y las hostilidades culminaron en el Sacco di Roma (1527). Carlos ganó la contienda, que terminó con el Tratado de Cambray (1529). En 1531, los protestantes, con el apoyo de Francia e Inglaterra, crearon la Liga de Esmalcalda, pero fueron derrotados en Mühlberg (1547). Felipe II derrotó a Francia en la Batalla de San Quintín (1557). La subsiguiente Paz de Cateau-Cambrésis (1559) aseguró la hegemonía española en Italia. Carlos también logró frenar la expansión del Imperio Otomano, estableciendo un equilibrio de fuerzas hasta mediados de siglo.

3.4. La Monarquía Hispánica de Felipe II: Gobierno, administración y conflictos. La unidad ibérica.

Felipe II fue un monarca autoritario que buscó la defensa de la catolicidad fuera de sus territorios, lo que le llevó a enfrentarse a los franceses (victoria en San Quintín, 1557) y a los turcos (victoria en Lepanto, 1571). También tuvo problemas con los Países Bajos, donde en 1567 se produjo una sublevación que fue sofocada inicialmente por el Duque de Alba y sus tercios. Se enfrentó también a los ingleses, por ayudar a los sublevados en los Países Bajos, con la llamada Armada Invencible que, en 1588, sufrió un desastre antes de llegar a las costas británicas.

En su política interior, el principal problema que tuvo fue la sublevación de los moriscos en Granada (1568-1571) y el conflicto cortesano y político que supuso la traición de Antonio Pérez, secretario real. En 1581, quedó vacante el puesto de rey de Portugal, el cual ocupó Felipe II, logrando la unidad ibérica. Respetó las costumbres locales, creó el Consejo de Portugal y eliminó las aduanas con Castilla. Las clases populares portuguesas no estaban contentas, lo que, décadas más tarde, bajo el reinado de Felipe IV, conduciría a la sublevación y la recuperación de la independencia.

3.5. Exploración y colonización de América: Consecuencias de los descubrimientos.

Tras Colón, Núñez de Balboa en 1513 atravesó el istmo de Panamá. De 1519 a 1522 se produjo la primera vuelta al mundo (iniciada por Magallanes y culminada por Elcano), aunque la ruta se desechó por inviable económicamente. En 1521, Cortés conquistó el Imperio Azteca aprovechando las disputas internas, al igual que Pizarro hizo en 1531 con el Imperio Inca, estableciéndose los virreinatos de Nueva España y Perú. Hacia 1540, la fase de conquista principal puede darse por concluida.

Para Europa y España, las consecuencias fueron:

  • La confirmación de la esfericidad de la Tierra y el desarrollo de la cartografía.
  • Una gran emigración a América.
  • La revolución de los precios, causada por las grandes cantidades de plata.
  • Una situación de gran dependencia de los metales americanos.

Para América, las consecuencias fueron:

  • Una grave crisis de mentalidad y cultural como consecuencia de la conquista.
  • Un choque vírico que acarreó una mortandad catastrófica sin precedentes.
  • Profundos cambios sociales, económicos y culturales al verse subyugados por los colonizadores.

3.6. Los Austrias del siglo XVII: El gobierno de los Validos y la crisis de 1640.

Felipe III (1598-1621) se valió del Duque de Lerma como valido. Durante su reinado, se firmó la Paz de Londres con Inglaterra en 1604 y la Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas en 1609. Ese mismo año, se produjo la expulsión de los moriscos, lo que supuso un drama demográfico sin precedentes. En 1618, estalló la Guerra de los Treinta Años, apoyando Castilla a Austria.

Felipe IV (1621-1665) se valió del Conde-Duque de Olivares, quien presentó el proyecto de la Unión de Armas en 1625, promoviendo un ejército permanente con miembros de todos los reinos, cuyo rechazo fue total. En 1640, se produjeron las rebeliones de Cataluña y Portugal. En Cataluña, el día del Corpus (12-06-1640), los segadores entraron en Barcelona; las instituciones se pusieron bajo mando francés, el cual envió un ejército que derrotó a las tropas reales en Montjuic. En Portugal, la rebelión iniciada en 1640 consiguió la independencia en 1668. En 1652, se retomó Barcelona, iniciándose una dura represión. La crisis de 1640 se extendió a Nápoles, Sicilia, Navarra, Andalucía y Aragón, donde en 1648 se propuso asesinar al rey y proclamar al Duque de Híjar, aunque el plan fracasó.

3.7. La Guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa.

España entró en la Guerra de los Treinta Años apoyando a su aliada natural, Austria, lo que conllevó la unión de todos los enemigos hispano-austriacos. Durante los primeros años de la guerra, los Habsburgo llevaron la iniciativa con numerosas victorias entre 1625 y 1626, como la conquista de Breda o la victoria sobre la armada inglesa que se había enviado para invadir Cádiz, así como la liberación de Génova, asediada por los franceses. A partir de 1626, la guerra cambió de curso: los holandeses capturaron la flota de la plata en 1628 en Cuba, lo que provocó una suspensión de pagos. En 1629, estalló la Guerra de Mantua entre Francia y España, con una humillante derrota española en 1631. En 1632, Suecia entró en guerra a favor de los protestantes, resultando en la victoria hispano-austriaca de Nördlingen en 1634 y la entrada de Francia en la guerra en 1635. Desde entonces, las derrotas se sucedieron hasta Rocroi en 1643, siendo la única salida la firma de la Paz de Westfalia en 1648, donde se reconoció la independencia de los Países Bajos. El reinado de Carlos II (1665-1700) supuso la pérdida de las últimas posesiones en Europa.

3.8. Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus consecuencias.

Los primeros signos de crisis demográfica aparecieron en Castilla en 1590, pero a partir de 1650 comenzó un lento proceso de recuperación. La depresión demográfica no fue uniforme, siendo más acusada en el interior del reino, mientras que en la costa no lo fue tanto. Las causas principales fueron:

  • Graves epidemias (como la peste de 1598-1602, que causó 500.000 muertos).
  • La crisis económica generalizada.
  • La expulsión de los moriscos en 1609.

En cuanto a la economía, varios factores contribuyeron a la crisis:

  • Una crisis agraria, marcada por malas cosechas y la falta de mano de obra entre 1630 y 1680.
  • La caída de la producción artesanal textil castellana, así como la minera y naval, debido a la competencia británica y holandesa en el comercio.
  • El hostigamiento holandés y británico, que provocó que el volumen de comercio descendiera drásticamente en el siglo XVII.

La consecuencia general fue la bancarrota y una creciente dependencia exterior.

3.9. Carlos II y el problema sucesorio.

Carlos II fue un monarca débil y constantemente enfermo. Su gobierno estuvo marcado por una sucesión de validos y una constante lucha de facciones por el poder. Se distinguen dos etapas:

  • 1665 a 1679: Marcada por una profunda crisis económica y el golpe de Estado de Juan José de Austria en 1677, que expulsó a Valenzuela como valido del rey.
  • A partir de 1680: Con la llegada al poder del Duque de Medinaceli, se inició una segunda etapa. Medidas como la devaluación monetaria y la reducción de gastos iniciaron una tímida mejora económica.

En cuanto a la política exterior, el reinado estuvo marcado por el desinterés inicial en los problemas europeos. Varios enfrentamientos con Francia se saldaron con derrotas; sin embargo, una alianza entre Inglaterra, Holanda y España contra Francia obligó a Luis XIV a devolver las conquistas realizadas en la Paz de Ryswijk en 1697. A partir de este momento, se inició el problema sucesorio con las dos candidaturas principales: Carlos de Habsburgo y Felipe de Anjou. En noviembre de 1700, Carlos II moría, dejando un testamento en el que nombraba heredero a Felipe.

La España de los Borbones: Centralización y Reformas Ilustradas

4.1. La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia.

Se enfrentaron dos facciones: por un lado, Francia, España (Castilla) y Felipe de Anjou; por otro, la denominada Alianza de La Haya, creada en 1701 y formada por Países Bajos, Inglaterra, Austria y el Archiduque Carlos de Austria. El conflicto se extendió de 1702 a 1714. Comenzó a favor de Carlos con la toma de Gibraltar por los ingleses en 1704 y la llegada del archiduque a Valencia en 1705. Se produjo un giro en la guerra en 1707 con la victoria franco-española en Almansa. Esto, sumado a la proclamación de Carlos como emperador en 1711, supuso la disolución de la Alianza de La Haya y el fin de la guerra, que culminó el 11 de septiembre de 1714 con la toma de Barcelona.

El Tratado de Utrecht, firmado en abril de 1713, puso fin a la guerra europea y reconoció a Felipe V como rey de España, separado de Francia. Adjudicó los Países Bajos y territorios españoles de Italia a Austria. Inglaterra obtuvo Gibraltar y Menorca, y consiguió beneficios comerciales como el asiento de negros. En 1733, se firmaron los Pactos de Familia para crear una política exterior común entre España y Francia.

4.2. La nueva Monarquía Borbónica: Los Decretos de Nueva Planta, modelo de Estado y alcance de las reformas.

El primer objetivo de la nueva Monarquía Borbónica fue la reforma administrativa, reflejada en el modelo francés mediante la centralización de leyes y territorios. Los Decretos de Nueva Planta (Valencia en 1707, Aragón en 1711, Cataluña y Mallorca en 1716) eliminaron los consejos respectivos. Todo el territorio quedó uniformizado según el modelo de Castilla, aunque se conservaron los fueros en el País Vasco y Navarra.

Hubo otros cambios administrativos, como la reducción de ministros a cinco Secretarios de Despacho. El país se dividió en provincias, al frente de las cuales estaban las audiencias judiciales, los capitanes generales y los intendentes. En el ejército, los tercios pasaron a ser regimientos. Se inició una política económica de promoción de la industria y el comercio, con medidas mercantilistas y la fundación de Reales Fábricas. También se crearon compañías de comercio al estilo inglés. Las reformas, que pretendían ser radicales, se quedaron en la mayoría de los casos en la superficie, sin grandes cambios significativos.

4.3. La España del siglo XVIII: Expansión y transformaciones económicas. Causas del despegue económico de Cataluña.

La agricultura continuó mostrando su atraso. El regadío solo representaba el 5% de la totalidad de la tierra cultivada, con aperos muy antiguos y técnicas rudimentarias. Predominaban los cereales, junto con la vid y el olivo. En cuanto a la estructura de la propiedad de la tierra, la mayor parte de ella estaba en manos de grandes terratenientes. Se estimaba que solo existían 200.000 artesanos. No existía un mercado amplio que promoviera una industrialización.

El cambio de dinastía no alteró el comercio con América hasta mediados de siglo. Se crearon las compañías de comercio y se liberalizó el control sobre los navíos que comerciaban con América. Carlos III incrementó el control administrativo y expulsó a los jesuitas de América; sin embargo, el balance fue negativo, con protestas tanto en España como en América.

Cataluña fue la única región que se desarrolló a nivel económico gracias a las denominadas fábricas de indianas alrededor de Barcelona. Fueron consecuencia de la iniciativa privada de empresarios y fabricantes.

4.4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El Despotismo Ilustrado: Carlos III.

El Despotismo Ilustrado partía del concepto de Estado absoluto, haciendo hincapié en el papel benefactor del monarca hacia su pueblo. La política pretendía el beneficio del país, pero sin contar con la participación del pueblo («todo para el pueblo, pero sin el pueblo«), y sin alterar las bases del Antiguo Régimen.

Carlos III (1759-1788) fue un monarca capaz que inició un programa reformista: en 1765, se implementó la liberalización del precio del trigo, lo que provocó especulación y escasez, y en marzo de 1766 estalló el Motín de Esquilache. Carlos III sustituyó a Esquilache por el Conde de Aranda y expulsó a los jesuitas, quienes poseían un enorme poder. En 1776, el Conde de Floridablanca adoptó una política cada vez más conservadora. Se intentaron reformas en la agricultura y las manufacturas, aunque con éxito limitado. En 1778, se amplió el libre comercio a la mayor parte de los puertos españoles, se creó el Banco Nacional de San Carlos y las Sociedades Económicas de Amigos del País, que trataron de ilustrar diferentes sectores económicos del país.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *